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EDUCACIÓN RELIGIOSA CATÓLICA

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA LAUDATE DEUM DEL SANTO PADRE FRANCISCO A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA 1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt 6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino! 2. Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato si’, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc. 3. Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico, porque «nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo». [1] En pocas palabras lo dijeron también los obispos en el Sínodo para la Amazonia: «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos». [2] Y para expresar de modo contundente que ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica sino de un drama que nos daña a todos, los obispos africanos afirmaron que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural». [3] 4. La reflexión y la información que podemos recoger de estos últimos ocho años, nos permite precisar y completar lo que podíamos afirmar tiempo atrás. Por esta razón, y porque la situación se vuelve más imperiosa todavía, he querido compartir con ustedes estas páginas. 1. La crisis climática global 5. Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. Es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos. Por eso sabemos que cada vez que aumente la temperatura global en 0,5 grados centígrados, aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas, sequías severas en otras, calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras. [4] Si hasta ahora podíamos tener olas de calor algunas veces al año, ¿qué pasaría con un aumento de la temperatura global de 1,5 grados centígrados, del cual estamos cerca? Esas olas de calor serán mucho más frecuentes y con mayor intensidad. Si llega a superar los 2 grados, se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, [5] con enormes y gravísimas consecuencias para todos. Resistencias y confusiones 6. En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación. Mencionan supuestos datos científicamente sólidos, como el hecho de que el planeta siempre tuvo y tendrá períodos de enfriamiento y de calentamiento. Olvidan mencionar otro dato relevante: que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo. El aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares pueden ser fácilmente percibidos por una persona a lo largo de su vida, y probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos. 7. Para ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global, se acude al hecho de que suelen verificarse fríos también extremos. Se olvida que éste y otros síntomas extraordinarios no son más que diversas expresiones alternativas de la misma causa: el desajuste global que provoca el calentamiento del planeta. Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen. Por otra parte, si hablamos de un fenómeno global no podemos confundirlo con eventos transitorios y cambiantes, que se explican en buena parte por factores locales. 8. La falta de información lleva a confundir las grandes proyecciones climáticas que suponen períodos largos —hablamos al menos de décadas— con las previsiones meteorológicas que a lo sumo pueden abarcar algunas semanas. Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global —con constantes variaciones locales— que persiste durante varias décadas. 9. Con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. [6] ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas? 10. También suele decirse que los esfuerzos por mitigar el cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de los puestos de trabajo. Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva. Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello. Las causas humanas 11. Ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático. Veamos por qué. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que por ese efecto provocan el calentamiento de la tierra, se mantuvo estable hasta el siglo XIX, por debajo de las 300 partes por millón en volumen. Pero a mediados de ese siglo, en coincidencia con el desarrollo industrial, comenzaron a crecer las emisiones. En los últimos cincuenta años el aumento se aceleró notablemente, como lo ha certificado el observatorio de Mauna Loa, que toma medidas diarias de dióxido de carbono desde el año 1958. Mientras escribía la Laudato si’ se alcanzó el máximo de la historia —400 partes por millón— hasta llegar en junio de 2023 a las 423 partes por millón. [7] Más del 42% del total de las emisiones netas a partir del año 1850 se produjeron después de 1990. [8] 12. Al mismo tiempo verificamos que en los últimos cincuenta años la temperatura aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años. En este período la tendencia fue de un calentamiento de 0,15 grados centígrados por década, el doble de lo ocurrido en los últimos 150 años. Desde 1850 hasta hoy la temperatura global aumentó 1,1 grados centígrados, fenómeno que se amplifica en las áreas polares. A este ritmo, es posible que en diez años alcanzaremos el límite máximo global deseable de 1,5 grados centígrados. [9] El aumento no se dio sólo en la superficie terrestre, sino también en varios kilómetros hacia arriba en la atmósfera, en la superficie de los océanos y aun en profundidades por cientos de metros. Así se incrementó además la acidificación de los mares y se redujeron sus niveles de oxígeno. Los glaciares se retraen, disminuye la cobertura nevosa y sube constantemente el nivel del mar. [10] 13. No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX. Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia. Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda. 14. Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica. Pero ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos. Los elementos de origen natural que suelen provocar calentamiento, como las erupciones volcánicas y otros, son insuficientes para explicar la proporción y la velocidad de los cambios de las últimas décadas. [11] La evolución de las temperaturas medias superficiales no se sostiene sin el efecto del aumento de los gases de efecto invernadero. Daños y riesgos 15. Algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de años, como el aumento de la temperatura global de los océanos, su acidificación y disminución de oxígeno. Las aguas oceánicas tienen una inercia térmica y se requieren siglos para normalizar la temperatura y la salinidad, lo cual afecta la supervivencia de muchas especies. Este es un signo entre tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas. 16. Lo mismo hay que decir del proceso que lleva a la disminución del hielo continental. El derretimiento de los polos no podrá revertirse por cientos de años. En lo que respecta al clima, hay factores que siguen adelante durante mucho tiempo, independientemente de los hechos que los hayan desencadenado. Por esta razón, ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos. 17. Ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales o insuficientemente fundados. Esto no debería llevarnos a ignorar que la posibilidad de llegar a un punto crítico es real. Pequeños cambios pueden provocar cambios mayores, imprevistos y quizás ya irreversibles, debido a los factores de inercia. Así se terminaría desencadenando una cascada de acontecimientos que se precipiten como una bola de nieve. En un caso así siempre se llegará tarde, porque ninguna intervención podrá detener el proceso ya iniciado. De allí no se regresa. No podemos afirmar con certeza que en las condiciones actuales esto vaya a suceder. Sí es seguro que no deja de ser una posibilidad si tenemos en cuenta fenómenos ya en curso que “sensibilizan” al clima, como la disminución de los hielos, las modificaciones de flujos oceánicos, la deforestación en las selvas tropicales, el derretimiento del permafrost en Rusia, etc. [12] 18. Por consiguiente, urge una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo. 19. Finalmente podemos agregar que la pandemia del covid-19 ha constatado la estrecha relación de la vida humana con la de otros seres vivientes y con el medio ambiente. Pero en especial ha confirmado que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado” y “nadie se salva solo”. 2. Más paradigma tecnocrático 20. En Laudato si’ ofrecí un breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es «un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla». [13] En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico». [14] Como lógica consecuencia, «de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos». [15] 21. Durante los últimos años hemos podido confirmar este diagnóstico al mismo tiempo que hemos asistido a un nuevo avance de dicho paradigma. La inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente. 22. Sin duda no son ilimitados los recursos naturales que requiere la tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades. 23. Provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología «dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo […]. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad». [16] Repensar nuestro uso del poder 24. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Basta pensar en las tecnologías “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias. Fueron momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia […]. Está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación». [17] No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual. 25. En contra de este paradigma tecnocrático decimos que el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada. Ni siquiera podemos decir que la naturaleza es un mero “marco” donde desarrollamos nuestra vida y nuestros proyectos, porque «estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados», [18] de manera que «el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro». [19] 26. Esto mismo excluye la idea de que el ser humano sea un extraño, un factor externo sólo capaz de dañar el ambiente. Debe ser considerado como parte de la naturaleza. La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio. 27. Por eso un ambiente sano también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente, como ocurre en las culturas indígenas y como ha ocurrido durante siglos en distintas regiones de la tierra. Los grupos humanos muchas veces han “creado” ambiente, [20] lo han remodelado de alguna manera sin destruirlo ni ponerlo en peligro. El gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación. De todos modos, la indispensable superación de ese paradigma tan dañino y destructivo no se encontrará en una negación del ser humano, sino que incluye la interacción de los sistemas naturales «con los sistemas sociales». [21] 28. Necesitamos repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites. Porque nuestro poder ha aumentado frenéticamente en pocas décadas. Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia. Cabe repetir hoy la ironía de Soloviev: «Un siglo tan avanzado que era también el último». [22] Hace falta lucidez y honestidad para reconocer a tiempo que nuestro poder y el progreso que generamos se vuelven contra nosotros mismos. [23] El aguijón ético 29. La decadencia ética del poder real se disfraza gracias al marketing y la información falsa, mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos para incidir en la opinión pública a través de ellos. Con la ayuda de estos mecanismos, cuando se piensa iniciar un emprendimiento con fuerte intervención sobre el ambiente y altos efectos contaminantes, se ilusiona a los pobladores de la zona hablando del progreso local que podrá generarse o de las posibilidades económicas, laborales y de promoción humana que esto significará para sus hijos. Pero en realidad no parece interesarles de verdad el futuro de estas personas, porque no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más. 30. Basta pensar en el efímero entusiasmo del dinero que se recibió a cambio de depositar en un lugar residuos nucleares. La casa que se pudo comprar con ese dinero se convirtió en una tumba a causa de las enfermedades que se desencadenaron. Y no hablo movido por una imaginación desbordada sino a partir de algo que hemos vivido. Podría decirse que se trata de un ejemplo extremo, pero no cabe hablar aquí de daños “menores”, porque es precisamente la sumatoria de muchos daños que se consideran tolerables lo que termina llevándonos a la situación en la que ahora nos encontramos. 31. Esta situación no tiene que ver sólo con la física o la biología, sino también con la economía y nuestro modo de concebirla. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. En los últimos años podemos advertir que, aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos. 32. Se desarrollan planteos equivocados en torno a la llamada “meritocracia”, convertida en un “merecido” poder humano al que todo debe someterse, en un dominio de los que nacieron con mejores condiciones de desarrollo. Una cosa es un sano planteo sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, ¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo? 33. En la propia conciencia, y ante el rostro de los hijos que pagarán el daño de sus acciones, aparece la pregunta por el sentido: ¿qué sentido tiene mi vida, qué sentido tiene mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo? 3. La debilidad de la política internacional 34. Si bien «la historia da muestras de estar volviendo atrás […] cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día». [24] Para que haya avances sólidos y duraderos, me permito insistir que «deben ser favorecidos los acuerdos multilaterales entre los Estados». [25] 35. No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder: «Cuando se habla de la posibilidad de alguna forma de autoridad mundial regulada por el derecho no necesariamente debe pensarse en una autoridad personal». [26] Hablemos sobre todo de «organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales». [27] La cuestión es que deben estar dotadas de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables. De este modo se daría lugar a un multilateralismo que no dependa de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos pocos y que tenga una eficacia estable. 36. Sigue siendo lamentable que las crisis mundiales sean desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables. [28] Es lo que ocurrió en la crisis financiera de 2007-2008 y ha vuelto a ocurrir en la crisis del covid-19. Porque «las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes». [29] Reconfigurar el multilateralismo 37. Más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial. Los invito a reconocer que «tantas agrupaciones y organizaciones de la sociedad civil ayudan a paliar las debilidades de la Comunidad internacional, su falta de coordinación en situaciones complejas, su falta de atención frente a derechos humanos». [30] Por ejemplo, el proceso de Ottawa contra el uso, producción y manufactura de las minas antipersonales es un ejemplo que muestra cómo la sociedad civil con sus organizaciones es capaz de crear dinámicas eficientes que las Naciones Unidas no logran. De este modo, se aplica el principio de subsidiariedad también a la relación mundial-local. 38. A mediano plazo, la globalización favorece intercambios culturales espontáneos, mayor conocimiento mutuo y caminos de integración de las poblaciones que terminen provocando un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder. Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder. Es de esperar que esto ocurra con respecto a la crisis climática. Por eso reitero que «si los ciudadanos no controlan al poder político —nacional, regional y municipal—, tampoco es posible un control de los daños ambientales». [31] 39. La cultura posmoderna generó una nueva sensibilidad hacia los que son más débiles y menos dotados de poder. Esto se conecta con mi insistencia en la Carta encíclica Fratelli tutti sobre el primado de la persona humana y la defensa de su dignidad más allá de toda circunstancia. Es otro modo de invitar al multilateralismo en orden a resolver los problemas reales de la humanidad, procurando ante todo el respeto a la dignidad de las personas de manera que la ética prime por sobre las conveniencias locales o circunstanciales. 40. No se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia. Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable. 41. La vieja diplomacia, también en crisis, sigue mostrando su importancia y su necesidad. Todavía no ha logrado generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo, pero, si sabe reconfigurarse, debe ser parte de la solución, porque la experiencia de siglos tampoco puede ser desechada. 42. El mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común. Se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial. 43. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz. En este marco necesariamente se requieren espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones. Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos. 4. Las conferencias sobre el clima: avances y fracasos 44. Desde hace décadas, representantes de más de 190 países se reúnen periódicamente para tratar la cuestión climática. La Conferencia de Río de Janeiro de 1992 llevó a la adopción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un tratado que entró en vigor cuando se alcanzaron las necesarias ratificaciones de los países firmantes en 1994. Estos Estados se reúnen cada año en la Conferencia de las Partes (COP), máximo organismo para la toma de decisiones. Algunas fueron fracasos, como la de Copenhague (2009), mientras otras permitieron dar pasos importantes, como la COP3 de Kyoto (1997). Su valioso Protocolo es el que puso como objetivo reducir las emisiones complexivas de gases de efecto invernadero un 5% con respecto a 1990. El plazo era el año 2012, pero evidentemente no se cumplió. 45. Todas las partes se comprometían además a implementar programas de adaptación para reducir los efectos del cambio climático ya en curso. Se preveía también una ayuda para cubrir los costos de estas medidas en los países en vías de desarrollo. El Protocolo en realidad entró en vigor en 2005. 46. Posteriormente se propuso un mecanismo relativo a las pérdidas y los daños (loss and damage) causados por el cambio climático, que reconoce como principales responsables a los países más ricos y procura compensar los daños y las pérdidas que el cambio climático produce en los países más vulnerables. No se trata ya de financiar la “adaptación” de estos países sino de compensarlos por los daños ya sufridos. Esta cuestión fue objeto de importantes discusiones en varias COP. 47. La COP21 de París (2015) fue otro momento significativo, porque generó un acuerdo que involucró a todos. Puede considerarse un nuevo comienzo, teniendo en cuenta el incumplimiento de los objetivos planteados en la etapa anterior. El acuerdo entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Si bien es un acuerdo vinculante, no todas las prescripciones son obligaciones en sentido estricto y algunas de ellas dan lugar a una amplia discrecionalidad. Por otra parte, aun para las obligaciones incumplidas no se prevén estrictamente sanciones ni hay instrumentos eficaces para garantizar su cumplimiento. Prevé también formas de flexibilidad para países en vías de desarrollo. 48. El Acuerdo de París presenta un gran objetivo a largo plazo: mantener el aumento de las temperaturas medias globales por debajo de los 2 grados con respecto a los niveles preindustriales, intentando aun bajar a los 1,5 grados. Todavía se está trabajando para consolidar prácticas concretas de monitorización y facilitar criterios generales que permitan comparar los objetivos de los distintos países. Esto dificulta una valoración más objetiva (cuantitativa) de los resultados reales. 49. Después de algunas Conferencias con escasos resultados, y la decepción de la COP25 de Madrid (2019), se esperaba revertir esta inercia en la COP26 de Glasgow (2021). Básicamente, su resultado fue relanzar el Acuerdo de París puesto en duda por los condicionamientos y efectos de la pandemia. Por lo demás, abundaron las “exhortaciones” cuya incidencia real era poco previsible. Las propuestas tendientes a asegurar una transición rápida y efectiva hacia formas alternativas de energía menos contaminantes no pudieron avanzar. 50. La COP27 de Sharm El Sheikh (2022) estuvo desde el inicio amenazada por la situación que creó la invasión a Ucrania, que causó una importante crisis económica y energética. El uso del carbón aumentó y todos querían asegurarse su abastecimiento. Los países en vías de desarrollo consideraban una prioridad urgente acceder a la energía y a las posibilidades de desarrollo. Hubo un claro sinceramiento al reconocer que de hecho los combustibles fósiles proveen todavía el 80% de la energía mundial y que su uso sigue en aumento. 51. Esta Conferencia egipcia fue un ejemplo más de la dificultad de las negociaciones. Podría decirse que produjo al menos un avance en la consolidación del sistema de financiación por “las pérdidas y los daños” en los países más afectados por los desastres climáticos. Esto parecía dar nueva voz y mayor participación a los países en vías de desarrollo. Pero aun en esta cuestión muchos puntos quedaron imprecisos, sobre todo la responsabilidad concreta de los países que deben aportar. 52. Hoy podemos seguir afirmando que «los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos. Los principios enunciados siguen reclamando caminos eficaces y ágiles de ejecución práctica». [32] También que «las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad». [33] 5. ¿Qué se espera de la COP28 de Dubai? 53. Los Emiratos Árabes Unidos hospedarán la próxima Conferencia de las Partes (COP28). Es un país del Golfo Pérsico que se caracteriza por ser un gran exportador de energías fósiles, si bien ha hecho importantes inversiones en energías renovables. Mientras tanto, las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos allí para ampliar más aún la producción. Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático. 54. Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión, que muestre que todo lo que se ha hecho desde 1992 iba en serio y valió la pena, o será una gran decepción y pondrá en riesgo lo bueno que se haya podido lograr hasta ahora. 55. A pesar de tantas negociaciones y acuerdos, las emisiones globales siguieron creciendo. Es verdad que se puede afirmar que sin estos acuerdos habrían crecido todavía más. Pero en otros temas relacionados con el medio ambiente, cuando hubo voluntad, se obtuvieron resultados muy significativos, como ocurrió con la protección de la capa de ozono. En cambio, la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria. Por consiguiente, lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer. 56. Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales. Sabemos que, a este ritmo, sólo en pocos años superaremos el límite máximo deseable de 1,5 grados centígrados y en poco tiempo más podríamos llegar a los 3 grados, con un alto riesgo de alcanzar un punto crítico. Aunque no se llegara a este punto de no retorno, lo cierto es que las consecuencias serían desastrosas y deberían tomarse medidas de modo precipitado, con costos enormes y con gravísimas e intolerables consecuencias económicas y sociales. Si las medidas que tomemos ahora tienen costos, estos serán muchos más pesados mientras más esperemos. 57. Considero imprescindible insistir en que «buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial». [34] Es verdad que son necesarios los esfuerzos de adaptación frente a los males que son irreversibles en el corto plazo. También son positivas algunas intervenciones y avances tecnológicos que permitan absorber o capturar los gases emitidos. Pero corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando. Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve. 58. Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos. Por eso se requiere un acompañamiento de todos. Suelen llamar la atención en las Conferencias sobre el clima las acciones de grupos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos. 59. Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos. No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora, y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males. 60. Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: «¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?». [35] 6. Las motivaciones espirituales 61. A los fieles católicos no quiero dejar de recordarles las motivaciones que brotan de la propia fe. Aliento a los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado. A la luz de la fe 62. La Biblia narra que «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno» ( Gn 1,31). De Él es «la tierra y todo lo que hay en ella» ( Dt 10,14). Por eso Él nos dice: «La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes» ( Lv 25,23). Entonces, «esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo». [36] 63. Por otra parte, «el conjunto del universo, con sus múltiples relaciones, muestra mejor la inagotable riqueza de Dios». Por consiguiente, para ser sabios, «necesitamos captar la variedad de las cosas en sus múltiples relaciones». [37] En este camino de sabiduría, no es irrelevante para nosotros que desaparezcan tantas especies, que la crisis climática ponga en riesgo la vida de tantos seres. 64. Jesús «podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro. Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino». [38] 65. Al mismo tiempo, «las criaturas de este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia luminosa». [39] Si «el universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo, entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre». [40] El mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo? Caminar en comunión y compromiso 66. Dios nos ha unido a todas sus criaturas. Sin embargo, el paradigma tecnocrático nos puede aislar del mundo que nos rodea, y nos engaña haciéndonos olvidar que todo el mundo es una “zona de contacto”. [41] 67. La cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres, pero hoy nos vemos obligados a reconocer que sólo es posible sostener un “antropocentrismo situado”. Es decir, reconocer que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque «todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde». [42] 68. Esto no es producto de nuestra voluntad, tiene otro origen que está en la raíz de nuestro ser, ya que «Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación». [43] Así terminamos con la idea de un ser humano autónomo, todopoderoso, ilimitado, y nos repensamos a nosotros mismos para entendernos de una manera más humilde y más rica. 69. Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores. Sin embargo, no puedo negar que es necesario ser sinceros y reconocer que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional. 70. No obstante, todo suma, y evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global ya puede ser suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas. Pero lo que importa es algo menos cuantitativo: recordar que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas. 71. El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos. Advirtamos entonces que, aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad. 72. Si consideramos que las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres, [44] podemos afirmar que un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo. 73. «Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo. Dado en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, el 4 de octubre, Fiesta de san Francisco de Asís, del año 2023, décimo primero de mi Pontificado. FRANCISCO

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA

LAUDATE DEUM

DEL SANTO PADRE
FRANCISCO

A TODAS LAS PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD
SOBRE LA CRISIS CLIMÁTICA

1. «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Esta era la invitación que hacía san Francisco de Asís con su vida, con sus cánticos, con sus gestos. Así recogía la propuesta de los salmos de la Biblia y reproducía la sensibilidad de Jesús ante las criaturas de su Padre: «Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos» (Mt 6,28-29). «¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos» (Lc 12,6). ¡Cómo no admirar esta ternura de Jesús ante todos los seres que nos acompañan en el camino!

2. Han pasado ya ocho años desde que publiqué la Carta encíclica Laudato si’, cuando quise compartir con todos ustedes, hermanas y hermanos de nuestro sufrido planeta, mis más sentidas preocupaciones sobre el cuidado de la casa común. Pero con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre. Más allá de esta posibilidad, es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas. Sentiremos sus efectos en los ámbitos de la salud, las fuentes de trabajo, el acceso a los recursos, la vivienda, las migraciones forzadas, etc.

3. Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico, porque «nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo». [1] En pocas palabras lo dijeron también los obispos en el Sínodo para la Amazonia: «Los atentados contra la naturaleza tienen consecuencias contra la vida de los pueblos». [2] Y para expresar de modo contundente que ya no se trata de una cuestión secundaria o ideológica sino de un drama que nos daña a todos, los obispos africanos afirmaron que el cambio climático pone de manifiesto «un impactante ejemplo de pecado estructural». [3]

4. La reflexión y la información que podemos recoger de estos últimos ocho años, nos permite precisar y completar lo que podíamos afirmar tiempo atrás. Por esta razón, y porque la situación se vuelve más imperiosa todavía, he querido compartir con ustedes estas páginas.

1. La crisis climática global

5. Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. Nadie puede ignorar que en los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra que son sólo algunas expresiones palpables de una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos. Es verdad que no cabe atribuir de modo habitual cada catástrofe concreta al cambio climático global. Sin embargo, sí es verificable que determinados cambios en el clima provocados por la humanidad aumentan notablemente la probabilidad de fenómenos extremos cada vez más frecuentes e intensos. Por eso sabemos que cada vez que aumente la temperatura global en 0,5 grados centígrados, aumentarán también la intensidad y la frecuencia de grandes lluvias y aluviones en algunas zonas, sequías severas en otras, calores extremos en ciertas regiones y grandes nevadas en otras. [4] Si hasta ahora podíamos tener olas de calor algunas veces al año, ¿qué pasaría con un aumento de la temperatura global de 1,5 grados centígrados, del cual estamos cerca? Esas olas de calor serán mucho más frecuentes y con mayor intensidad. Si llega a superar los 2 grados, se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, [5] con enormes y gravísimas consecuencias para todos.

Resistencias y confusiones

6. En los últimos años no han faltado personas que pretendieron burlarse de esta constatación. Mencionan supuestos datos científicamente sólidos, como el hecho de que el planeta siempre tuvo y tendrá períodos de enfriamiento y de calentamiento. Olvidan mencionar otro dato relevante: que lo que estamos verificando ahora es una inusual aceleración del calentamiento, con una velocidad tal que basta una sola generación —no siglos ni milenios— para constatarlo. El aumento del nivel del mar y el derretimiento de los glaciares pueden ser fácilmente percibidos por una persona a lo largo de su vida, y probablemente en pocos años muchas poblaciones deberán trasladar sus hogares a causa de estos hechos.

7. Para ridiculizar a quienes hablan del calentamiento global, se acude al hecho de que suelen verificarse fríos también extremos. Se olvida que éste y otros síntomas extraordinarios no son más que diversas expresiones alternativas de la misma causa: el desajuste global que provoca el calentamiento del planeta. Tanto las sequías como las inundaciones, tanto los lagos que se secan como las poblaciones arrasadas por maremotos o desbordes, tienen en definitiva el mismo origen. Por otra parte, si hablamos de un fenómeno global no podemos confundirlo con eventos transitorios y cambiantes, que se explican en buena parte por factores locales.

8. La falta de información lleva a confundir las grandes proyecciones climáticas que suponen períodos largos —hablamos al menos de décadas— con las previsiones meteorológicas que a lo sumo pueden abarcar algunas semanas. Cuando hablamos del cambio climático nos referimos a una realidad global —con constantes variaciones locales— que persiste durante varias décadas.

9. Con la pretensión de simplificar la realidad, no faltan quienes responsabilizan a los pobres porque tienen muchos hijos y hasta pretenden resolverlo mutilando a las mujeres de países menos desarrollados. Como siempre, pareciera que la culpa es de los pobres. Pero la realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial, y que la emisión per cápita de los países más ricos es muchas veces mayor que la de los más pobres. [6] ¿Cómo olvidar que África, que alberga más de la mitad de los más pobres del planeta, es responsable de una mínima parte de las emisiones históricas?

10. También suele decirse que los esfuerzos por mitigar el cambio climático, reduciendo el uso de combustibles fósiles y desarrollando formas de energía más limpias, provocará una reducción de los puestos de trabajo. Lo que ocurre es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva. Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello.

Las causas humanas

11. Ya no se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático. Veamos por qué. La concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que por ese efecto provocan el calentamiento de la tierra, se mantuvo estable hasta el siglo XIX, por debajo de las 300 partes por millón en volumen. Pero a mediados de ese siglo, en coincidencia con el desarrollo industrial, comenzaron a crecer las emisiones. En los últimos cincuenta años el aumento se aceleró notablemente, como lo ha certificado el observatorio de Mauna Loa, que toma medidas diarias de dióxido de carbono desde el año 1958. Mientras escribía la Laudato si’ se alcanzó el máximo de la historia —400 partes por millón— hasta llegar en junio de 2023 a las 423 partes por millón. [7] Más del 42% del total de las emisiones netas a partir del año 1850 se produjeron después de 1990. [8]

12. Al mismo tiempo verificamos que en los últimos cincuenta años la temperatura aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años. En este período la tendencia fue de un calentamiento de 0,15 grados centígrados por década, el doble de lo ocurrido en los últimos 150 años. Desde 1850 hasta hoy la temperatura global aumentó 1,1 grados centígrados, fenómeno que se amplifica en las áreas polares. A este ritmo, es posible que en diez años alcanzaremos el límite máximo global deseable de 1,5 grados centígrados. [9] El aumento no se dio sólo en la superficie terrestre, sino también en varios kilómetros hacia arriba en la atmósfera, en la superficie de los océanos y aun en profundidades por cientos de metros. Así se incrementó además la acidificación de los mares y se redujeron sus niveles de oxígeno. Los glaciares se retraen, disminuye la cobertura nevosa y sube constantemente el nivel del mar. [10]

13. No es posible ocultar la coincidencia de estos fenómenos climáticos globales con el crecimiento acelerado de la emisión de gases de efecto invernadero sobre todo desde mediados del siglo XX. Una abrumadora mayoría de científicos especializados en clima sostienen esta correlación y sólo un ínfimo porcentaje de ellos intenta negar esta evidencia. Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda.

14. Me veo obligado a hacer estas precisiones, que pueden parecer obvias, debido a ciertas opiniones despectivas y poco racionales que encuentro incluso dentro de la Iglesia católica. Pero ya no podemos dudar de que la razón de la inusual velocidad de estos peligrosos cambios es un hecho inocultable: las enormes novedades que tienen que ver con la desbocada intervención humana sobre la naturaleza en los dos últimos siglos. Los elementos de origen natural que suelen provocar calentamiento, como las erupciones volcánicas y otros, son insuficientes para explicar la proporción y la velocidad de los cambios de las últimas décadas. [11] La evolución de las temperaturas medias superficiales no se sostiene sin el efecto del aumento de los gases de efecto invernadero.

Daños y riesgos

15. Algunas manifestaciones de esta crisis climática ya son irreversibles al menos por cientos de años, como el aumento de la temperatura global de los océanos, su acidificación y disminución de oxígeno. Las aguas oceánicas tienen una inercia térmica y se requieren siglos para normalizar la temperatura y la salinidad, lo cual afecta la supervivencia de muchas especies. Este es un signo entre tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas.

16. Lo mismo hay que decir del proceso que lleva a la disminución del hielo continental. El derretimiento de los polos no podrá revertirse por cientos de años. En lo que respecta al clima, hay factores que siguen adelante durante mucho tiempo, independientemente de los hechos que los hayan desencadenado. Por esta razón, ya no podemos detener el enorme daño que hemos causado. Sólo estamos a tiempo para evitar daños todavía más dramáticos.

17. Ciertos diagnósticos apocalípticos suelen parecer poco racionales o insuficientemente fundados. Esto no debería llevarnos a ignorar que la posibilidad de llegar a un punto crítico es real. Pequeños cambios pueden provocar cambios mayores, imprevistos y quizás ya irreversibles, debido a los factores de inercia. Así se terminaría desencadenando una cascada de acontecimientos que se precipiten como una bola de nieve. En un caso así siempre se llegará tarde, porque ninguna intervención podrá detener el proceso ya iniciado. De allí no se regresa. No podemos afirmar con certeza que en las condiciones actuales esto vaya a suceder. Sí es seguro que no deja de ser una posibilidad si tenemos en cuenta fenómenos ya en curso que “sensibilizan” al clima, como la disminución de los hielos, las modificaciones de flujos oceánicos, la deforestación en las selvas tropicales, el derretimiento del permafrost en Rusia, etc. [12]

18. Por consiguiente, urge una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás. Se nos pide nada más que algo de responsabilidad ante la herencia que dejaremos tras nuestro paso por este mundo.

19. Finalmente podemos agregar que la pandemia del covid-19 ha constatado la estrecha relación de la vida humana con la de otros seres vivientes y con el medio ambiente. Pero en especial ha confirmado que lo que ocurre en cualquier lugar del mundo tiene repercusiones en todo el planeta. Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado” y “nadie se salva solo”.

2. Más paradigma tecnocrático

20. En Laudato si’ ofrecí un breve desarrollo acerca del paradigma tecnocrático que está detrás del proceso actual de degradación del ambiente. Es «un modo de entender la vida y la acción humana que se ha desviado y que contradice la realidad hasta dañarla». [13] En el fondo consiste en pensar «como si la realidad, el bien y la verdad brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico». [14] Como lógica consecuencia, «de aquí se pasa fácilmente a la idea de un crecimiento infinito o ilimitado, que ha entusiasmado tanto a economistas, financistas y tecnólogos». [15]

21. Durante los últimos años hemos podido confirmar este diagnóstico al mismo tiempo que hemos asistido a un nuevo avance de dicho paradigma. La inteligencia artificial y las últimas novedades tecnológicas parten de la idea de un ser humano sin límite alguno, cuyas capacidades y posibilidades podrían ser ampliadas hasta el infinito gracias a la tecnología. Así, el paradigma tecnocrático se retroalimenta monstruosamente.

22. Sin duda no son ilimitados los recursos naturales que requiere la tecnología, como el litio, el silicio y tantos otros, pero el mayor problema es la ideología que subyace a una obsesión: acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio. Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades.

23. Provoca escalofríos advertir que las capacidades ampliadas por la tecnología «dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero. Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo […]. ¿En manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso que resida en una pequeña parte de la humanidad». [16]

Repensar nuestro uso del poder

24. No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad. Basta pensar en las tecnologías “admirables” que fueron utilizadas para diezmar poblaciones, lanzar bombas atómicas, aniquilar etnias. Fueron momentos históricos donde la admiración ante el progreso no dejaba ver lo horroroso de sus efectos. Pero este riesgo está siempre presente, porque «el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia […]. Está desnudo y expuesto frente a su propio poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida abnegación». [17] No es extraño que un poder tan grande en semejantes manos sea capaz de arrasar con la vida, mientras la matriz de pensamiento propia del paradigma tecnocrático nos enceguece y no nos permite advertir este gravísimo problema de la humanidad actual.

25. En contra de este paradigma tecnocrático decimos que el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada. Ni siquiera podemos decir que la naturaleza es un mero “marco” donde desarrollamos nuestra vida y nuestros proyectos, porque «estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados», [18] de manera que «el mundo no se contempla desde fuera sino desde dentro». [19]

26. Esto mismo excluye la idea de que el ser humano sea un extraño, un factor externo sólo capaz de dañar el ambiente. Debe ser considerado como parte de la naturaleza. La vida humana, la inteligencia y la libertad integran la naturaleza que enriquece a nuestro planeta y son parte de sus fuerzas internas y de su equilibrio.

27. Por eso un ambiente sano también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente, como ocurre en las culturas indígenas y como ha ocurrido durante siglos en distintas regiones de la tierra. Los grupos humanos muchas veces han “creado” ambiente, [20] lo han remodelado de alguna manera sin destruirlo ni ponerlo en peligro. El gran problema actual es que el paradigma tecnocrático ha destrozado esta sana y armónica relación. De todos modos, la indispensable superación de ese paradigma tan dañino y destructivo no se encontrará en una negación del ser humano, sino que incluye la interacción de los sistemas naturales «con los sistemas sociales». [21]

28. Necesitamos repensar entre todos la cuestión del poder humano, cuál es su sentido, cuáles son sus límites. Porque nuestro poder ha aumentado frenéticamente en pocas décadas. Hemos hecho impresionantes y asombrosos progresos tecnológicos, y no advertimos que al mismo tiempo nos convertimos en seres altamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia. Cabe repetir hoy la ironía de Soloviev: «Un siglo tan avanzado que era también el último». [22] Hace falta lucidez y honestidad para reconocer a tiempo que nuestro poder y el progreso que generamos se vuelven contra nosotros mismos. [23]

El aguijón ético

29. La decadencia ética del poder real se disfraza gracias al marketing y la información falsa, mecanismos útiles en manos de quienes tienen mayores recursos para incidir en la opinión pública a través de ellos. Con la ayuda de estos mecanismos, cuando se piensa iniciar un emprendimiento con fuerte intervención sobre el ambiente y altos efectos contaminantes, se ilusiona a los pobladores de la zona hablando del progreso local que podrá generarse o de las posibilidades económicas, laborales y de promoción humana que esto significará para sus hijos. Pero en realidad no parece interesarles de verdad el futuro de estas personas, porque no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento quedarían una tierra arrasada; unas condiciones mucho más desfavorables para vivir y prosperar; una región desolada, menos habitable, sin vida y sin la alegría de la convivencia y de la esperanza; además del daño global que termina perjudicando a muchos más.

30. Basta pensar en el efímero entusiasmo del dinero que se recibió a cambio de depositar en un lugar residuos nucleares. La casa que se pudo comprar con ese dinero se convirtió en una tumba a causa de las enfermedades que se desencadenaron. Y no hablo movido por una imaginación desbordada sino a partir de algo que hemos vivido. Podría decirse que se trata de un ejemplo extremo, pero no cabe hablar aquí de daños “menores”, porque es precisamente la sumatoria de muchos daños que se consideran tolerables lo que termina llevándonos a la situación en la que ahora nos encontramos.

31. Esta situación no tiene que ver sólo con la física o la biología, sino también con la economía y nuestro modo de concebirla. La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad. En los últimos años podemos advertir que, aturdidos y extasiados frente a las promesas de tantos falsos profetas, a veces los mismos pobres caen en el engaño de un mundo que no se construye para ellos.

32. Se desarrollan planteos equivocados en torno a la llamada “meritocracia”, convertida en un “merecido” poder humano al que todo debe someterse, en un dominio de los que nacieron con mejores condiciones de desarrollo. Una cosa es un sano planteo sobre el valor del esfuerzo, el desarrollo de las propias capacidades y un loable espíritu de iniciativa, pero si no se busca una real igualdad de oportunidades esto se convierte fácilmente en una pantalla que consolida más aún los privilegios de unos pocos con mayor poder. Dentro de esta lógica perversa, ¿qué les importa el daño a la casa común si ellos se sienten seguros bajo la supuesta armadura de los recursos económicos que han conseguido con su capacidad y con su esfuerzo?

33. En la propia conciencia, y ante el rostro de los hijos que pagarán el daño de sus acciones, aparece la pregunta por el sentido: ¿qué sentido tiene mi vida, qué sentido tiene mi paso por esta tierra, qué sentido tienen, en definitiva, mi trabajo y mi esfuerzo?

3. La debilidad de la política internacional

34. Si bien «la historia da muestras de estar volviendo atrás […] cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día». [24] Para que haya avances sólidos y duraderos, me permito insistir que «deben ser favorecidos los acuerdos multilaterales  entre los Estados». [25]

35. No es conveniente confundir el multilateralismo con una autoridad mundial concentrada en una persona o en una élite con excesivo poder: «Cuando se habla de la posibilidad de alguna forma de autoridad mundial regulada por el derecho no necesariamente debe pensarse en una autoridad personal». [26] Hablemos sobre todo de «organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales». [27] La cuestión es que deben estar dotadas de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables. De este modo se daría lugar a un multilateralismo que no dependa de las circunstancias políticas cambiantes o de los intereses de unos pocos y que tenga una eficacia estable.

36. Sigue siendo lamentable que las crisis mundiales sean desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables. [28] Es lo que ocurrió en la crisis financiera de 2007-2008 y ha vuelto a ocurrir en la crisis del covid-19. Porque «las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes». [29]

Reconfigurar el multilateralismo

37. Más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial. Los  invito a reconocer que «tantas agrupaciones y organizaciones de la sociedad civil ayudan a paliar las debilidades de la Comunidad internacional, su falta de coordinación en situaciones complejas, su falta de atención frente a derechos humanos». [30] Por ejemplo, el proceso de Ottawa contra el uso, producción y manufactura de las minas antipersonales es un ejemplo que muestra cómo la sociedad civil con sus organizaciones es capaz de crear dinámicas eficientes que las Naciones Unidas no logran. De este modo, se aplica el principio de subsidiariedad también a la relación mundial-local.

38. A mediano plazo, la globalización favorece intercambios culturales espontáneos, mayor conocimiento mutuo y caminos de integración de las poblaciones que terminen provocando un multilateralismo “desde abajo” y no simplemente decidido por las élites del poder. Las exigencias que brotan desde abajo en todo el mundo, donde luchadores de los más diversos países se ayudan y se acompañan, pueden terminar presionando a los factores de poder. Es de esperar que esto ocurra con respecto a la crisis climática. Por eso reitero que «si los ciudadanos no controlan al poder político —nacional, regional y municipal—, tampoco es posible un control de los daños ambientales». [31]

39. La cultura posmoderna generó una nueva sensibilidad hacia los que son más débiles y menos dotados de poder. Esto se conecta con mi insistencia en la Carta encíclica Fratelli tutti sobre el primado de la persona humana y la defensa de su dignidad más allá de toda circunstancia. Es otro modo de invitar al multilateralismo en orden a resolver los problemas reales de la humanidad, procurando ante todo el respeto a la dignidad de las personas de manera que la ética prime por sobre las conveniencias locales o circunstanciales.

40. No se trata de reemplazar a la política, porque por otro lado las potencias emergentes se vuelven cada vez más relevantes y de hecho son capaces de obtener resultados importantes en la resolución de problemas concretos, como algunas de ellas han demostrado en la pandemia. Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable.

41. La vieja diplomacia, también en crisis, sigue mostrando su importancia y su necesidad. Todavía no ha logrado generar un modelo de diplomacia multilateral que responda a la nueva configuración del mundo, pero, si sabe reconfigurarse, debe ser parte de la solución, porque la experiencia de siglos tampoco puede ser desechada.

42. El mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales ante los retos ambientales, sanitarios, culturales y sociales, especialmente para consolidar el respeto a los derechos humanos más elementales, a los derechos sociales y al cuidado de la casa común. Se trata de establecer reglas globales y eficientes que permitan “asegurar” esta tutela mundial.

43. Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones, porque el establecido varias décadas atrás no es suficiente ni parece eficaz. En este marco necesariamente se requieren espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones. Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos.

4. Las conferencias sobre el clima: avances y fracasos

44. Desde hace décadas, representantes de más de 190 países se reúnen periódicamente para tratar la cuestión climática. La Conferencia de Río de Janeiro de 1992 llevó a la adopción de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), un tratado que entró en vigor cuando se alcanzaron las necesarias ratificaciones de los países firmantes en 1994. Estos Estados se reúnen cada año en la Conferencia de las Partes (COP), máximo organismo para la toma de decisiones. Algunas fueron fracasos, como la de Copenhague (2009), mientras otras permitieron dar pasos importantes, como la COP3 de Kyoto (1997). Su valioso Protocolo es el que puso como objetivo reducir las emisiones complexivas de gases de efecto invernadero un 5% con respecto a 1990. El plazo era el año 2012, pero evidentemente no se cumplió.

45. Todas las partes se comprometían además a implementar programas de adaptación para reducir los efectos del cambio climático ya en curso. Se preveía también una ayuda para cubrir los costos de estas medidas en los países en vías de desarrollo. El Protocolo en realidad entró en vigor en 2005.

46. Posteriormente se propuso un mecanismo relativo a las pérdidas y los daños (loss and damage) causados por el cambio climático, que reconoce como principales responsables a los países más ricos y procura compensar los daños y las pérdidas que el cambio climático produce en los países más vulnerables. No se trata ya de financiar la “adaptación” de estos países sino de compensarlos por los daños ya sufridos. Esta cuestión fue objeto de importantes discusiones en varias COP.

47. La COP21 de París (2015) fue otro momento significativo, porque generó un acuerdo que involucró a todos. Puede considerarse un nuevo comienzo, teniendo en cuenta el incumplimiento de los objetivos planteados en la etapa anterior. El acuerdo entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Si bien es un acuerdo vinculante, no todas las prescripciones son obligaciones en sentido estricto y algunas de ellas dan lugar a una amplia discrecionalidad. Por otra parte, aun para las obligaciones incumplidas no se prevén estrictamente sanciones ni hay instrumentos eficaces para garantizar su cumplimiento. Prevé también formas de flexibilidad para países en vías de desarrollo.

48. El Acuerdo de París presenta un gran objetivo a largo plazo: mantener el aumento de las temperaturas medias globales por debajo de los 2 grados con respecto a los niveles preindustriales, intentando aun bajar a los 1,5 grados. Todavía se está trabajando para consolidar prácticas concretas de monitorización y facilitar criterios generales que permitan comparar los objetivos de los distintos países. Esto dificulta una valoración más objetiva (cuantitativa) de los resultados reales.

49. Después de algunas Conferencias con escasos resultados, y la decepción de la COP25 de Madrid (2019), se esperaba revertir esta inercia en la COP26 de Glasgow (2021). Básicamente, su resultado fue relanzar el Acuerdo de París puesto en duda por los condicionamientos y efectos de la pandemia. Por lo demás, abundaron las “exhortaciones” cuya incidencia real era poco previsible. Las propuestas tendientes a asegurar una transición rápida y efectiva hacia formas alternativas de energía menos contaminantes no pudieron avanzar.

50. La COP27 de Sharm El Sheikh (2022) estuvo desde el inicio amenazada por la situación que creó la invasión a Ucrania, que causó una importante crisis económica y energética. El uso del carbón aumentó y todos querían asegurarse su abastecimiento. Los países en vías de desarrollo consideraban una prioridad urgente acceder a la energía y a las posibilidades de desarrollo. Hubo un claro sinceramiento al reconocer que de hecho los combustibles fósiles proveen todavía el 80% de la energía mundial y que su uso sigue en aumento.

51. Esta Conferencia egipcia fue un ejemplo más de la dificultad de las negociaciones. Podría decirse que produjo al menos un avance en la consolidación del sistema de financiación por “las pérdidas y los daños” en los países más afectados por los desastres climáticos. Esto parecía dar nueva voz y mayor participación a los países en vías de desarrollo. Pero aun en esta cuestión muchos puntos quedaron imprecisos, sobre todo la responsabilidad concreta de los países que deben aportar.

52. Hoy podemos seguir afirmando que «los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos. Los principios enunciados siguen reclamando caminos eficaces y ágiles de ejecución práctica». [32] También que «las negociaciones internacionales no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad». [33]

5. ¿Qué se espera de la COP28 de Dubai?

53. Los Emiratos Árabes Unidos hospedarán la próxima Conferencia de las Partes (COP28). Es un país del Golfo Pérsico que se caracteriza por ser un gran exportador de energías fósiles, si bien ha hecho importantes inversiones en energías renovables. Mientras tanto, las empresas de gas y petróleo ambicionan nuevos proyectos allí para ampliar más aún la producción. Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático.

54. Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar que esta COP28 dé lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión, que muestre que todo lo que se ha hecho desde 1992 iba en serio y valió la pena, o será una gran decepción y pondrá en riesgo lo bueno que se haya podido lograr hasta ahora.

55. A pesar de tantas negociaciones y acuerdos, las emisiones globales siguieron creciendo. Es verdad que se puede afirmar que sin estos acuerdos habrían crecido todavía más. Pero en otros temas relacionados con el medio ambiente, cuando hubo voluntad, se obtuvieron resultados muy significativos, como ocurrió con la protección de la capa de ozono. En cambio, la transición que se necesita, hacia energías limpias como la eólica y la solar, abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria. Por consiguiente, lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer.

56. Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales. Sabemos que, a este ritmo, sólo en pocos años superaremos el límite máximo deseable de 1,5 grados centígrados y en poco tiempo más podríamos llegar a los 3 grados, con un alto riesgo de alcanzar un punto crítico. Aunque no se llegara a este punto de no retorno, lo cierto es que las consecuencias serían desastrosas y deberían tomarse medidas de modo precipitado, con costos enormes y con gravísimas e intolerables consecuencias económicas y sociales. Si las medidas que tomemos ahora tienen costos, estos serán muchos más pesados mientras más esperemos.

57. Considero imprescindible insistir en que «buscar sólo un remedio técnico a cada problema ambiental que surja es aislar cosas que en la realidad están entrelazadas y esconder los verdaderos y más profundos problemas del sistema mundial». [34] Es verdad que son necesarios los esfuerzos de adaptación frente a los males que son irreversibles en el corto plazo. También son positivas algunas intervenciones y avances tecnológicos que permitan absorber o capturar los gases emitidos. Pero corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando. Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve.

58. Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos. Por eso se requiere un acompañamiento de todos. Suelen llamar la atención en las Conferencias sobre el clima las acciones de grupos que son criticados como “radicalizados”. Pero en realidad ellos cubren un vacío de la sociedad entera, que debería ejercer una sana “presión”, porque a cada familia le corresponde pensar que está en juego el futuro de sus hijos.

59. Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente. Esto para lograr que se inicie un nuevo proceso destacado por tres aspectos: que sea drástico, que sea intenso y que cuente con el compromiso de todos. No es lo que ocurrió en el camino recorrido hasta ahora, y sólo con ese proceso se podría recuperar la credibilidad de la política internacional, porque únicamente de esa manera concreta será posible reducir notablemente el dióxido de carbono y evitar a tiempo los peores males.

60. Ojalá quienes intervengan puedan ser estrategas capaces de pensar en el bien común y en el futuro de sus hijos, más que en intereses circunstanciales de algunos países o empresas. Ojalá muestren así la nobleza de la política y no su vergüenza. A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: «¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?». [35]

6. Las motivaciones espirituales

61. A los fieles católicos no quiero dejar de recordarles las motivaciones que brotan de la propia fe. Aliento a los hermanos y hermanas de otras religiones a que hagan lo mismo, porque sabemos que la fe auténtica no sólo da fuerzas al corazón humano, sino que transforma la vida entera, transfigura los propios objetivos, ilumina la relación con los demás y los lazos con todo lo creado.

A la luz de la fe

62. La Biblia narra que «Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno» ( Gn 1,31). De Él es «la tierra y todo lo que hay en ella» ( Dt 10,14). Por eso Él nos dice: «La tierra no podrá venderse definitivamente, porque la tierra es mía, y ustedes son para mí como extranjeros y huéspedes» ( Lv 25,23). Entonces, «esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo». [36]

63. Por otra parte, «el conjunto del universo, con sus múltiples relaciones, muestra mejor la inagotable riqueza de Dios». Por consiguiente, para ser sabios, «necesitamos captar la variedad de las cosas en sus múltiples relaciones». [37] En este camino de sabiduría, no es irrelevante para nosotros que desaparezcan tantas especies, que la crisis climática ponga en riesgo la vida de tantos seres.

64. Jesús «podía invitar a otros a estar atentos a la belleza que hay en el mundo porque él mismo estaba en contacto permanente con la naturaleza y le prestaba una atención llena de cariño y asombro. Cuando recorría cada rincón de su tierra se detenía a contemplar la hermosura sembrada por su Padre, e invitaba a sus discípulos a reconocer en las cosas un mensaje divino». [38]

65. Al mismo tiempo, «las criaturas de este mundo ya no se nos presentan como una realidad meramente natural, porque el Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las aves que él contempló admirado con sus ojos humanos, ahora están llenas de su presencia luminosa». [39] Si «el universo se desarrolla en Dios, que lo llena todo, entonces hay mística en una hoja, en un camino, en el rocío, en el rostro del pobre». [40] El mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo?

Caminar en comunión y compromiso

66. Dios nos ha unido a todas sus criaturas. Sin embargo, el paradigma tecnocrático nos puede aislar del mundo que nos rodea, y nos engaña haciéndonos olvidar que todo el mundo es una “zona de contacto”. [41]

67. La cosmovisión judeocristiana defiende el valor peculiar y central del ser humano en medio del concierto maravilloso de todos los seres, pero hoy nos vemos obligados a reconocer que sólo es posible sostener un “antropocentrismo situado”. Es decir, reconocer que la vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque «todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde». [42]

68. Esto no es producto de nuestra voluntad, tiene otro origen que está en la raíz de nuestro ser, ya que «Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación». [43] Así terminamos con la idea de un ser humano autónomo, todopoderoso, ilimitado, y nos repensamos a nosotros mismos para entendernos de una manera más humilde y más rica.

69. Invito a cada uno a acompañar este camino de reconciliación con el mundo que nos alberga, y a embellecerlo con el propio aporte, porque ese empeño propio tiene que ver con la dignidad personal y con los grandes valores. Sin embargo, no puedo negar que es necesario ser sinceros y reconocer que las soluciones más efectivas no vendrán sólo de esfuerzos individuales sino ante todo de las grandes decisiones en la política nacional e internacional.

70. No obstante, todo suma, y evitar entre todos un aumento de una décima de grado en la temperatura global ya puede ser suficiente para evitar algunos sufrimientos a muchas personas. Pero lo que importa es algo menos cuantitativo: recordar que no hay cambios duraderos sin cambios culturales, sin una maduración en la forma de vida y en las convicciones de las sociedades, y no hay cambios culturales sin cambios en las personas.

71. El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos. Advirtamos entonces que, aun cuando esto no produce de inmediato un efecto muy notable desde el punto de vista cuantitativo, sí colabora para gestar grandes procesos de transformación que operan desde las profundidades de la sociedad.

72. Si consideramos que las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres, [44] podemos afirmar que un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo.

73. «Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo.

Dado en Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, el 4 de octubre, Fiesta de san Francisco de Asís, del año 2023, décimo primero de mi Pontificado.

 

FRANCISCO

 

APUNTES Y CELEBRACIONES DE SAN PEDRO CHANEL, PADRE MARISTA Y PROTO MARTIR DE OCEANÍA

PEDRO CHANEL, TESTIGO DE DIOS 

Algunos apuntes para conocer al protomártir de Oceanía

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SAN PEDRO CHANEL 1

Pedro Chanel nació el 12 de Julio de 1803 en Montrevel, una aldea desconocida del departamento de Ain, al norte de la ciudad de Lyon (Francia).  Es el quinto hermano de una familia de ocho hijos.  Los padres son campesinos que se ganan la vida cultivando los campos y cuidando unos pocos animales domésticos.  Pedro, desde bien pequeño aprende a salir al campo con las ovejas.

2.    De detrás de las ovejas le saca la penetrante mirada del P. Trompier, cura de Cras, que ve en él un posible candidato al sacerdocio.  Y así fue.  Antes de incorporarse al Seminario Mayor de Bourg hace sus primeros estudios con el cura de su pueblo.

       Estamos en una época, en la que muy pocos chicos se podían permitir el lujo de asistir regularmente a una escuela

3.    Pedro Chanel tuvo también  sus momentos bajos:

       Un día se Encuentra agobiado por los estudios y por los problemas de la edad... Tan mal lo estaba pasando que decide abandonar los libros.  “Ya está.- Se dice- Seré campesino o pastor como lo han sido mis abuelos y lo son mis padres... Yo no valgo para estudiar... Así que será mejor que no pierda el tiempo...”

       Recoge todas sus cosas; hace con ellas un hatillo, se lo echa al hombro y se dirige calle abajo a la casa de sus padres.

       Pero, he aquí,  que cerca de la Iglesia se encuentra con una mujer que le conocía muy bien.

  • ¿ Dónde vas Pedro, a estas horas ? Parece que estás muy triste.
  • ¿ Qué te pasa ?  Pedro, aunque quiso, no pudo ocultar la verdad de lo que sentía.
  • Lo dejo todo.  No sirvo para estudiar.  No quiero continuar.
    • La señora se le acercó y con mucha confianza la preguntó :
    • Pero, hombre...¿ Te lo has pensado bien? ¿ Se los has dicho al Sr. Cura ? ¿  Lo has consultado con la Virgen María?
    • Pedro se quedó cortado.  No se esperaba aquello.  Agachó la cabeza y entró en la Iglesia; se arrodilló a los pies de la Virgen y permaneció un buen rato con la cabeza entre las manos. La señora estaba aguardando en la plaza.
    • ¿ Qué te ha dicho la Virgen  María ? Pedro respondió con un hilillo de voz:
    • Me quedo.

4.    Pedro fue sacerdote.  Después de unos años  en el seminario Mayor de Bourg cantaba Misa a los 24 años.

       Pocos días más tarde tomaba el camino de Amberieu, su nueva Parroquia, donde tenía el cargo de coadjutor.

5.    Pedro es un cura sencillo y piadoso, que entusiasma a la gente: a los mayores, a los jóvenes y a los niños.  La comunidad parroquial vive con alegría y paz las fiestas del calendario cristiano y celebra con regocijo los pequeños acontecimientos de la vida campesina.  Pedro tiene el arte de despertar el gusto y el entusiasmo de la buena gente por las cosas de Dios.  Además es servicial; por eso es querido y apreciado por todos.

6.    Pero él no ha nacido para ser cura de su pueblo.  Su ilusión es ser misionero.  Sueña con las misiones.  Por entonces conoce a los MARISTAS.  Le gusta el proyecto: Construir una iglesia con rostro mariano; ser presencia de María en la Iglesia y en la sociedad, ser los brazos, los pies y el corazón con los que María continúe aliviando el dolor de los hombres.  A Pedro le gusta la idea y se une a ellos  Como grupo,  Los Maristas se ofrecen al Papa para ir donde más falta haga anunciar el Evangelio. Oceanía era ese lugar.

7.    Está contento con el grupo marista.  Pasa unos años como educador y superior en el Colegio de Belley.  Pedro destaca por su cercanía y bondad.  Los alumnos, enseguida le ponen un apodo: “ El buen pastor”.

8.    Llegan noticias de Oceanía.  Las traen los navegantes y aventureros:

       Islas pequeñas.   Millones de islas perdidas en el azul del Pacífico.  Sus habitantes viven en estado muy primitivo...algunos incluso son caníbales.  No conocen  a Dios... El grito de las misiones resuena con fuerza en el pecho de Pedro Chanel.  Hacen falta misioneros. ¿ Quién quiere ir a Oceanía ?

       Pedro responde: “ Aquí estoy Mándame a mí .”

9.    Pedro forma parte de la primera expedición marista que se dirige a Oceanía... La Víspera de la Navidad de 1836 suben a bordo del “Delphine”.  Desde el puerto de L’Havre inician una larga y penosa travesía.

       Es la respuesta a la llamada de las Misiones.  Cuando el ideal tira fuerte, todo lo demás apenas se nota.

10.  A las pocas horas de embarcar   el navío se ve envuelto en una gran borrasca.  Después de varios días a punto de naufragar, la nave maltrecha se ve libre de la tormenta y puede arribar a las Canarias.  Tras varias semanas de descanso forzoso, mientras se reparan averías, los misioneros se hacen de nuevo a la mar.  Pero ahora es la enfermedad la que va a azotar a los esforzados viajeros.  En Santa Cruz de Tenerife había epidemia de peste y varios tripulantes se han contagiado: fiebres, cansancio, dolores y al fin... la muerte.

11.  Pero estos contratiempos  - la tempestad y la peste tienen la virtud de cambiar la disposición y la actitud de la tripulación del “Delphine”.  Los marineros recibieron muy mal a bordo a los misioneros: bromas, chistes, desprecios, insultos,... Las desgracias les han hecho ver que son personas; y personas serviciales y dispuestas a ayudar.  Nace en ellos un acercamiento personal y caen también los prejuicios tendida de Dios que les invitaba a la reconciliación.  Y así lo hicieron.

       Uno de los siete misioneros, el P. Bret perecía víctima  de la peste, y después de un funeral en el puente de la nave, su cadáver, envuelto en una lona, sería entregado a las aguas del océano.  Un amigo menos, dos brazos menos para la tarea misionera.

12.  Después de once meses de navegación azarosa, al fin una mañana de noviembre de 1836 avistan las costas de Futuna:  Es un islote insignificante a miles de kilómetros de la isla más cercana, perdido en la inmensidad del Pacífico.  Pocos habitantes.  Todavía hoy, sólo dos veces al año sus costas son tocadas por un barco de pasajeros.  Así sepultado en vida , lejos de Francia y de toda civilización europea, queda allí el P. Chanel, en compañía del Hno. Nizier, su fiel acompañante.

13.  Un largo año para aprender la lengua de los nativos.  Un año de inactividad cultivando unas pocas plantas en el huerto cercano a la choza.

       Pedro Chanel el  “hombre de buen corazón” - apodado así por los nativos recorre la isla en todas las direcciones, desgranando avemarías por todos los caminos y senderos de Futuna.  Los nativos le recordarán muchos años después de su martirio como aquel hombre bueno que se paseaba por toda la isla con el rosario entre los dedos, la sonrisa permanente en los labios y con un gran deseo de ayudar a todo el mundo.

14.  Primero como amigo e invitado de honor se hospedaba en la tienda del Rey; después construyó su propia choza.  Cuida de los enfermos, reparte su bondad... Desearía hacer tantas cosas, hablar tanto... pero no puede hacer nada.  Sólo rezar, pero reza y mucho.  El prepara el terreno y siembra con su ejemplo.  Ya llegarán otros a recoger la cosecha.

       Los pocos que él bautiza son niños o adultos al borde de la muerte total nada.

15.  Poco a poco, Pedro Chanel observa cómo la gente se le va poniendo en contra, y le miran con que al principio le acogió con amistad y afecto, está ahora decepcionado y le trata con indiferencia y hostilidad; los nativos pueden robar en el huerto y en la casa del misionero, sin que nadie les reprenda.  Entre la gente corre un rumor:  los dioses de la isla no están contentos con la presencia del misionero en Futuna.  Hay temblores de tierra, las cosechas son menos generosas; en la guerra frente a la tribu enemiga, han caído los guerreros más fuertes.... El aire de la isla parece apestado por la presencia del misionero.

16.  “Morirá el blanco” Es la consigna  que se repiten en voz baja los hombres de Futuna.  El blanco tiene que morir porque nos está robando la religión de los padres y la fe de los mayores... nuestros dioses están enfadados y no nos son propicios....

       Sí , “morirá el blanco”.  La conjura está en marcha. Musu-Musu enardece a los menos entusiastas, y llega a convencer al Rey Niuliki.  El día ya está fijado : Será el 28 de Abril.  Lo único que falta es cumplir el plan.  Allá va.

17.  Amanece el 28 de Abril de 1841.  Es por la mañana. Musu-Musu con un grupo de guerreros se acerca a la choza del misionero.   Musu-Musu se adelanta y llama al Padre.

       Me he hecho daño en el pie cogiendo cocos.  Vengo a que me lo cures...

       Mientras el P. Chanel busca el botiquín, los acompañantes de Musu- Musu se adentran en la choza y la saquean.  Vuelve el misionero con la pomada y al ver el desorden de la casa pregunta a Musu-Musu.

       ¿ A qué habéis venido ?

       El guerrero viéndose descubierto grita a los hombres:
_ ¿A que esperáis para matarle?

       Uno de los guerreros empuña un rompecabezas y lo descarga sobre el padre Chanel que desvía el golpe con el brazo.  Cae al suelo con el brazo roto.  Otros guerreros descargan su rompecabezas en la cabeza del padre,  que caído contra la pared de la choza, sangra de la sien... El P. Chanel sin poderse incorporar musita en voz baja: “La muerte es un bien para mí”, “La muerte es un bien para mí”...Los indígenas están - Dejad de robar y rematadle de una vez.

18.  Pero nadie le hace caso.  Entonces Musu- Musu empuña una azuela y la descarga con todas sus fuerzas contra la cabeza del misionero que se desploma y muere en aquel mismo instante.  La herramienta ha penetrado en el cráneo.

            Los guerreros asustados, abandonan lo que han cogido por la casa y huyen despavoridos.

 19.  El misionero blanco ha muerto.  Su obra ha terminado.  La isla retornará a su ritmo de antes...Los dioses volverán ha estar contentos, los indígenas recobrarán la paz perdida... Aquí no habrá pasado nada.

       Pero no falla la lógica.   Al cabo de tres años la isla en masa se ha convertido al cristianismo bautizándose voluntariamente.  El mismo Musu-Musu, habla con veneración y respeto del misionero blanco, del “hombre de buen corazón”.  El lo mató, pero desde el cielo le ha perdonado, y le ha conseguido su conversión.

       ¿ No recordáis la frase que dijo Tertuliano, hace ya muchos años: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”.

SAN PEDRO CHANEL 

VALORES DE LA VIDA DE SAN PEDRO CHANEL 

PEDRO CHANEL MUERE: LA MUERTE ES UN BIEN PARA MÍ 

El 28 de abril de 1841, Musumusu llega a la cabaña de Pedro Chanel y pide ayuda médica. Una vez dentro, sus compañeros saquean la casa y él hiere mortalmente a Pedro Chanel. Sus últimas palabras fueron: “La muerte es un bien para mí”

Pedro Chanel muere asesinado. Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. “(Juan 12,24).

Señor, concédenos seguirte en tu pasión para que nuestras vidas den fruto. Da a los jóvenes el deseo de seguirte en la Sociedad de María.

EL VALOR DE LA SEPARACIÓN 

El Rey de Futuna presenta sus últimos respetos al cuerpo de San Pedro Chanel. Sus restos fueron transportados en 1842 a Nueva Zelanda y luego a Sainte Foy. En 1977, regresaron a Futuna, al santuario de Poi.

Durante su vida, San Pedro Chanel experimentó muchas despedidas y separaciones. Primero dejó su pueblo natal, Cuet, después su diócesis de Belley, y luego Francia para ir cada vez más lejos. Señor, danos el coraje de empezar de nuevo en estos tiempos en que la Iglesia y la Sociedad de María están pasando por cambios muy profundos.

Por intercesión de San Pedro Chanel, te pedimos que hagas crecer en nosotros la fe.

EL VALOR DEL INTERCAMBIO 

En Futuna, Pedro Chanel no estaba solo. Compartió su vida con el hermano MarieNizier Delorme e intercambió con él sobre los progresos y dificultades de la misión. Cuando tuvo la oportunidad, fue a Wallis a reunirse con sus compañeros. Jesús pasa tiempo hablando con sus discípulos. Les ayuda a entender sus palabras y los acontecimientos pasados. Camino a Emaús relee la Escritura con los discípulos: “Y comenzando por Moisés y todos los Profetas, les interpretó en toda la Escritura lo que estaba escrito sobre él. “(Lucas 24:27). Señor, ayúdanos a entender mejor tu palabra, a compartirla con nuestros hermanos y hermanas.

EL VALOR DE LA OBLACIÓN 

Toda la vida de Pedro Chanel es un don. Su deseo de ser misionero ya desde temprana edad, su elección de la vida marista, su partida para la misión de Futuna, hasta su brutal muerte a manos de Musumusu, toda su vida es un don.

Jesús dijo: “No hay mayor amor que el de dar la vida por aquellos que uno ama”.

“Señor, despierta en nosotros el don que hemos hecho de nuestras vidas. La vida religiosa marista es una vida entregada. Que los jóvenes descubran la alegría de tal camino. Pedro Chanel nos abre el camino. 

EL VALOR DEL CELO 

Pedro Chanel se comprometió con toda su generosidad en su vida de sacerdote, de profesor en el Colegio de Belley y como misionero en Futuna. Siguió adelante a pesar de que las circunstancias no eran nada favorables. Jesús dijo: “Dad y se os dará: una medida completa, apretada, bien llena, rebosante, os verterán en vuestro regazo; porque la medida que uséis para con los demás, la usarán también con vosotros. “(Lucas 6:38).

Señor, danos esta misma generosidad en nuestra misión, en nuestra vida comunitaria o familiar. 

EL VALOR DE LA TRABAJO

Pedro Chanel trabajó toda su vida. En Futuna, aprendió laboriosamente el idioma local para poder comunicarse con sus nuevos amigos. El trabajo diario y regular era parte de su vida. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” Concédenos, Señor, realizar nuestro trabajo con paz y a conciencia. Líbranos de toda esclavitud y permite que nuestro trabajo sea para tu servicio.

DESCANSO Y JUEGO

Pedro Chanel, educador en Belley, conocía el valor del juego y del descanso. En el colegio, los recreos eran largos y animados. Durante el viaje de 11 meses que lo llevaría del Havre hasta Futuna, el juego y el descanso formaban parte de la vida cotidiana, aunque no conozcamos los detalles. Jesús dijo: “Venid a un lugar desierto y descansad un poco. “(Marcos 6:31). Concédenos, Señor, el don de saber descansar. Despierta en nosotros un espíritu de infancia y un gusto por el esparcimiento.

EL VALOR DE LA ORACIÓN

El hermano Marista Maria Nizier Delorme nos cuenta como, la víspera de su instalación en Futuna, habían vuelto tarde, después de medianoche, en su barco. Pedro Chanel empezó inmediatamente a rezar el breviario. Su obispo, Mons. Pompallier, le aconsejó encarecidamente que descansara. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Oren  sin descanso, den  gracias en toda circunstancia: esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús. “(1Tes 5:17-18).

Señor, concédenos ser fieles a nuestra oración diaria. Enséñanos la gratitud.

EL VALOR DE LA PIEDAD

Pedro Chanel no tenía miedo de los largos días monótonos. En el barco, en Futuna... ¡Perseveró contra viento y marea! Jesús dijo: “Con tu perseverancia conservarás tu vida” (Lucas 21:19). Concédenos, Señor, como San Pedro Chanel, no desanimarnos en la adversidad. Danos la fuerza de tu Espíritu para vivir nuestro compromiso de seguirte cada día.

TOMADO DE: http://www.maristeurope.eu/ 

 

PROPUESTAS DE TRABAJOS PARA LOS ALUMNOS

1.       DIBUJO LIBRE: Algunos momentos en la vida de san Pedro Chanel.

2.       VIÑETAS: La vida de san Pedro Chanel. ( Pueden servir los números de este guión, para hacer un dibujo por cada número.)

3.       MURALES: Las misiones de hoy.  Los misioneros de hoy.

Con información, donde hoy hay persecución: Sudán, Ruanda, Burundi, Países islámicos (Argelia),

Las Misiones en el Perú: reportaje de los departamentos amazónicos............

4.    REDACCIONES:

  • Vida del P. Chanel.
  • Algún momento en la vida del P. Chanel:

1-    “¿ Lo has consultado con la Virgen María?”

2-    “Un viaje largo y lleno de peligros”

3-    “Morirá el blanco”

4-.   Me he hecho daño en el pié... vengo a que me cures”

 

  • Ser misionero hoy.

a)    Misioneros, maristas, al estilo de Pedro Chanel.

b)   Ser misionero laico.

c)    El Voluntariado: servicios sociales a la comunidad.

MENSAJE DEL PADRE FUNDADOR  JUAN CLAUDIO COLIN A LOS PRIMEROS MISIONEROS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo ya la poderosa intercesión de nuestra tierna Madres, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes y en los hermanos, que después de haberles trazado la ruta de Oceanía les llaman a compartir  las tareas y los méritos del apostolado.

Sí, con la ayuda de la gracia y de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, con la paz que siempre es el premio de quien se entrega totalmente al servicio de los demás, con la poderosa protección de María, de la que siempre estamos seguros, pueden ser dichosos en todas partes y sentirse protegidos de todos los peligros, recibir el ciento por uno prometido a los que lo dejan todo: Padres, amigos y hasta la Patria por amor al Señor;  y en medio de las preocupaciones, de los peligros y de las luchas que, por amor a Jesucristo, les esperan, encontrarán siempre la alegría de la que hable san Pablo: “Desbordo de gozo en mis tribulaciones.”

 

Dios no me permite, amados hermanos, compartir los trabajos, penas y méritos de ustedes: como tampoco acompañarles en esa tarea tan noble que nunca me ha parecido tan envidiable, como desde que ha sido ennoblecida con la sangre de dos hermanos nuestros y con los sufrimientos prolongados y heroicos de los que les han precedido, yo no merezco la gracia de este apostolado,  ni tampoco la del martirio. Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, os lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les recuerde algunos consejos que en el momento de la partida ofrecí a los queridos hermanos que allí van a encontrar.  Esos consejos les afecto y de la solicitud, que les profeso.. 

1º.       No confíen nunca en sí mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María.  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, nada ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no se sentirá apocado ni temerario.  Repetirá constantemente: “Sé de quien me he fiado” “ todo lo puedo en aquel que me da su fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la fe y de la confianza que pongan en Dios.

2º.       No debiliten la referencia al Salvador del mundo.  En su Nombre marchan: “ Yo les envío”. Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles.   Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento:  Cristo les acompañará en sus trabajos y viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed.  El también sentirá hambre o sed; A El será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.  Véanle, por tanto, en todas partes, se lo suplico, para su consuelo y dicha; véanle constantemente unido a ustedes, asociado tanto a sus trabajos y sufrimientos como a sus consuelos y alegrías; atribúyanle el mérito de todos sus actos, olvidándose de sí mismos, y teniéndose por instrumentos indignos.  En el recuerdo constante del Divino Salvador, hallarán la fuerza, la paz, la luz y cuantas gracias necesiten en cada momento.

3º.       En las persecuciones, peligros privaciones, enfermedades, tentaciones... no se encierren en sí mismos, porque será entonces cuando la desolación, los pesares y la  tristeza  se apoderen de su corazón y experimentarán cómo se debilitan su valor y su virtud. 

4º.       No se aíslen; pongan sus ojos en Jesús, en María, en el cielo y en los sufrimientos del Salvador del mundo.  Les recomiendo  con insistencia esta norma.  No tardarán mucho en darse cuenta de su importancia.

5º.       Sean hombre de oración y de meditación.  Convertir un alma es más que resucitar un muerto y sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los días sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientados hacia ese fin; y cada semana, elijan un día y ofrezcan por esa intención y por ustedes mismos, todas las obras buenas que se haga en las diferentes ramas de la sociedad.  Esta práctica, atraerá sobre ustedes abundantes gracias.

6º.       Nada les diré sobre la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar, ustedes son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen pasar un solo día sin rezar el rosario o por lo menos algunos misterios.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como señal de su toma de posesión sobre la isla y de que se la habéis consagrado. Recuerden igualmente que san José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

7º.       Vaesoli!!. “¡ Desgraciado que se siente solo !”, ha dicho el E. Santo y no quiero ocultarles, queridos hijos, que es sobre todo en Oceanía, donde la soledad será más peligrosa.  Creo que faltaría a mi obligación y que omitiría algo de mi solicitud por cuanto se refiere a vuestra seguridad espiritual,  si no les recomendase con insistencia que eviten muy cuidadosamente el aislamiento.

8º.       Recuerden sólo circunstancias urgentes e inevitables pueden justificar el vivir solos o el salir  solos, sobre todo si están iniciándose en el apostolado.  Como norma general deben tener un cuidado casi escrupuloso de vivir con alguien, y de salir con él ya sea a dar un paseo, ya sea a visitar a un enfermo.  Con esta medida de prudencia su reputación quedará bien a salvo.

9º.       En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

10º.   Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de vuestros hermanos deben serles comunes.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer   la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

11º.   ¿ Qué decirles de la obediencia, de esa virtud, que como afirma la Regla, conduce directamente al cielo?  Si son obedientes, saldrán victoriosos.  El E. Santo nos lo asegura y no vacila en añadir que así es como se consigue la salvación eterna y cómo se defiende el alma de todos los peligros.  En todo, por consiguiente, sométanse a quien tiene que contar con ustedes en conformidad con la voluntad de Dios.  Vean en él a un representante nuestro.  Si alguna vez las necesidades de la misión, les impiden permanecer bajo su autoridad inmediata, acudan a los compañeros que colaboran con ustedes y no hagan nada sin ponerse perfectamente de acuerdo, pidiéndose permiso mútuamente para no perder el mérito de la obediencia.  A fin de estar cada día más identificados con el respeto y la obediencia que deben principalmente los Vicarios Apostólicos, les recuerdo las palabras de nuestra Regla: “ Den el debido honor y obediencia a los Obispos... no ejerzan ningún ministerio sin el consentimiento y aprobación del Ordinario del lugar.  Pídanle consejo en los varios ministerios que se relacionan con el bien de la diócesis, y para mayor armonía, téngalo informado en lo posible.  Finalmente, condúzcanse por todas partes con tal prudencia y respeto que los Obispos amen nuestra sociedad, la favorezcan, protejan y la consideren como suya” (Consta. 13 ).

12º.   Por encima de todo, amadísimos en  el Señor, jamás busquen sus propios intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganaran infaliblemente la corona del apostolado.  Mostrad también el mayor respeto hacia los demás religiosos y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como propio el bien que hacen ellos, mostrándoles deferencia en todas partes, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

13º.   Aprovechen cualquier ocasión favorable, para enviar noticias que puedan interesar a los amigos de la Propagación de la Fe.  Ese es el deseo de la Oficina Central de Lyon.  No todas las cartas pueden tener cabida en los Anales, porque sólo se publican seis veces al año y tienen forzosamente que hacer una selección; pero todas las noticias tienen su importancia y son leídas con interés en las casas maristas.  Hacemos copias de ellas porque nos las piden de todas partes. Pueden ser muy provechosas.  Las cartas que tengan esas informaciones de interés deben dirigirse directamente al Superior General de la Sociedad de María, omitiendo direcciones particulares.  Además, nada les impide enviar otras cartas a los hermanos o a los amigos.  Cada uno de ustedes tiene perfecto derecho a escribirme confidencialmente.

Finalmente confiemos en la oración; por desgracia nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y sus méritos nos pertenecen.  Ofrezcamos a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón inmaculado de la Madre.   El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en nuestras manos el poder de su cruz...Ofrezcamos al eterno Padre los méritos infinitos de su divino Hijo; y al Salvador de los hombres los méritos de su Madre.  Tenemos la seguridad de ser escuchados cuando vamos a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empece, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor... “ Repasen a menudo estos consejos” que cada uno se procure una copia.

Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.

Juan Claudio Colín

 

 EL P. FUNDADOR HABLA DE LAS MISIONES DE OCEANÍA EN ....

1.-

Las 3 Coronas del  P. Chanel 

HF.  56,5 

2.-

Las Misiones de Oceanía, aureola de la S.M 

HF.  75,2 

3.-

Preparados para sufrir 

HF.110,5 

4.-

El deseo de ser misionero 

HF.117,8 

5.-

Las misiones y las virtudes sólidas 

HF. 66,1 y 2 

6.-

La Actitud del Misionero 

.HF.44,8 y 9 

7.-

La oración por las misiones 

HF.115,3 y 4 

8.-

El recuerdo de los misioneros 

HF.  39,22 

9.-

Miembros de una misma familia 

HF.160,4 

 

Siglas.-            HF. = “Habla un Fundador” México, 1981

 

El P. LEÓN LEJEUNE, S.M.

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Apóstol de los leprosos en Makogay ( Islas Fiji. Oceanía)

Con motivo de la beatificación del P. Damián ( celebración aplazada a causa de la hospitalización del Papa Juan Pablo II, el pasado 15 de mayo), el Obispo de Namur, ha propuesto tres nombres de la diócesis para una futura beatificación.  Así es como ha saltado a los m.c.s. el nombre del P. León LEJEUNE, S.M., víctima de la misma enfermedad que el P. Damián; nacido en Neufchateau y fallecido en la leprosería de MAKOGAY, en Oeanía.

 

León LEJEUNE, nació en Petitvoir, el 12 de enero de 1876.

Era el mayor de una familia de ocho hijos.  Como muchos pobres de las Ardenas de aquel tiempo, su padre Juan José trabajaba en las canteras de Warmifontaine, y su madre, María Elvira Burnay cultivaba el huerto familiar.  Hasta la edad de 12 años, León cuidó las vacas de la familia.  Parece ser que su vocación al sacerdocio  se despertó en el momento de la Comunión Solemne.  En 1890, comenzó sus estudios  de Humanidades en la Escuela Apostólica que los Padres Maristas tenían en Differt (Messancy).

La Sociedad de María había recibido del Papa la misión de evangelizar los pueblos de Oceanía Occidental y León orientará sus pasos por esa senda cuando salga de Differt en 1895.  Realiza sus estudios de Filosofía y Teología fundamentan el Paington (Inglaterra); a continuación en 1897 hace el Noviciado en Sainte Foy-Les-Lyon (Francia) y el Escolasticado en Montvel (var).  En 1898 emite sus primeros votos y el 8 de julio de 1901 es ordenado sacerdote por Mons. Lamaze, Obispo de Oceanía Central.

O C E A N I A

Acompañando a este obispo, él y otros seis jóvenes misioneros se embarcan con dirección a Oceanía, en los tiempos en que ir a Oceanía era una gran aventura.  León es destinado a las Islas Fiji, que en aquel momento eran colonia británica.  El Archipiélago de las Fiji, situado en la ruta de Sydney a San Francisco, está formado por unas 250 islas, de las cuales sólo 30 están habitadas.  Se trata de uno de los más bellos jardines de coral que uno puede encontrar en la inmensidad del Océano.  Su población de unos 200.000 habitantes está formada por una pequeña colonia de emigrantes hindúes y por nativos de raza melano-polinesia, que tenían la fama de ser los caníbales más feroces de Oceanía.  Desde el punto de vista religioso en Fiji había protestantes-metodistas, musulmanes ( de origen hindú) y paganos; los católicos eran poco numerosos.  Entre 1901 y 1935 el P. Lejeune trabaja en diferentes misiones.  En 1901 le encontramos en Naiserelagi; en 1903 en Kadavu; en 1909 en Faguta ( Rotuma); después hace el Segundo Noviciado en Sydney.  En 1914 está en Suva, en 1915 en Tunuloa; en 1920 en Naiserelagi y finalmente en 1922 en Cawaci.

Por todos los sitios por donde pasa, predica, construye iglesias y escuelas (una Escuela Agrícola y una Escuela Normal en Cawaci)  Promueve la Acción Católica; aprende rápidamente las lenguas locales, e incluso llega a traducir la Historia de la Iglesia a la lengua de Rotuma.  Todos los meses publica en la revista “Talanoca” una colaboración  sobre la intención del Apostolado de la Oración, ya que él era el Director oficial para el vicariato.  Era también el corresponsal de la Agencia Fides, y regularmente cada mes enviaba su comunicación.

Sus actividades no son exclusivamente religiosas.  Sabe que los hombres no viven sólo de buenas palabras.  Sus raíces campesinas de las Ardenas, le proporcionan un excelente sentido práctico:  dirige plantaciones de cocoteros, cultiva manioca, construye caminos, levanta establos para la cría del ganado, compra caballos y toros....enseña a los indígenas a cultivar los campos.

En 1925 regresa a Bélgica para disfrutar unas vacaciones de 6 meses; será la única vez que visite la tierra que le vio nacer.  Viaja por Bélgica y por el Extranjero.  Es recibido en audiencia privada por el Papa Pío XI, por los Reyes Alberto e Isabel de Bélgica y por el Cardenal Mercier.  Lamentando la falta de un lugar de culto en su aldea natal, hace los planes y reúne el dinero para levantar una capilla en Petitvoir, que él dedica a Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones.

 UN LUGAR DIFÍCIL : MAKOGAY

En 1935 asiste al Capítulo Provincial de los Padres Maristas en Sydney y aprovecha la ocasión para visitar la consulta de varios médicos.  Desde hace tiempo sufre de migrañas y várices; también se hace ver de un oculista y de un dentista..  En el brazo izquierdo aparecen  unas manchas sospechosas que poco después se le extienden por todo el cuerpo.  Se hace examinar por un especialista.  Le recomiendan que acuda a la consulta en Fiji,  cuando regrese.  El 25 de setiembre se presenta en el Hospital.  El doctor acaba de confirmar a Mons. Nicolás sus temores:  los análisis de sangre no dejan lugar a dudas:  El Padre tiene la lepra.  Con mucho valor el paciente acepta el diagnóstico, y el 29 de setiembre, fiesta de San Miguel, el “ Vola Siga” le conduce a Makogay.  Las autoridades de entonces habían dispuesto el confinamiento de todos los leprosos de la región en esta isla.

La vida era dura en Makogay.  Los leprosos eran una población de 600 a 700 muertos en vida, cuidados con abnegación por un médico, un capellán y un puñado de religiosas.  Las religiosas que conocían el temple de este apóstol infatigable, le preparan una habitación en una casita con su solana y su jardín de rosales, dominando desde la colina la vida del poblado.  Hasta el día de su muerte vivirá allí; aceptando su suerte como un verdadero hijo de la Virgen María, enseguida emprende un intenso apostolado.  En una de sus primeras instrucciones les dice a los leprosos, que deben estar agradecidos de que Dios les haya dado con esta enfermedad un medio para su santificación.  La primera preocupación del Padre es devolver su dignidad a estos marginados.  Abundan las conversiones de protestantes, mahometanos y paganos.  Aprende la lengua Kiribati para facilitar la comunicación con los Kiribatis.

 ¿ Y por qué  no el recurso a la música?  El tenía dotes de músico.  Crea una coral y enseña a cantar a sus nuevos feligreses, no sólo por fines apostólicos, sino también  como medio de hacer salir  a los leprosos de su aislamiento físico y moral; pone en marcha una liturgia colectiva con procesiones como las del Corpus y la de Ramos; establece diversas asociaciones, todas ellas muy fervorosas, como la Tercera Orden de María y la Cruzada Eucarística, para jóvenes y niños ; compone en el idioma de Fiji 400 meditaciones que completan el Catecismo traducido anteriormente. ( Trad. francesa en De. vitte de Lyon ).

Antes de su llegada se enterraba a los muertos de cualquier manera en medio de la maleza.  El P. Lejeune rotura una campo y prepara un cementerio. Confesiones, predicaciones, visitas diarias a los enfermos en el Hospital; construcción de escuelas y de una nueva iglesia.  El P. Lejeune despliega un apostolado sin  descanso y la gente le muestra su cariño.  Los dos primeros años bautiza unos 60 adultos y en 1946 la cifra se eleva a 242.

Termina su peregrinación terrena. mejor dicho su Via-Crucis, su subida al Calvario, el 18 de mayo de 1951 a las 11.15 h. consumido por 50 años de trabajo y agotado por la enfermedad.  Dos semanas antes había dicho que aceptaba y ofrecía sus sufrimientos y su muerte por el bien de las Misiones de Fiji.  Unas horas antes de la muerte renovó su ofrenda.  Sus restos mortales fueron llevados por los jóvenes de la Cruzada Eucarística que él había designado y enterrado en el lugar que él mismo había elegido: su cuerpo reposa en medio del cementerio, rodeado por las tumbas de más de 300 leprosos con los que él anteriormente había compartido su vida.  Después de su entierro se conocieron dos noticias:  el fallecimiento de su hermano Arturo, y la concesión de la  “Orden de Leopoldo “‘, diez días antes de su muerte.

 Durante medio siglo el P. León vivió en un apartado rincón del mundo, pero siempre estuvo en comunicación con sus paisanos:  Mantenía correspondencia regular con su familia; nunca se olvidó de Petitvoir, su patria chica; estaba al día de la política belga y de las cuestiones regionales, a través del periódico  “L’avenir de Luxembourg”, que él recibía regularmente.

Con ocasión de su muerte un periódico de Fiji, rindiendo homenaje a sus 50 años de apostolado, decía refiriéndose a su paso por Makogay: “Para todos los leprosos y en especial para los enfermos terminales y para los que estaban a las puertas de la muerte. el P. Lejeune fue, en el sentido propio de la palabra: “un padre.”

(tomado de Oceanía, Boletín de la Provincia marista de Oceanía 09.10.94, pp. 12 ss)

 28 de abril : Fiesta.- San Pedro Chanel, sacerdote marista, Protomártir de Oceanía.-

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Antífona de entrada.- ( Is. 66,19)

“Enviaré sobrevivientes a costas lejanas, que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria y anunciarán mi gloria a las naciones”.

ORACIÓN

Oh Dios, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio, para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe; haz que en esta alegría pascual participemos del misterio de Cristo muerto y resucitado y lleguemos a ser testigos de una vida nueva.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

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Oración en las Misas Votivas.-

Señor, Dios nuestro, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe, haz que como él te reconozcamos como parte de nuestra heredad y te recibamos como premio.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

Oración del Ofertorio.-

Señor y Dios nuestro, Padre de misericordia, que eliges lo débil del mundo para confundir a lo fuerte, acepta estas ofrendas, y que, nosotros, a ejemplo de San Pedro Chanel, demos prueba de una constancia invencible en las adversidades.

Por Cristo nuestro Señor.

Prefacio.-

 

En verdad es justo y necesario.

es nuestro deber y salvación,

alabarte y darte gracias, Padre Santo,

siempre y en todo lugar.

 Porque en tu providencia

elegiste a San Pedro Chanel,

hijo de la naciente Sociedad de María

como ministro y testigo del Evangelio

Y lo enviaste a pueblos

que habitaban islas lejanas,

para que con su sangre

diera testimonio de Cristo,

al que pacientemente anunciaba

con la palabra y con el ejemplo,

en medio de grandes tribulaciones.

 

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos por siempre.

Santo...

 

Antífona de Comunión.- (cf. Lc.17,10 Fil 4,13)

 

“Soy un pobre siervo; pero todo lo puedo gracias a Cristo que me fortalece” “Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así voy completando en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia”

Oración Final.-

Señor, fortalece a los que has alimentado con este sacramento salvador, para que, siguiendo con paso diligente las huellas de San Pedro Chanel, anunciemos a los hombres el Evangelio de la paz y de la verdad.

Por Cristo nuestro Señor.

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 PRIMERA LECTURA.-( Hech. 13,44-49)

“Cuando los paganos oyeron esto se alegraron mucho y ponderaban las palabras del Señor”

Lectura de los Hechos de los Apóstoles :

El sábado siguiente casi toda la ciudad acudió a oír la Palabra de Dios.  Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las Palabras de Pablo.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones.:

  • Teníamos que anunciarles primero a ustedes la Palabra de Dios; pero como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, sepan que nos dedicamos a los gentiles.  Así nos lo mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que seas la salvación hasta el extremo de la tierra”.
  • Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron mucho y alababan la Palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna, creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.- (Salmo 96,1.6.8.-12)

R/ El Señor reina, la tierra goza

 El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Los cielos pregonan su justicia,

todos los pueblos contemplan su gloria.

 

Lo oye Sión y se alegra,

se regocijan las ciudades de Judá

por tus sentencias, Señor.

 

Porque tú eres, Señor,

altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre todos los dioses.

 

El Señor ama al que aborrece el mal,

protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados.

 

Amanece la luz para el justo

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegráos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre.

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(Donde es solemnidad.)

SEGUNDA LECTURA.- (Fil. 3,8-14)

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses.

Hermanos:

Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.  Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía- la de la Ley - sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

Para conocerlo a él, y la fuerza de su Resurrección y la comunión con sus padecimientos,. muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.  No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo.  Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos, yo a mi mismo me considero como si aún no hubiera conseguido el premio.

Sólo busco una cosa: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios.-

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¡ ALELUYA ! ( Mt. 5,10 )

“Dichosos los que sufren persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”

EVANGELIO.- (Jn. 15,12-21)

“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan.-

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Ustedes son mis amigos, si hacen lo que Yo les mando.

Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor- a ustedes les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien les ha elegido; y les he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. 

De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre, se lo dé.

Esto les mando: que se amen unos a otros.

Si el mundo les odia, sepan que me ha odiado a mí, antes que a ustedes.

Si fueran del mundo, el mundo les amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo les he escogido sacándoles del mundo, por eso el mundo les odia.

Recuerden lo que les dije: no es el siervo más que su amo.  Si a mí me han perseguido, también a ustedes les perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la suya.

Y todo esto lo harán con ustedes, a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

Palabra del Señor.

---------------------------------------------------------------------------------------- OTROS EVANGELIOS ( a elegir )

Lc. 6,27-28

“Al que te hiera en una mejilla preséntale también la otra”.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

_A los que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian, bendigan a los que les maldicen, oren por los que les injurian.

Al que te peque en una mejilla preséntale la otras.

 

Palabra del Señor.-

Jn. 12,24-26

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto.  El que se ama a si mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.  El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirve, el Padre lo premiará.

Palabra del Señor

 

EUCARISTÍA DE SAN PEDRO CHANEL.-

 Monición Ambiental:

Hoy 28 de abril, celebra la Iglesia la fiesta de San Pedro Chanel, misionero marista y primer mártir de Oceanía.

Nuestro Colegio, que lleva el nombre de San Pedro Chanel, se viste de fiesta y se llena de alegría.  Nosotros, nos hemos reunido como creyentes, en este día para celebrar la Eucaristía. Con este gesto:

  • Deseamos celebrar nuestra fe;
  • Queremos alabar y bendecir a Dios, al recordar el aniversario del martirio de Pedro Chanel:
  • Y finalmente le pedimos a San Pedro Chanel que nos ayude a seguir  sus huellas a parecernos a él.

En este ambiente de alegría que hoy nos reúne a este grupo de personas: alumnos, profesores y padres de familia, celebremos con entusiasmo la fiesta de San Pedro Chanel.

LAS LECTURAS:

La Primera lectura ( Fil 3,8-14) está tomada de la carta de san Pablo a los cristianos de Filipos.  En ella se nos hace ver una cosa.  En la vida hay cosas importantes, y otras que lo son menos, y a cada cosa hay que saber darle su justo valor.

Pedro Chanel hizo su elección.  Comparadas con Cristo todas las cosas son basuras.

Escuchad con atención.

El Evangelio (Jn 15, 12-21) que vamos a escuchar hoy está tomado de San Juan.  En él se nos presenta a Jesús despidiéndose de los apóstoles antes de morir.

Jesús les dice una cosa:  que cuando se ama a una persona se es capaz de dar la vida por ella.  Eso es lo que hizo Pedro Chanel:

Entrego su vida por las gentes de Oceanía.

 

PROCESIÓN DE LAS OFRENDAS.-

1.- ALUMNOS DE SEXTO LLEVAN MATERIAL ESCOLAR  (LIBROS, CUADERNOS ....)

Señor, nosotros somos alumnos del Sexto Grado, representamos a todos los alumnos del Colegio.

Tú sabes que el trabajo escolar muchas veces nos resulta pesado y rutinario y poco atractivo...sin embargo es nuestro deber y tenemos que cumplir.

Ayúdanos por medio de San Pedro Chanel, que siendo estudiante también conoció el desánimo y las ganas de abandonar, a cumplir con nuestros deberes de estudiantes y a crecer como personas y como cristianos.

Nosotros queremos trabajar por un mundo donde haya paz, alegría y amistad.  Ayúdanos, Señor.

2   PADRES DE FAMILIA, RAMILLETE DE FLORES.-

Señor te ofrecemos este ramillete de flores, que representan a nuestros hijos.  Los niños, nuestros hijos, son lo más querido y lo más valioso que tenemos.  Tú nos los has dado.  Por ellos trabajamos muchas horas cada día, por ellos sufrimos y nos alegramos.  De ellos recibimos muchas alegrías y también bastantes preocupaciones.

Hoy te pedimos por el colegio, por su educación.  Defiéndelos de todos los peligros que los acechan.  Ayúdalos a crecer alegres y generosos.  Que ya desde ahora, a ejemplo de Pedro Chanel, sepan que vale la pena vivir para servir y ayudar a los demás.

3.  JÓVENES.- BASTÓN. RELOJ DE ARENA.-

Te ofrecemos este bastón y este reloj de arena, quieren simbolizar la tarea misionera.  Pedro Chanel fue misionero, entregó su sangre y su vida por las gentes de Oceanía.

El reloj simboliza el tiempo que dedicamos a los demás.  El bastón es la entrega y la preocupación por hacer felices a los demás. 

De esta casa han salido algunos jóvenes misioneros para América y para Oceanía.  Queremos que el nombre de Chanel anime a toda la comunidad escolar a ser dignos de San Pedro Chanel. 

Ayúdanos, Señor a nosotros y a todos los jóvenes de Sullana, a los alumnos de este Centro y a todos los demás chicos y chicas de nuestro pueblo a poner nuestra vida al servicio de los demás a ayudar al que lo necesite, generosamente y sin medida. 

4.  ADULTOS Y NIÑOS: TROZOS DE CUERDA.-

Una red está hecha de muchos trozos de cuerda.  Pedro Chanel fue misionero, llevó la palabra del Evangelio de Jesús a Oceanía. 

Tú nos dices que hoy se necesitan obreros que trabajen por extender el Reino de Dios:

  • Se necesitan sacerdote, religiosos, misioneros y misioneras;
  • pero también se necesitan catequistas, maestros y educadores, padres de familia, jóvenes, niños y niñas... comprometidos con  Jesucristo. que quieran extender el Reino de Dios, allí donde estén.  Hay mucho trabajo que hacer para que esta tierra que tanto sufre y pena se parezca a la tierra que Dios quiere.
  • Aquí estamos nosotros.  Ponemos a tu disposición nuestras manos y nuestros esfuerzos.

 

Ayúdanos a trabajar unidos para que por todo el mundo se extienda tu reino de paz, de justicia, de libertad y de amor.

5.  PAN Y VINO, UN NIÑO Y UNA NIÑA.-

Finalmente te ofrecemos el pan y el vino.  Son el resumen de nuestra vida: De nuestros trabajos e ilusiones, de nuestras penas y alegría.

Acéptanos Señor, tal como somos, con nuestras cualidades y defectos, con nuestros deseos de ser buenos y también con nuestra inconsciencia.

DESPEDIDA.-

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Pedro Chanel, como buen marista fue un hombre enamorado de la Virgen María.  Cuentan sus biógrafos que cuando era un joven estudiante en el seminario, se hizo una herida en la mano con una cuchilla.  Tenía sangre en la palma de la mano.  Cogió una pluma y escribió sobre un papel esta frase: “Amar a María y hacerla amar”.

Acabamos nuestra celebración con un canto a María.  María está hoy presente en nuestros corazones.  Con todo cariño a María y también a Pedro Chanel, culminemos nuestra celebración con un canto en honor de la Madre de Dios.

PLEGARIA DE LOS FIELES.-

1.  Por la Santa Iglesia de Dios extendida por todo el mundo: para que sea fiel al mandato de Jesús de anunciar el mensaje de la Buena Noticia por todo el mundo.

ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.    Por todas las personas que en la Iglesia desempeñan alguna responsabilidad: para que todos se vean animados del espíritu misionero: Que Cristo sea conocido y amado por todos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

3.  Por todos, los que a ejemplo de Pedro Chanel, dejan casa y familia para ponerse al servicio de Dios y de su Iglesia.

ROGUEMOS AL SEÑOR

4. Para que el Señor quiera suscitar en nuestro Colegio abundantes vocaciones misioneras, que como Pedro Chanel anuncien a Jesús en pueblos que no le conocen.

ROGUEMOS AL SEÑOR

5.  Por la Iglesia de Oceanía: por sus comunidades cristianas, por todos los que intentan ser fieles al Evangelio.

ROGUEMOS AL SEÑOR

6.  Por toda la Familia Marista, que hoy celebra a su santo:

para que sean fieles a la vocación recibida y a ejemplo de Pedro Chanel sepan gastar su vida en favor de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

7.  Por todos nosotros, por nuestra comunidad, por nuestras familias: para que el ejemplo de Pedro Chanel, encienda en nosotros el deseo de ser fieles a la voz de Dios y de gastar nuestra vida al servicio de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

 

SAN PEDRO CHANEL, PRIMER MÁRTIR

DE OCEANÍA.

Materiales para la celebración del novenario de la fiesta.

 

ÍNDICE DE MATERIAS.

1.  Novena de San Pedro Chanel .-

Reflexiones reunidas por el P. LiamForde ( marista irlandés) traducidas y adaptadas por el P. Valentín L. Aparicio.

2.  Un relato, sobre San Pedro Chanel con ideas para diferentes trabajos con escolares y grupos juveniles.-

“Pedro Chanel, testigo de Jesús en Oceanía” (Valentín L. Aparicio).

3.  Testimonios sobre San Pedro Chanel”.-

-Un compañero de estudios,

-Uno de sus profesores,

-Un colono inglés (Twinyng),  que le conoció en Futuna.

-Carta del P. Chanel a su familia hablando del P. Claude Bret.

4.  Mensaje del P. Fundador a los primeros misioneros.

-Referencias a lugares de “Habla de un Fundador” en los que el P. Juan Claudio Colín habla de las Misiones de Oceanía.

5.  Misa de San Pedro Chanel.-

-Oraciones y lecturas propuestas por el Misal Romano.

-Esquema de una celebración habida en el Colegio “San Pedro Chanel” (Malgrat de mar. Barcelona).  Puede dar ideas para animar una Eucaristía de muchachos.

6.  El P. Leon Lejeune, apóstol de los leprosos.-

(Del Boletín de la Provincia marista de Australia)

 

REFLEXIONES PARA LA NOVENA DE SAN PEDRO CHANEL PROTOMARTIR Y PATRONO DE OCEANÍA

Reunidas por el P. Liam Forde, S.M. ( Provincia de Irlanda)

P. Valentín L. Aparicio, S.M.

“Si,... el nombre de Pedro Chanel se inscribe en la historia de una generación y ahí estará grabado para los siglos venideros, no es por presentar un título tal como escritor, artista, inventor, genio militar... !No!.  Presenta un motivo más relevante para saltar a la fama.  Nos referimos a la santidad heroica” . (Card/ Pttavoamo: Sermón de; 16.06.1954)

“Ahora vengo a reunir a todos los pueblos de todos los idiomas.  Y cuando habrán venido, serán testigos de mi gloria.  Yo haré un prodigio en medio de ellos y, luego, mandaré los sobrevivientes hacia todas las naciones y las islas más lejanas que no saben de mi fama ni han visto mi gloria” (Is. 66,18 ss)

 

LA EXPANSIÓN MISIONERA DEL SIGLO XIX: UN DESAFÌO PARA NOSOTROS, HOY

La escasez de misioneros ofrecía un cuadro desgarrador a comienzos del siglo XIX.  Comunidades enteras de cristianos, sin el apoyo de un sacerdote, contemplaban como muy cercana su desaparición, Japón, Corea, Oceanía y África Central se encontraban en esta situación.  Se contaba que una delegación de coreanos católicos llegó a Roma para pedir al Papa Pío VIII que les enviase siquiera un sacerdote.  El Santo Padre no estaba en condiciones de poder prometer nada...

Gradualmente, todo el panorama comenzó a cambiar.  A pesar del lastre de los siglos, la Iglesia católica es portadora de una vitalidad interior que no puede ser adecuadamente explicada, acudiendo sólo a las leyes de la sicología o de la sociología humanas:  Superando situaciones caóticas ha renacido y se ha superado una y otra vez.  No debemos perder de  vista las palabras del Fundador: “Animo.  Sabe que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo...” “Esta es la victoria, que vence al mundo: vuestra fe”.  En un siglo de fuerte ateísmo la Iglesia comenzó a mostrar una extraordinaria vitalidad y la voluntad de “ renovar todas las cosas en Cristo”.  Hijos e hijas de Europa se enfrentaron al martirio en China, Oceanía y África.  La era de los escépticos y de los agnósticos burlones fue también la de los grandes aventureros de la expansión del Evangelio.  En este milagro moral,  Francia abrió caminos, mientras que el resto de la familia católica de Europa se aprestó a proporcionar vocaciones sacerdotales y religiosas.

!Permítasenos, una vez más, volver a Francia! ¿ Cómo fue posible que todo esto sucediese en el intervalo de unas pocas décadas?

La era de la razón , del agnosticismo, y de la abundancia produjo al fin sólo desasosiego, inseguridad y desencanto.  Las grandes promesas fueron sólo un espejismo para muchos pensadores.

Se sucedieron sangrientas revoluciones destructoras de toda una civilización.  La ambición del Imperio se había desmedrado y millones de personas reaccionaban retornando a las verdades eternas, salvaguardadas por la que San Agustín mucho tiempo antes había descrito como “Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica”.

Una vez más el papel del Maestro de las naciones, divinamente inspirado, fue de nuevo comprendido.  Nada puede resistir el impulso de la gracia  de Dios.  El mensaje de Paray-le-Monial había llegado a París, con el establecimiento de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento en la Basílica de la Ciudadela, cerca del Santuario, en el que los primeros Jesuitas hicieron su profesión, impulsando la misión hacia todo el mundo.  De esta forma la Historia volvía a repetirse.

Mientras, aparecen en escena Pedro DILLON,  marino de origen irlandés.  Durante casi 20 años había mandado barcos franceses que unían el Lejano Oriente y las Islas del Pacífico Sur.  Como hombre Chanel en bronce preside hoy el patio de dicho Colegio.  La mano izquierda de Pedro Chanel descansa sobre el hombre de un muchacho, mientras que la derecha muestra la palma del martirio.  Sobre la entrada principal, en una hornacina, se puede contemplar una hermosa estatua de la Virgen María, primera y perpetua superiora de los maristas.  El lema del P. Chanel era, claro está, “Amar a María” y hacerla amar y a través de ella llevar las almas a Jesús”.

Poco después de su Profesión religiosa, el 24 de setiembre de 1836, fue elegido para formar parte del primer equipo destinado a las Misiones de Oceanía.  Los preparativos se hicieron con rapidez, y a finales de otoño le encontramos en el puerto de L’Havre, esperando la partida del barco. 

Durante la travesía, su compañero de camarote, Claudio Bret cayó enfermo de fiebre. El camarote apenas medía 7 x 4 pies de ancho.  Podemos comprender lo sofocante que debió resultar aquel ambiente tanto para el enfermo como para su enfermero, el P. Chanel que lo cuidaba noche y día.  Poco tiempo después escribiría : le proporcionamos todos los remedios que estaban a nuestro alcance, pero, por desgracia, sin resultado ... Rezaba continuamente, salvo en los momentos en que la fatiga o el sueño le vencían. No nos cabía en la cabeza la idea de que pudiera morirse... Así, su muerte, fue un golpe terrible para nosotros.  Todos estábamos con él, en aquel momento”.  Para el funeral se preparó un altar en la cubierta.  El Obispo Mons. Pompallier ofició la Misa;; y después, el primer marista que moría, fue sepultado en el mar.  Con fe y serenidad genuinas, el P. Chanel concluía así una carta dirigida a su propia madre:  “Alégrate si oyes decir que yo he muerto así, como él...

A pesar de las apariencias, Chanel  era físicamente fuerte y resistente.  Superó el rigor de la fiebre y sus secuelas posteriores.  Más adelante en Futuna, le encontramos compartiendo con los indígenas el pescado crudo, que sus compañeros de religión consideraban intragable.  Después de una larga y penosa escala en las Islas Canarias y otras más cortas en Valparaíso, Tahití y Tonga, llega a su campo de misión el 8 de noviembre de 1837.

Para hacernos una idea de la inmensidad del Pacífico pensemos que Futuna está a 2,000 de Tahití; a 300 al EN. de Fiji y a unas 100 de Uvea (Wallis), donde misionaba su vecino más próximo el P. Bataillon.  Inmediatamente con ayuda del Hno. Nizier, el Padre comenzó a aprender la lengua del país y a adaptarse a las costumbres de Polinesia.  Incluso llegó a escribir un libro sobre la Doctrina Cristiana en este Idioma.  Sin embargo,  a pesar de sus esfuerzos, apenas si bautizó a un puñado de niños, muchachos y adultos, en peligro de muerte.  Pero esto no significa que la mayoría de los futunianos no lo pareciesen.  De hecho era conocido como “ El hombre de gran corazón”.   El problema estaba en que el jefe supremo de la isla, el rey, y sus secuaces no veían con buenos ojos la popularidad del sacerdote.  Temerosos de que si de fe robusta, estaba entristecido por la casi total ausencia de misiones católicas en aquella vasta región.  Fue llamado a París para ser condecorado con la Legión de Honor, y aprovechó esta oportunidad para llamar la atención del Rector del Colegio Irlandés.  Fue presentado a Mons. de Solages, Prefecto Apostólico de las Islas Reunión, en el Océano Indico.  Ambos decidieron acudir al Cardenal de CROY, Arzobispo de Rouen y presidente del Consejo Nacional para la Propagación de la Fe.  Este buen cardenal se puso en contacto con la Santa Sede.  Como resultado de estas gestiones,  Oceanía Oriental les fue adjudicada a los Padres del Sagrado Corazón; y se le pedía a Mons. de Solage, que se hiciera cargo de la evangelización de Oceanía  Occidental en diciembre de 1829.  Hacia allá marchaba vía Madagascar, cuando le sobrevino la muerte en 1832.  Luego, su predecesor en las Islas Reunión, después de recibir el nombramiento, declinó la oferta a causa de la edad y de los achaques.  Poco tiempo después Mons.  de Pins, Administrador de Lyon, proponía a un sacerdote de aquella diócesis, celoso y capaz, Francisco Pompallier, como la persona apropiada para aquel puesto.  Roma expidió el nombramiento: Vicario Apostólico de Oceanía Occidental, es decir la región entera entre las Islas Cook y Nueva Zelanda.

Para esta misión necesitaba sacerdotes y el Arzobispo Le Pins le aconsejó que se los pidiese a los Maristas.  El P. Colin y su consejo aceptaron.  Como resultado, la S.M.  recibía su plena aprobación el 29 de abril de 1836, mediante el Breve  “Omnium Gentium”  (“La salvación de todas las naciones”), firmado por el Papa Gregorio XVI.  A los maristas se les confiaba la evangelización de Oceanía Occidental.  Señalemos que antes de ser Papa, Gregorio XVI. había desempeñado el cargo de Prefecto de “Propaganda Fide”.  Como Supremo Pontífice se destacó como el gran promotor de las misiones.

 

NOTA BIOGRÁFICA

Pedro Chanel, el futuro primer mártir y patrón de Oceanía, nació en Cuet (SE. de Francia) en el seno de una familia campesina, el 12 de Julio de 1803.  Sus pasos fueron providencialmente encaminados hacia el sacerdocio, merced al ejemplo de sus familiares más cercanos y al celo de su primer maestro, el P. Juan Trompier, párroco de Cras, pueblo en el que se había casado y vivía su hermano mayor.  El P. Trompier pudo citar al joven Chanel lo que dice el Salmo (31,8) “Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir”.  Unos años después, Pedro decía “El P. Trompier es, después de Dios, la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Belley el 15 de julio de 1827.  Trabajó duro tanto de Coadjutor, como de Párroco.  Su Obispo, Mons. Devie le permitió unirse a la recién nacida Sociedad de los Padres Maristas.  El Superior General, Padre Juan Claudio Colín le nombró, primero profesor y Director Espiritual y luego Superior del Colegio de Belley.  Una estatua de Pedro la nueva religión ganaba adeptos, ellos perderían el control sobre la gente, idearon un plan: hacer la vida imposible a los misioneros, sembrando de obstáculos la vida diaria.  Es decir, ponen en marcha un proceso de muerte lenta para asestar al final el golpe de gracia.  Primero les despojan de su intimidad;  Los nativos irrumpían en la choza a cualquier hora y por cualquier motivo.  Durante meses les fue imposible celebrar la Eucaristía.  En cuanto las cosechas apuntaban, el jardín era sistemáticamente saqueado.  Cada una de estas acciones estaba pensada para hacerles impopulares a los ojos de la gente del pueblo; pero no tuvieron demasiado éxito.  Es en estos momentos cuando el hijo del Rey se presentó con deseos de recibir en secreto instrucción en la fe.  Se necesitaba mucha prudencia, ya que este joven era considerado como el heredero.  En medio de la crisis, el P. Chanel meditaba las palabras proféticas del Fundador.

“Cuanto más tengamos que sufrir, tanto más mérito conseguiremos.  Las obras de los hombres no son como las de Dios.  Los trabajos apostólicos necesitan pasar por la cruz, para ser purificados y acrecentados.  Dios tiene su propio tiempo...Llénate pues de fe y de resignación; atrévete con valentía a ver y a juzgar las cosas con los ojos de Dios.  El tiene en cuenta todos tus momentos de angustia, todos tus sacrificios...Con abnegación, paciencia y buena voluntad, trabaja solamente por El y no para que los hombres te alaben... Cuando misionero ha sido purificado por el sufrimiento y la abnegación propia, se olvida de todo lo que ha quedado atrás y continúa empujando sobre lo que está por delante, buscando sólo el bien de las almas.  Piensa en el Salvador del mundo.  Como tú y ciertamente más que tú,  El soportó ultrajes, persecuciones y privaciones.  Fue condenado a muerte por los mismos hombres que venía a salvar.  Para participar en su triunfo, primero debemos compartir sus sufrimientos.  Al menos, a mí no me asustan las tormentas.  Son útiles y necesarias para realizar la obra de Dios, incluso a veces pueden hundir un barco mal construido, pero el barco que es sólido y bien hecho puede encaminarse a puerto....Que no os falte ánimo”.

No podemos imaginarnos lo alentadoras que debieron ser para Pedro Chanel estas palabras, cuando se encaraba a sus últimos días aquí en la tierra.  El Rey, pronto descubrió que Meitala, su hijo y heredero, recibía instrucción en la choza del Misionero.  Esto era ya el colmo.  Con muchas cautelas organizó un complot.

El 28 de abril de 1841 un puñado de asesinos irrumpió en la choza del misionero pidiendo una pomada y vendas.  Mientras el P. Chanel se disponía a buscarlas se abalanzaron sobre él golpeándole y hendiendo una azuela en su cráneo.  Antes de producirse el desenlace fatal se le oyó musitar entre dientes: “La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”. 

Mirado con criterios humanos, Pedro Chanel fue un fracasado; lo mismo que Nuestro Divino Salvador y tantos otros apóstoles y misioneros... Este fracaso no es otra cosa que un éxito retrasado.  El Obispo Pompallier dispuso que los restos del mártir fuesen trasladados a su Francia natal.  No mucho tiempo después, el Rey y algunos de sus secuaces morían de una enfermedad repugnante.

El P. Servant, amistosamente recibido por la gente de Futuna, vino a recoger la cosecha que tan penosa y esforzadamente había sembrado Pedro Chanel.

La gente de Futuna, lo mismo que sus vecinos de Wallis perseveran en la fe católica.  Unos años después del Vaticano II pidieron a las autoridades maristas el retorno a la isla de las sagradas reliquias de su apóstol y mártir.  El P. Joaquín Fernández, futuro General de la S.M., tuvo el privilegio de realizar este deseo de los Futunianos.  Fue una peregrinación cargada de nostalgia.  En el mismo lugar del martirio se levanta hoy una hermosa basílica como un firme centinela de la esperanza, en la inmensidad del Pacífico.  Las islas conforman una diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de sacerdotes y religiosas, algunas de las cuales se han unido al Carmelo de Samoa.  Para Pedro Chanel son suficientes las palabras de otro gran misionero francés “Cruza el mundo, salva un alma y muere...” (Cardenal Lavigerie).

Beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889, Pedro Chanel fue canonizado por el Papa Pío XII, durante las celebraciones del Año Mariano de 1954: y en seguida fue proclamado Patrón de Oceanía.  Sus reliquias fueron colocadas en el Altar Mayor de la Basílica de San Pío X de Lourdes al lado de las de San Bernardo.  El florecimiento de las misiones de Oceanía se atribuye el ejemplo y a la intercesión de San Pedro Chanel.  Su inspiración se conserva viva para todos los sacerdotes y religiosos, donde quiera que ellos trabajen ya sea en su patria o en ultramar.  ¡Ojalá! se fijen en su fe viva, serenidad y ánimo infatigables!.  De esta forma quedará garantizado el éxito de su apostolado. “ ¡Qué hermosos son sobre los montes (cruces, sufrimientos, frustraciones...)  los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es Rey!”  (Is. 52,7)

 

DÍA PRIMERO:

Pedro Chanel:  Estudios y carácter

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Cuando Pedro Chanel era niño, no abundaban las escuelas, y las pocas que había no estaban al alcance de los muchachos campesinos.  Pedro Chanel ayudaba a sus padres en los trabajos del campo.  Afortunadamente en aquellos tiempos la mayoría de la gente acudía a los actos organizados por la Parroquia.  Desde la Iglesia se impartía una buena formación religiosa a los niños y a los jóvenes.

 

Pedro Chanel visitaba todos los domingos el hogar de su hermana mayor que estaba casada y vivía en Cras.  Así fue como Pedro sin darse cuenta se vio atraído por la simpatía del P. Juan Trompier.  Este buen Padre, antes de recibir la ordenación sacerdotal había sido maestro.  Impresionado por las dotes del muchacho, le animó a pedir el consentimiento de los padres para acudir a la escuela parroquial de Cras.  Así lo hizo Pedro Chanel y a partir de aquel momento hizo grandes progresos.  No fue el único.  Por lo menos doce sacerdotes recibieron su primera formación de manos del P. Trompier.  Un testigo, que conocía bien el asunto acostumbraba a decir: “ Fue el P. Trompier quien puso en Pedro Chanel, lo que sería más tarde”.  El mismo, años más adelante confeso:  “El P. Trompier es después de Dios la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Pasó la etapa de la escuela parroquial.  Pedro fue al Seminario.  Allí se dedicó con ahínco a sus estudios.  No poseía una inteligencia brillante, pero gracias a su tesón pudo pasar con éxito todos los exámenes.  Como se daba cuenta de que para ser un buen sacerdote no era suficiente una sólida formación intelectual, cultivó con mucha fidelidad los ejercicios de piedad que marcaban el ritmo diario del seminario.  Esto no lo hacía por rutina sino por convicción.  Dice el Salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.

Pedro era un muchacho de reconocida sensibilidad y muy amable con todo el mundo; pero cuando lo requería el caso era un hombre firme y decidido.  En cierta ocasión uno de sus condíscipulos trató de involucrarle en la crítica de un sermón predicado por uno de los profesores del Seminario.  Su respuesta fue contundente: “Cuando vengo a la Iglesia, dejo la retórica a la puerta; porque el Señor dice: “El que a vosotros escucha a mí me escucha...”

En otras situaciones, Pedro Chanel sabía tener presencia de ánimo y aplomo como lo demuestra la siguiente anédocta:  En cierta ocasión viajaba en el mismo vehículo que los obreros de una fábrica.  El tema de conversación no era precisamente edificante.  Intuitivamente recordó aquellas palabras de Pablo “Que tales cosas ni siquiera se mencionen entre vosotros”.  Decididamente se volvió hacia sus compañeros de viaje y les dijo:  “Es una lástima que ustedes no hayan traído un poco de algodón de la fábrica ,todos los trabajadores entendieron perfectamente la indirecta y cambiaron de conversación.

Como todos los jóvenes, pasó por momentos de desaliento.  Tenía 15 años y  estudiaba en Cras.  El P. Trompier se había ausentado de la Casa Parroquial urgido por sus deberes pastorales.  Aquel día Pedro se sintió especialmente abrumado por el trabajo de la escuela y por un futuro no demasiado halagador... Sin pensárselo dos veces reunió todas sus cosas, hizo un paquete y se dispuso a abandonar....Cuando ya se alejaba de la aldea se encontró casualmente con una colaboradora del Padre que el convenció para que hiciese una visita al Santísimo  María.  Pedro obedeció y unos instantes más tarde recuperaba la calma y el ánimo.  En la Iglesia de Cras hoy encontramos una capilla dedicada a San Pedro Chanel y allí se puede venerar la estatua, ante la cual el Santo abrió su   corazón en aquellos momentos críticos.

Incluso  antes de partir para Oceanía, tal vez impresionado por las relexiones de un tío suyo, se mostraba indeciso acerca de su idoneidad para las Misiones.  El Superior del Convento de Belley le tranquilizó con estas palabras: “ ¡Anda  ya!.  ¿ Y en estos momentos vas a renunciar a la palma del apostolado y tal vez a la palma del martirio?.  Estoy seguro que no vas a rechazar la llamada  de Dios.  Así que, anímate; no lo dudes más.  Vete a Oceanía...Cuentas con nuestras oraciones, y en las tuyas, no te olvides de nosotros.

Unos días más tarde escribía a uno de sus amigos: “Se me hace larga la espera.  Incluso si yo tuviera un millar de vidas, no me pesaría entregarlas todas por la salvación de los habitantes de Oceanía.

Las palabras ardientes del Apóstol de los Gentiles mantenían alta su moral:  “En el cumplimiento del deber: no sean flojos.  En el Espíritu sean fervorosos, y sirvan al Señor.  Tengan esperanza y estén alegres.  En las pruebas sean pacientes.  Oren en todo tiempo (Rom.12.11 y 12) “Que nadie tenga que sufrir por asesino o ladrón, malhechor o delator.  En cambio, si alguien sufre por ser cristiano, no se avergüence, sino dé gracias a Dios por llevar el nombre de cristiano” (1 Pet. 4,15).

Con entusiasmo él leyó aquellas hermosas palabras del Sirácides (51,12-13) “Te daré gracias y te alabaré; y bendeciré el Nombre del Señor.  En mi juventud, antes de mis viajes, busqué sinceramente la sabiduría en la oración: en la entrada del santuario le pedí y hasta el fin de mis días la buscaré”.

 

DÍA 2º :  LOS PRIMEROS AÑOS DE PEDRO CHANEL COMO SACERDOTE

Antes de ingresar en la S.M. el P. Chanel fue, primero coadjutor de la Parroquia de Amberieu, durante un año y luego párroco de Crozet.  En aquellos tiempos, dada la escasez de sacerdotes, no era raro que un sacerdote recién ordenado fuese nombrado para puestos de responsabilidad.

Su programa pastoral nos recuerda mucho al de Juan María Vianney, el célebre cura de Ars:  Profunda devoción a Jesús sacramentado y a Nuestra Señora; cuidadosa preparación de los sermones, abundante instrucción religiosa a los niños y jóvenes; visita a todos los hogares de la parroquia y....tiempo para estar a solas con el Sagrario.  Unos años más tarde un sacerdote nativo de Crozet afirmaba que cuando un feligrés refiriéndose a un sacerdote quería expresar que era merecedor de todo su afecto y estima decía simplemente:  “Es otro Chanel”.

Durante el tiempo que estuvo en el colegio de Belley mucha gente acudía a él en busca de consejo y Dirección Espiritual.  Los sacerdotes amigos solicitaban unos días de retiro dirigidos por él.  Más de una vez tuvo que levantarse a media noche para atender casos de emergencia en el Hospital que estaba al otro lado de la calle.  Los sacerdotes de los alrededores le invitaban a celebrar la Misa o a predicar en la Fiesta Patronal.  Al menos una vez siendo joven sacerdote predicó en la Catedral los días señalados de la Semana Santa.  Años más tarde el Obispo Mons. Devie ponderaría su elocuencia persuasiva, combinada con la sencillez y la modestia.

Para Pedro Chanel “Hablar de Dios, y no mencionar su misericordia era algo inconcebible.  El predicador que así lo haga, es mejor que permanezca callado”.

El P. Martindale, en sus memorias dice que en sus viajes tenía la costumbre de relacionarse con la gente.  En el viaje que le llevó a Futuna su deseo de entrar en contacto con el personal del “Delfine” estaba difícil.  Tanto el Capitán como los marineros eran groseramente anticlericales.  Cuando llegaron a Santa Cruz de Tenerife, en las Canarias, el barco permaneció amarrado a puerto 50 días.  Tanto el Obispo Pompallier, como los misioneros tuvieron que dormir sobre el duro suelo de una casa alquilada a un trabajador.  Los misioneros declinaron la hospitalidad que gentilmente les ofreció el Obispo de la ciudad.  Los Maristas querían acostumbrarse a  las penalidades de la Misión.

Para poner las cosas peor, se desató una terrible fiebre que hizo estragos en la isla.  El Benjamín de la expedición, el P. Claudio Bret  fue agarrado por la fiebre.  Al fin, el capitán permitió a los misioneros regresar a sus camarotes de 7 x 4 pies.  La paciencia y la bondad de los misioneros hizo mella en una parte de la tripulación.  Todos los marineros asistieron al funeral del P. Bret en algún lugar del Atlántico al norte de las Malvinas.  Al llegar a Valparaíso aquellos rudos hombres ya habían sido ganados.  Muchos de ellos SE confesaron y recibieron la comunión.  Este fue el primer trabajo misionero de Pedro Chanel y de sus compañeros.

Poco después subían a bordo del vapor “Europa”.  La tripulación era americana, de religión protestante; hostiles, al principio, pero muy pronto la simpatía del obispo y de los misioneros les hizo cambiar de actitud.  Luego Chanel organizó su propio retiro anual.  En Tonga, se les unió un jóven llamado Tomás Boag, probablemente escocés, que tomó la decisión de vivir en Futuna.  El P. Chanel halló en él un valioso colaborador.  Con él continúo el aprendizaje de la lengua inglesa que había comenzado en L’Havre y Valparaíso. Poco a poco el joven Tomás fue convirtiéndose en un amigo fiel y servicial.   Fue bautizado bajo condición la víspera de todos los Santos de 1840; y al día siguiente, en presencia de un gran número de Futunianos asistió  a la Misa Solemne y recibió su Primera Comunión.  Esto fue una acontecimiento significativo para el P. Chalen que invitó a los nativos a seguir el ejemplo.

Las otras 45 personas que figuran en el Libro de Bautismos, cuyos nombres él escribió lleno de gozo eran niños o adultos en peligro de muerte.

 

DÍA 3º   SAN PEDRO CHANEL Y LOS JÓVENES

Juan Claudio Colín, el Fundador de la Congregación de los Padres Maristas, en una de sus Cartas Circulares dirigidas a los educadores les ponía en guardia frente a la tentación de buscar una cierta popularidad entre los alumnos.  Pensad más bien, les dice, en aquellos valores que los jóvenes adultos de 25 o 26 años pueden estar necesitando.

Pedro Chanel fue un hombre sereno y tenía un perfecto dominio de sí mismo.  Se vivían tiempos difíciles en Francia.  El espíritu de la revolución lo había invadido todo: ciudades y campos.  Recordemos que el P. Colín todavía relativamente joven, tuvo sus dificultades el primer año como Superior del Colegio de Belley.  Acertó a descubrir pronto a los alborotadores y los expulsó enérgicamente.  Pero el cardo de Superior nunca fue un puesto cómodo ni para él, ni para su sucesor el P. Chanel. Todos los Colegios de Secundaria tenían similares problemas.

Chanel puso empeño en la formación de pequeñas Asociaciones ( una especie de Acción Católica, dentro de la escuela). Varios muchachos le eligieron como su Director Espiritual y como Confesor.  Uno de sus dirigidos escribía más tarde:  “Era como si atrapase tu corazón entre los pliegues de su caridad transparente para luego impulsarte hacia el cielo... Consiguió que la virtud fuese valorada por sí misma de tal modo que algunos deseaban cultivar la misma virtud...”  En cierta ocasión dirigió a los estudiantes la siguiente alocución : “Muchachos pongan de su parte todo lo que les sea posible para que este Colegio sea el segundo hogar de ustedes.  Deseo que aquí se sientan queridos y felices.  Espero que sus almas se desarrollen bajo la gracia de Dios, y que su carácter se fortalezca... Esto no significa que nunca tengan que hacerse violencia a ustedes mismos, que no tengan que sufrir.  Las sendas del aprendizaje y de la virtud nunca están exentas de espinas.  Sería pedir lo imposible, porque la escuela ha sido definida como un entrenamiento para la vida.  Acostúmbrense por ustedes mismos y por adelantado, a sufrir y a soportar”.

No pocos ex-alumnos le escribieron a la lejana Futuna.  A uno que le pedía consejo le llegó esta respuesta:  “Me alegra ver que estás interesado por tu salvación.  Mantén el ánimo firme y sigue por las sendas de Dios hasta el final. Sólo si perseveramos podremos lograr la salvación.  Aquí tienes unas pocas reglas que yo espero te sean útiles:  Por la mañana, al despertarse dedica unos minutos a la oración y a la meditación; pensando así en tu corazón estás recordando cuáles son tus deberes y te estás preparando para cumplirlos.  Ve a confesarte por lo menos una vez al mes; nunca te acuestes con un pecado mortal sobre tu conciencia.  A la edad de ustedes, el alma es a menudo débil, pero con principios claros, arraigados en el carácter, el arrepentimiento viene enseguida... Manténte en guardia contra los libros peligrosos y las malas compañías.  No estés demasiado ocioso.  El trabajo nos fortifica contra los ataques del diablo, que así siempre te encontrará ocupado.  Joven y fortachón, como eres, debes acostumbrarte al pensamiento de la muerte.  Es la manera de evitar el pecado y de practicar la virtud.  ¡ El recuerdo de la muerte  sólo atemoriza al culpable  !. sobre todo, mi querido hijo, ten un amor filial a la Virgen María.  Nunca está demás repetir que un devoto de  María nunca perecerá.

Con esta convicción, Chanel, Maestro y guía del jóven, leyó estas ardientes palabras de San Juan : (1 Jn. 2,14-17)  “Jóvenes les he escrito porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes que ya han vencido al Malo.  No amen al  mundo, ni lo que hay en él.  Pasa el mundo y toca  su codicia, más el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

Esta carta de Futuna  nos hace recordar otras dos citas que él a menudo meditaba:  “En todos tus trabajos recuerda tu destino y no peques”.  Todas las noches antes de retirarse lee el aviso de san Pedro: “Sean sobrios, estén despiertos, porque su enemigo el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resístanle en la fe” (1 Pe. 5,8-9).

A menudo recomendaba a sus alumnos que al acostarse no olvidasen las tres Avemarías y la invocación al Ángel de la Guarda.

 

DÍA 4º  MENSAJE DEL P. COLÍN A LOS PRIMEROS MISIONEROS Y A TODOS AQUELLOS QUE DESEAN SEGUIR SUS HUELLAS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo y la poderosa intercesión de nuestra tierna Madre, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes...Dios no me permite, amados hermanos, compartir sus trabajos, penas y méritos; ni tampoco puedo acompañarles en esa tarea tan noble... Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, se lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les dé algunos consejos... Esos consejos les podrán ser de gran utilidad, y si no, por lo menos, una prueba de mi afecto y de mi solicitud.

No confíen nunca  en ustedes mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán sobre ustedes las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, anda ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no será ni apocado ni temerario.  Repetirá constantemente:  “Se de quien me he fiado”, “ todo lo puedo en aquel que me da fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la  fe y de la confianza que pongan en Dios.

No apaguen la referencia al Salvador del mundo. En su Nombre marchan “Yo les envío”.  Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles. Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento: Cristo estará con ustedes en los trabajos y en los viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed, El también tendrá hambre o sed; A EL será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.

Sean hombres de oración...Convertir un alma es más que resucitar un muerto y eso sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los día sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientandos hacia ese fin.

Nada les diré de la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar.  Son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de  ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen  pasar un solo día sin rezar, por lo menos, algunos misterios del rosario.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, y colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como signo de su toma de posesión sobre la isla y de que se la han consagrado.

Recuerden igualmente que San José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de sus hermanos deben hacerlas propias.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

Por encima de todo, amadísimos en el Señor, jamás busquen sus intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganarán infaliblemente la corona del apostolado.  Muestren también el mayor respeto hacia los demás religiosos  y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como suyo el bien que hacen ellos, siendo deferentes con ellos, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

Finalmente confíen en la oración: por desgracia, nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y méritos  nos pertenecen.  Ofrezcan a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón Inmaculado de la Madre.  El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en sus manos el poder de su cruz... Ofrezcan al eterno Padre los méritos de su Madre.  Tengan la seguridad de ser escuchados cuando vayan a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empecé, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor ... “  Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.......

El P. Chanel leía a menudo estos consejos de P. Fundador.  Los tomó como regla de vida y mostraba su agradecimiento por recibir “tan sabios consejos.  Que los corazones de ustedes sean tan ardientes como el clima en el que viven”.

El mismo se atrevió a dar sabios consejos a algunos superiores:  A uno de ellos les escribió “Si tomas decisiones, sin pasarlas por el tamiz de la oración, molestarás siempre; caerás en muchas contradicciones y trabajarás en vano... Sólo en la oración encontrarás ánimo, paciencia, amabilidad y firmeza suficientes... En el clima de la oración aprenderás a gobernar con dulzura.  En el silencio de la oración Dios cambiará tus actitudes y en su lugar El pondrá las suyas.

 

5º DÍA:  “ Cuando un amigo se va... algo se muere en el alma”

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Una vez concluidas las tareas del Colegio y preparados todos los asuntos para el traspaso de poderes a su sucesor, llegó el momento de las despedidas.

Pedro Chanel insistió en visitar los Seminarios que él había conocido y amado:  Amberieu. Brou, Cras, Crozet, Montrevel y ...La Potiére, Parroquia que le vio nacer y en la que vivía su madre, viuda desde hacía poco tiempo.  Hizo también una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fourviére, íntimamente asociado a la promesa de los primeros maristas.  Después visitó en Belley a Mons. Devie.

Este obispo era el primero que gobernaba la Diócesis, después de la restauración de la misma.  Era un pastor celoso y clarividente.  El mismo había nombrado a Juan María Vianney para que revitalizase la fe en Ars; tenía en mucha estima a Colín y a Chanel.  Este fue el mensaje con el que despidió al joven misionero.

“Así pues, nos dejas.  Al fin, ves cumplidas tus aspiraciones de tantos años.  ¿Necesito decirte que tu partida es la primera contrariedad que tu me causas?  No obstante, yo me alegro por tí.  Estoy seguro que estás cumpliendo con la voluntad de Dios.  El es el que te está llamando ahora.  Más de una vez te he contrariado al oponerme a tus deseos de partir para las Misiones.  (Antes de ser nombrado párroco de Crozet,  Pedro Chanel había hecho gestiones para alistarse en una Misión necesitada en América del Norte (Dubuque); al fallarle esto intentó unirse al P. Bonnard para irse a las Indias Orientales.)  Yo soy el culpable de haber retrasado tu labor misionera, sólo porque quería estar seguro de que se trataba de una llamada extraordinaria de Dios.  Es hermoso saber que te has preparado con el ejercicio del sagrado ministerio, aquí en tu diócesis de origen.  La Providencia se ha encargado de irte preparando:  te ha dado una Congregación religiosa.  La tarea que vas a empezar es ciertamente muy hermosa, pero también muy difícil.  Prepárate para hacer frente a numerosas privaciones y a muchos sufrimientos.  Pero ten ánimo.  La Virgen María te ama con un amor muy especial.  Ella te sostendrá en todos tus trabajos por Jesús.  Así superarás cualquier dificultad.  Adiós, Arrodíllate para recibir mi bendición.  La bendición de quien no te volverá a ver más, aquí en la tierra.”

Se dice que el Sr. Obispo vertió lágrimas cuando Chanel cruzaba el umbral de la puerta.

Comprendemos perfectamente que la despedida más dolorosa fue la de su madre, que había enviudado hacía muy poco.  La última noche que pasó en casa, Pedro Chanel  y su madre compartieron muchas cosas en la intimidad.  Pedro le mostraba todas sus ilusiones y le pedía que le recordase todos los días en sus oraciones.

A la mañana siguiente, ella se levantó muy temprano y cuando fue al cuarto de su hijo, descubrió que ya se había ido.  Poco tiempo después, Pedro Chanel exponía sus razones a un amigo:  “ Deseaba ahorrarle el último sufrimiento.  ¿ Le has entregado el mensaje de despedida explicándole por qué actúe así ?.  Sabe muy bien que si para ella era doloroso verme partir, igualmente para mí era insoportable separarme de ella.  Dios todopoderoso la premiará.  Dile que mi amor por ella se ha incrementado.  Nunca la olvidaré en mis Misas, ni en mis oraciones”.

Periódicamente escribía a su madre, tanto durante su viaje, como desde Futuna.  Un poeta contemporáneo canta:

Una madre es siempre una madre;

la cosa más santa de la tierra”

 

Nota

Pedro Chanel y sus compañeros llegaron al puerto del ‘Havre el 27 de octubre, pero el barco que había de llevarles a Valparaíso no zarpó hasta la víspera de Navidad.  durante estos casi dos meses, los misioneros fueron huéspedes de la Sra. Dodard.  Esta señora tenía una casa grande y en ella alojaba gratuitamente a todos los misioneros que se encontraban de paso en la ciudad, esperando la partida de un barco para irse a las Misiones.  Se trata de una gran benefactora de las Misiones, lo mismo que Paulina Jaricot, Fundadora de la Obra de la Propagación de la fe.  Sin duda alguna su recompensa será muy grande en el Reino de los cielos.

Debieron ser muy pesados estos días  de espera en el puerto ya que se encaraban a una misión totalmente desconocida.  Nos vienen a la mente los versos de santa Teresa de Jesús, la gran Doctora y poetisa Mística.

Nada te turbe,

nada te espante,

todo se pasa,

Dios no se muda;

la paciencia

todo lo alcanza;

quien a Dios tiene

nada le falta:

Sólo Dios basta

 

6º DÍA: UN HOMBRE DE ORACIÓN

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Leyendo el diario que Pedro Chanel escribió en la Misión de Futuna constatamos que comienza siempre haciendo un repaso de la jornada con palabras parecidas a éstas: Levantarse a las 5.30; oración y meditación.  (En Francia se hubiera levantado a las 4.30; pero en Futuna, debido a la falta de lámparas, era necesario aguardar a la luz del día).  Un detalle es seguro: la dedicación de un tiempo conveniente a la oración, tal como el P. Colín había inculcado en todos los maristas.

Deseo decirles algo que me es muy querido: Sean hombres de oración.  Recen constantemente.  Recen mucho los unos por los otros.  Para conseguir algo que merezca la pena, tienen que rezar.  El sacerdote auténtico, que ama a Dios mete el mundo entero en su oración.  El que sólo reza por sí, tiene un corazón escogido y mezquino.  Las gracias que reciba estarán en relación con la estrechez de su corazón... La oración consigue conversiones...

Las almas convertidas en Oceanía serán el fruto de nuestras oraciones.  Orar es una manera de hacer el bien, permaneciendo “Ocultos y desconocidos”.  La Virgen María no hacía mucho ruido, pero rezaba mucho.  La oración es la savia que recorre el árbol y le proporciona los frutos a su tiempo; es el aceite que mantiene la llama encendida en la lámpara.  El que vive en la presencia de Dios, reza continuamente.  Hagan bien lo que tienen que hacer y cumplan la voluntad de Dios.  Resumiendo:  Sean fieles a sus oraciones ordinarias y todo les irá bien”.

Estos principios eran compartidos con Pedro Chanel desde sus tiempos de estudiante, como se desprende del testimonio de sus profesores y compañeros.  Presentamos un testimonio, como botón de muestra.  Los HH. Maristas tuvieron el privilegio de proporcionar a Pedro Chanel un fiel compañero, el Hermano Nizier, que seguramente hubiera sido martirizado con él de haberse encontrado  en su compañía el 28 de Abril.  Un día antes se había desplazado a Sigavé, al otro extremo de la isla, para visitar a los enfermos y bautizar a los moribundos.  La gente de Sigavé eran sus mejores amigos.

He aquí el dibujo rápido que el Hermano Nizier hace de nuestro héroe: “ Después de sus trabajos misionales, bajo un sol abrasador y pasando hambre, volvía a casa sudoroso y rendido de cansancio, pero con gran alegría y entereza de ánimo, como si viniera de un lugar de recreo, y esto no una vez, sino casi todos los días.

No solía negar nada a los indígenas, ni siquiera a los que le perseguían, excusándolos siempre y acogiéndolos, por rudos e incómodos que fueran. Era de una dulzura de trato sin par y con todos.  No es extraño que los indígenas le llamaran “el hombre de gran corazón”.  El decía muchas veces al hermano: “ En esta misión tan difícil es preciso que seamos santos”.

La víspera del martirio, antes de enviar al hermano a cumplir un deber misionero a Sigavé señalaba:  “No importa que yo muera; la religión de Cristo está ya tan arraigada en esta isla que no se extinguirá con mi muerte.

Podía haber añadido las observaciones de San Francisco Javier el gran patrón de los misioneros: “El peligro mayor de todos es que no confiemos lo bastante en Dios”.

Siempre se sintió animado por las palabras del primer Papa, aprendidas de memoria en el Seminario: “Por eso alégrense, aunque por un tiempo quizás les sea necesario sufrir varias pruebas.  Su fe saldrá de ahí probada, como el oro que pasa por el fuego.. Entonces será motivo de alabanza, de gloria y de honor para Dios”. (1 Pe, 1,6)

 

 

 

7º día.- PACIENCIA EN MEDIO DE LA EXTREMA POBREZA. 

EL DRAMA FINAL

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“Dios nos conforta en todas nuestras tribulaciones” (San Pablo).  Mons. Pompallier había prometido a Pedro chanel con demasiado optimismo regresas a Futuna con otro misionero, en el plazo de seis meses.  Le fue imposible cumplir tal promesa. Esto ciertamente fue un grave contratiempo; pues dejó comprometida la credibilidad  del P. Chanel y del Hermano Nizier a los ojos de los nativos de Futuna.  No obstante, el 8 de mayo de 1839,  el Padre Chanel y el Hno. Nizier tuvieron la alegría de dar la bienvenida a 5 misioneros que se encaminaban a otros destinos.  El P. Epalle (futuro Obispo) nos ha dejado las impresiones de lo que él vio:

“Vi de nuevo a aquel ángel de paz y de caridad... ¡ Cómo me impresionó su amistosa sencillez!.  A medida que nos íbamos acercando a la choza más humilde, lo vimos a él que venía a nuestro encuentro para darnos la bienvenida; y así penetramos en su hogar futuniano.  No era exactamente la casa de Nazaret, porque aunque pobre, aquella santa morada estaba modestamente amueblada y tenía algunos utensilios de cocina; la celda del Profeta Elías tenia una cama, una silla, una mesa y el lugar para poner una lámpara.  En la habitación del P. Chanel todo lo que nosotros pudimos ver fue un Altar de tosca madera, el tronco de un árbol por almohada, algunos trozos de tela metálica para defenderse de millones de mosquitos. El piso estaba empedrado de cantos rodados, cogidos a la orilla del mar.  Nos llamaron la atención la ropa harapienta, los ornamentos para celebrar la Misa, unas pocas herramientas para trabajar en el huerto y un hacha, que con el tiempo sería usada para consumar su martirio.  Tal era el contenido de esta choza.  El huerto tenía varios árboles frutales, pero todo el mundo sabe que los indígenas venían a robarle los frutos en cuanto maduraban.  No tenia cocina.  El acoso permanente al que estaba expuesto la hacía innecesaria.  El horario de las comidas dependía del humor del Jefe  (¡El Rey!).  Muchos días él y el hermano experimentaron la mordedura del hambre.  Compartían la convicción   de San Francisco Javier.  “Experimentar la soberana bondad de Dios, es nuestro único consuelo en este valle de lágrimas.  Si no fuera por la experiencia de Dios a través de la oración, la vida sería intolerable”, pero gracias a ella tranquila y en silencio he mantenido mi alma. ( Salmo 131,2 (130)”

El P. chanel continuó trabajando y luchando con más ahínco que nunca.  Meitala, hijo y heredero de Niuliki, se estaba acercando a la fe, como catecúmeno.  Pero como dice el salmo: “Los príncipes celebraban consejo contra el Señor y contra su elegido”.  El miedo y la superstición empujaron al Rey y a sus esbirros a buscar una ocasión para matar al sacerdote extranjero y así evitar que su religión acabase robándoles toda influencia sobre los naturales Futuna.

Es el 28 de abril de 1841, por la mañana.  Se le acerca Musu-Musu, el asesino y le pide una venda para curar una herida.  Cuando el P. Chalen entra a buscar la venda ve cómo dos indígenas le están robando.  Les llama la atención y ellos responden descargando sus rompecabezas sobre el hombro del Padre.  Después le golpean en la cabeza, que para los Polinesios es una afrenta muy grande.  Por fin, mientras el Padre musitaba: “Está bien; está bien.  La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”, el cabecilla del grupo agarra una azuela y la clava en el cráneo del sacerdote.  Así era cómo estaba destinado a entregar su alma a Dios.  Quizás tuvo un presentimiento de todo esto, lo mismo que Nuestro Señor en el Huerto Getsemaní, cuando un poco antes de abandonar la ciudad de Belley, tuvo unos momentos de  duda: “Padre, que pase a mí este cáliz ( de sufrimiento).... pero que no se haga mi voluntad, si no la tuya”.  Unos años antes, predicando en Amberieu, inesperadamente comenzó a rezar y dijo en voz alta: “Padre celestial, que se haga en mi vida lo que tú quieres: corta, trocea, quema,...  con tal de que yo pueda alcanzarte después”.   “Si morimos con El, viviremos con El.. si nos mantenemos fieles, reinaremos con El”.

Ninguna dificultad pudo desviar su firme decisión de ser un misionero de Jesús, el Buen pastor, bajo la bandera de María.

 

8º día : TESTIMONIO OBJETIVO

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Este es el resumen de las conclusiones a las que llegaron el grupo de Teólogos Romanos, designados para examinar cartas, diarios y otros escritos de Pedro Chanel:  Todo esto fue escrito no por vanagloria, si no más bien para obligarse a sí mismo, a buscar la perfección al hacer repaso de los acontecimientos de cada día.

Los manuscritos, después de un estudio grafológico, nos muestran con detalle, las pruebas y dificultades que se interponían entre él y la consecución de su único objetivo: la conversión de la gente de Futuna.  Sus palabras claramente  atestiguan, como en un espejo, la fe y la caridad, que llevaba encima, las dificultades que gozosamente soportaba. ( Se deben examinar detenidamente las cartas y diarios de Futuna, para darse cuenta de que su carrera misionera, día a día, le exigía un grado heroico de paciencia.

Todo lo que él escribe, no solamente está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia,  sino que manifiesta también su celo ardiente en la propagación de la fe.  Era una persona que trataba por todos los medios de conseguir su objetivo; un hombre verdaderamente apostólico, que se despidió de las alegrías y de los honores que el mundo pudiera ofrecerle.  No quiso que la ternura y el amor profundo que sentía hacia su madre la apartasen de su camino.  Decididamente dijo adiós a los amigos y a sus hijos espirituales y se esfumó en el anonimato por la causa del Evangelio.  Juntamente con su intensa devoción a la Madre de Dios, su lema fue:  “¡Que el Nombre de Jesús sea conocido y adorado en todos los países!”

En la Misión para la que él fue destinado trabajó infatigablemente, como un buen soldado de Cristo y no le faltó su premio.  Pedro Chanel mereció la recompensa más valiosa: sellar con su propia sangre la fe que infatigablemente había proclamado.  La conversión de toda la isla de Futuna y la notable expansión de la Fe Católica en Oceanía Central, oriental y sud-occidental sólo se pueden atribuir y no en pequeña medida a la intercesión y al ejemplo de Pedro Chanel.

 

Un Neozelandés, el P. Kevin Maher, compuso los siguientes versos dedicados a Pedro Chanel:

 

“Ni el corazón, ni el hogar pudieron detenerle,

una vez escuchada la voz;

en el nombre de María desafío los mares,

para llevar lejos tu Palabra salvadora.

 

Estéril era el suelo que él sembró,

pero muy grande su amor a Tí.

Todos los días repasaba las cuentas

que formaban el Rosario del mártir

 

No saboreó los premios del que cosecha,

 y aquel campo siempre árido,

merced a su sangre fue regado por la gracia,

y rindió una cosecha abundante y de calidad.

Pastorcillo de Francia, que murió

para salvar a las ovejas sin pastor

Condúcenos a los umbrales del cielo,

morada segura más allá de las sepulturas.

Con un lenguaje mucho más sobrio el primer Marista que fue nombrado obispo,  Pedro Bataillon, daba éste testimonio: “El P. Chanel fue nuestro superior durante el viaje y también fue nuestro modelo y ejemplo.  Siempre amable, siempre idéntico, afable y atento a todas nuestras necesidades; él nunca hubiera hecho mal a nadie.  Estaba pendiente de todos los que le habían sido confiados, siempre dispuesto a consolar y a dar ánimos.  Nunca le vimos enfadado.

Cierto después de muchos años de combate interior consiguió esta actitud de serenidad y de dominio de sí.  Había hecho suya aquella frase de san Agustín: “Esté seguro de que la Divina Misericordia, nunca le abandonará, si usted persevera en la oración”.

La Carta de Santiago dice:

“......estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas.  Ya saben que al ser probada nuestra fe, aprendemos a ser constantes. Procuren pues que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada...” (Sant. 1,2-4)

 

9º DÍA : EL HOMENAJE DEL PAPA.-

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El P. Chanel fue beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889 y canonizado en el Año Mariano de 1954.  En esta ocasión  el Papa Pío XII hizo la siguiente alocución que nos sirve como epílogo de la novena:

“A Pedro Chanel le cupo el honor de ser el primero en derramar su sangre por la fe cristiana en Oceanía.  Apenas había completado el sacrificio de su vida en la isla de Futuna, se recogió una tal cosecha de almas que nadie podía sospechar.  Pasó por la tierra con humildad, amabilidad, paciencia y caridad.  Su energía espiritual se alimentaba de un amor ferviente a Nuestra Señor.  “Amar a María y hacerla amar”, fue su deseo más ardoroso y el programa de su vida, incluso antes de llegar al sacerdocio.  De sacerdote se volcó en hacer volver a la práctica religiosa al pequeño rebaño a él confiado.  Pero su alma ansiaba otras tareas en el campo de las Misiones extranjeras.  Así, él decidió unirse reconocen a la Reina de los cielos como su madre y perpetua superiora y están decididos a conseguir la perfección apostólica y sacerdotal.  Durante cuatro años Pedro Chanel trabajó en la educación de los jóvenes.  Luego superando todos los afectos humanos, partió para Oceanía, donde el Evangelio todavía no había sido proclamado.  ¿ Quién puede describir todas las pruebas físicas y espirituales que le aguardaban allí?.  Los intentos de aprender la lengua y de adaptarse a las costumbres de la gente, la aparente falta de éxito, a pesar de todos sus esfuerzos,  los malentendidos, la hostilidad velada o abierta, que tuvo que encarar - ninguna de estas experiencias pudo doblegar su admirable confianza... A los nativos de Futuna les mostraba una caridad y simpatía sin límites.  Ciertamente el ejemplo de su vida auténtica y mortificada, su incesante oración, sus pláticas oportunas, iban preparando el camino a la Gracia Divina.  Porque después que el mártir entregó su alma a Dios, las fuerzas del enemigo que se le oponían, dejaron libre el camino.

Nuestra Santa Madre la Iglesia puede contar ahora con alegría almas numerosas y fervientes en aquellas lejanas islas Oceanía está allí para servir de ayuda a todos los misioneros, en cualquier campo que trabajen.  Que todos sean como él en estas virtudes que todos conocéis.  Porque el éxito final de vuestro trabajo está asegurado....”.

 

NOTAS 

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En el acto de consagración de la Basílica de San Pío X de Lourdes (25-05-58) el cardenal Angelo Roncalali, a petición del Papa reinante, Pío XII, depositó en altar Mayor, reliquias de San Pedro Chanel al lado de las de San Bernardo de Claraval.  Debemos recordar que Pío XII guardaba muy cerca de sí el relicario que le presentaron los maristas el Día de la Canonización (1954)  Más tarde en el otoño de 1958, Angelo Roncalli sucedió a Pío XII en el solio pontificio con el nombre de Juan XXIII.  El, a su vez, encomendó a los maristas mantener su carisma y les exhortó ardientemente a mantener vivo su legado.

El mensaje de Papa León XIII  a todos los maristas el 17 de noviembre de 1889, día de la Beatificación, es siempre actual:  “Sean otros Chanel, conságrense como él al servicio de Dios, de la Iglesia y de su Cabeza visible en la tierra”.

Merece la pena anotar que unos 47 años antes el P. Colín, Fundador de los Padres Maristas, había dado este lema a su familia espiritual: “Papa ante omnes; episcopi ante alios”.  Es decir obedezcan al Papa antes que a nadie; estén con sus obispos antes que con otros, tales como teólogos o los que se hacen llamar expertos.

Estas palabras son un eco de los consejos de San Ignacio de Antioquía e Ireneo de Lon en la época po-apostólica.  Tampoco le hubiera desagrado incluir el Axioma de San Patricio: “Ut Christiani, ita et Romani sitis” (Si son auténticos cristianos, serán leales a Roma).

El Hermano Nisier (Nicetus) Delorme, formado por el P. Champagnat trabajó en Oceanía muchos años.  Murió en Londres el 3 de Febrero de 1874 cuando regresaba a su misión después de unas vacaciones en familia, en su Francia natal.  Sus restos reposan en el cementerio de Harringay.

 

 

DIVERSAS ORACIONES FINALES DE LA NOVENA.-

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(Se puede variar según los días )

Eterno y poderoso Padre,

que adornaste a tu mártir San Pedro Chanel

con las virtudes heroicas de la fe, mansedumbre,

caridad e infatigable tesón en el anuncio del Evangelio.

Concédenos, te pedimos : seguir sus pasos,

y por su intercesión

mueve la mente y el corazón  de muchos jóvenes generosos

para que se entreguen al servicio de Jesús y de su iglesia

en la Sociedad de María.

Que se preparen y se formen de tal manera

que gasten su vida en la salvación de las almas.

Te lo pedimos en el Nombre de Jesús, Nuestro Señor. 

 

ORACIÓN A SAN PEDRO CHANEL

San Pedro Chanel, has dejado tu tierra

para anunciar a Jesús, el salvador del mundo

a los pueblos de Oceanía.

Llevado por el Espíritu de Dios,

que es fuerza de los mansos,

has sido testigo del amor,

hasta la entrega de tu vida.

Concédenos vivir, como tú, la vida diaria,

en la paz, la alegría y el amor fraterno.

Que tu ejemplo haga surgir en medio de nosotros,

muchos obreros del Evangelio, para que el Reino de Dios

se extienda hasta los confines del mundo

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACIÓN DEL MISAL ROMANO. 28 DE abril

Señor, tu que has concedido

la palma del martirio a San Pedro Chanel,

cuando trabajaba por extender tu Iglesia.

en las islas lejanas de Oceanía,

concédenos a nosotros que,

en medio de las alegrías pascuales,

celebremos de tal modo el misterio de Cristo,

muerto y resucitado,

que seamos verdaderamente testigos de una vida nueva

Por Jesucristo, nuestro Señor

 

CONCLUSIÓN DE LA NOVENA

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 La primera generación de maristas que recibió la tradición viva de manos de los Fundadores tenía la firme convicción de que si Pedro Chanel no hubiera sido mártir, hubiese llegado a ser venerado como confesor de la fe.

Pensando en Chanel, Eymard, Champagnat, Collombe, Epalle y Marmoiton, teniéndolos delante, como en un espejo, el Fundador de los maristas escribió:

“Allí donde Cristo se hace presente, allí encontramos modestia.  Por tanto se esforzarán en controlar sus palabras, sentimientos y acciones, de tal forma que puedan dar un buen ejemplo a todo el mundo”.

“Acuérdense de los pastores que les enseñaron las Palabra de Dios, miren como terminaron su vida e imiten su fe...Cristo Jesús permanece él mismo hoy como ayer y por la eternidad” (Heb.13,7-9).

Anímense mútuamente cada día, mientras dura ese hoy” (Heb.3,13).

 

TESTIMONIOS SOBRE SAN PEDRO CHANEL

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1.- Un compañero de estudios.-

“ En sus relaciones con nosotros, cuando Chanel tenía 13 años, era un buen compañero: ni pendenciero, ni burlón.  Como tenía una educación más cuidada por estar de pensionista con el párroco, siempre se colocaba como moderador en nuestras rivalidades y batallas.  Participaba con entusiasmo en nuestros juegos; era alegre, aceptaba las bromas y sabía tomar el pelo, aunque no llegaba a herir a nadie.  Como yo era el más pequeño del grupo, todos me molestaban, pero Chanel salía siempre en mi defensa; era como mi protector.

2.- Uno de sus maestros.-

“Pedro nunca se despreocupó de cultivar su espíritu.  Sabía que, sobre todo en los tiempos que vivimos, la ciencia es tan necesaria al sacerdote como la virtud.  Aunque no era muy inteligente, tenía suficiente facilidad para llevar bien sus estudios.  A ellos se entregó con dedicación y constancia, sin desanimarse nunca ni por las dificultades ni por el aburrimiento de las materias.”

3.-John P. Twyning

John P. Twinyng, súbdito inglés, se encontraba en la isla de Futuna en 1841.  Años más tarde contaba sus aventuras en un libro publicado en Londres y titulado “Naufragio y aventuras de John P. Twinyng entre los isleños del Mar del Sur”.  Se hallaba en Futuna en el momento del martirio de San Pedro Chanel.  He aquí su texto:

“En mayo de 1841 pasamos por otro peligro, casi fatal para todos los blancos, y que fue la causa de que abandonáramos la Isla del Cuerno. (Futuna).  Comenzó por una pequeña riña entre Newleague (Niuliki) y su hijo Maitala, que trató de hacerse cristiano.  El tabú de la familia de Newleague consistía en que su hijo mayor no podría comer ñame antes de casarse y tener un hijo entonces sería liberado del tabú.  Se le impuso, pues, al joven, bajo pena de muerte, que sería aplicada por sus dioses ( y ellos creían firmemente que se la aplicarían de la manera más terrible), abstenerse de comer la raíz prohibida hasta que fuera liberado cuando tuviera un hijo varón.  Estos tabúes son muy frecuentes entre los habitantes de las Islas Fidji y las Amigas.  Dejando de lado a su padre, Maitala fue a ver al sacerdote católico, que desde hacía dos años residía en la isla, para preguntarle si al rompimiento de su tabú seguiría el castigo de la muerte.  El buen sacerdote le dijo que no, y trató de convencer al joven jefe de que esas supersticiones inútiles eran una tontería,  Convencido, Maitala y otros jóvenes que siempre lo acompañaban, como unos doce, preparó una gran hornada de ñame y comió hasta hartarse, apartándose de la antigua costumbre sagrada, o más bien, reduciendo a la nada la venganza y la autoridad de sus dioses. 

La noticia del hecho llegó pronto a los oídos del rey, quien enloquecido por la desobediencia de su hijo y por el insulto que, pensó habían recibido los dioses, decidió tomar a su cargo aplicarle el castigo que tal acto merecía.  Primero mandó algunos jefes a castigar a su hijo y a sus compañeros, ordenando fueran azotados.  Luego, pensando que el principal causante del quebrantamiento del tabú por parte de su hijo era el sacerdote católico, mandó matarlo y saquear su casa.  Ambas órdenes se llevaron a efecto:  el hijo fue azotado y el sacerdote soportó la muerte con la tranquilidad y resignación de un mártir.  Cuando los nativos llegaron a la casa del sacerdote, encontraron la puerta cerrada, y al llamar, él mismo les abrió, pues su ayudante y su intérprete estaban en mi casa, en el sur de la isla y de esta manera salvaron providencialmente sus vidas.  Los nativos le dijeron al sacerdote que uno de los jefes estaba herido en la cara y le pidieron abriera la puerta.  Al abrirla, se abalanzaron hacia el interior y uno de ellos le dio al sacerdote un violento golpe sobre la sien derecha.  El pobre hombre, sin decir ni una palabra de protesta, fue a sentarse en su silla, y, con la sangre corriéndole por la cara, sacó del bolsillo su libro de oraciones,  y comenzó a leer.  A poco de estar sentado, otro hombre le arrojó una bayoneta que le atravesó el hombro izquierdo.  entonces él levantó la vista del libro, miró serenamente a sus asesinos, con su mano derecha saco la bayoneta de la herida, y sin hablar, reanudó su oración.  Los nativos comenzaron  a saquear la casa; pero dos del grupo que eran amigos del sacerdote, aprovecharon la oportunidad para apremiarle a escapar.  Se acercaron a él y le levantaron para sacarlo.  Se dieron cuenta de que estaba muy debilitado por la pérdida de sangre para poder mantenerse en pié.  En ese momento llegó Musu-Musu, el jefe del grupo, y ordenó a los nativos matar al hombre blanco.  Pero como estaban muy ocupados en saquear la casa, no hicieron caso de las órdenes.  El mismo avanzó hacia su víctima y le dio un violento golpe con la azuela en la cabeza y lo mató al instante.

El autor sigue describiendo como los cuatro o cinco blancos de la isla, viéndose amenazados, tomaron armas y se introdujeron en la maleza, dispuestos a repeler cualquier ataque.  Sin embargo, el rey se mostró arrepentido y el grupo logró salir hacia Wallis.

El relato continúa:

“Al desembarcar encontramos a Samuel Nelson, jefe militar de la parte sur de la Isla del Cuerno.  Venía a pedirme información sobre la situación de los asuntos por allí.  Le conté lo del asesinato del sacerdote católico, nuestras dificultades a partir de entonces, nuestra salida de la isla, y otras muchas cosas que supuse le podría interesar conocer.  Se alegró de verme, aunque le dio pena mi debilidad ( el autor había quedado paralítico de las piernas).  En seguida subió a bordo de una fragata francesa y comunicó a las autoridades lo que yo le había informado sobre el sacerdote, y de inmediato tomaron medidas para castigar a los autores de su muerte.  Unos meses más tarde, Samuel Nelson se hizo a la mar en la fragata francesa, cuyo capitán tenía autoridad y amplios poderes para vengarse de los isleños.  El Obispo de Pomperare acompañaba la expedición, y gracias a su influencia los nativos tenían libertad de evitar la venganza aceptando la fe católica.  De este modo orientó la espada al servicio de la iglesia, para atraer a los paganos.  A su llegada a la isla del Cuerno, habían ocurrido varios acontecimientos que, en parte, habían preparado la mentalidad de la gente a aceptar la religión católica.  Newleague había muerto; su muerte había sido repentina y acompañada de una enfermedad que hizo pensar a la gente había sido un castigo de Dios por haber mandado matar al sacerdote.  El modo como este mártir había pasado los últimos momentos de su vida, contribuyó en gran manera a que los nativos concibieran una gran veneración por su recuerdo, lo cual atrajo más gente a recibir su fe, de lo que había logrado en dos años de residencia y de trabajo.  Musu Musu, el autor del asesinato, estaba vivo y era rey en un lugar de Newleague; pero cuando se presentó la fragata ante la isla, este jefe se dio cuenta de que no podía ofrecer resistencia ante tan formidable fuerza y que no tenía otra alternativa que, o entregarse a la venganza de los franceses, o hacerse cristiano.  Escogió esto último; pero recibió el rito del bautismo poco antes de que fuera  atacado por una violenta diarrea, que puso fin a sus días, tras un cortísimo reinado.  Le sucedió Maitala, el joven jefe que había roto su tabú por insinuación del desgraciado sacerdote.

El cristianismo está ahora establecido en la Isla del Cuerno...”

(El texto de este testimonio cfr. Intercom-SM. 1981, #2, p.ll)

4.- Lo que Chanel escribe a su familia sobre la muerte del Padre Claudio Bret.-

 “El P. Bret, a quien ustedes llegaron a conocer en casa, cuando estábamos en las Islas Canarias, dedicaba mucho tiempo a los enfermos.  Subió a bordo con mucho dolor de cabeza, y en vez de mejorar, empeoró en alta mar.  Le agarró una fiebre muy alta y no sirvió para nada el tratamiento.  El Señor sabe lo que hace; a pesar de nuestros deseos y lágrima, prefirió llamar a Claudio a su lado, satisfecho con su entrega generosa.  Se complació en llamarle antes de llegar al campo de batalla ( Oceanía).  Yo fui su compañero de viaje y me separaba de él lo menos posible.  Así, su muerte me debe mover más a la envidia que a las lágrimas.  La noche anterior, Claudio recibió la comunión de manos del Sr. Obispo, más para satisfacer su devoción que por prepararse a  bien morir.  Nos impresionó su paciencia y su resignación.  A menudo nos pedía que rezáramos a su lado, y que no nos preocupáramos de causarle fatiga.  El mismo sólo dejaba de rezar cuando caía dormido.

 

El lunes por la mañana nos dejó bastante preocupados cuando nos dijo que se estaba muriendo.  No nos podíamos creer sus palabras, aunque las dijo varias veces.  También repitió que no le importaba que su cuerpo fuese comido por los peces o por los gusanos con tal de que su alma estuviese con Dios.

Cuando sobrevino el momento de su muerte, no se dio cuenta.  Murió después de un sueño profundo y de una breve agonía.  Todos estábamos presentes cuando dio su último suspiro.  Nuestras oraciones se entremezclaron con nuestras lágrimas.  Luego, todos,  uno detrás de otro, nos acercamos a despedirnos de él.  Velamos su cuerpo en una pequeña capilla.  El calor exigía que lo enterrásemos sin dilaciones; cosa que hicimos al día siguiente después de una Misa de cuerpo presente, celebrada por el Sr. Obispo.

El no deja de ser nuestro amigo y hermano.  Sólo ha cambiado el título de misionero por el de Protector de nuestra Misión”.   

 

CHANEL, HOMBRE DE LA PERIFERIA

Con su humilde afabilidad, El Padre Chanel se invirtió plenamente en "hacerse todo a todos" (1 Cor 9,22). Intentó vivir faka futuna, al estilo futuniano, hasta el punto de comer pescado vivo. EL Papa Francisco nos anima a ir a las periferias. Al decir esto, no sólo piensa en las islas perdidas o en los territorios aislados, sino también en las periferias sociales y en lo que él llama "periferias existenciales", como el mundo de los enfermos. Cada subcultura religiosa, social o profesional tiene su propio lenguaje. A veces nos sorprendemos a nosotros mismos alejándonos de ciertos círculos porque no estamos familiarizados con el lenguaje que hablan, ya sean estudiantes de secundaria, presos, personas sin hogar o grupos que vienen a practicar Tai Chi. Las periferias están en todas partes. Para seguir a Pedro Chanel, ya no es necesario hacer largos viajes. Basta con seguir su humilde apertura a lo desconocido. Este es el principio de toda evangelización.                  P. Jan Hulshof, S.M.

Si hay alguien que ha aceptado salir de su zona de confort para incorporarse a las periferias de su tiempo, ese es Pedro Chanel. Tuvo la valentía de dejar su país, sus amigos y su familia, y partir hacia un destino prácticamente desconocido. Además del reto del viaje en sí, tuvo que abrirse a otras costumbres distintas a las suyas, aprender otro idioma... En definitiva, tuvo que aceptar ser radicalmente desarraigado. Me parece que experimentó un verdadero desenraizamiento que, a decir verdad, me cuesta imaginar. La imagen que me viene a la mente es la de un paracaidista que se deja caer en un terreno totalmente desconocido... No sé si, en aquella época, se hablaba de "choque cultural". Sea como fuere, me cuesta imaginar que haya podido escapar a esta dura realidad: desorientación, cansancio, incluso enfermedad, desánimo, decepción por la situación que descubrí, cuestionamiento de las propias razones que lo llevaron a venir, no encontrar a nadie con quien hablar... Por no hablar de posibles episodios de sequedad espiritual, de acedia, quizá de una noche de la fe. Tantos elementos a los que sin duda hay que añadir los componentes propios de la geografía del Pacífico: el aislamiento, y una gran soledad. Con todo, aunque no me hayan enviado al otro lado del mundo, siento que me enfrento a retos similares: trabajar para absorber, o al menos amortiguar, el choque cultural de ser un inmigrante francés en Londres, luego abrir los ojos y escuchar, sobre todo a los pobres de mi puerta, familiarizarme con nuevas formas de comunicación, no permanecer en un estado de egoísmo, saber relacionarme con los demás de forma gratuita y desinteresada. Y permanecer, como Chanel, profundamente arraigado en la oración. Hubert Bonnet-Eymard Las periferias están en las preguntas. Después de su ordenación, siendo todavía sacerdote diocesano, Pedro Chanel fue destinado a una parroquia en la que, un tiempo antes, estuvo el filósofo Voltaire quien probablemente interpeló a los feligreses sobre su fe. Chanel deseaba ir a las misiones desde su juventud, pero este deseo tardó años en cumplirse. Se unió a los aspirantes maristas, pero experimentó la incertidumbre sobre la aprobación o no de su proyecto. Su mejor amigo, Claude Bret, murió de camino a Oceanía y le dejó solo. En Futuna, la población local cuestionó el mensaje cristiano que intentaba proclamar. A pesar de su gran compromiso y sus muchos esfuerzos, vio muy pocos resultados. El hermano Nizier mencionó los rumores sobre el asesinato del misionero. Chanel respondió: Pueden matar al misionero, pero no pueden matar la misión. Eso me impresiona. Chanel tuvo que enfrentarse a muchas preguntas que hoy me incomodan: ¿Continuará la Sociedad de María? ¿Es la vida religiosa una forma de vida para los jóvenes de hoy? ¿Dónde está Dios en una época secular? ¿Qué valor tiene nuestra religión en comparación con otras religiones, o con ninguna? ¿Cómo convivir con personas de diferentes culturas: diferentes países de origen, pero también cultura juvenil, ¿estilos de vida no practicantes o no creyentes? Aquí veo muchas periferias modernas, o lugares a los que el Papa Francisco quiere que vayamos. Chanel sí fue. Los primeros maristas sí fueron al Bugey. Está en nuestros genes ir y vivir y dar testimonio como maristas donde otros no quisieron ir. Estas preguntas son incómodas, pero es necesario plantearlas y, por lo tanto, me llevan a dar mi respuesta para mí y para los demás. Al menos, para compartir que siento por las personas que se plantean estas preguntas y al mismo tiempo trabajar desde mi fe como lo hizo Chanel. Alois Greiler Cuando Pedro Chanel dejó su ciudad natal de Bresse para ir hasta Futuna a predicar el Evangelio, todavía no se conocían los abusos a menores en la Iglesia, al menos no en general. Hoy todos sabemos que algunos sacerdotes - incluso maristas- hicieron un daño imperdonable a los menores. No llevaban el Evangelio, sino el puro horror. La forma en que la Iglesia está tratando esta crisis da lugar a preguntas: ¿Es más importante la reputación de la Iglesia que escuchar a las víctimas? ¿Somos capaces, como Iglesia, de renovar y desarrollar nuestra enseñanza eclesiástica de manera que volvamos a ser capaces de "llegar a todas las "periferias" que necesitan la luz del Evangelio?" (EG 20) Me atrevo a pensar que el escándalo de los abusos en el seno de la Iglesia hace necesario una especie de giro copernicano en la Iglesia. Cuando el Papa Francisco dice que todos estamos llamados a "salir de nuestra propia zona de confort" (EG 20), me pregunto: ¿qué quiere decir el Papa Francisco con "zona de confort"? - Reflexiono: ¿se refiere sólo a nuestra ciudad natal, sólo a nuestra familia y amigos? - ¿O esta zona de confort de la que el Papa nos pide que salgamos incluye también las estructuras y los modos de pensar dentro de la Iglesia? Y con respecto al enfoque histórico-crítico en la exégesis, me atrevo a preguntar: ¿no necesitamos también un enfoque histórico-crítico en la teología dogmática? San Pedro Chanel estuvo abierto a dejar su tierra natal. Creía firmemente que el Señor le guiaría a través de todos los peligros y desafíos de su viaje como misionero. Los maristas de hoy estamos llamados a estar abiertos a nuevos enfoques teológicos. Podemos confiar, como San Pedro Chanel, en que el Señor nos guiará a través de todos los peligros y desafíos de nuestro tiempo. Thilo Saft Podríamos decir que San Pedro Chanel llevó a su vida el mandato urgente que nos dejó el Señor: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación” (Mc 16,15). No dudó a la hora de dejar la comodidad de Francia para dedicarse a un ministerio poco agradecido y con pocos resultados, al menos durante su vida en Futuna. Sin embargo, creo que San Pedro Chanel sabía que aquel era el lugar donde tenía que estar; allí descubrió una periferia que necesitaba la luz del Evangelio (EG 20). Hoy en día, creo que una de las periferias existenciales más extendidas en Europa y en es la producida por haber sacado de la vida diaria la dimensión espiritual. Esta sociedad ruidosa, individualista y centrada en lo material termina haciéndonos impermeables a lo espiritual, secándonos el alma poco a poco. A mucha gente le gustaría recuperar la vida espiritual, algo que les permita encontrar algo de paz, pero no saben muy bien cómo. Creo que la misión marista hoy, no puede abandonar esa periferia donde la gente se ve privada de una vida espiritual plena simplemente porque no está de moda. Deberíamos buscar aquellas grietas en las que cualquier persona se abre a algo más, a la trascendencia, e iluminarles con la luz del Evangelio. Todavía hay lugares privilegiados para ello y la pandemia podría ser el kairós que estábamos esperando. Daniel Fernández Llamado a la misión, cerca o lejos Mary’s College, Dundalk, en 1954 (año de su canonización), aprendí algo de la historia de Pedro Chanel, y me di cuenta más tarde de cómo su decisión de no perder la esperanza, incluso cuando todos sus esfuerzos misioneros parecían infructuosos, me ayudó en los años siguientes a crecer espiritualmente. El ministerio en Europa (Toulon) cuando llegué aquí en 2013 parecía un contraste tan grande con lo que había estado acostumbrado en Japón desde 1969. ¡Cómo comunicarme con la gente en una Europa que apenas reconocía, una nueva cultura con la que ya no estaba familiarizado, debido a tantos cambios que habían tenido lugar! Esta vez, había salido de mi "zona de confort" y de mi "hogar de adopción" en el Extremo Oriente, pero pronto descubrí que también este otro lado del mundo es un territorio de misión, en el que tantas personas, jóvenes o mayores, conscientes o no de ello, están sedientas de algún tipo de sentido espiritual y de sanación en sus vidas. Uno de los retos misioneros urgentes para mí ahora es encontrar el vocabulario adecuado para llegar a personas de otra mentalidad y cultura, especialmente a los jóvenes del siglo XXI. Intentar comprender sus preguntas y comunicarme con ellos es una tarea mucho más difícil a los 81 años que aprender la cultura y la lengua japonesas a los 29. La paciencia de San Pedro Chanel al esforzarse por aprender el idioma local en Futuna, así como todo su estilo de vida, todavía me inspiran: su profundo respeto por cada persona, su acogida llena de amor a los pobres, su inquebrantable ardor por compartir la alegría de conocer el amor de Cristo y permitir a la gente evitar las dificultades de la desesperación y el desánimo. A esto hay que añadir su constante vida de oración, que a menudo habría sido, imagino, una oración de intercesión por la gente a la que amaba y servía. La llamada a la misión, cerca o lejos, es igual de pertinente hoy o mañana, dondequiera que uno viva. Paddy O’Hare La periferia se está llenando de gente. ¿Dónde están los márgenes o las periferias hoy en día? - En las zonas de misión lejanas: salir con valentía, dejar todo atrás y viajar. - Tan cerca como dar un paso para cruzar al otro lado de la calle, como el Buen Samaritano, como nos recuerda el Capítulo de 2017. Salir con valentía, dar ese paso, tal vez el que no quiero dar y luego vivir con las consecuencias. - Más cerca aún: en nuestro propio corazón. ¿Cuál es el paso que no queremos dar, la pregunta que no queremos hacernos a nosotros mismos, la conversación que podría darnos cuenta de verdades incómodas sobre nosotros mismos y nuestras creencias? Los que están en la periferia incluyen a los exiliados, a los desterrados, a los que no se sienten bienvenidos, ni invitados, sino excluidos. El ministerio en las periferias de la sociedad y de la Iglesia. Algunas periferias están pobladas por víctimas de la pobreza, la drogadicción, los abusos, los sin techo, la explotación y el tráfico de personas. Otra periferia es la poblada por los católicos comprometidos divorciados, los que están en segunda unión, los que viven juntos, los que tienen relaciones del mismo sexo y la bendición de todas esas uniones. La periferia es también la patria del ministerio de liderazgo de las mujeres en la iglesia, la ordenación de mujeres y el clero casado. Las periferias están ocupadas por el otro, el diferente, el forastero, el exiliado, el desterrado, el asediado. Las periferias se llenan de gente. Pronto la Iglesia católica será como una secta, al haber desterrado a tantos a la periferia, directa o indirectamente, por designio o error, por palabra, acción o inacción. La respuesta acogedora, hospitalaria y pastoral de la iglesia local sólo llega hasta cierto punto. La acogida personal es una cosa. Muchas personas cuyas vidas no están en consonancia con la enseñanza de la iglesia continúan en la iglesia a pesar de los líderes de la iglesia, no gracias a ellos. Siguen en la iglesia por su fe en Dios. Sin embargo, a algunos les parece un obstáculo demasiado grande para saltar y se alejan. Muchos han rechazado a la iglesia que ven que los rechaza. Muchos esperan encontrar un lugar en una comunidad eclesiástica acogedora, a pesar de los que creen que no la merecen. Dios acepta a todos los que están en la periferia y en los márgenes de la forma en que los ha creado. También nos acepta a ti y a mí tal y como nos ha creado.

 

DAVID CORRIGAN

PEDRO CHANEL, TESTIGO DE DIOS

Algunos apuntes para conocer al protomártir de Oceanía

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 Pedro Chanel nació el 12 de Julio de 1803 en Montrevel, una aldea desconocida del departamento de Ain, al norte de la ciudad de Lyon (Francia).  Es el segundo hermano de una familia de cuatro hijos.  Los padres son campesinos que se ganan la vida cultivando los campos y cuidando unos pocos animales domésticos.  Pedro, desde bien pequeño aprende a salir al campo con las ovejas.

 

2.    De detrás de las ovejas le saca la penetrante mirada del P. Trompier, cura de Cras, que ve en él un posible candidato al sacerdocio.  Y así fue.  Antes de incorporarse al Seminario Mayor de Bourg hace sus primeros estudios con el cura de su pueblo.

       Estamos en una época, en la que muy pocos chicos se podían permitir el lujo de asistir regularmente a una escuela

 

3.    Pedro Chanel tuvo también  sus momentos bajos:

       Un día se Encuentra agobiado por los estudios y por los problemas de la edad... Tan mal lo estaba pasando que decide abandonar los libros.  “Ya está.- Se dice- Seré campesino o pastor como lo han sido mis abuelos y lo son mis padres... Yo no valgo para estudiar... Así que será mejor que no pierda el tiempo...”

       Recoge todas sus cosas; hace con ellas un hatillo, se lo echa al hombro y se dirige calle abajo a la casa de sus padres.

       Pero, he aquí,  que cerca de la Iglesia se encuentra con una mujer que le conocía muy bien.

 

  • ¿ Dónde vas Pedro, a estas horas ? Parece que estás muy triste.
  • ¿ Qué te pasa ?  Pedro, aunque quiso, no pudo ocultar la verdad de lo que sentía.
  • Lo dejo todo.  No sirvo para estudiar.  No quiero continuar.
    • La señora se le acercó y con mucha confianza la preguntó :
    • Pero, hombre...¿ Te lo has pensado bien? ¿ Se los has dicho al Sr. Cura ? ¿  Lo has consultado con la Virgen María?
    • Pedro se quedó cortado.  No se esperaba aquello.  Agachó la cabeza y entró en la Iglesia; se arrodilló a los pies de la Virgen y permaneció un buen rato con la cabeza entre las manos. La señora estaba aguardando en la plaza.
    • ¿ Qué te ha dicho la Virgen  María ? Pedro respondió con un hilillo de voz:
    • Me quedo.

4.    Pedro fue sacerdote.  Después de unos años  en el seminario Mayor de Bourg cantaba Misa a los 24 años.

       Pocos días más tarde tomaba el camino de Amberieu, su nueva Parroquia, donde tenía el cargo de coadjutor.

5.    Pedro es un cura sencillo y piadoso, que entusiasma a la gente: a los mayores, a los jóvenes y a los niños.  La comunidad parroquial vive con alegría y paz las fiestas del calendario cristiano y celebra con regocijo los pequeños acontecimientos de la vida campesina.  Pedro tiene el arte de despertar el gusto y el entusiasmo de la buena gente por las cosas de Dios.  Además es servicial; por eso es querido y apreciado por todos.

6.    Pero él no ha nacido para ser cura de su pueblo.  Su ilusión es ser misionero.  Sueña con las misiones.  Por entonces conoce a los MARISTAS.  Le gusta el proyecto: Construir una iglesia con rostro mariano; ser presencia de María en la Iglesia y en la sociedad, ser los brazos, los pies y el corazón con los que María continúe aliviando el dolor de los hombres.  A Pedro le gusta la idea y se une a ellos  Como grupo,  Los Maristas se ofrecen al Papa para ir donde más falta haga anunciar el Evangelio. Oceanía era ese lugar.

7.    Está contento con el grupo marista.  Pasa unos años como educador y superior en el Colegio de Belley.  Pedro destaca por su cercanía y bondad.  Los alumnos, enseguida le ponen un apodo: “ El buen pastor”.

8.    Llegan noticias de Oceanía.  Las traen los navegantes y aventureros:

       Islas pequeñas.   Millones de islas perdidas en el azul del Pacífico.  Sus habitantes viven en estado muy primitivo...algunos incluso son caníbales.  No conocen  a Dios... El grito de las misiones resuena con fuerza en el pecho de Pedro Chanel.  Hacen falta misioneros. ¿ Quién quiere ir a Oceanía ?

       Pedro responde: “ Aquí estoy Mándame a mí .”

9.    Pedro forma parte de la primera expedición marista que se dirige a Oceanía... La Víspera de la Navidad de 1836 suben a bordo del “Delphine”.  Desde el puerto de L’Havre inician una larga y penosa travesía.

       Es la respuesta a la llamada de las Misiones.  Cuando el ideal tira fuerte, todo lo demás apenas se nota.

10.  A las pocas horas de embarcar   el navío se ve envuelto en una gran borrasca.  Después de varios días a punto de naufragar, la nave maltrecha se ve libre de la tormenta y puede arribar a las Canarias.  Tras varias semanas de descanso forzoso, mientras se reparan averías, los misioneros se hacen de nuevo a la mar.  Pero ahora es la enfermedad la que va a azotar a los esforzados viajeros.  En Santa Cruz de Tenerife había epidemia de peste y varios tripulantes se han contagiado: fiebres, cansancio, dolores y al fin... la muerte.

11.  Pero estos contratiempos  - la tempestad y la peste tienen la virtud de cambiar la disposición y la actitud de la tripulación del “Delphine”.  Los marineros recibieron muy mal a bordo a los misioneros: bromas, chistes, desprecios, insultos,... Las desgracias les han hecho ver que son personas; y personas serviciales y dispuestas a ayudar.  Nace en ellos un acercamiento personal y caen también los prejuicios tendida de Dios que les invitaba a la reconciliación.  Y así lo hicieron.

       Uno de los siete misioneros, el P. Bret perecía víctima  de la peste, y después de un funeral en el puente de la nave, su cadáver, envuelto en una lona, sería entregado a las aguas del océano.  Un amigo menos, dos brazos menos para la tarea misionera.

12.  Después de once meses de navegación azarosa, al fin una mañana de noviembre de 1836 avistan las costas de Futuna:  Es un islote insignificante a miles de kilómetros de la isla más cercana, perdido en la inmensidad del Pacífico.  Pocos habitantes.  Todavía hoy, sólo dos veces al año sus costas son tocadas por un barco de pasajeros.  Así sepultado en vida , lejos de Francia y de toda civilización europea, queda allí el P. Chanel, en compañía del Hno. Nizier, su fiel acompañante.

13.  Un largo año para aprender la lengua de los nativos.  Un año de inactividad cultivando unas pocas plantas en el huerto cercano a la choza.

       Pedro Chanel el  “hombre de buen corazón” - apodado así por los nativos recorre la isla en todas las direcciones, desgranando avemarías por todos los caminos y senderos de Futuna.  Los nativos le recordarán muchos años después de su martirio como aquel hombre bueno que se paseaba por toda la isla con el rosario entre los dedos, la sonrisa permanente en los labios y con un gran deseo de ayudar a todo el mundo.

14.  Primero como amigo e invitado de honor se hospedaba en la tienda del Rey; después construyó su propia choza.  Cuida de los enfermos, reparte su bondad... Desearía hacer tantas cosas, hablar tanto... pero no puede hacer nada.  Sólo rezar, pero reza y mucho.  El prepara el terreno y siembra con su ejemplo.  Ya llegarán otros a recoger la cosecha.

       Los pocos que él bautiza son niños o adultos al borde de la muerte total nada.

15.  Poco a poco, Pedro Chanel observa cómo la gente se le va poniendo en contra, y le miran con que al principio le acogió con amistad y afecto, está ahora decepcionado y le trata con indiferencia y hostilidad; los nativos pueden robar en el huerto y en la casa del misionero, sin que nadie les reprenda.  Entre la gente corre un rumor:  los dioses de la isla no están contentos con la presencia del misionero en Futuna.  Hay temblores de tierra, las cosechas son menos generosas; en la guerra frente a la tribu enemiga, han caído los guerreros más fuertes.... El aire de la isla parece apestado por la presencia del misionero.

16.  “Morirá el blanco” Es la consigna  que se repiten en voz baja los hombres de Futuna.  El blanco tiene que morir porque nos está robando la religión de los padres y la fe de los mayores... nuestros dioses están enfadados y no nos son propicios....

       Sí , “morirá el blanco”.  La conjura está en marcha. Musu-Musu enardece a los menos entusiastas, y llega a convencer al Rey Niuliki.  El día ya está fijado : Será el 28 de Abril.  Lo único que falta es cumplir el plan.  Allá va.

17.  Amanece el 28 de Abril de 1841.  Es por la mañana. Musu-Musu con un grupo de guerreros se acerca a la choza del misionero.   Musu-Musu se adelanta y llama al Padre.

       Me he hecho daño en el pie cogiendo cocos.  Vengo a que me lo cures...

       Mientras el P. Chanel busca el botiquín, los acompañantes de Musu- Musu se adentran en la choza y la saquean.  Vuelve el misionero con la pomada y al ver el desorden de la casa pregunta a Musu-Musu.

       ¿ A qué habéis venido ?

       El guerrero viéndose descubierto grita a los hombres:
_ ¿A que esperáis para matarle?

       Uno de los guerreros empuña un rompecabezas y lo descarga sobre el padre Chanel que desvía el golpe con el brazo.  Cae al suelo con el brazo roto.  Otros guerreros descargan su rompecabezas en la cabeza del padre,  que caído contra la pared de la choza, sangra de la sien... El P. Chanel sin poderse incorporar musita en voz baja: “La muerte es un bien para mí”, “La muerte es un bien para mí”...Los indígenas están - Dejad de robar y rematadle de una vez.

18.  Pero nadie le hace caso.  Entonces Musu- Musu empuña una azuela y la descarga con todas sus fuerzas contra la cabeza del misionero que se desploma y muere en aquel mismo instante.  La herramienta ha penetrado en el cráneo.

            Los guerreros asustados, abandonan lo que han cogido por la casa y huyen despavoridos.

 19.  El misionero blanco ha muerto.  Su obra ha terminado.  La isla retornará a su ritmo de antes...Los dioses volverán ha estar contentos, los indígenas recobrarán la paz perdida... Aquí no habrá pasado nada.

       Pero no falla la lógica.   Al cabo de tres años la isla en masa se ha convertido al cristianismo bautizándose voluntariamente.  El mismo Musu-Musu, habla con veneración y respeto del misionero blanco, del “hombre de buen corazón”.  El lo mató, pero desde el cielo le ha perdonado, y le ha conseguido su conversión.

       ¿ No recordáis la frase que dijo Tertuliano, hace ya muchos años: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”.

 

VALORES DE LA VIDA DE SAN PEDRO CHANEL

PEDRO CHANEL MUERE: LA MUERTE ES UN BIEN PARA MÍ

El 28 de abril de 1841, Musumusu llega a la cabaña de Pedro Chanel y pide ayuda médica. Una vez dentro, sus compañeros saquean la casa y él hiere mortalmente a Pedro Chanel. Sus últimas palabras fueron: “La muerte es un bien para mí”

Pedro Chanel muere asesinado. Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. “(Juan 12,24).

Señor, concédenos seguirte en tu pasión para que nuestras vidas den fruto. Da a los jóvenes el deseo de seguirte en la Sociedad de María.

EL VALOR DE LA SEPARACIÓN

El Rey de Futuna presenta sus últimos respetos al cuerpo de San Pedro Chanel. Sus restos fueron transportados en 1842 a Nueva Zelanda y luego a Sainte Foy. En 1977, regresaron a Futuna, al santuario de Poi.

Durante su vida, San Pedro Chanel experimentó muchas despedidas y separaciones. Primero dejó su pueblo natal, Cuet, después su diócesis de Belley, y luego Francia para ir cada vez más lejos. Señor, danos el coraje de empezar de nuevo en estos tiempos en que la Iglesia y la Sociedad de María están pasando por cambios muy profundos.

Por intercesión de San Pedro Chanel, te pedimos que hagas crecer en nosotros la fe.

EL VALOR DEL INTERCAMBIO

En Futuna, Pedro Chanel no estaba solo. Compartió su vida con el hermano MarieNizier Delorme e intercambió con él sobre los progresos y dificultades de la misión. Cuando tuvo la oportunidad, fue a Wallis a reunirse con sus compañeros. Jesús pasa tiempo hablando con sus discípulos. Les ayuda a entender sus palabras y los acontecimientos pasados. Camino a Emaús relee la Escritura con los discípulos: “Y comenzando por Moisés y todos los Profetas, les interpretó en toda la Escritura lo que estaba escrito sobre él. “(Lucas 24:27). Señor, ayúdanos a entender mejor tu palabra, a compartirla con nuestros hermanos y hermanas.

EL VALOR DE LA OBLACIÓN

Toda la vida de Pedro Chanel es un don. Su deseo de ser misionero ya desde temprana edad, su elección de la vida marista, su partida para la misión de Futuna, hasta su brutal muerte a manos de Musumusu, toda su vida es un don.

Jesús dijo: “No hay mayor amor que el de dar la vida por aquellos que uno ama”.

“Señor, despierta en nosotros el don que hemos hecho de nuestras vidas. La vida religiosa marista es una vida entregada. Que los jóvenes descubran la alegría de tal camino. Pedro Chanel nos abre el camino.

EL VALOR DEL CELO

Pedro Chanel se comprometió con toda su generosidad en su vida de sacerdote, de profesor en el Colegio de Belley y como misionero en Futuna. Siguió adelante a pesar de que las circunstancias no eran nada favorables. Jesús dijo: “Dad y se os dará: una medida completa, apretada, bien llena, rebosante, os verterán en vuestro regazo; porque la medida que uséis para con los demás, la usarán también con vosotros. “(Lucas 6:38).

Señor, danos esta misma generosidad en nuestra misión, en nuestra vida comunitaria o familiar.

EL VALOR DE LA TRABAJO

Pedro Chanel trabajó toda su vida. En Futuna, aprendió laboriosamente el idioma local para poder comunicarse con sus nuevos amigos. El trabajo diario y regular era parte de su vida. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” Concédenos, Señor, realizar nuestro trabajo con paz y a conciencia. Líbranos de toda esclavitud y permite que nuestro trabajo sea para tu servicio.

DESCANSO Y JUEGO

Pedro Chanel, educador en Belley, conocía el valor del juego y del descanso. En el colegio, los recreos eran largos y animados. Durante el viaje de 11 meses que lo llevaría del Havre hasta Futuna, el juego y el descanso formaban parte de la vida cotidiana, aunque no conozcamos los detalles. Jesús dijo: “Venid a un lugar desierto y descansad un poco. “(Marcos 6:31). Concédenos, Señor, el don de saber descansar. Despierta en nosotros un espíritu de infancia y un gusto por el esparcimiento.

EL VALOR DE LA ORACIÓN

El hermano Marista Maria Nizier Delorme nos cuenta como, la víspera de su instalación en Futuna, habían vuelto tarde, después de medianoche, en su barco. Pedro Chanel empezó inmediatamente a rezar el breviario. Su obispo, Mons. Pompallier, le aconsejó encarecidamente que descansara. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Oren  sin descanso, den  gracias en toda circunstancia: esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús. “(1Tes 5:17-18).

Señor, concédenos ser fieles a nuestra oración diaria. Enséñanos la gratitud.

EL VALOR DE LA PIEDAD

Pedro Chanel no tenía miedo de los largos días monótonos. En el barco, en Futuna... ¡Perseveró contra viento y marea! Jesús dijo: “Con tu perseverancia conservarás tu vida” (Lucas 21:19). Concédenos, Señor, como San Pedro Chanel, no desanimarnos en la adversidad. Danos la fuerza de tu Espíritu para vivir nuestro compromiso de seguirte cada día.

TOMADO DE: http://www.maristeurope.eu/ 

 

PROPUESTAS DE TRABAJOS PARA LOS ALUMNOS

1.       DIBUJO LIBRE: Algunos momentos en la vida de san Pedro Chanel.

2.       VIÑETAS: La vida de san Pedro Chanel. ( Pueden servir los números de este guión, para hacer un dibujo por cada número.)

3.       MURALES: Las misiones de hoy.  Los misioneros de hoy.

Con información, donde hoy hay persecución: Sudán, Ruanda, Burundi, Países islámicos (Argelia),

Las Misiones en el Perú: reportaje de los departamentos amazónicos............

4.    REDACCIONES:

  • Vida del P. Chanel.
  • Algún momento en la vida del P. Chanel:

1-    “¿ Lo has consultado con la Virgen María?”

2-    “Un viaje largo y lleno de peligros”

3-    “Morirá el blanco”

4-.   Me he hecho daño en el pié... vengo a que me cures”

 

  • Ser misionero hoy.

a)    Misioneros, maristas, al estilo de Pedro Chanel.

b)   Ser misionero laico.

c)    El Voluntariado: servicios sociales a la comunidad.

 

MENSAJE DEL PADRE FUNDADOR A LOS PRIMEROS MISIONEROS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo ya la poderosa intercesión de nuestra tierna Madres, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes y en los hermanos, que después de haberles trazado la ruta de Oceanía les llaman a compartir  las tareas y los méritos del apostolado.

Sí, con la ayuda de la gracia y de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, con la paz que siempre es el premio de quien se entrega totalmente al servicio de los demás, con la poderosa protección de María, de la que siempre estamos seguros, pueden ser dichosos en todas partes y sentirse protegidos de todos los peligros, recibir el ciento por uno prometido a los que lo dejan todo: Padres, amigos y hasta la Patria por amor al Señor;  y en medio de las preocupaciones, de los peligros y de las luchas que, por amor a Jesucristo, les esperan, encontrarán siempre la alegría de la que hable san Pablo: “Desbordo de gozo en mis tribulaciones.”

 

Dios no me permite, amados hermanos, compartir los trabajos, penas y méritos de ustedes: como tampoco acompañarles en esa tarea tan noble que nunca me ha parecido tan envidiable, como desde que ha sido ennoblecida con la sangre de dos hermanos nuestros y con los sufrimientos prolongados y heroicos de los que les han precedido, yo no merezco la gracia de este apostolado,  ni tampoco la del martirio. Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, os lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les recuerde algunos consejos que en el momento de la partida ofrecí a los queridos hermanos que allí van a encontrar.  Esos consejos les afecto y de la solicitud, que les profeso.. 

1º.       No confíen nunca en sí mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María.  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, nada ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no se sentirá apocado ni temerario.  Repetirá constantemente: “Sé de quien me he fiado” “ todo lo puedo en aquel que me da su fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la fe y de la confianza que pongan en Dios.

2º.       No debiliten la referencia al Salvador del mundo.  En su Nombre marchan: “ Yo les envío”. Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles.   Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento:  Cristo les acompañará en sus trabajos y viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed.  El también sentirá hambre o sed; A El será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.  Véanle, por tanto, en todas partes, se lo suplico, para su consuelo y dicha; véanle constantemente unido a ustedes, asociado tanto a sus trabajos y sufrimientos como a sus consuelos y alegrías; atribúyanle el mérito de todos sus actos, olvidándose de sí mismos, y teniéndose por instrumentos indignos.  En el recuerdo constante del Divino Salvador, hallarán la fuerza, la paz, la luz y cuantas gracias necesiten en cada momento.

3º.       En las persecuciones, peligros privaciones, enfermedades, tentaciones... no se encierren en sí mismos, porque será entonces cuando la desolación, los pesares y la  tristeza  se apoderen de su corazón y experimentarán cómo se debilitan su valor y su virtud. 

4º.       No se aíslen; pongan sus ojos en Jesús, en María, en el cielo y en los sufrimientos del Salvador del mundo.  Les recomiendo  con insistencia esta norma.  No tardarán mucho en darse cuenta de su importancia.

5º.       Sean hombre de oración y de meditación.  Convertir un alma es más que resucitar un muerto y sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los días sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientados hacia ese fin; y cada semana, elijan un día y ofrezcan por esa intención y por ustedes mismos, todas las obras buenas que se haga en las diferentes ramas de la sociedad.  Esta práctica, atraerá sobre ustedes abundantes gracias.

6º.       Nada les diré sobre la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar, ustedes son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen pasar un solo día sin rezar el rosario o por lo menos algunos misterios.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como señal de su toma de posesión sobre la isla y de que se la habéis consagrado. Recuerden igualmente que san José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

7º.       Vaesoli!!. “¡ Desgraciado que se siente solo !”, ha dicho el E. Santo y no quiero ocultarles, queridos hijos, que es sobre todo en Oceanía, donde la soledad será más peligrosa.  Creo que faltaría a mi obligación y que omitiría algo de mi solicitud por cuanto se refiere a vuestra seguridad espiritual,  si no les recomendase con insistencia que eviten muy cuidadosamente el aislamiento.

8º.       Recuerden sólo circunstancias urgentes e inevitables pueden justificar el vivir solos o el salir  solos, sobre todo si están iniciándose en el apostolado.  Como norma general deben tener un cuidado casi escrupuloso de vivir con alguien, y de salir con él ya sea a dar un paseo, ya sea a visitar a un enfermo.  Con esta medida de prudencia su reputación quedará bien a salvo.

9º.       En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

10º.   Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de vuestros hermanos deben serles comunes.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer   la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

11º.   ¿ Qué decirles de la obediencia, de esa virtud, que como afirma la Regla, conduce directamente al cielo?  Si son obedientes, saldrán victoriosos.  El E. Santo nos lo asegura y no vacila en añadir que así es como se consigue la salvación eterna y cómo se defiende el alma de todos los peligros.  En todo, por consiguiente, sométanse a quien tiene que contar con ustedes en conformidad con la voluntad de Dios.  Vean en él a un representante nuestro.  Si alguna vez las necesidades de la misión, les impiden permanecer bajo su autoridad inmediata, acudan a los compañeros que colaboran con ustedes y no hagan nada sin ponerse perfectamente de acuerdo, pidiéndose permiso mútuamente para no perder el mérito de la obediencia.  A fin de estar cada día más identificados con el respeto y la obediencia que deben principalmente los Vicarios Apostólicos, les recuerdo las palabras de nuestra Regla: “ Den el debido honor y obediencia a los Obispos... no ejerzan ningún ministerio sin el consentimiento y aprobación del Ordinario del lugar.  Pídanle consejo en los varios ministerios que se relacionan con el bien de la diócesis, y para mayor armonía, téngalo informado en lo posible.  Finalmente, condúzcanse por todas partes con tal prudencia y respeto que los Obispos amen nuestra sociedad, la favorezcan, protejan y la consideren como suya” (Consta. 13 ).

12º.   Por encima de todo, amadísimos en  el Señor, jamás busquen sus propios intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganaran infaliblemente la corona del apostolado.  Mostrad también el mayor respeto hacia los demás religiosos y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como propio el bien que hacen ellos, mostrándoles deferencia en todas partes, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

13º.   Aprovechen cualquier ocasión favorable, para enviar noticias que puedan interesar a los amigos de la Propagación de la Fe.  Ese es el deseo de la Oficina Central de Lyon.  No todas las cartas pueden tener cabida en los Anales, porque sólo se publican seis veces al año y tienen forzosamente que hacer una selección; pero todas las noticias tienen su importancia y son leídas con interés en las casas maristas.  Hacemos copias de ellas porque nos las piden de todas partes. Pueden ser muy provechosas.  Las cartas que tengan esas informaciones de interés deben dirigirse directamente al Superior General de la Sociedad de María, omitiendo direcciones particulares.  Además, nada les impide enviar otras cartas a los hermanos o a los amigos.  Cada uno de ustedes tiene perfecto derecho a escribirme confidencialmente.

Finalmente confiemos en la oración; por desgracia nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y sus méritos nos pertenecen.  Ofrezcamos a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón inmaculado de la Madre.   El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en nuestras manos el poder de su cruz...Ofrezcamos al eterno Padre los méritos infinitos de su divino Hijo; y al Salvador de los hombres los méritos de su Madre.  Tenemos la seguridad de ser escuchados cuando vamos a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empece, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor... “ Repasen a menudo estos consejos” que cada uno se procure una copia.

Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.

Juan Claudio Colín

 

 

EL P. FUNDADOR HABLA DE LAS MISIONES DE OCEANÍA EN ....

 

1.-

Las 3 Coronas del  P. Chanel 

HF.  56,5 

2.-

Las Misiones de Oceanía, aureola de la S.M 

HF.  75,2 

3.-

Preparados para sufrir 

HF.110,5 

4.-

El deseo de ser misionero 

HF.117,8 

5.-

Las misiones y las virtudes sólidas 

HF. 66,1 y 2 

6.-

La Actitud del Misionero 

.HF.44,8 y 9 

7.-

La oración por las misiones 

HF.115,3 y 4 

8.-

El recuerdo de los misioneros 

HF.  39,22 

9.-

Miembros de una misma familia 

HF.160,4 

 

Siglas.-            HF. = “Habla un Fundador” México, 1981

 

El P. LEÓN LEJEUNE, S.M.

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Apóstol de los leprosos en Makogay ( Islas Fiji. Oceanía)

Con motivo de la beatificación del P. Damián ( celebración aplazada a causa de la hospitalización del Papa Juan Pablo II, el pasado 15 de mayo), el Obispo de Namur, ha propuesto tres nombres de la diócesis para una futura beatificación.  Así es como ha saltado a los m.c.s. el nombre del P. León LEJEUNE, S.M., víctima de la misma enfermedad que el P. Damián; nacido en Neufchateau y fallecido en la leprosería de MAKOGAY, en Oeanía.

 

León LEJEUNE, nació en Petitvoir, el 12 de enero de 1876.

Era el mayor de una familia de ocho hijos.  Como muchos pobres de las Ardenas de aquel tiempo, su padre Juan José trabajaba en las canteras de Warmifontaine, y su madre, María Elvira Burnay cultivaba el huerto familiar.  Hasta la edad de 12 años, León cuidó las vacas de la familia.  Parece ser que su vocación al sacerdocio  se despertó en el momento de la Comunión Solemne.  En 1890, comenzó sus estudios  de Humanidades en la Escuela Apostólica que los Padres Maristas tenían en Differt (Messancy).

La Sociedad de María había recibido del Papa la misión de evangelizar los pueblos de Oceanía Occidental y León orientará sus pasos por esa senda cuando salga de Differt en 1895.  Realiza sus estudios de Filosofía y Teología fundamentan el Paington (Inglaterra); a continuación en 1897 hace el Noviciado en Sainte Foy-Les-Lyon (Francia) y el Escolasticado en Montvel (var).  En 1898 emite sus primeros votos y el 8 de julio de 1901 es ordenado sacerdote por Mons. Lamaze, Obispo de Oceanía Central.

O C E A N I A

Acompañando a este obispo, él y otros seis jóvenes misioneros se embarcan con dirección a Oceanía, en los tiempos en que ir a Oceanía era una gran aventura.  León es destinado a las Islas Fiji, que en aquel momento eran colonia británica.  El Archipiélago de las Fiji, situado en la ruta de Sydney a San Francisco, está formado por unas 250 islas, de las cuales sólo 30 están habitadas.  Se trata de uno de los más bellos jardines de coral que uno puede encontrar en la inmensidad del Océano.  Su población de unos 200.000 habitantes está formada por una pequeña colonia de emigrantes hindúes y por nativos de raza melano-polinesia, que tenían la fama de ser los caníbales más feroces de Oceanía.  Desde el punto de vista religioso en Fiji había protestantes-metodistas, musulmanes ( de origen hindú) y paganos; los católicos eran poco numerosos.  Entre 1901 y 1935 el P. Lejeune trabaja en diferentes misiones.  En 1901 le encontramos en Naiserelagi; en 1903 en Kadavu; en 1909 en Faguta ( Rotuma); después hace el Segundo Noviciado en Sydney.  En 1914 está en Suva, en 1915 en Tunuloa; en 1920 en Naiserelagi y finalmente en 1922 en Cawaci.

Por todos los sitios por donde pasa, predica, construye iglesias y escuelas (una Escuela Agrícola y una Escuela Normal en Cawaci)  Promueve la Acción Católica; aprende rápidamente las lenguas locales, e incluso llega a traducir la Historia de la Iglesia a la lengua de Rotuma.  Todos los meses publica en la revista “Talanoca” una colaboración  sobre la intención del Apostolado de la Oración, ya que él era el Director oficial para el vicariato.  Era también el corresponsal de la Agencia Fides, y regularmente cada mes enviaba su comunicación.

Sus actividades no son exclusivamente religiosas.  Sabe que los hombres no viven sólo de buenas palabras.  Sus raíces campesinas de las Ardenas, le proporcionan un excelente sentido práctico:  dirige plantaciones de cocoteros, cultiva manioca, construye caminos, levanta establos para la cría del ganado, compra caballos y toros....enseña a los indígenas a cultivar los campos.

En 1925 regresa a Bélgica para disfrutar unas vacaciones de 6 meses; será la única vez que visite la tierra que le vio nacer.  Viaja por Bélgica y por el Extranjero.  Es recibido en audiencia privada por el Papa Pío XI, por los Reyes Alberto e Isabel de Bélgica y por el Cardenal Mercier.  Lamentando la falta de un lugar de culto en su aldea natal, hace los planes y reúne el dinero para levantar una capilla en Petitvoir, que él dedica a Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones.

 

UN LUGAR DIFÍCIL : MAKOGAY

En 1935 asiste al Capítulo Provincial de los Padres Maristas en Sydney y aprovecha la ocasión para visitar la consulta de varios médicos.  Desde hace tiempo sufre de migrañas y várices; también se hace ver de un oculista y de un dentista..  En el brazo izquierdo aparecen  unas manchas sospechosas que poco después se le extienden por todo el cuerpo.  Se hace examinar por un especialista.  Le recomiendan que acuda a la consulta en Fiji,  cuando regrese.  El 25 de setiembre se presenta en el Hospital.  El doctor acaba de confirmar a Mons. Nicolás sus temores:  los análisis de sangre no dejan lugar a dudas:  El Padre tiene la lepra.  Con mucho valor el paciente acepta el diagnóstico, y el 29 de setiembre, fiesta de San Miguel, el “ Vola Siga” le conduce a Makogay.  Las autoridades de entonces habían dispuesto el confinamiento de todos los leprosos de la región en esta isla.

La vida era dura en Makogay.  Los leprosos eran una población de 600 a 700 muertos en vida, cuidados con abnegación por un médico, un capellán y un puñado de religiosas.  Las religiosas que conocían el temple de este apóstol infatigable, le preparan una habitación en una casita con su solana y su jardín de rosales, dominando desde la colina la vida del poblado.  Hasta el día de su muerte vivirá allí; aceptando su suerte como un verdadero hijo de la Virgen María, enseguida emprende un intenso apostolado.  En una de sus primeras instrucciones les dice a los leprosos, que deben estar agradecidos de que Dios les haya dado con esta enfermedad un medio para su santificación.  La primera preocupación del Padre es devolver su dignidad a estos marginados.  Abundan las conversiones de protestantes, mahometanos y paganos.  Aprende la lengua Kiribati para facilitar la comunicación con los Kiribatis.

 

¿ Y por qué  no el recurso a la música?  El tenía dotes de músico.  Crea una coral y enseña a cantar a sus nuevos feligreses, no sólo por fines apostólicos, sino también  como medio de hacer salir  a los leprosos de su aislamiento físico y moral; pone en marcha una liturgia colectiva con procesiones como las del Corpus y la de Ramos; establece diversas asociaciones, todas ellas muy fervorosas, como la Tercera Orden de María y la Cruzada Eucarística, para jóvenes y niños ; compone en el idioma de Fiji 400 meditaciones que completan el Catecismo traducido anteriormente. ( Trad. francesa en De. vitte de Lyon ).

Antes de su llegada se enterraba a los muertos de cualquier manera en medio de la maleza.  El P. Lejeune rotura una campo y prepara un cementerio. Confesiones, predicaciones, visitas diarias a los enfermos en el Hospital; construcción de escuelas y de una nueva iglesia.  El P. Lejeune despliega un apostolado sin  descanso y la gente le muestra su cariño.  Los dos primeros años bautiza unos 60 adultos y en 1946 la cifra se eleva a 242.

Termina su peregrinación terrena. mejor dicho su Via-Crucis, su subida al Calvario, el 18 de mayo de 1951 a las 11.15 h. consumido por 50 años de trabajo y agotado por la enfermedad.  Dos semanas antes había dicho que aceptaba y ofrecía sus sufrimientos y su muerte por el bien de las Misiones de Fiji.  Unas horas antes de la muerte renovó su ofrenda.  Sus restos mortales fueron llevados por los jóvenes de la Cruzada Eucarística que él había designado y enterrado en el lugar que él mismo había elegido: su cuerpo reposa en medio del cementerio, rodeado por las tumbas de más de 300 leprosos con los que él anteriormente había compartido su vida.  Después de su entierro se conocieron dos noticias:  el fallecimiento de su hermano Arturo, y la concesión de la  “Orden de Leopoldo “‘, diez días antes de su muerte.

 

Durante medio siglo el P. León vivió en un apartado rincón del mundo, pero siempre estuvo en comunicación con sus paisanos:  Mantenía correspondencia regular con su familia; nunca se olvidó de Petitvoir, su patria chica; estaba al día de la política belga y de las cuestiones regionales, a través del periódico  “L’avenir de Luxembourg”, que él recibía regularmente.

Con ocasión de su muerte un periódico de Fiji, rindiendo homenaje a sus 50 años de apostolado, decía refiriéndose a su paso por Makogay: “Para todos los leprosos y en especial para los enfermos terminales y para los que estaban a las puertas de la muerte. el P. Lejeune fue, en el sentido propio de la palabra: “un padre.”

(tomado de Oceanía, Boletín de la Provincia marista de Oceanía 09.10.94, pp. 12 ss)

 

28 de abril : Fiesta.- San Pedro Chanel, sacerdote marista, Protomártir de Oceanía.-

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Antífona de entrada.- ( Is. 66,19)

“Enviaré sobrevivientes a costas lejanas, que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria y anunciarán mi gloria a las naciones”.

ORACIÓN

Oh Dios, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio, para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe; haz que en esta alegría pascual participemos del misterio de Cristo muerto y resucitado y lleguemos a ser testigos de una vida nueva.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

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Oración en las Misas Votivas.-

Señor, Dios nuestro, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe, haz que como él te reconozcamos como parte de nuestra heredad y te recibamos como premio.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

Oración del Ofertorio.-

Señor y Dios nuestro, Padre de misericordia, que eliges lo débil del mundo para confundir a lo fuerte, acepta estas ofrendas, y que, nosotros, a ejemplo de San Pedro Chanel, demos prueba de una constancia invencible en las adversidades.

Por Cristo nuestro Señor.

Prefacio.-

 

En verdad es justo y necesario.

es nuestro deber y salvación,

alabarte y darte gracias, Padre Santo,

siempre y en todo lugar.

 

Porque en tu providencia

elegiste a San Pedro Chanel,

hijo de la naciente Sociedad de María

como ministro y testigo del Evangelio

Y lo enviaste a pueblos

que habitaban islas lejanas,

para que con su sangre

diera testimonio de Cristo,

al que pacientemente anunciaba

con la palabra y con el ejemplo,

en medio de grandes tribulaciones.

 

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos por siempre.

Santo...

 

Antífona de Comunión.- (cf. Lc.17,10 Fil 4,13)

 

“Soy un pobre siervo; pero todo lo puedo gracias a Cristo que me fortalece”.

o

“Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así voy completando en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia”

Oración Final.-

 

Señor, fortalece a los que has alimentado con este sacramento salvador, para que, siguiendo con paso diligente las huellas de San Pedro Chanel, anunciemos a los hombres el Evangelio de la paz y de la verdad.

Por Cristo nuestro Señor.

Chanel...........................

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PRIMERA LECTURA.-( Hech. 13,44-49)

“Cuando los paganos oyeron esto se alegraron mucho y ponderaban las palabras del Señor”

Lectura de los Hechos de los Apóstoles :

El sábado siguiente casi toda la ciudad acudió a oír la Palabra de Dios.  Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las Palabras de Pablo.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones.:

  • Teníamos que anunciarles primero a ustedes la Palabra de Dios; pero como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, sepan que nos dedicamos a los gentiles.  Así nos lo mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que seas la salvación hasta el extremo de la tierra”.
  • Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron mucho y alababan la Palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna, creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.- (Salmo 96,1.6.8.-12)

R/ El Señor reina, la tierra goza

 

El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Los cielos pregonan su justicia,

todos los pueblos contemplan su gloria.

 

Lo oye Sión y se alegra,

se regocijan las ciudades de Judá

por tus sentencias, Señor.

 

Porque tú eres, Señor,

altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre todos los dioses.

 

El Señor ama al que aborrece el mal,

protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados.

 

Amanece la luz para el justo

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegráos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre.

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(Donde es solemnidad.)

 

SEGUNDA LECTURA.- (Fil. 3,8-14)

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses.

Hermanos:

Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.  Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía- la de la Ley - sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

Para conocerlo a él, y la fuerza de su Resurrección y la comunión con sus padecimientos,. muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.  No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo.  Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos, yo a mi mismo me considero como si aún no hubiera conseguido el premio.

Sólo busco una cosa: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios.-

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¡ ALELUYA ! ( Mt. 5,10 )

“Dichosos los que sufren persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”

 

EVANGELIO.- (Jn. 15,12-21)

“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan.-

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Ustedes son mis amigos, si hacen lo que Yo les mando.

Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor- a ustedes les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien les ha elegido; y les he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. 

De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre, se lo dé.

Esto les mando: que se amen unos a otros.

Si el mundo les odia, sepan que me ha odiado a mí, antes que a ustedes.

Si fueran del mundo, el mundo les amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo les he escogido sacándoles del mundo, por eso el mundo les odia.

Recuerden lo que les dije: no es el siervo más que su amo.  Si a mí me han perseguido, también a ustedes les perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la suya.

Y todo esto lo harán con ustedes, a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

Palabra del Señor.

---------------------------------------------------------------------------------------- OTROS EVANGELIOS ( a elegir )

Lc. 6,27-28

“Al que te hiera en una mejilla preséntale también la otra”.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

_A los que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian, bendigan a los que les maldicen, oren por los que les injurian.

Al que te peque en una mejilla preséntale la otras.

 

Palabra del Señor.-

Jn. 12,24-26

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto.  El que se ama a si mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.  El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirve, el Padre lo premiará.

Palabra del Señor

 

EUCARISTÍA DE SAN PEDRO CHANEL.-

 Monición Ambiental:

Hoy 28 de abril, celebra la Iglesia la fiesta de San Pedro Chanel, misionero marista y primer mártir de Oceanía.

Nuestro Colegio, que lleva el nombre de San Pedro Chanel, se viste de fiesta y se llena de alegría.  Nosotros, nos hemos reunido como creyentes, en este día para celebrar la Eucaristía. Con este gesto:

  • Deseamos celebrar nuestra fe;
  • Queremos alabar y bendecir a Dios, al recordar el aniversario del martirio de Pedro Chanel:
  • Y finalmente le pedimos a San Pedro Chanel que nos ayude a seguir  sus huellas a parecernos a él.

En este ambiente de alegría que hoy nos reúne a este grupo de personas: alumnos, profesores y padres de familia, celebremos con entusiasmo la fiesta de San Pedro Chanel.

LAS LECTURAS:

La Primera lectura ( Fil 3,8-14) está tomada de la carta de san Pablo a los cristianos de Filipos.  En ella se nos hace ver una cosa.  En la vida hay cosas importantes, y otras que lo son menos, y a cada cosa hay que saber darle su justo valor.

Pedro Chanel hizo su elección.  Comparadas con Cristo todas las cosas son basuras.

Escuchad con atención.

 

El Evangelio (Jn 15, 12-21) que vamos a escuchar hoy está tomado de San Juan.  En él se nos presenta a Jesús despidiéndose de los apóstoles antes de morir.

Jesús les dice una cosa:  que cuando se ama a una persona se es capaz de dar la vida por ella.  Eso es lo que hizo Pedro Chanel:

Entrego su vida por las gentes de Oceanía.

 

PROCESIÓN DE LAS OFRENDAS.-

1.- ALUMNOS DE SEXTO LLEVAN MATERIAL ESCOLAR  (LIBROS, CUADERNOS ....)

Señor, nosotros somos alumnos del Sexto Grado, representamos a todos los alumnos del Colegio.

Tú sabes que el trabajo escolar muchas veces nos resulta pesado y rutinario y poco atractivo...sin embargo es nuestro deber y tenemos que cumplir.

Ayúdanos por medio de San Pedro Chanel, que siendo estudiante también conoció el desánimo y las ganas de abandonar, a cumplir con nuestros deberes de estudiantes y a crecer como personas y como cristianos.

Nosotros queremos trabajar por un mundo donde haya paz, alegría y amistad.  Ayúdanos, Señor.

2   PADRES DE FAMILIA, RAMILLETE DE FLORES.-

Señor te ofrecemos este ramillete de flores, que representan a nuestros hijos.  Los niños, nuestros hijos, son lo más querido y lo más valioso que tenemos.  Tú nos los has dado.  Por ellos trabajamos muchas horas cada día, por ellos sufrimos y nos alegramos.  De ellos recibimos muchas alegrías y también bastantes preocupaciones.

Hoy te pedimos por el colegio, por su educación.  Defiéndelos de todos los peligros que los acechan.  Ayúdalos a crecer alegres y generosos.  Que ya desde ahora, a ejemplo de Pedro Chanel, sepan que vale la pena vivir para servir y ayudar a los demás.

3.  JÓVENES.- BASTÓN. RELOJ DE ARENA.-

Te ofrecemos este bastón y este reloj de arena, quieren simbolizar la tarea misionera.  Pedro Chanel fue misionero, entregó su sangre y su vida por las gentes de Oceanía.

El reloj simboliza el tiempo que dedicamos a los demás.  El bastón es la entrega y la preocupación por hacer felices a los demás. 

De esta casa han salido algunos jóvenes misioneros para América y para Oceanía.  Queremos que el nombre de Chanel anime a toda la comunidad escolar a ser dignos de San Pedro Chanel. 

Ayúdanos, Señor a nosotros y a todos los jóvenes de Sullana, a los alumnos de este Centro y a todos los demás chicos y chicas de nuestro pueblo a poner nuestra vida al servicio de los demás a ayudar al que lo necesite, generosamente y sin medida. 

4.  ADULTOS Y NIÑOS: TROZOS DE CUERDA.-

Una red está hecha de muchos trozos de cuerda.  Pedro Chanel fue misionero, llevó la palabra del Evangelio de Jesús a Oceanía. 

Tú nos dices que hoy se necesitan obreros que trabajen por extender el Reino de Dios:

  • Se necesitan sacerdote, religiosos, misioneros y misioneras;
  • pero también se necesitan catequistas, maestros y educadores, padres de familia, jóvenes, niños y niñas... comprometidos con  Jesucristo. que quieran extender el Reino de Dios, allí donde estén.  Hay mucho trabajo que hacer para que esta tierra que tanto sufre y pena se parezca a la tierra que Dios quiere.
  • Aquí estamos nosotros.  Ponemos a tu disposición nuestras manos y nuestros esfuerzos.

 

Ayúdanos a trabajar unidos para que por todo el mundo se extienda tu reino de paz, de justicia, de libertad y de amor.

5.  PAN Y VINO, UN NIÑO Y UNA NIÑA.-

Finalmente te ofrecemos el pan y el vino.  Son el resumen de nuestra vida: De nuestros trabajos e ilusiones, de nuestras penas y alegría.

Acéptanos Señor, tal como somos, con nuestras cualidades y defectos, con nuestros deseos de ser buenos y también con nuestra inconsciencia.

DESPEDIDA.-

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Pedro Chanel, como buen marista fue un hombre enamorado de la Virgen María.  Cuentan sus biógrafos que cuando era un joven estudiante en el seminario, se hizo una herida en la mano con una cuchilla.  Tenía sangre en la palma de la mano.  Cogió una pluma y escribió sobre un papel esta frase: “Amar a María y hacerla amar”.

Acabamos nuestra celebración con un canto a María.  María está hoy presente en nuestros corazones.  Con todo cariño a María y también a Pedro Chanel, culminemos nuestra celebración con un canto en honor de la Madre de Dios.

PLEGARIA DE LOS FIELES.-

1.  Por la Santa Iglesia de Dios extendida por todo el mundo: para que sea fiel al mandato de Jesús de anunciar el mensaje de la Buena Noticia por todo el mundo.

ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.    Por todas las personas que en la Iglesia desempeñan alguna responsabilidad: para que todos se vean animados del espíritu misionero: Que Cristo sea conocido y amado por todos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

3.  Por todos, los que a ejemplo de Pedro Chanel, dejan casa y familia para ponerse al servicio de Dios y de su Iglesia.

ROGUEMOS AL SEÑOR

4. Para que el Señor quiera suscitar en nuestro Colegio abundantes vocaciones misioneras, que como Pedro Chanel anuncien a Jesús en pueblos que no le conocen.

ROGUEMOS AL SEÑOR

5.  Por la Iglesia de Oceanía: por sus comunidades cristianas, por todos los que intentan ser fieles al Evangelio.

ROGUEMOS AL SEÑOR

6.  Por toda la Familia Marista, que hoy celebra a su santo:

para que sean fieles a la vocación recibida y a ejemplo de Pedro Chanel sepan gastar su vida en favor de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

7.  Por todos nosotros, por nuestra comunidad, por nuestras familias: para que el ejemplo de Pedro Chanel, encienda en nosotros el deseo de ser fieles a la voz de Dios y de gastar nuestra vida al servicio de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

 

SAN PEDRO CHANEL, PRIMER MÁRTIR

DE OCEANÍA.

Materiales para la celebración del novenario de la fiesta.

 

ÍNDICE DE MATERIAS.

1.  Novena de San Pedro Chanel .-

Reflexiones reunidas por el P. LiamForde ( marista irlandés) traducidas y adaptadas por el P. Valentín L. Aparicio.

2.  Un relato, sobre San Pedro Chanel con ideas para diferentes trabajos con escolares y grupos juveniles.-

“Pedro Chanel, testigo de Jesús en Oceanía” (Valentín L. Aparicio).

3.  Testimonios sobre San Pedro Chanel”.-

-Un compañero de estudios,

-Uno de sus profesores,

-Un colono inglés (Twinyng),  que le conoció en Futuna.

-Carta del P. Chanel a su familia hablando del P. Claude Bret.

4.  Mensaje del P. Fundador a los primeros misioneros.

-Referencias a lugares de “Habla de un Fundador” en los que el P. Juan Claudio Colín habla de las Misiones de Oceanía.

5.  Misa de San Pedro Chanel.-

-Oraciones y lecturas propuestas por el Misal Romano.

-Esquema de una celebración habida en el Colegio “San Pedro Chanel” (Malgrat de mar. Barcelona).  Puede dar ideas para animar una Eucaristía de muchachos.

6.  El P. Leon Lejeune, apóstol de los leprosos.-

(Del Boletín de la Provincia marista de Australia)

 

REFLEXIONES PARA LA NOVENA DE SAN PEDRO CHANEL PROTOMARTIR Y PATRONO DE OCEANÍA

Reunidas por el P. Liam Forde, S.M. ( Provincia de Irlanda)

P. Valentín L. Aparicio, S.M.

“Si,... el nombre de Pedro Chanel se inscribe en la historia de una generación y ahí estará grabado para los siglos venideros, no es por presentar un título tal como escritor, artista, inventor, genio militar... !No!.  Presenta un motivo más relevante para saltar a la fama.  Nos referimos a la santidad heroica” . (Card/ Pttavoamo: Sermón de; 16.06.1954)

“Ahora vengo a reunir a todos los pueblos de todos los idiomas.  Y cuando habrán venido, serán testigos de mi gloria.  Yo haré un prodigio en medio de ellos y, luego, mandaré los sobrevivientes hacia todas las naciones y las islas más lejanas que no saben de mi fama ni han visto mi gloria” (Is. 66,18 ss)

 

LA EXPANSIÓN MISIONERA DEL SIGLO XIX: UN DESAFÌO PARA NOSOTROS, HOY

La escasez de misioneros ofrecía un cuadro desgarrador a comienzos del siglo XIX.  Comunidades enteras de cristianos, sin el apoyo de un sacerdote, contemplaban como muy cercana su desaparición, Japón, Corea, Oceanía y África Central se encontraban en esta situación.  Se contaba que una delegación de coreanos católicos llegó a Roma para pedir al Papa Pío VIII que les enviase siquiera un sacerdote.  El Santo Padre no estaba en condiciones de poder prometer nada...

Gradualmente, todo el panorama comenzó a cambiar.  A pesar del lastre de los siglos, la Iglesia católica es portadora de una vitalidad interior que no puede ser adecuadamente explicada, acudiendo sólo a las leyes de la sicología o de la sociología humanas:  Superando situaciones caóticas ha renacido y se ha superado una y otra vez.  No debemos perder de  vista las palabras del Fundador: “Animo.  Sabe que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo...” “Esta es la victoria, que vence al mundo: vuestra fe”.  En un siglo de fuerte ateísmo la Iglesia comenzó a mostrar una extraordinaria vitalidad y la voluntad de “ renovar todas las cosas en Cristo”.  Hijos e hijas de Europa se enfrentaron al martirio en China, Oceanía y África.  La era de los escépticos y de los agnósticos burlones fue también la de los grandes aventureros de la expansión del Evangelio.  En este milagro moral,  Francia abrió caminos, mientras que el resto de la familia católica de Europa se aprestó a proporcionar vocaciones sacerdotales y religiosas.

!Permítasenos, una vez más, volver a Francia! ¿ Cómo fue posible que todo esto sucediese en el intervalo de unas pocas décadas?

La era de la razón , del agnosticismo, y de la abundancia produjo al fin sólo desasosiego, inseguridad y desencanto.  Las grandes promesas fueron sólo un espejismo para muchos pensadores.

Se sucedieron sangrientas revoluciones destructoras de toda una civilización.  La ambición del Imperio se había desmedrado y millones de personas reaccionaban retornando a las verdades eternas, salvaguardadas por la que San Agustín mucho tiempo antes había descrito como “Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica”.

Una vez más el papel del Maestro de las naciones, divinamente inspirado, fue de nuevo comprendido.  Nada puede resistir el impulso de la gracia  de Dios.  El mensaje de Paray-le-Monial había llegado a París, con el establecimiento de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento en la Basílica de la Ciudadela, cerca del Santuario, en el que los primeros Jesuitas hicieron su profesión, impulsando la misión hacia todo el mundo.  De esta forma la Historia volvía a repetirse.

Mientras, aparecen en escena Pedro DILLON,  marino de origen irlandés.  Durante casi 20 años había mandado barcos franceses que unían el Lejano Oriente y las Islas del Pacífico Sur.  Como hombre Chanel en bronce preside hoy el patio de dicho Colegio.  La mano izquierda de Pedro Chanel descansa sobre el hombre de un muchacho, mientras que la derecha muestra la palma del martirio.  Sobre la entrada principal, en una hornacina, se puede contemplar una hermosa estatua de la Virgen María, primera y perpetua superiora de los maristas.  El lema del P. Chanel era, claro está, “Amar a María” y hacerla amar y a través de ella llevar las almas a Jesús”.

Poco después de su Profesión religiosa, el 24 de setiembre de 1836, fue elegido para formar parte del primer equipo destinado a las Misiones de Oceanía.  Los preparativos se hicieron con rapidez, y a finales de otoño le encontramos en el puerto de L’Havre, esperando la partida del barco. 

Durante la travesía, su compañero de camarote, Claudio Bret cayó enfermo de fiebre. El camarote apenas medía 7 x 4 pies de ancho.  Podemos comprender lo sofocante que debió resultar aquel ambiente tanto para el enfermo como para su enfermero, el P. Chanel que lo cuidaba noche y día.  Poco tiempo después escribiría : le proporcionamos todos los remedios que estaban a nuestro alcance, pero, por desgracia, sin resultado ... Rezaba continuamente, salvo en los momentos en que la fatiga o el sueño le vencían. No nos cabía en la cabeza la idea de que pudiera morirse... Así, su muerte, fue un golpe terrible para nosotros.  Todos estábamos con él, en aquel momento”.  Para el funeral se preparó un altar en la cubierta.  El Obispo Mons. Pompallier ofició la Misa;; y después, el primer marista que moría, fue sepultado en el mar.  Con fe y serenidad genuinas, el P. Chanel concluía así una carta dirigida a su propia madre:  “Alégrate si oyes decir que yo he muerto así, como él...

A pesar de las apariencias, Chanel  era físicamente fuerte y resistente.  Superó el rigor de la fiebre y sus secuelas posteriores.  Más adelante en Futuna, le encontramos compartiendo con los indígenas el pescado crudo, que sus compañeros de religión consideraban intragable.  Después de una larga y penosa escala en las Islas Canarias y otras más cortas en Valparaíso, Tahití y Tonga, llega a su campo de misión el 8 de noviembre de 1837.

Para hacernos una idea de la inmensidad del Pacífico pensemos que Futuna está a 2,000 de Tahití; a 300 al EN. de Fiji y a unas 100 de Uvea (Wallis), donde misionaba su vecino más próximo el P. Bataillon.  Inmediatamente con ayuda del Hno. Nizier, el Padre comenzó a aprender la lengua del país y a adaptarse a las costumbres de Polinesia.  Incluso llegó a escribir un libro sobre la Doctrina Cristiana en este Idioma.  Sin embargo,  a pesar de sus esfuerzos, apenas si bautizó a un puñado de niños, muchachos y adultos, en peligro de muerte.  Pero esto no significa que la mayoría de los futunianos no lo pareciesen.  De hecho era conocido como “ El hombre de gran corazón”.   El problema estaba en que el jefe supremo de la isla, el rey, y sus secuaces no veían con buenos ojos la popularidad del sacerdote.  Temerosos de que si de fe robusta, estaba entristecido por la casi total ausencia de misiones católicas en aquella vasta región.  Fue llamado a París para ser condecorado con la Legión de Honor, y aprovechó esta oportunidad para llamar la atención del Rector del Colegio Irlandés.  Fue presentado a Mons. de Solages, Prefecto Apostólico de las Islas Reunión, en el Océano Indico.  Ambos decidieron acudir al Cardenal de CROY, Arzobispo de Rouen y presidente del Consejo Nacional para la Propagación de la Fe.  Este buen cardenal se puso en contacto con la Santa Sede.  Como resultado de estas gestiones,  Oceanía Oriental les fue adjudicada a los Padres del Sagrado Corazón; y se le pedía a Mons. de Solage, que se hiciera cargo de la evangelización de Oceanía  Occidental en diciembre de 1829.  Hacia allá marchaba vía Madagascar, cuando le sobrevino la muerte en 1832.  Luego, su predecesor en las Islas Reunión, después de recibir el nombramiento, declinó la oferta a causa de la edad y de los achaques.  Poco tiempo después Mons.  de Pins, Administrador de Lyon, proponía a un sacerdote de aquella diócesis, celoso y capaz, Francisco Pompallier, como la persona apropiada para aquel puesto.  Roma expidió el nombramiento: Vicario Apostólico de Oceanía Occidental, es decir la región entera entre las Islas Cook y Nueva Zelanda.

Para esta misión necesitaba sacerdotes y el Arzobispo Le Pins le aconsejó que se los pidiese a los Maristas.  El P. Colin y su consejo aceptaron.  Como resultado, la S.M.  recibía su plena aprobación el 29 de abril de 1836, mediante el Breve  “Omnium Gentium”  (“La salvación de todas las naciones”), firmado por el Papa Gregorio XVI.  A los maristas se les confiaba la evangelización de Oceanía Occidental.  Señalemos que antes de ser Papa, Gregorio XVI. había desempeñado el cargo de Prefecto de “Propaganda Fide”.  Como Supremo Pontífice se destacó como el gran promotor de las misiones.

 

NOTA BIOGRÁFICA

Pedro Chanel, el futuro primer mártir y patrón de Oceanía, nació en Cuet (SE. de Francia) en el seno de una familia campesina, el 12 de Julio de 1803.  Sus pasos fueron providencialmente encaminados hacia el sacerdocio, merced al ejemplo de sus familiares más cercanos y al celo de su primer maestro, el P. Juan Trompier, párroco de Cras, pueblo en el que se había casado y vivía su hermano mayor.  El P. Trompier pudo citar al joven Chanel lo que dice el Salmo (31,8) “Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir”.  Unos años después, Pedro decía “El P. Trompier es, después de Dios, la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Belley el 15 de julio de 1827.  Trabajó duro tanto de Coadjutor, como de Párroco.  Su Obispo, Mons. Devie le permitió unirse a la recién nacida Sociedad de los Padres Maristas.  El Superior General, Padre Juan Claudio Colín le nombró, primero profesor y Director Espiritual y luego Superior del Colegio de Belley.  Una estatua de Pedro la nueva religión ganaba adeptos, ellos perderían el control sobre la gente, idearon un plan: hacer la vida imposible a los misioneros, sembrando de obstáculos la vida diaria.  Es decir, ponen en marcha un proceso de muerte lenta para asestar al final el golpe de gracia.  Primero les despojan de su intimidad;  Los nativos irrumpían en la choza a cualquier hora y por cualquier motivo.  Durante meses les fue imposible celebrar la Eucaristía.  En cuanto las cosechas apuntaban, el jardín era sistemáticamente saqueado.  Cada una de estas acciones estaba pensada para hacerles impopulares a los ojos de la gente del pueblo; pero no tuvieron demasiado éxito.  Es en estos momentos cuando el hijo del Rey se presentó con deseos de recibir en secreto instrucción en la fe.  Se necesitaba mucha prudencia, ya que este joven era considerado como el heredero.  En medio de la crisis, el P. Chanel meditaba las palabras proféticas del Fundador.

“Cuanto más tengamos que sufrir, tanto más mérito conseguiremos.  Las obras de los hombres no son como las de Dios.  Los trabajos apostólicos necesitan pasar por la cruz, para ser purificados y acrecentados.  Dios tiene su propio tiempo...Llénate pues de fe y de resignación; atrévete con valentía a ver y a juzgar las cosas con los ojos de Dios.  El tiene en cuenta todos tus momentos de angustia, todos tus sacrificios...Con abnegación, paciencia y buena voluntad, trabaja solamente por El y no para que los hombres te alaben... Cuando misionero ha sido purificado por el sufrimiento y la abnegación propia, se olvida de todo lo que ha quedado atrás y continúa empujando sobre lo que está por delante, buscando sólo el bien de las almas.  Piensa en el Salvador del mundo.  Como tú y ciertamente más que tú,  El soportó ultrajes, persecuciones y privaciones.  Fue condenado a muerte por los mismos hombres que venía a salvar.  Para participar en su triunfo, primero debemos compartir sus sufrimientos.  Al menos, a mí no me asustan las tormentas.  Son útiles y necesarias para realizar la obra de Dios, incluso a veces pueden hundir un barco mal construido, pero el barco que es sólido y bien hecho puede encaminarse a puerto....Que no os falte ánimo”.

No podemos imaginarnos lo alentadoras que debieron ser para Pedro Chanel estas palabras, cuando se encaraba a sus últimos días aquí en la tierra.  El Rey, pronto descubrió que Meitala, su hijo y heredero, recibía instrucción en la choza del Misionero.  Esto era ya el colmo.  Con muchas cautelas organizó un complot.

El 28 de abril de 1841 un puñado de asesinos irrumpió en la choza del misionero pidiendo una pomada y vendas.  Mientras el P. Chanel se disponía a buscarlas se abalanzaron sobre él golpeándole y hendiendo una azuela en su cráneo.  Antes de producirse el desenlace fatal se le oyó musitar entre dientes: “La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”. 

Mirado con criterios humanos, Pedro Chanel fue un fracasado; lo mismo que Nuestro Divino Salvador y tantos otros apóstoles y misioneros... Este fracaso no es otra cosa que un éxito retrasado.  El Obispo Pompallier dispuso que los restos del mártir fuesen trasladados a su Francia natal.  No mucho tiempo después, el Rey y algunos de sus secuaces morían de una enfermedad repugnante.

El P. Servant, amistosamente recibido por la gente de Futuna, vino a recoger la cosecha que tan penosa y esforzadamente había sembrado Pedro Chanel.

La gente de Futuna, lo mismo que sus vecinos de Wallis perseveran en la fe católica.  Unos años después del Vaticano II pidieron a las autoridades maristas el retorno a la isla de las sagradas reliquias de su apóstol y mártir.  El P. Joaquín Fernández, futuro General de la S.M., tuvo el privilegio de realizar este deseo de los Futunianos.  Fue una peregrinación cargada de nostalgia.  En el mismo lugar del martirio se levanta hoy una hermosa basílica como un firme centinela de la esperanza, en la inmensidad del Pacífico.  Las islas conforman una diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de sacerdotes y religiosas, algunas de las cuales se han unido al Carmelo de Samoa.  Para Pedro Chanel son suficientes las palabras de otro gran misionero francés “Cruza el mundo, salva un alma y muere...” (Cardenal Lavigerie).

Beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889, Pedro Chanel fue canonizado por el Papa Pío XII, durante las celebraciones del Año Mariano de 1954: y en seguida fue proclamado Patrón de Oceanía.  Sus reliquias fueron colocadas en el Altar Mayor de la Basílica de San Pío X de Lourdes al lado de las de San Bernardo.  El florecimiento de las misiones de Oceanía se atribuye el ejemplo y a la intercesión de San Pedro Chanel.  Su inspiración se conserva viva para todos los sacerdotes y religiosos, donde quiera que ellos trabajen ya sea en su patria o en ultramar.  ¡Ojalá! se fijen en su fe viva, serenidad y ánimo infatigables!.  De esta forma quedará garantizado el éxito de su apostolado. “ ¡Qué hermosos son sobre los montes (cruces, sufrimientos, frustraciones...)  los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es Rey!”  (Is. 52,7)

 

DÍA PRIMERO:

Pedro Chanel:  Estudios y carácter

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Cuando Pedro Chanel era niño, no abundaban las escuelas, y las pocas que había no estaban al alcance de los muchachos campesinos.  Pedro Chanel ayudaba a sus padres en los trabajos del campo.  Afortunadamente en aquellos tiempos la mayoría de la gente acudía a los actos organizados por la Parroquia.  Desde la Iglesia se impartía una buena formación religiosa a los niños y a los jóvenes.

 

Pedro Chanel visitaba todos los domingos el hogar de su hermana mayor que estaba casada y vivía en Cras.  Así fue como Pedro sin darse cuenta se vio atraído por la simpatía del P. Juan Trompier.  Este buen Padre, antes de recibir la ordenación sacerdotal había sido maestro.  Impresionado por las dotes del muchacho, le animó a pedir el consentimiento de los padres para acudir a la escuela parroquial de Cras.  Así lo hizo Pedro Chanel y a partir de aquel momento hizo grandes progresos.  No fue el único.  Por lo menos doce sacerdotes recibieron su primera formación de manos del P. Trompier.  Un testigo, que conocía bien el asunto acostumbraba a decir: “ Fue el P. Trompier quien puso en Pedro Chanel, lo que sería más tarde”.  El mismo, años más adelante confeso:  “El P. Trompier es después de Dios la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Pasó la etapa de la escuela parroquial.  Pedro fue al Seminario.  Allí se dedicó con ahínco a sus estudios.  No poseía una inteligencia brillante, pero gracias a su tesón pudo pasar con éxito todos los exámenes.  Como se daba cuenta de que para ser un buen sacerdote no era suficiente una sólida formación intelectual, cultivó con mucha fidelidad los ejercicios de piedad que marcaban el ritmo diario del seminario.  Esto no lo hacía por rutina sino por convicción.  Dice el Salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.

Pedro era un muchacho de reconocida sensibilidad y muy amable con todo el mundo; pero cuando lo requería el caso era un hombre firme y decidido.  En cierta ocasión uno de sus condíscipulos trató de involucrarle en la crítica de un sermón predicado por uno de los profesores del Seminario.  Su respuesta fue contundente: “Cuando vengo a la Iglesia, dejo la retórica a la puerta; porque el Señor dice: “El que a vosotros escucha a mí me escucha...”

En otras situaciones, Pedro Chanel sabía tener presencia de ánimo y aplomo como lo demuestra la siguiente anédocta:  En cierta ocasión viajaba en el mismo vehículo que los obreros de una fábrica.  El tema de conversación no era precisamente edificante.  Intuitivamente recordó aquellas palabras de Pablo “Que tales cosas ni siquiera se mencionen entre vosotros”.  Decididamente se volvió hacia sus compañeros de viaje y les dijo:  “Es una lástima que ustedes no hayan traído un poco de algodón de la fábrica ,todos los trabajadores entendieron perfectamente la indirecta y cambiaron de conversación.

Como todos los jóvenes, pasó por momentos de desaliento.  Tenía 15 años y  estudiaba en Cras.  El P. Trompier se había ausentado de la Casa Parroquial urgido por sus deberes pastorales.  Aquel día Pedro se sintió especialmente abrumado por el trabajo de la escuela y por un futuro no demasiado halagador... Sin pensárselo dos veces reunió todas sus cosas, hizo un paquete y se dispuso a abandonar....Cuando ya se alejaba de la aldea se encontró casualmente con una colaboradora del Padre que el convenció para que hiciese una visita al Santísimo  María.  Pedro obedeció y unos instantes más tarde recuperaba la calma y el ánimo.  En la Iglesia de Cras hoy encontramos una capilla dedicada a San Pedro Chanel y allí se puede venerar la estatua, ante la cual el Santo abrió su   corazón en aquellos momentos críticos.

Incluso  antes de partir para Oceanía, tal vez impresionado por las relexiones de un tío suyo, se mostraba indeciso acerca de su idoneidad para las Misiones.  El Superior del Convento de Belley le tranquilizó con estas palabras: “ ¡Anda  ya!.  ¿ Y en estos momentos vas a renunciar a la palma del apostolado y tal vez a la palma del martirio?.  Estoy seguro que no vas a rechazar la llamada  de Dios.  Así que, anímate; no lo dudes más.  Vete a Oceanía...Cuentas con nuestras oraciones, y en las tuyas, no te olvides de nosotros.

Unos días más tarde escribía a uno de sus amigos: “Se me hace larga la espera.  Incluso si yo tuviera un millar de vidas, no me pesaría entregarlas todas por la salvación de los habitantes de Oceanía.

Las palabras ardientes del Apóstol de los Gentiles mantenían alta su moral:  “En el cumplimiento del deber: no sean flojos.  En el Espíritu sean fervorosos, y sirvan al Señor.  Tengan esperanza y estén alegres.  En las pruebas sean pacientes.  Oren en todo tiempo (Rom.12.11 y 12) “Que nadie tenga que sufrir por asesino o ladrón, malhechor o delator.  En cambio, si alguien sufre por ser cristiano, no se avergüence, sino dé gracias a Dios por llevar el nombre de cristiano” (1 Pet. 4,15).

Con entusiasmo él leyó aquellas hermosas palabras del Sirácides (51,12-13) “Te daré gracias y te alabaré; y bendeciré el Nombre del Señor.  En mi juventud, antes de mis viajes, busqué sinceramente la sabiduría en la oración: en la entrada del santuario le pedí y hasta el fin de mis días la buscaré”.

 

DÍA 2º :  LOS PRIMEROS AÑOS DE PEDRO CHANEL COMO SACERDOTE

Antes de ingresar en la S.M. el P. Chanel fue, primero coadjutor de la Parroquia de Amberieu, durante un año y luego párroco de Crozet.  En aquellos tiempos, dada la escasez de sacerdotes, no era raro que un sacerdote recién ordenado fuese nombrado para puestos de responsabilidad.

Su programa pastoral nos recuerda mucho al de Juan María Vianney, el célebre cura de Ars:  Profunda devoción a Jesús sacramentado y a Nuestra Señora; cuidadosa preparación de los sermones, abundante instrucción religiosa a los niños y jóvenes; visita a todos los hogares de la parroquia y....tiempo para estar a solas con el Sagrario.  Unos años más tarde un sacerdote nativo de Crozet afirmaba que cuando un feligrés refiriéndose a un sacerdote quería expresar que era merecedor de todo su afecto y estima decía simplemente:  “Es otro Chanel”.

Durante el tiempo que estuvo en el colegio de Belley mucha gente acudía a él en busca de consejo y Dirección Espiritual.  Los sacerdotes amigos solicitaban unos días de retiro dirigidos por él.  Más de una vez tuvo que levantarse a media noche para atender casos de emergencia en el Hospital que estaba al otro lado de la calle.  Los sacerdotes de los alrededores le invitaban a celebrar la Misa o a predicar en la Fiesta Patronal.  Al menos una vez siendo joven sacerdote predicó en la Catedral los días señalados de la Semana Santa.  Años más tarde el Obispo Mons. Devie ponderaría su elocuencia persuasiva, combinada con la sencillez y la modestia.

Para Pedro Chanel “Hablar de Dios, y no mencionar su misericordia era algo inconcebible.  El predicador que así lo haga, es mejor que permanezca callado”.

El P. Martindale, en sus memorias dice que en sus viajes tenía la costumbre de relacionarse con la gente.  En el viaje que le llevó a Futuna su deseo de entrar en contacto con el personal del “Delfine” estaba difícil.  Tanto el Capitán como los marineros eran groseramente anticlericales.  Cuando llegaron a Santa Cruz de Tenerife, en las Canarias, el barco permaneció amarrado a puerto 50 días.  Tanto el Obispo Pompallier, como los misioneros tuvieron que dormir sobre el duro suelo de una casa alquilada a un trabajador.  Los misioneros declinaron la hospitalidad que gentilmente les ofreció el Obispo de la ciudad.  Los Maristas querían acostumbrarse a  las penalidades de la Misión.

Para poner las cosas peor, se desató una terrible fiebre que hizo estragos en la isla.  El Benjamín de la expedición, el P. Claudio Bret  fue agarrado por la fiebre.  Al fin, el capitán permitió a los misioneros regresar a sus camarotes de 7 x 4 pies.  La paciencia y la bondad de los misioneros hizo mella en una parte de la tripulación.  Todos los marineros asistieron al funeral del P. Bret en algún lugar del Atlántico al norte de las Malvinas.  Al llegar a Valparaíso aquellos rudos hombres ya habían sido ganados.  Muchos de ellos SE confesaron y recibieron la comunión.  Este fue el primer trabajo misionero de Pedro Chanel y de sus compañeros.

Poco después subían a bordo del vapor “Europa”.  La tripulación era americana, de religión protestante; hostiles, al principio, pero muy pronto la simpatía del obispo y de los misioneros les hizo cambiar de actitud.  Luego Chanel organizó su propio retiro anual.  En Tonga, se les unió un jóven llamado Tomás Boag, probablemente escocés, que tomó la decisión de vivir en Futuna.  El P. Chanel halló en él un valioso colaborador.  Con él continúo el aprendizaje de la lengua inglesa que había comenzado en L’Havre y Valparaíso. Poco a poco el joven Tomás fue convirtiéndose en un amigo fiel y servicial.   Fue bautizado bajo condición la víspera de todos los Santos de 1840; y al día siguiente, en presencia de un gran número de Futunianos asistió  a la Misa Solemne y recibió su Primera Comunión.  Esto fue una acontecimiento significativo para el P. Chalen que invitó a los nativos a seguir el ejemplo.

Las otras 45 personas que figuran en el Libro de Bautismos, cuyos nombres él escribió lleno de gozo eran niños o adultos en peligro de muerte.

 

DÍA 3º   SAN PEDRO CHANEL Y LOS JÓVENES

Juan Claudio Colín, el Fundador de la Congregación de los Padres Maristas, en una de sus Cartas Circulares dirigidas a los educadores les ponía en guardia frente a la tentación de buscar una cierta popularidad entre los alumnos.  Pensad más bien, les dice, en aquellos valores que los jóvenes adultos de 25 o 26 años pueden estar necesitando.

Pedro Chanel fue un hombre sereno y tenía un perfecto dominio de sí mismo.  Se vivían tiempos difíciles en Francia.  El espíritu de la revolución lo había invadido todo: ciudades y campos.  Recordemos que el P. Colín todavía relativamente joven, tuvo sus dificultades el primer año como Superior del Colegio de Belley.  Acertó a descubrir pronto a los alborotadores y los expulsó enérgicamente.  Pero el cardo de Superior nunca fue un puesto cómodo ni para él, ni para su sucesor el P. Chanel. Todos los Colegios de Secundaria tenían similares problemas.

Chanel puso empeño en la formación de pequeñas Asociaciones ( una especie de Acción Católica, dentro de la escuela). Varios muchachos le eligieron como su Director Espiritual y como Confesor.  Uno de sus dirigidos escribía más tarde:  “Era como si atrapase tu corazón entre los pliegues de su caridad transparente para luego impulsarte hacia el cielo... Consiguió que la virtud fuese valorada por sí misma de tal modo que algunos deseaban cultivar la misma virtud...”  En cierta ocasión dirigió a los estudiantes la siguiente alocución : “Muchachos pongan de su parte todo lo que les sea posible para que este Colegio sea el segundo hogar de ustedes.  Deseo que aquí se sientan queridos y felices.  Espero que sus almas se desarrollen bajo la gracia de Dios, y que su carácter se fortalezca... Esto no significa que nunca tengan que hacerse violencia a ustedes mismos, que no tengan que sufrir.  Las sendas del aprendizaje y de la virtud nunca están exentas de espinas.  Sería pedir lo imposible, porque la escuela ha sido definida como un entrenamiento para la vida.  Acostúmbrense por ustedes mismos y por adelantado, a sufrir y a soportar”.

No pocos ex-alumnos le escribieron a la lejana Futuna.  A uno que le pedía consejo le llegó esta respuesta:  “Me alegra ver que estás interesado por tu salvación.  Mantén el ánimo firme y sigue por las sendas de Dios hasta el final. Sólo si perseveramos podremos lograr la salvación.  Aquí tienes unas pocas reglas que yo espero te sean útiles:  Por la mañana, al despertarse dedica unos minutos a la oración y a la meditación; pensando así en tu corazón estás recordando cuáles son tus deberes y te estás preparando para cumplirlos.  Ve a confesarte por lo menos una vez al mes; nunca te acuestes con un pecado mortal sobre tu conciencia.  A la edad de ustedes, el alma es a menudo débil, pero con principios claros, arraigados en el carácter, el arrepentimiento viene enseguida... Manténte en guardia contra los libros peligrosos y las malas compañías.  No estés demasiado ocioso.  El trabajo nos fortifica contra los ataques del diablo, que así siempre te encontrará ocupado.  Joven y fortachón, como eres, debes acostumbrarte al pensamiento de la muerte.  Es la manera de evitar el pecado y de practicar la virtud.  ¡ El recuerdo de la muerte  sólo atemoriza al culpable  !. sobre todo, mi querido hijo, ten un amor filial a la Virgen María.  Nunca está demás repetir que un devoto de  María nunca perecerá.

Con esta convicción, Chanel, Maestro y guía del jóven, leyó estas ardientes palabras de San Juan : (1 Jn. 2,14-17)  “Jóvenes les he escrito porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes que ya han vencido al Malo.  No amen al  mundo, ni lo que hay en él.  Pasa el mundo y toca  su codicia, más el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

Esta carta de Futuna  nos hace recordar otras dos citas que él a menudo meditaba:  “En todos tus trabajos recuerda tu destino y no peques”.  Todas las noches antes de retirarse lee el aviso de san Pedro: “Sean sobrios, estén despiertos, porque su enemigo el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resístanle en la fe” (1 Pe. 5,8-9).

A menudo recomendaba a sus alumnos que al acostarse no olvidasen las tres Avemarías y la invocación al Ángel de la Guarda.

 

DÍA 4º  MENSAJE DEL P. COLÍN A LOS PRIMEROS MISIONEROS Y A TODOS AQUELLOS QUE DESEAN SEGUIR SUS HUELLAS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo y la poderosa intercesión de nuestra tierna Madre, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes...Dios no me permite, amados hermanos, compartir sus trabajos, penas y méritos; ni tampoco puedo acompañarles en esa tarea tan noble... Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, se lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les dé algunos consejos... Esos consejos les podrán ser de gran utilidad, y si no, por lo menos, una prueba de mi afecto y de mi solicitud.

No confíen nunca  en ustedes mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán sobre ustedes las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, anda ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no será ni apocado ni temerario.  Repetirá constantemente:  “Se de quien me he fiado”, “ todo lo puedo en aquel que me da fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la  fe y de la confianza que pongan en Dios.

No apaguen la referencia al Salvador del mundo. En su Nombre marchan “Yo les envío”.  Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles. Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento: Cristo estará con ustedes en los trabajos y en los viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed, El también tendrá hambre o sed; A EL será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.

Sean hombres de oración...Convertir un alma es más que resucitar un muerto y eso sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los día sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientandos hacia ese fin.

Nada les diré de la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar.  Son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de  ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen  pasar un solo día sin rezar, por lo menos, algunos misterios del rosario.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, y colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como signo de su toma de posesión sobre la isla y de que se la han consagrado.

Recuerden igualmente que San José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de sus hermanos deben hacerlas propias.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

Por encima de todo, amadísimos en el Señor, jamás busquen sus intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganarán infaliblemente la corona del apostolado.  Muestren también el mayor respeto hacia los demás religiosos  y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como suyo el bien que hacen ellos, siendo deferentes con ellos, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

Finalmente confíen en la oración: por desgracia, nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y méritos  nos pertenecen.  Ofrezcan a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón Inmaculado de la Madre.  El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en sus manos el poder de su cruz... Ofrezcan al eterno Padre los méritos de su Madre.  Tengan la seguridad de ser escuchados cuando vayan a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empecé, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor ... “  Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.......

El P. Chanel leía a menudo estos consejos de P. Fundador.  Los tomó como regla de vida y mostraba su agradecimiento por recibir “tan sabios consejos.  Que los corazones de ustedes sean tan ardientes como el clima en el que viven”.

El mismo se atrevió a dar sabios consejos a algunos superiores:  A uno de ellos les escribió “Si tomas decisiones, sin pasarlas por el tamiz de la oración, molestarás siempre; caerás en muchas contradicciones y trabajarás en vano... Sólo en la oración encontrarás ánimo, paciencia, amabilidad y firmeza suficientes... En el clima de la oración aprenderás a gobernar con dulzura.  En el silencio de la oración Dios cambiará tus actitudes y en su lugar El pondrá las suyas.

 

5º DÍA:  “ Cuando un amigo se va... algo se muere en el alma”

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Una vez concluidas las tareas del Colegio y preparados todos los asuntos para el traspaso de poderes a su sucesor, llegó el momento de las despedidas.

Pedro Chanel insistió en visitar los Seminarios que él había conocido y amado:  Amberieu. Brou, Cras, Crozet, Montrevel y ...La Potiére, Parroquia que le vio nacer y en la que vivía su madre, viuda desde hacía poco tiempo.  Hizo también una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fourviére, íntimamente asociado a la promesa de los primeros maristas.  Después visitó en Belley a Mons. Devie.

Este obispo era el primero que gobernaba la Diócesis, después de la restauración de la misma.  Era un pastor celoso y clarividente.  El mismo había nombrado a Juan María Vianney para que revitalizase la fe en Ars; tenía en mucha estima a Colín y a Chanel.  Este fue el mensaje con el que despidió al joven misionero.

“Así pues, nos dejas.  Al fin, ves cumplidas tus aspiraciones de tantos años.  ¿Necesito decirte que tu partida es la primera contrariedad que tu me causas?  No obstante, yo me alegro por tí.  Estoy seguro que estás cumpliendo con la voluntad de Dios.  El es el que te está llamando ahora.  Más de una vez te he contrariado al oponerme a tus deseos de partir para las Misiones.  (Antes de ser nombrado párroco de Crozet,  Pedro Chanel había hecho gestiones para alistarse en una Misión necesitada en América del Norte (Dubuque); al fallarle esto intentó unirse al P. Bonnard para irse a las Indias Orientales.)  Yo soy el culpable de haber retrasado tu labor misionera, sólo porque quería estar seguro de que se trataba de una llamada extraordinaria de Dios.  Es hermoso saber que te has preparado con el ejercicio del sagrado ministerio, aquí en tu diócesis de origen.  La Providencia se ha encargado de irte preparando:  te ha dado una Congregación religiosa.  La tarea que vas a empezar es ciertamente muy hermosa, pero también muy difícil.  Prepárate para hacer frente a numerosas privaciones y a muchos sufrimientos.  Pero ten ánimo.  La Virgen María te ama con un amor muy especial.  Ella te sostendrá en todos tus trabajos por Jesús.  Así superarás cualquier dificultad.  Adiós, Arrodíllate para recibir mi bendición.  La bendición de quien no te volverá a ver más, aquí en la tierra.”

Se dice que el Sr. Obispo vertió lágrimas cuando Chanel cruzaba el umbral de la puerta.

Comprendemos perfectamente que la despedida más dolorosa fue la de su madre, que había enviudado hacía muy poco.  La última noche que pasó en casa, Pedro Chanel  y su madre compartieron muchas cosas en la intimidad.  Pedro le mostraba todas sus ilusiones y le pedía que le recordase todos los días en sus oraciones.

A la mañana siguiente, ella se levantó muy temprano y cuando fue al cuarto de su hijo, descubrió que ya se había ido.  Poco tiempo después, Pedro Chanel exponía sus razones a un amigo:  “ Deseaba ahorrarle el último sufrimiento.  ¿ Le has entregado el mensaje de despedida explicándole por qué actúe así ?.  Sabe muy bien que si para ella era doloroso verme partir, igualmente para mí era insoportable separarme de ella.  Dios todopoderoso la premiará.  Dile que mi amor por ella se ha incrementado.  Nunca la olvidaré en mis Misas, ni en mis oraciones”.

Periódicamente escribía a su madre, tanto durante su viaje, como desde Futuna.  Un poeta contemporáneo canta:

Una madre es siempre una madre;

la cosa más santa de la tierra”

 

Nota

Pedro Chanel y sus compañeros llegaron al puerto del ‘Havre el 27 de octubre, pero el barco que había de llevarles a Valparaíso no zarpó hasta la víspera de Navidad.  durante estos casi dos meses, los misioneros fueron huéspedes de la Sra. Dodard.  Esta señora tenía una casa grande y en ella alojaba gratuitamente a todos los misioneros que se encontraban de paso en la ciudad, esperando la partida de un barco para irse a las Misiones.  Se trata de una gran benefactora de las Misiones, lo mismo que Paulina Jaricot, Fundadora de la Obra de la Propagación de la fe.  Sin duda alguna su recompensa será muy grande en el Reino de los cielos.

Debieron ser muy pesados estos días  de espera en el puerto ya que se encaraban a una misión totalmente desconocida.  Nos vienen a la mente los versos de santa Teresa de Jesús, la gran Doctora y poetisa Mística.

Nada te turbe,

nada te espante,

todo se pasa,

Dios no se muda;

la paciencia

todo lo alcanza;

quien a Dios tiene

nada le falta:

Sólo Dios basta

 

6º DÍA: UN HOMBRE DE ORACIÓN

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Leyendo el diario que Pedro Chanel escribió en la Misión de Futuna constatamos que comienza siempre haciendo un repaso de la jornada con palabras parecidas a éstas: Levantarse a las 5.30; oración y meditación.  (En Francia se hubiera levantado a las 4.30; pero en Futuna, debido a la falta de lámparas, era necesario aguardar a la luz del día).  Un detalle es seguro: la dedicación de un tiempo conveniente a la oración, tal como el P. Colín había inculcado en todos los maristas.

Deseo decirles algo que me es muy querido: Sean hombres de oración.  Recen constantemente.  Recen mucho los unos por los otros.  Para conseguir algo que merezca la pena, tienen que rezar.  El sacerdote auténtico, que ama a Dios mete el mundo entero en su oración.  El que sólo reza por sí, tiene un corazón escogido y mezquino.  Las gracias que reciba estarán en relación con la estrechez de su corazón... La oración consigue conversiones...

Las almas convertidas en Oceanía serán el fruto de nuestras oraciones.  Orar es una manera de hacer el bien, permaneciendo “Ocultos y desconocidos”.  La Virgen María no hacía mucho ruido, pero rezaba mucho.  La oración es la savia que recorre el árbol y le proporciona los frutos a su tiempo; es el aceite que mantiene la llama encendida en la lámpara.  El que vive en la presencia de Dios, reza continuamente.  Hagan bien lo que tienen que hacer y cumplan la voluntad de Dios.  Resumiendo:  Sean fieles a sus oraciones ordinarias y todo les irá bien”.

Estos principios eran compartidos con Pedro Chanel desde sus tiempos de estudiante, como se desprende del testimonio de sus profesores y compañeros.  Presentamos un testimonio, como botón de muestra.  Los HH. Maristas tuvieron el privilegio de proporcionar a Pedro Chanel un fiel compañero, el Hermano Nizier, que seguramente hubiera sido martirizado con él de haberse encontrado  en su compañía el 28 de Abril.  Un día antes se había desplazado a Sigavé, al otro extremo de la isla, para visitar a los enfermos y bautizar a los moribundos.  La gente de Sigavé eran sus mejores amigos.

He aquí el dibujo rápido que el Hermano Nizier hace de nuestro héroe: “ Después de sus trabajos misionales, bajo un sol abrasador y pasando hambre, volvía a casa sudoroso y rendido de cansancio, pero con gran alegría y entereza de ánimo, como si viniera de un lugar de recreo, y esto no una vez, sino casi todos los días.

No solía negar nada a los indígenas, ni siquiera a los que le perseguían, excusándolos siempre y acogiéndolos, por rudos e incómodos que fueran. Era de una dulzura de trato sin par y con todos.  No es extraño que los indígenas le llamaran “el hombre de gran corazón”.  El decía muchas veces al hermano: “ En esta misión tan difícil es preciso que seamos santos”.

La víspera del martirio, antes de enviar al hermano a cumplir un deber misionero a Sigavé señalaba:  “No importa que yo muera; la religión de Cristo está ya tan arraigada en esta isla que no se extinguirá con mi muerte.

Podía haber añadido las observaciones de San Francisco Javier el gran patrón de los misioneros: “El peligro mayor de todos es que no confiemos lo bastante en Dios”.

Siempre se sintió animado por las palabras del primer Papa, aprendidas de memoria en el Seminario: “Por eso alégrense, aunque por un tiempo quizás les sea necesario sufrir varias pruebas.  Su fe saldrá de ahí probada, como el oro que pasa por el fuego.. Entonces será motivo de alabanza, de gloria y de honor para Dios”. (1 Pe, 1,6)

 

 

 

7º día.- PACIENCIA EN MEDIO DE LA EXTREMA POBREZA. 

EL DRAMA FINAL

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“Dios nos conforta en todas nuestras tribulaciones” (San Pablo).  Mons. Pompallier había prometido a Pedro chanel con demasiado optimismo regresas a Futuna con otro misionero, en el plazo de seis meses.  Le fue imposible cumplir tal promesa. Esto ciertamente fue un grave contratiempo; pues dejó comprometida la credibilidad  del P. Chanel y del Hermano Nizier a los ojos de los nativos de Futuna.  No obstante, el 8 de mayo de 1839,  el Padre Chanel y el Hno. Nizier tuvieron la alegría de dar la bienvenida a 5 misioneros que se encaminaban a otros destinos.  El P. Epalle (futuro Obispo) nos ha dejado las impresiones de lo que él vio:

“Vi de nuevo a aquel ángel de paz y de caridad... ¡ Cómo me impresionó su amistosa sencillez!.  A medida que nos íbamos acercando a la choza más humilde, lo vimos a él que venía a nuestro encuentro para darnos la bienvenida; y así penetramos en su hogar futuniano.  No era exactamente la casa de Nazaret, porque aunque pobre, aquella santa morada estaba modestamente amueblada y tenía algunos utensilios de cocina; la celda del Profeta Elías tenia una cama, una silla, una mesa y el lugar para poner una lámpara.  En la habitación del P. Chanel todo lo que nosotros pudimos ver fue un Altar de tosca madera, el tronco de un árbol por almohada, algunos trozos de tela metálica para defenderse de millones de mosquitos. El piso estaba empedrado de cantos rodados, cogidos a la orilla del mar.  Nos llamaron la atención la ropa harapienta, los ornamentos para celebrar la Misa, unas pocas herramientas para trabajar en el huerto y un hacha, que con el tiempo sería usada para consumar su martirio.  Tal era el contenido de esta choza.  El huerto tenía varios árboles frutales, pero todo el mundo sabe que los indígenas venían a robarle los frutos en cuanto maduraban.  No tenia cocina.  El acoso permanente al que estaba expuesto la hacía innecesaria.  El horario de las comidas dependía del humor del Jefe  (¡El Rey!).  Muchos días él y el hermano experimentaron la mordedura del hambre.  Compartían la convicción   de San Francisco Javier.  “Experimentar la soberana bondad de Dios, es nuestro único consuelo en este valle de lágrimas.  Si no fuera por la experiencia de Dios a través de la oración, la vida sería intolerable”, pero gracias a ella tranquila y en silencio he mantenido mi alma. ( Salmo 131,2 (130)”

El P. chanel continuó trabajando y luchando con más ahínco que nunca.  Meitala, hijo y heredero de Niuliki, se estaba acercando a la fe, como catecúmeno.  Pero como dice el salmo: “Los príncipes celebraban consejo contra el Señor y contra su elegido”.  El miedo y la superstición empujaron al Rey y a sus esbirros a buscar una ocasión para matar al sacerdote extranjero y así evitar que su religión acabase robándoles toda influencia sobre los naturales Futuna.

Es el 28 de abril de 1841, por la mañana.  Se le acerca Musu-Musu, el asesino y le pide una venda para curar una herida.  Cuando el P. Chalen entra a buscar la venda ve cómo dos indígenas le están robando.  Les llama la atención y ellos responden descargando sus rompecabezas sobre el hombro del Padre.  Después le golpean en la cabeza, que para los Polinesios es una afrenta muy grande.  Por fin, mientras el Padre musitaba: “Está bien; está bien.  La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”, el cabecilla del grupo agarra una azuela y la clava en el cráneo del sacerdote.  Así era cómo estaba destinado a entregar su alma a Dios.  Quizás tuvo un presentimiento de todo esto, lo mismo que Nuestro Señor en el Huerto Getsemaní, cuando un poco antes de abandonar la ciudad de Belley, tuvo unos momentos de  duda: “Padre, que pase a mí este cáliz ( de sufrimiento).... pero que no se haga mi voluntad, si no la tuya”.  Unos años antes, predicando en Amberieu, inesperadamente comenzó a rezar y dijo en voz alta: “Padre celestial, que se haga en mi vida lo que tú quieres: corta, trocea, quema,...  con tal de que yo pueda alcanzarte después”.   “Si morimos con El, viviremos con El.. si nos mantenemos fieles, reinaremos con El”.

Ninguna dificultad pudo desviar su firme decisión de ser un misionero de Jesús, el Buen pastor, bajo la bandera de María.

 

8º día : TESTIMONIO OBJETIVO

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Este es el resumen de las conclusiones a las que llegaron el grupo de Teólogos Romanos, designados para examinar cartas, diarios y otros escritos de Pedro Chanel:  Todo esto fue escrito no por vanagloria, si no más bien para obligarse a sí mismo, a buscar la perfección al hacer repaso de los acontecimientos de cada día.

Los manuscritos, después de un estudio grafológico, nos muestran con detalle, las pruebas y dificultades que se interponían entre él y la consecución de su único objetivo: la conversión de la gente de Futuna.  Sus palabras claramente  atestiguan, como en un espejo, la fe y la caridad, que llevaba encima, las dificultades que gozosamente soportaba. ( Se deben examinar detenidamente las cartas y diarios de Futuna, para darse cuenta de que su carrera misionera, día a día, le exigía un grado heroico de paciencia.

Todo lo que él escribe, no solamente está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia,  sino que manifiesta también su celo ardiente en la propagación de la fe.  Era una persona que trataba por todos los medios de conseguir su objetivo; un hombre verdaderamente apostólico, que se despidió de las alegrías y de los honores que el mundo pudiera ofrecerle.  No quiso que la ternura y el amor profundo que sentía hacia su madre la apartasen de su camino.  Decididamente dijo adiós a los amigos y a sus hijos espirituales y se esfumó en el anonimato por la causa del Evangelio.  Juntamente con su intensa devoción a la Madre de Dios, su lema fue:  “¡Que el Nombre de Jesús sea conocido y adorado en todos los países!”

En la Misión para la que él fue destinado trabajó infatigablemente, como un buen soldado de Cristo y no le faltó su premio.  Pedro Chanel mereció la recompensa más valiosa: sellar con su propia sangre la fe que infatigablemente había proclamado.  La conversión de toda la isla de Futuna y la notable expansión de la Fe Católica en Oceanía Central, oriental y sud-occidental sólo se pueden atribuir y no en pequeña medida a la intercesión y al ejemplo de Pedro Chanel.

 

Un Neozelandés, el P. Kevin Maher, compuso los siguientes versos dedicados a Pedro Chanel:

 

“Ni el corazón, ni el hogar pudieron detenerle,

una vez escuchada la voz;

en el nombre de María desafío los mares,

para llevar lejos tu Palabra salvadora.

 

Estéril era el suelo que él sembró,

pero muy grande su amor a Tí.

Todos los días repasaba las cuentas

que formaban el Rosario del mártir

 

No saboreó los premios del que cosecha,

 y aquel campo siempre árido,

merced a su sangre fue regado por la gracia,

y rindió una cosecha abundante y de calidad.

Pastorcillo de Francia, que murió

para salvar a las ovejas sin pastor

Condúcenos a los umbrales del cielo,

morada segura más allá de las sepulturas.

Con un lenguaje mucho más sobrio el primer Marista que fue nombrado obispo,  Pedro Bataillon, daba éste testimonio: “El P. Chanel fue nuestro superior durante el viaje y también fue nuestro modelo y ejemplo.  Siempre amable, siempre idéntico, afable y atento a todas nuestras necesidades; él nunca hubiera hecho mal a nadie.  Estaba pendiente de todos los que le habían sido confiados, siempre dispuesto a consolar y a dar ánimos.  Nunca le vimos enfadado.

Cierto después de muchos años de combate interior consiguió esta actitud de serenidad y de dominio de sí.  Había hecho suya aquella frase de san Agustín: “Esté seguro de que la Divina Misericordia, nunca le abandonará, si usted persevera en la oración”.

La Carta de Santiago dice:

“......estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas.  Ya saben que al ser probada nuestra fe, aprendemos a ser constantes. Procuren pues que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada...” (Sant. 1,2-4)

 

9º DÍA : EL HOMENAJE DEL PAPA.-

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El P. Chanel fue beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889 y canonizado en el Año Mariano de 1954.  En esta ocasión  el Papa Pío XII hizo la siguiente alocución que nos sirve como epílogo de la novena:

“A Pedro Chanel le cupo el honor de ser el primero en derramar su sangre por la fe cristiana en Oceanía.  Apenas había completado el sacrificio de su vida en la isla de Futuna, se recogió una tal cosecha de almas que nadie podía sospechar.  Pasó por la tierra con humildad, amabilidad, paciencia y caridad.  Su energía espiritual se alimentaba de un amor ferviente a Nuestra Señor.  “Amar a María y hacerla amar”, fue su deseo más ardoroso y el programa de su vida, incluso antes de llegar al sacerdocio.  De sacerdote se volcó en hacer volver a la práctica religiosa al pequeño rebaño a él confiado.  Pero su alma ansiaba otras tareas en el campo de las Misiones extranjeras.  Así, él decidió unirse reconocen a la Reina de los cielos como su madre y perpetua superiora y están decididos a conseguir la perfección apostólica y sacerdotal.  Durante cuatro años Pedro Chanel trabajó en la educación de los jóvenes.  Luego superando todos los afectos humanos, partió para Oceanía, donde el Evangelio todavía no había sido proclamado.  ¿ Quién puede describir todas las pruebas físicas y espirituales que le aguardaban allí?.  Los intentos de aprender la lengua y de adaptarse a las costumbres de la gente, la aparente falta de éxito, a pesar de todos sus esfuerzos,  los malentendidos, la hostilidad velada o abierta, que tuvo que encarar - ninguna de estas experiencias pudo doblegar su admirable confianza... A los nativos de Futuna les mostraba una caridad y simpatía sin límites.  Ciertamente el ejemplo de su vida auténtica y mortificada, su incesante oración, sus pláticas oportunas, iban preparando el camino a la Gracia Divina.  Porque después que el mártir entregó su alma a Dios, las fuerzas del enemigo que se le oponían, dejaron libre el camino.

Nuestra Santa Madre la Iglesia puede contar ahora con alegría almas numerosas y fervientes en aquellas lejanas islas Oceanía está allí para servir de ayuda a todos los misioneros, en cualquier campo que trabajen.  Que todos sean como él en estas virtudes que todos conocéis.  Porque el éxito final de vuestro trabajo está asegurado....”.

 

NOTAS 

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En el acto de consagración de la Basílica de San Pío X de Lourdes (25-05-58) el cardenal Angelo Roncalali, a petición del Papa reinante, Pío XII, depositó en altar Mayor, reliquias de San Pedro Chanel al lado de las de San Bernardo de Claraval.  Debemos recordar que Pío XII guardaba muy cerca de sí el relicario que le presentaron los maristas el Día de la Canonización (1954)  Más tarde en el otoño de 1958, Angelo Roncalli sucedió a Pío XII en el solio pontificio con el nombre de Juan XXIII.  El, a su vez, encomendó a los maristas mantener su carisma y les exhortó ardientemente a mantener vivo su legado.

El mensaje de Papa León XIII  a todos los maristas el 17 de noviembre de 1889, día de la Beatificación, es siempre actual:  “Sean otros Chanel, conságrense como él al servicio de Dios, de la Iglesia y de su Cabeza visible en la tierra”.

Merece la pena anotar que unos 47 años antes el P. Colín, Fundador de los Padres Maristas, había dado este lema a su familia espiritual: “Papa ante omnes; episcopi ante alios”.  Es decir obedezcan al Papa antes que a nadie; estén con sus obispos antes que con otros, tales como teólogos o los que se hacen llamar expertos.

Estas palabras son un eco de los consejos de San Ignacio de Antioquía e Ireneo de Lon en la época po-apostólica.  Tampoco le hubiera desagrado incluir el Axioma de San Patricio: “Ut Christiani, ita et Romani sitis” (Si son auténticos cristianos, serán leales a Roma).

El Hermano Nisier (Nicetus) Delorme, formado por el P. Champagnat trabajó en Oceanía muchos años.  Murió en Londres el 3 de Febrero de 1874 cuando regresaba a su misión después de unas vacaciones en familia, en su Francia natal.  Sus restos reposan en el cementerio de Harringay.

 

 

DIVERSAS ORACIONES FINALES DE LA NOVENA.-

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(Se puede variar según los días )

Eterno y poderoso Padre,

que adornaste a tu mártir San Pedro Chanel

con las virtudes heroicas de la fe, mansedumbre,

caridad e infatigable tesón en el anuncio del Evangelio.

Concédenos, te pedimos : seguir sus pasos,

y por su intercesión

mueve la mente y el corazón  de muchos jóvenes generosos

para que se entreguen al servicio de Jesús y de su iglesia

en la Sociedad de María.

Que se preparen y se formen de tal manera

que gasten su vida en la salvación de las almas.

Te lo pedimos en el Nombre de Jesús, Nuestro Señor. 

 

ORACIÓN A SAN PEDRO CHANEL

San Pedro Chanel, has dejado tu tierra

para anunciar a Jesús, el salvador del mundo

a los pueblos de Oceanía.

Llevado por el Espíritu de Dios,

que es fuerza de los mansos,

has sido testigo del amor,

hasta la entrega de tu vida.

Concédenos vivir, como tú, la vida diaria,

en la paz, la alegría y el amor fraterno.

Que tu ejemplo haga surgir en medio de nosotros,

muchos obreros del Evangelio, para que el Reino de Dios

se extienda hasta los confines del mundo

Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

ORACIÓN DEL MISAL ROMANO. 28 DE abril

Señor, tu que has concedido

la palma del martirio a San Pedro Chanel,

cuando trabajaba por extender tu Iglesia.

en las islas lejanas de Oceanía,

concédenos a nosotros que,

en medio de las alegrías pascuales,

celebremos de tal modo el misterio de Cristo,

muerto y resucitado,

que seamos verdaderamente testigos de una vida nueva

Por Jesucristo, nuestro Señor

 

CONCLUSIÓN DE LA NOVENA

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 La primera generación de maristas que recibió la tradición viva de manos de los Fundadores tenía la firme convicción de que si Pedro Chanel no hubiera sido mártir, hubiese llegado a ser venerado como confesor de la fe.

Pensando en Chanel, Eymard, Champagnat, Collombe, Epalle y Marmoiton, teniéndolos delante, como en un espejo, el Fundador de los maristas escribió:

“Allí donde Cristo se hace presente, allí encontramos modestia.  Por tanto se esforzarán en controlar sus palabras, sentimientos y acciones, de tal forma que puedan dar un buen ejemplo a todo el mundo”.

“Acuérdense de los pastores que les enseñaron las Palabra de Dios, miren como terminaron su vida e imiten su fe...Cristo Jesús permanece él mismo hoy como ayer y por la eternidad” (Heb.13,7-9).

Anímense mútuamente cada día, mientras dura ese hoy” (Heb.3,13).

 

TESTIMONIOS SOBRE SAN PEDRO CHANEL

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1.- Un compañero de estudios.-

“ En sus relaciones con nosotros, cuando Chanel tenía 13 años, era un buen compañero: ni pendenciero, ni burlón.  Como tenía una educación más cuidada por estar de pensionista con el párroco, siempre se colocaba como moderador en nuestras rivalidades y batallas.  Participaba con entusiasmo en nuestros juegos; era alegre, aceptaba las bromas y sabía tomar el pelo, aunque no llegaba a herir a nadie.  Como yo era el más pequeño del grupo, todos me molestaban, pero Chanel salía siempre en mi defensa; era como mi protector.

2.- Uno de sus maestros.-

“Pedro nunca se despreocupó de cultivar su espíritu.  Sabía que, sobre todo en los tiempos que vivimos, la ciencia es tan necesaria al sacerdote como la virtud.  Aunque no era muy inteligente, tenía suficiente facilidad para llevar bien sus estudios.  A ellos se entregó con dedicación y constancia, sin desanimarse nunca ni por las dificultades ni por el aburrimiento de las materias.”

3.-John P. Twyning

John P. Twinyng, súbdito inglés, se encontraba en la isla de Futuna en 1841.  Años más tarde contaba sus aventuras en un libro publicado en Londres y titulado “Naufragio y aventuras de John P. Twinyng entre los isleños del Mar del Sur”.  Se hallaba en Futuna en el momento del martirio de San Pedro Chanel.  He aquí su texto:

“En mayo de 1841 pasamos por otro peligro, casi fatal para todos los blancos, y que fue la causa de que abandonáramos la Isla del Cuerno. (Futuna).  Comenzó por una pequeña riña entre Newleague (Niuliki) y su hijo Maitala, que trató de hacerse cristiano.  El tabú de la familia de Newleague consistía en que su hijo mayor no podría comer ñame antes de casarse y tener un hijo entonces sería liberado del tabú.  Se le impuso, pues, al joven, bajo pena de muerte, que sería aplicada por sus dioses ( y ellos creían firmemente que se la aplicarían de la manera más terrible), abstenerse de comer la raíz prohibida hasta que fuera liberado cuando tuviera un hijo varón.  Estos tabúes son muy frecuentes entre los habitantes de las Islas Fidji y las Amigas.  Dejando de lado a su padre, Maitala fue a ver al sacerdote católico, que desde hacía dos años residía en la isla, para preguntarle si al rompimiento de su tabú seguiría el castigo de la muerte.  El buen sacerdote le dijo que no, y trató de convencer al joven jefe de que esas supersticiones inútiles eran una tontería,  Convencido, Maitala y otros jóvenes que siempre lo acompañaban, como unos doce, preparó una gran hornada de ñame y comió hasta hartarse, apartándose de la antigua costumbre sagrada, o más bien, reduciendo a la nada la venganza y la autoridad de sus dioses. 

La noticia del hecho llegó pronto a los oídos del rey, quien enloquecido por la desobediencia de su hijo y por el insulto que, pensó habían recibido los dioses, decidió tomar a su cargo aplicarle el castigo que tal acto merecía.  Primero mandó algunos jefes a castigar a su hijo y a sus compañeros, ordenando fueran azotados.  Luego, pensando que el principal causante del quebrantamiento del tabú por parte de su hijo era el sacerdote católico, mandó matarlo y saquear su casa.  Ambas órdenes se llevaron a efecto:  el hijo fue azotado y el sacerdote soportó la muerte con la tranquilidad y resignación de un mártir.  Cuando los nativos llegaron a la casa del sacerdote, encontraron la puerta cerrada, y al llamar, él mismo les abrió, pues su ayudante y su intérprete estaban en mi casa, en el sur de la isla y de esta manera salvaron providencialmente sus vidas.  Los nativos le dijeron al sacerdote que uno de los jefes estaba herido en la cara y le pidieron abriera la puerta.  Al abrirla, se abalanzaron hacia el interior y uno de ellos le dio al sacerdote un violento golpe sobre la sien derecha.  El pobre hombre, sin decir ni una palabra de protesta, fue a sentarse en su silla, y, con la sangre corriéndole por la cara, sacó del bolsillo su libro de oraciones,  y comenzó a leer.  A poco de estar sentado, otro hombre le arrojó una bayoneta que le atravesó el hombro izquierdo.  entonces él levantó la vista del libro, miró serenamente a sus asesinos, con su mano derecha saco la bayoneta de la herida, y sin hablar, reanudó su oración.  Los nativos comenzaron  a saquear la casa; pero dos del grupo que eran amigos del sacerdote, aprovecharon la oportunidad para apremiarle a escapar.  Se acercaron a él y le levantaron para sacarlo.  Se dieron cuenta de que estaba muy debilitado por la pérdida de sangre para poder mantenerse en pié.  En ese momento llegó Musu-Musu, el jefe del grupo, y ordenó a los nativos matar al hombre blanco.  Pero como estaban muy ocupados en saquear la casa, no hicieron caso de las órdenes.  El mismo avanzó hacia su víctima y le dio un violento golpe con la azuela en la cabeza y lo mató al instante.

El autor sigue describiendo como los cuatro o cinco blancos de la isla, viéndose amenazados, tomaron armas y se introdujeron en la maleza, dispuestos a repeler cualquier ataque.  Sin embargo, el rey se mostró arrepentido y el grupo logró salir hacia Wallis.

El relato continúa:

“Al desembarcar encontramos a Samuel Nelson, jefe militar de la parte sur de la Isla del Cuerno.  Venía a pedirme información sobre la situación de los asuntos por allí.  Le conté lo del asesinato del sacerdote católico, nuestras dificultades a partir de entonces, nuestra salida de la isla, y otras muchas cosas que supuse le podría interesar conocer.  Se alegró de verme, aunque le dio pena mi debilidad ( el autor había quedado paralítico de las piernas).  En seguida subió a bordo de una fragata francesa y comunicó a las autoridades lo que yo le había informado sobre el sacerdote, y de inmediato tomaron medidas para castigar a los autores de su muerte.  Unos meses más tarde, Samuel Nelson se hizo a la mar en la fragata francesa, cuyo capitán tenía autoridad y amplios poderes para vengarse de los isleños.  El Obispo de Pomperare acompañaba la expedición, y gracias a su influencia los nativos tenían libertad de evitar la venganza aceptando la fe católica.  De este modo orientó la espada al servicio de la iglesia, para atraer a los paganos.  A su llegada a la isla del Cuerno, habían ocurrido varios acontecimientos que, en parte, habían preparado la mentalidad de la gente a aceptar la religión católica.  Newleague había muerto; su muerte había sido repentina y acompañada de una enfermedad que hizo pensar a la gente había sido un castigo de Dios por haber mandado matar al sacerdote.  El modo como este mártir había pasado los últimos momentos de su vida, contribuyó en gran manera a que los nativos concibieran una gran veneración por su recuerdo, lo cual atrajo más gente a recibir su fe, de lo que había logrado en dos años de residencia y de trabajo.  Musu Musu, el autor del asesinato, estaba vivo y era rey en un lugar de Newleague; pero cuando se presentó la fragata ante la isla, este jefe se dio cuenta de que no podía ofrecer resistencia ante tan formidable fuerza y que no tenía otra alternativa que, o entregarse a la venganza de los franceses, o hacerse cristiano.  Escogió esto último; pero recibió el rito del bautismo poco antes de que fuera  atacado por una violenta diarrea, que puso fin a sus días, tras un cortísimo reinado.  Le sucedió Maitala, el joven jefe que había roto su tabú por insinuación del desgraciado sacerdote.

El cristianismo está ahora establecido en la Isla del Cuerno...”

(El texto de este testimonio cfr. Intercom-SM. 1981, #2, p.ll)

 

4.- Lo que Chanel escribe a su familia sobre la muerte de

Claudio Bret.-

 

“El P. Bret, a quien ustedes llegaron a conocer en casa, cuando estábamos en las Islas Canarias, dedicaba mucho tiempo a los enfermos.  Subió a bordo con mucho dolor de cabeza, y en vez de mejorar, empeoró en alta mar.  Le agarró una fiebre muy alta y no sirvió para nada el tratamiento.  El Señor sabe lo que hace; a pesar de nuestros deseos y lágrima, prefirió llamar a Claudio a su lado, satisfecho con su entrega generosa.  Se complació en llamarle antes de llegar al campo de batalla ( Oceanía).  Yo fui su compañero de viaje y me separaba de él lo menos posible.  Así, su muerte me debe mover más a la envidia que a las lágrimas.  La noche anterior, Claudio recibió la comunión de manos del Sr. Obispo, más para satisfacer su devoción que por prepararse a  bien morir.  Nos impresionó su paciencia y su resignación.  A menudo nos pedía que rezáramos a su lado, y que no nos preocupáramos de causarle fatiga.  El mismo sólo dejaba de rezar cuando caía dormido.

 

El lunes por la mañana nos dejó bastante preocupados cuando nos dijo que se estaba muriendo.  No nos podíamos creer sus palabras, aunque las dijo varias veces.  También repitió que no le importaba que su cuerpo fuese comido por los peces o por los gusanos con tal de que su alma estuviese con Dios.

Cuando sobrevino el momento de su muerte, no se dio cuenta.  Murió después de un sueño profundo y de una breve agonía.  Todos estábamos presentes cuando dio su último suspiro.  Nuestras oraciones se entremezclaron con nuestras lágrimas.  Luego, todos,  uno detrás de otro, nos acercamos a despedirnos de él.  Velamos su cuerpo en una pequeña capilla.  El calor exigía que lo enterrásemos sin dilaciones; cosa que hicimos al día siguiente después de una Misa de cuerpo presente, celebrada por el Sr. Obispo.

El no deja de ser nuestro amigo y hermano.  Sólo ha cambiado el título de misionero por el de Protector de nuestra Misión”.   

 

CHANEL, HOMBRE DE LA PERIFERIA

Con su humilde afabilidad, El Padre Chanel se invirtió plenamente en "hacerse todo a todos" (1 Cor 9,22). Intentó vivir faka futuna, al estilo futuniano, hasta el punto de comer pescado vivo. EL Papa Francisco nos anima a ir a las periferias. Al decir esto, no sólo piensa en las islas perdidas o en los territorios aislados, sino también en las periferias sociales y en lo que él llama "periferias existenciales", como el mundo de los enfermos. Cada subcultura religiosa, social o profesional tiene su propio lenguaje. A veces nos sorprendemos a nosotros mismos alejándonos de ciertos círculos porque no estamos familiarizados con el lenguaje que hablan, ya sean estudiantes de secundaria, presos, personas sin hogar o grupos que vienen a practicar Tai Chi. Las periferias están en todas partes. Para seguir a Pedro Chanel, ya no es necesario hacer largos viajes. Basta con seguir su humilde apertura a lo desconocido. Este es el principio de toda evangelización.                  P. Jan Hulshof, S.M.

Si hay alguien que ha aceptado salir de su zona de confort para incorporarse a las periferias de su tiempo, ese es Pedro Chanel. Tuvo la valentía de dejar su país, sus amigos y su familia, y partir hacia un destino prácticamente desconocido. Además del reto del viaje en sí, tuvo que abrirse a otras costumbres distintas a las suyas, aprender otro idioma... En definitiva, tuvo que aceptar ser radicalmente desarraigado. Me parece que experimentó un verdadero desenraizamiento que, a decir verdad, me cuesta imaginar. La imagen que me viene a la mente es la de un paracaidista que se deja caer en un terreno totalmente desconocido... No sé si, en aquella época, se hablaba de "choque cultural". Sea como fuere, me cuesta imaginar que haya podido escapar a esta dura realidad: desorientación, cansancio, incluso enfermedad, desánimo, decepción por la situación que descubrí, cuestionamiento de las propias razones que lo llevaron a venir, no encontrar a nadie con quien hablar... Por no hablar de posibles episodios de sequedad espiritual, de acedia, quizá de una noche de la fe. Tantos elementos a los que sin duda hay que añadir los componentes propios de la geografía del Pacífico: el aislamiento, y una gran soledad. Con todo, aunque no me hayan enviado al otro lado del mundo, siento que me enfrento a retos similares: trabajar para absorber, o al menos amortiguar, el choque cultural de ser un inmigrante francés en Londres, luego abrir los ojos y escuchar, sobre todo a los pobres de mi puerta, familiarizarme con nuevas formas de comunicación, no permanecer en un estado de egoísmo, saber relacionarme con los demás de forma gratuita y desinteresada. Y permanecer, como Chanel, profundamente arraigado en la oración. Hubert Bonnet-Eymard Las periferias están en las preguntas. Después de su ordenación, siendo todavía sacerdote diocesano, Pedro Chanel fue destinado a una parroquia en la que, un tiempo antes, estuvo el filósofo Voltaire quien probablemente interpeló a los feligreses sobre su fe. Chanel deseaba ir a las misiones desde su juventud, pero este deseo tardó años en cumplirse. Se unió a los aspirantes maristas, pero experimentó la incertidumbre sobre la aprobación o no de su proyecto. Su mejor amigo, Claude Bret, murió de camino a Oceanía y le dejó solo. En Futuna, la población local cuestionó el mensaje cristiano que intentaba proclamar. A pesar de su gran compromiso y sus muchos esfuerzos, vio muy pocos resultados. El hermano Nizier mencionó los rumores sobre el asesinato del misionero. Chanel respondió: Pueden matar al misionero, pero no pueden matar la misión. Eso me impresiona. Chanel tuvo que enfrentarse a muchas preguntas que hoy me incomodan: ¿Continuará la Sociedad de María? ¿Es la vida religiosa una forma de vida para los jóvenes de hoy? ¿Dónde está Dios en una época secular? ¿Qué valor tiene nuestra religión en comparación con otras religiones, o con ninguna? ¿Cómo convivir con personas de diferentes culturas: diferentes países de origen, pero también cultura juvenil, ¿estilos de vida no practicantes o no creyentes? Aquí veo muchas periferias modernas, o lugares a los que el Papa Francisco quiere que vayamos. Chanel sí fue. Los primeros maristas sí fueron al Bugey. Está en nuestros genes ir y vivir y dar testimonio como maristas donde otros no quisieron ir. Estas preguntas son incómodas, pero es necesario plantearlas y, por lo tanto, me llevan a dar mi respuesta para mí y para los demás. Al menos, para compartir que siento por las personas que se plantean estas preguntas y al mismo tiempo trabajar desde mi fe como lo hizo Chanel. Alois Greiler Cuando Pedro Chanel dejó su ciudad natal de Bresse para ir hasta Futuna a predicar el Evangelio, todavía no se conocían los abusos a menores en la Iglesia, al menos no en general. Hoy todos sabemos que algunos sacerdotes - incluso maristas- hicieron un daño imperdonable a los menores. No llevaban el Evangelio, sino el puro horror. La forma en que la Iglesia está tratando esta crisis da lugar a preguntas: ¿Es más importante la reputación de la Iglesia que escuchar a las víctimas? ¿Somos capaces, como Iglesia, de renovar y desarrollar nuestra enseñanza eclesiástica de manera que volvamos a ser capaces de "llegar a todas las "periferias" que necesitan la luz del Evangelio?" (EG 20) Me atrevo a pensar que el escándalo de los abusos en el seno de la Iglesia hace necesario una especie de giro copernicano en la Iglesia. Cuando el Papa Francisco dice que todos estamos llamados a "salir de nuestra propia zona de confort" (EG 20), me pregunto: ¿qué quiere decir el Papa Francisco con "zona de confort"? - Reflexiono: ¿se refiere sólo a nuestra ciudad natal, sólo a nuestra familia y amigos? - ¿O esta zona de confort de la que el Papa nos pide que salgamos incluye también las estructuras y los modos de pensar dentro de la Iglesia? Y con respecto al enfoque histórico-crítico en la exégesis, me atrevo a preguntar: ¿no necesitamos también un enfoque histórico-crítico en la teología dogmática? San Pedro Chanel estuvo abierto a dejar su tierra natal. Creía firmemente que el Señor le guiaría a través de todos los peligros y desafíos de su viaje como misionero. Los maristas de hoy estamos llamados a estar abiertos a nuevos enfoques teológicos. Podemos confiar, como San Pedro Chanel, en que el Señor nos guiará a través de todos los peligros y desafíos de nuestro tiempo. Thilo Saft Podríamos decir que San Pedro Chanel llevó a su vida el mandato urgente que nos dejó el Señor: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación” (Mc 16,15). No dudó a la hora de dejar la comodidad de Francia para dedicarse a un ministerio poco agradecido y con pocos resultados, al menos durante su vida en Futuna. Sin embargo, creo que San Pedro Chanel sabía que aquel era el lugar donde tenía que estar; allí descubrió una periferia que necesitaba la luz del Evangelio (EG 20). Hoy en día, creo que una de las periferias existenciales más extendidas en Europa y en es la producida por haber sacado de la vida diaria la dimensión espiritual. Esta sociedad ruidosa, individualista y centrada en lo material termina haciéndonos impermeables a lo espiritual, secándonos el alma poco a poco. A mucha gente le gustaría recuperar la vida espiritual, algo que les permita encontrar algo de paz, pero no saben muy bien cómo. Creo que la misión marista hoy, no puede abandonar esa periferia donde la gente se ve privada de una vida espiritual plena simplemente porque no está de moda. Deberíamos buscar aquellas grietas en las que cualquier persona se abre a algo más, a la trascendencia, e iluminarles con la luz del Evangelio. Todavía hay lugares privilegiados para ello y la pandemia podría ser el kairós que estábamos esperando. Daniel Fernández Llamado a la misión, cerca o lejos Mary’s College, Dundalk, en 1954 (año de su canonización), aprendí algo de la historia de Pedro Chanel, y me di cuenta más tarde de cómo su decisión de no perder la esperanza, incluso cuando todos sus esfuerzos misioneros parecían infructuosos, me ayudó en los años siguientes a crecer espiritualmente. El ministerio en Europa (Toulon) cuando llegué aquí en 2013 parecía un contraste tan grande con lo que había estado acostumbrado en Japón desde 1969. ¡Cómo comunicarme con la gente en una Europa que apenas reconocía, una nueva cultura con la que ya no estaba familiarizado, debido a tantos cambios que habían tenido lugar! Esta vez, había salido de mi "zona de confort" y de mi "hogar de adopción" en el Extremo Oriente, pero pronto descubrí que también este otro lado del mundo es un territorio de misión, en el que tantas personas, jóvenes o mayores, conscientes o no de ello, están sedientas de algún tipo de sentido espiritual y de sanación en sus vidas. Uno de los retos misioneros urgentes para mí ahora es encontrar el vocabulario adecuado para llegar a personas de otra mentalidad y cultura, especialmente a los jóvenes del siglo XXI. Intentar comprender sus preguntas y comunicarme con ellos es una tarea mucho más difícil a los 81 años que aprender la cultura y la lengua japonesas a los 29. La paciencia de San Pedro Chanel al esforzarse por aprender el idioma local en Futuna, así como todo su estilo de vida, todavía me inspiran: su profundo respeto por cada persona, su acogida llena de amor a los pobres, su inquebrantable ardor por compartir la alegría de conocer el amor de Cristo y permitir a la gente evitar las dificultades de la desesperación y el desánimo. A esto hay que añadir su constante vida de oración, que a menudo habría sido, imagino, una oración de intercesión por la gente a la que amaba y servía. La llamada a la misión, cerca o lejos, es igual de pertinente hoy o mañana, dondequiera que uno viva. Paddy O’Hare La periferia se está llenando de gente. ¿Dónde están los márgenes o las periferias hoy en día? - En las zonas de misión lejanas: salir con valentía, dejar todo atrás y viajar. - Tan cerca como dar un paso para cruzar al otro lado de la calle, como el Buen Samaritano, como nos recuerda el Capítulo de 2017. Salir con valentía, dar ese paso, tal vez el que no quiero dar y luego vivir con las consecuencias. - Más cerca aún: en nuestro propio corazón. ¿Cuál es el paso que no queremos dar, la pregunta que no queremos hacernos a nosotros mismos, la conversación que podría darnos cuenta de verdades incómodas sobre nosotros mismos y nuestras creencias? Los que están en la periferia incluyen a los exiliados, a los desterrados, a los que no se sienten bienvenidos, ni invitados, sino excluidos. El ministerio en las periferias de la sociedad y de la Iglesia. Algunas periferias están pobladas por víctimas de la pobreza, la drogadicción, los abusos, los sin techo, la explotación y el tráfico de personas. Otra periferia es la poblada por los católicos comprometidos divorciados, los que están en segunda unión, los que viven juntos, los que tienen relaciones del mismo sexo y la bendición de todas esas uniones. La periferia es también la patria del ministerio de liderazgo de las mujeres en la iglesia, la ordenación de mujeres y el clero casado. Las periferias están ocupadas por el otro, el diferente, el forastero, el exiliado, el desterrado, el asediado. Las periferias se llenan de gente. Pronto la Iglesia católica será como una secta, al haber desterrado a tantos a la periferia, directa o indirectamente, por designio o error, por palabra, acción o inacción. La respuesta acogedora, hospitalaria y pastoral de la iglesia local sólo llega hasta cierto punto. La acogida personal es una cosa. Muchas personas cuyas vidas no están en consonancia con la enseñanza de la iglesia continúan en la iglesia a pesar de los líderes de la iglesia, no gracias a ellos. Siguen en la iglesia por su fe en Dios. Sin embargo, a algunos les parece un obstáculo demasiado grande para saltar y se alejan. Muchos han rechazado a la iglesia que ven que los rechaza. Muchos esperan encontrar un lugar en una comunidad eclesiástica acogedora, a pesar de los que creen que no la merecen. Dios acepta a todos los que están en la periferia y en los márgenes de la forma en que los ha creado. También nos acepta a ti y a mí tal y como nos ha creado.

DAVID CORRIGAN

CATECISMO 3

11. ¿Qué es la Sagrada Tradición?

La Sagrada Tradición es la transmisión viva de la Revelación cuya plenitud es Jesucristo. En efecto, Jesús comunicó a sus apóstoles el misterio de Dios y de nuestra salvación, y estos a su vez lo trasmitieron fielmente, sea de palabra o por escrito. De esta manera, lo que Jesús nos ha revelado ha llegado hasta nosotros, en la Iglesia y para todos los hombres.

Esta transmisión se realiza mediante la asistencia del Espíritu Santo, y progresa en la comprensión de aquello que es transmitido mientras más se medita, se enseña y se vive. De este modo, la comunicación que el Padre ha hecho de sí mismo por medio de Jesucristo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia.

12. ¿Qué relación hay entre Sagrada Escritura y Tradición

La Sagrada Escritura y la Tradición no son dos realidades opuestas entre sí; tampoco son dos cosas absolutamente diferentes. Tanto la Tradición como la Sagrada Escritura surgen de la misma fuente; ambas contienen la misma y única Palabra de Dios. Sin embargo, son dos modos distintos de transmisión: La Tradición es transmisión viva que se dará a lo largo de todos los tiempos; la Sagrada Escritura muestra la permanencia y fidelidad inalterables de la Palabra de Dios.

13. ¿A quién fue confiada la Revelación Divina?

Jesús confío su Revelación a los apóstoles, y por éstos, a la Iglesia. Pero dentro de la Iglesia, son los obispos, sucesores de los apóstoles, quienes tienen la misión de conservar, explicar y difundir la Palabra. El Magisterio de la Iglesia es, pues, el intérprete auténtico de la Palabra de Dios, oral o escrita, y está a su servicio.

El Magisterio ejerce plenamente esta misión de explicar la Palabra cuando formula los dogmas. Estos son verdades de fe que el Magisterio propone como pertenecientes a la Revelación, o ligadas a ella, Un dogma no es una verdad nueva añadida a la Revelación; sino más bien una verdad que está ya en la Revelación y que se hace explicita, y por tanto, que debe llevar a la adhesión de la fe. Y si bien el Magisterio nos enseña que la Revelación ya fue dada definitivamente por Cristo, acepta la existencia de las llamadas “revelaciones privadas”. Estas no traen algo nuevo que Jesús no haya dicho, sino más bien son acentos que permiten vivir de manera más plena la única Revelación en determinados momentos y circunstancias históricas.

14. ¿Qué es la Sagrada Escritura?

La Sagrada Escritura o Biblia, es la Palabra de Dios que ha sido puesta por escrito. En este libro, está contenido lo que Dios nos ha revelado y que fue escrito a lo largo de muchos siglos por diferentes autores humanos que escribieron aquello que el Espíritu Santo les iba señalando. A esto le llamamos la inspiración.

15. ¿Qué es la inspiración?

 a inspiración viene a ser la acción que ejerce el Espíritu Santo sobre el autor sagrado para que ponga por escrito todo y so lo que Dios quiere. De esta manera, lo escrito es inspirado porque tiene a Dios por autor principal y se puede decir que la Escritura es auténticamente la Palabra de Dios.  Sin embargo,  para dejarnos  su Palabra, Dios se ha  valido de  autores humanos  con  sus  capacidades,  inteligencias e  inclus o  sus limitaciones. Por tanto los hombres son también verdaderos autores.

Del hecho de que la Sagrada Escritura tiene a Dios por autor (inspiración) se sigue que lo que la Escritura enseña con fidelidad y sin error alguno es la verdad que Dios hizo consignar para nuestra salvación. A esto se le llama la Verdad de la Sagrada Escritura.

Y como Dios ha dejado a la Iglesia el encargo de cuidar su Palabra, entonces la Iglesia puede decir qué libros son inspirados, y por tanto, Palabra de Dios. Esto se llama canonicidad: el reconocimiento que la Iglesia hace de un  libro como verdadera Palabra Divina. El nombre viene del griego canon, es decir, lista. Fue la Tradición la que elaboró el canon bíblico, integrado por 46 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento:

Antiguo Testamento: Génesis, éxodo, Levíticos, Números, Deutoronomio, Josué, Jueces, Rut, 1 Samuel, 2 Samuel, 1 Reyes,   2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras, Nehemías, Tobías, Judit, Ester, 1 Macabeos, 2 Macabeos, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los Cantares, Sabiduría, Eclesiástico, Isaías, Jeremías,  Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías, Malaquías.

Nuevo Testamento: Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, Hechos de los Apóstoles, Cartas de Pablo a los Romanos, 1 Corintios, 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2 Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón; la Carta a los Hebreros, la Carta de Santiago, 1 Pedro, 2 Pedro, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan, la Carta de Judas y el Apocalipsis.

16. ¿Cómo se relacionan entre sí el Antiguo y el Nuevo Testamento?

El Antiguo Testamento describe la Antigua Alianza hecha por Dios con el pueblo de Israel para salvar a los hombres que desde el inicio de la historia habían pecado contra Dios. El Nuevo Testamento narra la salvación definitiva realizada por Jesús, quien instaura una Nueva Alianza, cumplimiento de la anterior, en la que toda la humanidad puede alcanzar la reconciliación integral. Esta salvación, ocurrida de manera real en nuestra historia humana, es descrita en los Evangelios, que son como el corazón de la Sagrada Escritura, y es explicitada en los otros escritos neotestamentarios.

Por tanto, la Sagrada Escritura debe verse como una unidad. Porque ambos Testamentos son la única Palabra de Dios, y porque describen la única Revelación de Dios. Sin embargo, como la plenitud de la Revelación es Jesucristo, se debe leer y entender toda la Escritura desde el misterio de Jesús. Todo lo que el Antiguo Testamento dice, encuentra su sentido y su realización en el Nuevo Testamento, y lo que el Nuevo Testamento dice, ya estaba como oculto o indicado en el Antiguo.

17. ¿Cómo debemos interpretar la Escritura?

Siendo la Sagrada Escritura la Palabra de Dios en palabra humana, al interpretarla debemos buscar qué nos dicen los autores humanos. Y para esto es conveniente considerar los géneros literarios, la cultura de la época, los modos de hablar, etc… Alcanzamos lo que Di os nos quiere decir mediante los hombres que la escribieron teniendo en cuenta que:

a. La Sagrada Escritura es una unidad, a pesar de sus muchos libros (73 en total) y los diversos autores humanos que posee. Por tanto, si es una unidad, no puede contradecirse a sí misma.

b.  La Palabra de Dios contenida en la Escritura fue encomendada a la Iglesia. Por tanto, debe interpretarse la Sagrada Escritura en consonancia como la Iglesia la ha entendido y vivido en su Tradición.

c.  Las verdades que la Escritura nos presenta están cohesionadas entre sí y se sostienen unas a otras. Es lo que se llama “analogía de la fe”. Toda interpretación de la Escritura debe respetar esta analogía.

18. ¿Qué importancia tiene la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia?

La Sagrada Escritura alimenta la vida de los fieles: los instruye, los exhorta y los lleva al encuentro de Jesús, Palabra viva del Padre (ver Jn 1, 1).

Por eso la Iglesia ha venerado siempre a la Escritura así como lo ha hecho con la Eucaristía, el Cuerpo del Señor, e invita a sus miembros a leerla, meditarla y practicarla.

EL HOMBRE RESPONDE A DIOS QUE SE REVELA: LA FE

19. ¿De qué modo puede responder el hombre a Dios que se le ha revelado?

Si la Revelación es para el hombre, entonces éste debe responder al amor y a la manifestación libre de Dios, aceptando y aman do libremente a quien le ofrece su Amor. Esta aceptación de Dios por parte del hombre es la Fe.

 20. ¿Qué es la fe?

La fe es la adhesión personal del hombre a Dios que se revela. Por la fe, el hombre conoce a Dios y su Plan de salvación, acepta confiadamente a Dios y lo ama, y vive en obediencia a lo que Dios le pide. De allí que la fe, en cuanto repuesta del hombre a Dios, abarca toda su realidad humana: su mente, su corazón y su acción.

La fe es también don de Dios, que El nos da para que podamos conocerlo, adherirnos a Él y poder seguirlo y obedecerle. Es, pues, don de Dios y respuesta humana. Y en Santa María, la Madre de Jesús, encontramos el modelo más perfecto de la fe. Ella es “dichosa porque ha creído” (ver Lc 1, 45). Y por su fe todas las generaciones la proclamarán bienaventurada (ver Lc 1, 48).

21. ¿Qué significa tener Fe en Dios?

Tener fe en Dios, es creer que Dios es Aquel que se nos ha revelado en la persona de Jesús y que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. La fe cristiana en Dios es una fe trinitaria.

22. ¿Qué características posee la fe?

Además de lo que mencionado, podemos señalar las siguientes características de la fe:

a) La fe en cuanto respuesta del hombre al don de Dios, es un acto racional. Lo que creemos no es algo irracional (Dios no es irracional ni caprichoso), ni nos pide que excluyamos el ejercicio de nuestra inteligencia. Pero la fe, al mismo tiempo es suprarracional: trasciende las fronteras de nuestra inteligencia porque Dios, en sí mismo, es misterio y no podemos comprehenderlo en su totalidad. Por eso, la fe nos permite conocer muchas cosas que por nosotros mismos, jamás llegaríamos a descubrir.

b) La fe es un acto libre del hombre. El que cree, acepta y sigue voluntariamente a Dios, porque lo ama, y donde hay amor nunca puede haber imposición. Nadie puede obligar a otro a creer, y la fe nunca debe ser impuesta a la fuerza.

c) La fe es necesaria para la salvación. El que no tenga fe, no se podrá salvar. Pero para alcanzar e sta salvación, debemos perseverar en la vida de fe, cooperando activamente desde nuestra libertad para que la fe se desarrolle en nosotros.

d) La fe es el inicio de la vida eterna; es principio de nuestra santificación. En la raíz y en la base de la vida cristiana, el primer fundamento es la fe. Por lo tanto, la fe debe ser una realidad que crezca en la persona hasta llegar a su meta: la comunión definitiva con Dios por toda la eternidad.

e) La fe es acto personal, pero no es una experiencia aislada. La fe cristiana es eclesial. Eso significa que la fe no es algo que nosotros nos hayamos dado; nos la ha transmitido la Iglesia en el bautismo. Y por eso, la fe es experiencia comunitaria, donde todos nos apoyamos mutuamente. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros.

LA PROFESION DE LA FE CRISTIANA CREDO DE LOS APOSTOLES

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,

que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos

y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica,

la comunión de los santos,

el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

CREDO NICENO CONSANTINOPOLITANO

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios,

nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,

Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado,

de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho;

que por nosotros, los hombres

y por nuestra salvación bajó del cielo,

y por obra del Espíritu Santo

se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo

recibe una misma adoración y gloria. Y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia,

que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo

para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

23. ¿De qué manera expresamos nuestra fe?

El contenido de nuestra fe es amplísimo, porque Dios y su Revelación son inabarcables e inagotables. Sin embargo, la Tradición de la iglesia ha creado unas oraciones que son como la síntesis de la fe cristiana. A estas oraciones-síntesis le llamamos “Profesiones de fe”, “símbolos de fe” o también “credos”, porque la primera palabra del símbolo es “creo”. A través de ellas la Iglesia nos enseña y nos transmite la fe.

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2023

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CUARESMA 2023

Ascesis cuaresmal, un camino sinodal

 

Queridos hermanos y hermanas:

Los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas concuerdan al relatar el episodio de la Transfiguración de Jesús. En este acontecimiento vemos la respuesta que el Señor dio a sus discípulos cuando estos manifestaron incomprensión hacia Él. De hecho, poco tiempo antes se había producido un auténtico enfrentamiento entre el Maestro y Simón Pedro, quien, tras profesar su fe en Jesús como el Cristo, el Hijo de Dios, rechazó su anuncio de la pasión y de la cruz. Jesús lo reprendió enérgicamente: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (Mt 16,23). Y «seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado» (Mt 17,1).

El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis.

La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz. Era precisamente lo que necesitaban Pedro y los demás discípulos. Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal.  

En el “retiro” en el monte Tabor, Jesús llevó consigo a tres discípulos, elegidos para ser testigos de un acontecimiento único. Quiso que esa experiencia de gracia no fuera solitaria, sino compartida, como lo es, al fin y al cabo, toda nuestra vida de fe. A Jesús hemos de seguirlo juntos. Y juntos, como Iglesia peregrina en el tiempo, vivimos el año litúrgico y, en él, la Cuaresma, caminando con los que el Señor ha puesto a nuestro lado como compañeros de viaje. Análogamente al ascenso de Jesús y sus discípulos al monte Tabor, podemos afirmar que nuestro camino cuaresmal es “sinodal”, porque lo hacemos juntos por la misma senda, discípulos del único Maestro. Sabemos, de hecho, que Él mismo es el Camino y, por eso, tanto en el itinerario litúrgico como en el del Sínodo, la Iglesia no hace sino entrar cada vez más plena y profundamente en el misterio de Cristo Salvador.

Y llegamos al momento culminante. Dice el Evangelio que Jesús «se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz» (Mt 17,2). Aquí está la “cumbre”, la meta del camino. Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino.

La experiencia de los discípulos en el monte Tabor se enriqueció aún más cuando, junto a Jesús transfigurado, aparecieron Moisés y Elías, que personifican respectivamente la Ley y los Profetas (cf. Mt 17,3). La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación improvisada.

El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta.

El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda. Pero quisiera añadir también otro aspecto, muy importante en el proceso sinodal: el escuchar a Cristo pasa también por la escucha a nuestros hermanos y hermanas en la Iglesia; esa escucha recíproca que en algunas fases es el objetivo principal, y que, de todos modos, siempre es indispensable en el método y en el estilo de una Iglesia sinodal.

Al escuchar la voz del Padre, «los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección. De igual modo, el camino sinodal no debe hacernos creer en la ilusión de que hemos llegado cuando Dios nos concede la gracia de algunas experiencias fuertes de comunión. También allí el Señor nos repite: «Levántense, no tengan miedo». Bajemos a la llanura y que la gracia que hemos experimentado nos sostenga para ser artesanos de la sinodalidad en la vida ordinaria de nuestras comunidades.

Queridos hermanos y hermanas, que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones.

Roma, San Juan de Letrán, 25 de enero de 2023, Fiesta de la Conversión de san Pablo

Francisco

La Santidad

La Santidad

1. ¿Qué es ser santo?
2. ¿Quién puede ser santo?
3. ¿Cómo ser santo?
4. ¿Quiénes son los santos en la Iglesia?


1. ¿Qué es ser santo?

Santo es sinónimo de bienaventurado, dichoso, feliz. La santidad es el don de Dios que colma todas las aspiraciones humanas; es la plenitud de la vida cristiana que consiste en unirse a Cristo, aprendiendo a vivir como hijos de Dios con la gracia del Espíritu Santo y viviendo la perfección de la caridad.

“La santidad, la plenitud de la vida cristiana consiste en unirse a Cristo, en vivir sus misterios, en hacer nuestras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos. La santidad se mide por la estatura que Cristo alcanza en nosotros, por el grado como, con la fuerza del Espíritu Santo, modelamos toda nuestra vida según la suya. Es ser semejantes a Jesús como afirma san Pablo: «Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo» (Rm 8, 29) (Benedicto XVI, audiencia general, 13 de abril de 2011)”.

Textos de san Josemaría para meditar

"Santidad no significa exactamente otra cosa más que unión con Dios; a mayor intimidad con el Señor, más santidad" (Amar a la Iglesia, 22).

¡Cuántas cosas nuevas has descubierto! —Sin embargo, a veces eres un ingenuo, y piensas que has visto todo, que estás ya enterado de todo... Luego, tocas con tus manos la riqueza única e insondable de los tesoros del Señor, que siempre te mostrará ’cosas nuevas’, si tú respondes con amor y delicadeza: y entonces comprendes que estás al principio del camino, porque la santidad consiste en la identificación con Dios, con ese Dios nuestro, que es infinito, inagotable" (Surco, 655).

No me olvidéis que santo no es el que no cae, sino el que siempre se levanta, con humildad y con santa tozudez" (Amigos de Dios, 131).

2. ¿Quién puede ser santo?

La santidad es una vocación universal, es decir, dirigida a todas las personas. El mismo Dios nos ha dicho: «Sed santos, porque yo soy santo» (1Pe 1,16) y su Hijo nos lo ha recordado: «Sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mt 5,48).

“Todos los fieles, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad, y esta santidad suscita un nivel de vida más humano incluso en la sociedad terrena” (Lumen Gentium n. 40). Con fieles se refiere a todos los “cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el Pueblo de Dios [...] y son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo" (Catecismo de la Iglesia Católican. 871).

El Papa Francisco explica: “todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra. ¿Eres consagrada o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando, ocupándote de tu marido o de tu esposa, como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres un trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos. ¿Eres padre, abuela o abuelo? Sé santo enseñando con paciencia a los niños a seguir a Jesús. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales” (Gaudete et Exultate n. 14).

Pero, podríamos preguntarnos: las personas que no están bautizadas, ¿pueden ser santas? Como sabemos, Dios ama a todas sus criaturas y su misericordia llega a todas ellas. Una persona que no ha podido recibir el don de la gracia del bautismo, si vive rectamente en orden a su conciencia y a la caridad, puede alcanzar la unión plena con el amor de Dios por su justicia y su misericordia; pues "Cristo murió por todos y la vocación última del hombre es realmente una sola, es decir, la vocación divina. En consecuencia, debemos mantener que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se asocien a este misterio pascual" (cfr. Catecismo n.1260). Siendo conscientes al mismo tiempo, que es dentro de la Iglesia donde se encuentran los medios ordinarios y necesarios para la salvación, para la santidad, para llegar al Cielo.

Textos de san Josemaría para meditar

La santidad es para todos y no sólo para unos cuantos privilegiados: no consiste en realizar unas gestas extraordinarias, sino en cumplir con amor los pequeños deberes de cada día. “¿Quieres de verdad ser santo? Cumple el pequeño deber de cada momento: haz lo que debes y está en lo que haces” (Camino n. 815). Y añade san Josemaría en el punto 817: “La santidad "grande" está en cumplir los "deberes pequeños" de cada instante”.

“Fíjate bien: hay muchos hombres y mujeres en el mundo, y ni a uno solo de ellos deja de llamar el Maestro. Les llama a una vida cristiana, a una vida de santidad, a una vida de elección, a una vida eterna” (Forja n 13).

“Quizá alguno de vosotros piense que me estoy refiriendo exclusivamente a un sector de personas selectas. No os engañéis tan fácilmente, movidos por la cobardía o por la comodidad. Sentid, en cambio, la urgencia divina de ser cada uno otro Cristo, ipseChristus, el mismo Cristo; en pocas palabras, la urgencia de que nuestra conducta discurra coherente con las normas de la fe, pues no es la nuestra —ésa que hemos de pretender— una santidad de segunda categoría, que no existe. Y el principal requisito que se nos pide —bien conforme a nuestra naturaleza—, consiste en amar: la caridad es el vínculo de la perfección; caridad, que debemos practicar de acuerdo con los mandatos explícitos que el mismo Señor establece: amarás al Señor Dios tuyo con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, sin reservarnos nada. En esto consiste la santidad” (Amigos de Dios, 6).

3. ¿Cómo ser santo?

Para ser santo es necesario acoger libre y humildemente la gracia de Dios y cooperar con nuestros esfuerzos para dejarnos transformar por Él. No se trata de hacer todo bien, de ser perfecto, alcanzar una meta o unos valores determinados; sino de luchar por vivir cada día más unidos a Dios, de que toda nuestra actividad, nuestros pensamientos, nuestros deseos se ordenen a la caridad que Jesús nos enseñó: «Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo» (Mt 22, 37).

Este mandamiento resume la santidad cristiana, y los medios ordinarios para alcanzarla los encontramos en la Iglesia, “en donde está depositada la plenitud total de los medios de salvación. Es en ella donde conseguimos la santidad por la gracia de Dios” (Catecismo n.824), que nos viene dada por la Palabra y los sacramentos.

“Todo fiel debe escuchar de buena gana la palabra de Dios y poner por obra su voluntad con la ayuda de la gracia. Participar frecuentemente en los sacramentos, sobre todo en la Eucaristía. Aplicarse asiduamente a la oración, a la abnegación de sí mismo, al solícito servicio de los hermanos y al ejercicio de todas las virtudes. Pues la caridad, como vínculo de perfección y plenitud de la ley, rige todos los medios de santificación, los informa y los conduce a su fin” (Lumen Gentium n.42).

Es decir, Dios nos va guiando para alcanzar la santidad. Seguir Su voluntad, Su camino, requiere de la ayuda de la gracia, ya que el hombre, por sí solo, no puede. Y la gracia se adquiere a través de los sacramentos: el Bautismo, la Eucaristía, la Confirmación, la Confesión… Para vivir el primer mandamiento, el del amor. La vida del fiel cristiano que quiere alcanzar la santidad tendrá como brújula la caridad, el amor sincero hacia Dios y los demás. Este amor, esta caridad se materializa en la oración (el trato con Dios), en vivir las virtudes (buscando servir al prójimo antes que a uno mismo). “De ahí que la caridad para con Dios y para con el prójimo sea el signo distintivo del verdadero discípulo de Cristo” (Lumen Gentium n.42).

Textos de san Josemaría para meditar

“La meta que os propongo —mejor, la que nos señala Dios a todos— no es un espejismo o un ideal inalcanzable: podría relataros tantos ejemplos concretos de mujeres y hombres de la calle, como vosotros y como yo, que han encontrado a Jesús que pasa quasi in occulto por las encrucijadas aparentemente más vulgares, y se han decidido a seguirle, abrazados con amor a la cruz de cada día” (Amigos de Dios, 4).

“¡Ánimo! Tú... puedes. —¿Ves lo que hizo la gracia de Dios con aquel Pedro dormilón, negador y cobarde..., con aquel Pablo perseguidor, odiador y pertinaz?” (Camino, 483).

4. ¿Quiénes son los santos en la Iglesia?

El santo en la Iglesia es testimonio del amor de Dios en el mundo, y por ello es un impulso transformador para la sociedad.

“Al canonizar a ciertos fieles, es decir, al proclamar solemnemente que esos fieles han practicado heroicamente las virtudes y han vivido en la fidelidad a la gracia de Dios, la Iglesia reconoce el poder del Espíritu de santidad, que está en ella, y sostiene la esperanza de los fieles proponiendo a los santos como modelos e intercesores. Los santos y las santas han sido siempre fuente y origen de renovación en las circunstancias más difíciles de la historia de la Iglesia” (Catecismo n.828).

La Iglesia, a lo largo de los siglos, ha ofrecido para la imitación de los fieles, la veneración y la invocación, a algunos hombres y mujeres, insignes por el esplendor de la caridad y de todas las otras virtudes evangélicas.

Textos de san Josemaría para meditar

“Los santos no han sido seres deformes; casos para que los estudie un médico modernista. Fueron, son normales: de carne, como la tuya. —Y vencieron” (Camino, 133).

“El Señor nos reclama tal como somos, para que participemos de su vida, para que luchemos por ser santos. La santidad: ¡cuántas veces pronunciamos esa palabra como si fuera un sonido vacío! Para muchos es incluso un ideal inasequible, un tópico de la ascética, pero no un fin concreto, una realidad viva. No pensaban de este modo los primeros cristianos, que usaban el nombre de santos para llamarse entre sí, con toda naturalidad y con gran frecuencia: os saludan todos los santos, salud a todo santo en Cristo Jesús” (Es Cristo que pasa, 96).

“Te pasmaba que aprobara la falta de "uniformidad" en ese apostolado donde tú trabajas. Y te dije: Unidad y variedad. —Habéis de ser tan varios, como variados son los santos del cielo, que cada uno tiene sus notas personales especialísimas. —Y, también, tan conformes unos con otros como los santos, que no serían santos si cada uno de ellos no se hubiera identificado con Cristo” (Camino 947).

Tomado de: https://opusdei.org/es-pe/article/que-es-ser-santo/

Santa Rosa de Lima

Santa Rosa de Lima

(Isabel Flores de Oliva; Lima, 1586 - 1617) Religiosa peruana de la orden de los dominicos que fue la primera santa de América. Tras haber dado signos de una intensa precocidad espiritual, a los veinte años tomó el hábito de terciaria dominica, y consagró su vida a la atención de los enfermos y niños y a las prácticas ascéticas, extendiéndose pronto la fama de su santidad.


Santa Rosa de Lima (óleo de Murillo, c. 1670)

Venerada ya en vida por sus visiones místicas y por los milagros que se le atribuyeron, en poco más de medio siglo fue canonizada por la Iglesia católica, que la declaró patrona de Lima y Perú, y poco después de América, Filipinas e Indias Orientales.

Biografía

Santa Rosa de Lima nació el 20 de abril de 1586 en la vecindad del hospital del Espíritu Santo de la ciudad de Lima, entonces capital del virreinato del Perú. Era hija de Gaspar Flores (un arcabucero de la guardia virreinal natural de San Juan de Puerto Rico) y de la limeña María de Oliva, que en el curso de su matrimonio dio a su marido otros doce hijos. Recibió bautismo en la parroquia de San Sebastián de Lima, siendo sus padrinos Hernando de Valdés y María Orozco.

En compañía de sus numerosos hermanos, la niña Rosa se trasladó al pueblo serrano de Quives (localidad andina de la cuenca del Chillón, cercana a Lima) cuando su padre asumió el empleo de administrador de un obraje donde se refinaba mineral de plata. Las biografías de Santa Rosa de Lima han retenido vivamente el hecho de que en Quives, que era doctrina de frailes mercedarios, la futura santa recibió en 1597 el sacramento de la confirmación de manos del arzobispo de Lima, Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo, quien efectuaba una visita pastoral en la jurisdicción.

Aunque había sido bautizada como Isabel Flores de Oliva, en la confirmación recibió el nombre de Rosa, apelativo que sus familiares empleaban prácticamente desde su nacimiento por su belleza y por una visión que tuvo su madre, en la que el rostro de la niña se convirtió en una rosa. Santa Rosa asumiría definitivamente tal nombre más tarde, cuando entendió que era "rosa del jardín de Cristo" y adoptó la denominación religiosa de Rosa de Santa María.

Ocupándose de la "etapa oscura" en la biografía de Santa Rosa de Lima, que corresponde precisamente a sus años de infancia y primera adolescencia en Quives, Luis Millones ha procurado arrojar nueva luz mediante la interpretación de algunos sueños que recogen los biógrafos de la santa. Opina Millones que ésa pudo ser la etapa más importante para la formación de su personalidad, no obstante el hecho de que los autores han preferido hacer abstracción del entorno económico y de las experiencias culturales que condicionaron la vida de la familia Flores-Oliva en la sierra, en un asiento minero vinculado al meollo de la producción colonial. Probablemente esa vivencia (la visión cotidiana de los sufrimientos que padecían los trabajadores indios) pudo ser la que dio a Rosa la preocupación por remediar las enfermedades y miserias de quienes creerían luego en su virtud.

En Lima

Ya desde su infancia se había manifestado en la futura santa su vocación religiosa y una singular elevación espiritual. Había aprendido música, canto y poesía de la mano de su madre, que se dedicaba a instruir a las hijas de la nobleza. Se afirma que estaba bien dotada para las labores de costura, con las cuales ayudaría a sostener el presupuesto familiar. Con el regreso de la familia a la capital peruana, pronto destacaría por su abnegada entrega a los demás y por sus extraordinarios dones místicos.

Por aquel entonces, Lima vivía un ambiente de efervescencia religiosa al que no fue ajeno Santa Rosa: era una época en que abundaban las atribuciones de milagros, curaciones y todo tipo de maravillas por parte de una población que ponía gran énfasis en las virtudes y el ideal de vida cristiano. Alrededor de sesenta personas fallecieron en "olor de santidad" en la capital peruana entre finales del siglo XVI y mediados del XVIII. Ello originó una larga serie de biografías de santos, beatos y siervos de Dios, obras muy parecidas en su contenido, regidas por las mismas estructuras formales y por análogas categorías de pensamiento.


Santa Rosa de Lima (detalle de un óleo de Claudio Coello, 1683)

En la adolescencia, Santa Rosa se sintió atraída con singular fuerza por el modelo de la dominica Santa Catalina de Siena (mística toscana del siglo XIV); siguiendo su ejemplo, se despojó de su atractiva cabellera e hizo voto de castidad perpetua, contrariando los planes de su padres, cuya idea era casarla. Tras mucha insistencia, los padres desistieron de sus propósitos y le permitieron seguir su vida espiritual. Quiso ingresar en la orden dominica, pero al no haber ningún convento de la orden en la ciudad, en 1606 tomó el hábito de terciaria dominica en la iglesia limeña de Santo Domingo.

Nunca llegaría a recluirse en un convento; Rosa siguió viviendo con sus familiares, ayudando en las tareas de la casa y preocupándose por las personas necesitadas. Bien pronto tuvo gran fama por sus virtudes, que explayó a lo largo de una vida dedicada a la educación cristiana de los niños y al cuidado de los enfermos; llegó a instalar cerca de su casa un hospital para poder asistirlos mejor. En estos menesteres ayudó al parecer a un fraile mulato que, como ella, estaba destinado a ser elevado a los altares: San Martín de Porres.

Fueron muy contadas las personas con quienes Rosa llegó a tener alguna intimidad. En su círculo más estrecho se hallaban mujeres virtuosas como doña Luisa Melgarejo y su grupo de "beatas", junto con amigos de la casa paterna y allegados al hogar del contador Gonzalo de la Maza. Los confesores de Santa Rosa de Lima fueron mayormente sacerdotes de la congregación dominica. También tuvo trato espiritual con religiosos de la Compañía de Jesús. Es asimismo importante el contacto que desarrolló con el doctor Juan del Castillo, médico extremeño muy versado en asuntos de espiritualidad, con quien compartió las más secretas minucias de su relación con Dios. Dichos consejeros espirituales ejercieron profunda influencia sobre Rosa.

No sorprende desde luego que su madre, María de Oliva, abominase de la cohorte de sacerdotes que rodeaban a su piadosa hija, porque estaba segura de que los rigores ascéticos que ella misma se imponía eran "por ser de este parecer, ignorante credulidad y juicio de algunos confesores", según recuerda un contemporáneo. La conducta estereotipada de Santa Rosa de Lima se hace más evidente aún cuando se repara en que, por orden de sus confesores, anotó las diversas mercedes que había recibido del Cielo, componiendo así el panel titulado Escala espiritual. No se conoce mucho acerca de las lecturas de Santa Rosa, aunque es sabido que encontró inspiración en las obras teológicas de Fray Luis de Granada.

Últimos años

Hacia 1615, y con la ayuda de su hermano favorito, Hernando Flores de Herrera, construyó una pequeña celda o ermita en el jardín de la casa de sus padres. Allí, en un espacio de poco más de dos metros cuadrados (que todavía hoy es posible apreciar), Santa Rosa de Lima se recogía con fruición a orar y a hacer penitencia, practicando un severísimo ascetismo, con corona de espinas bajo el velo, cabellos clavados a la pared para no quedarse dormida, hiel como bebida, ayunos rigurosos y disciplinas constantes.


Los desposorios místicos de Santa Rosa de Lima (1691), de Nicolás Correa

Sus biógrafos cuentan que sus experiencias místicas y estados de éxtasis eran muy frecuentes. Según parece, semanalmente experimentaba un éxtasis parecido al de Santa Catalina de Ricci, su coetánea y hermana de hábito; se dice que cada jueves por la mañana se encerraba en su oratorio y no volvía en sí hasta el sábado por la mañana. Se le atribuyeron asimismo varios dones, como el de la profecía (según la tradición, profetizó su muerte un año antes); la leyenda sostiene que incluso salvó a la capital peruana de una incursión de los piratas.

Santa Rosa de Lima sufrió en ese tiempo la incomprensión de familiares y amigos y padeció etapas de hondo vacío, pero todo ello fructificó en una intensa experiencia espiritual, llena de éxtasis y prodigios, como la comunicación con plantas y animales, sin perder jamás la alegría de su espíritu (aficionado a componer canciones de amor con simbolismo místico) y la belleza de su rostro. Llegó así a alcanzar el grado más alto de la escala mística, el matrimonio espiritual: la tradición cuenta que, en la iglesia de Santo Domingo, vio a Jesucristo, y éste le pidió que fuera su esposa. El 26 de marzo de 1617 se celebró en la iglesia de Santo Domingo de Lima su místico desposorio con Cristo, siendo Fray Alonso Velásquez (uno de sus confesores) quien puso en sus dedos el anillo simbólico en señal de unión perpetua.

Con todo acierto, Rosa había predicho que su vida terminaría en la casa de su bienhechor y confidente Gonzalo de la Maza (contador del tribunal de la Santa Cruzada), en la que residió en estos últimos años. Pocos meses después de aquel místico desposorio, Santa Rosa de Lima cayó gravemente enferma y quedó afectada por una aguda hemiplejía. Doña María de Uzátegui, la madrileña esposa del contador, la admiraba; antes de morir, Santa Rosa solicitó que fuese ella quien la amortajase. En torno a su lecho de agonía se hallaba el matrimonio de la Maza-Uzátegui con sus dos hijas, doña Micaela y doña Andrea, y una de sus discípulas más próximas, Luisa Daza, a quien Santa Rosa de Lima pidió que entonase una canción con acompañamiento de vihuela. La virgen limeña entregó así su alma a Dios, el 24 de agosto de 1617, en las primeras horas de la madrugada; tenía sólo 31 años.

 

 

El mismo día de su muerte, por la tarde, se efectuó el traslado del cadáver de Santa Rosa al convento grande de los dominicos, llamado de Nuestra Señora del Rosario. Sus exequias fueron imponentes por su resonancia entre la población capitalina. Una abigarrada muchedumbre colmó las calzadas, balcones y azoteas en las nueve cuadras que separaban la calle del Capón (donde se encontraba la residencia de Gonzalo de la Maza) de dicho templo. Al día siguiente, 25 de agosto, hubo una misa de cuerpo presente oficiada por don Pedro de Valencia, obispo electo de La Paz, y luego se procedió sigilosamente a enterrar los restos de la santa en una sala del convento, sin toque de campanas ni ceremonia alguna, para evitar la aglomeración de fieles y curiosos.

El proceso que condujo a la beatificación y canonización de Rosa de Lima empezó casi de inmediato, con la información de testigos promovida en 1617-1618 por el arzobispo de Lima, Bartolomé Lobo Guerrero. Tras cinco décadas de procedimiento, el papa Clemente IX la beatificó en 1668, y un año después la declaró patrona de Lima y de Perú. Su sucesor, Clemente X, la canonizó en 1671; un año antes la había declarado además patrona principal de América, Filipinas y las Indias Orientales. La festividad de Santa Rosa de Lima se celebra el 30 de agosto en la mayor parte de los países, pese a que el Concilio Vaticano II la trasladó al 23 de agosto.

Cómo citar este artículo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Santa Rosa de Lima». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rosa_de_lima.htm [fecha de acceso: 31 de agosto de 2022].

Tomado de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rosa_de_lima.htm

RESUMEN ENCÍCLICA LAUDATO SÍ

CAPÍTULO 1: «LO QUE ESTÁ PASANDO EN NUESTRA CASA»

"Laudato Si'", reflexiona acerca del calentamiento global.

El primer capítulo de "Laudato Si'" introduce acerca del calentamiento global, la contaminación, el cambio climátio, el agua y la pérdida de biodiversidad. Así como de la decadencia social y la inequidad planetaria.

El capítulo primero de "Laudato Si'" asume los descubrimientos científicos más recientes en materia ambiental como manera de escuchar el clamor de la creación, para "convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar". Se acometen así "varios aspectos de la actual crisis ecológica".

Sobre el cambio climático menciona: "El calentamiento global es un problema con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad". Si "el clima es un bien común, de todos y para todos", el impacto más grave de su alteración recae en los más pobres, pero muchos de los que "tienen más recursos y poder económico o político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del calentamiento". "La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil".

Sobre la cuestión del agua, el Papa afirma que "el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal, porque determina la supervivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos." Privar a los pobres del acceso al agua significa negarles "el derecho a la vida".

También alude a la pérdida de biodiversidad: "Cada año desaparecen miles de especies vegetales y animales que ya no podremos conocer, que nuestros hijos ya no podrán ver, pérdidas para siempre". No son sólo eventuales "recursos" explotables, sino que tienen un valor en sí mismas. En esta perspectiva "son loables y a veces admirables los esfuerzos de científicos y técnicos que tratan de aportar soluciones a los problemas creados por el ser humano", pero esa intervención humana, cuando se pone al servicio de las finanzas y el consumismo, "hace que la tierra en que vivimos se vuelva menos rica y bella, cada vez más limitada y gris”.

La deuda ecológica: en el marco de una ética de las relaciones internacionales, la encíclica indica que existe "una auténtica deuda ecológica", sobre todo del Norte en relación con el Sur del mundo. Frente al cambio climático hay "distintas responsabilidades", y son mayores las de los países desarrollados.

Conociendo las profundas divergencias que existen respecto a estas problemáticas, el papa Francisco se muestra profundamente impresionado por la "debilidad de las reacciones" frente a los dramas de tantas personas y poblaciones. Señala "un cierto adormecimiento y una alegre irresponsabilidad".

CAPÍTULO 2: «EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN»

"Laudato Si'" habla de la armonía del prójimo y la tierra

En este segundo capítulo, la encíclica nos aproxima a la sabiduría de los relatos bíblicos y la necesidad de vivir en armonía con todos los seres del planeta. Por otra parte, de la necesidad de prestar atención al destino del mundo y de la naturaleza.

En este capítulo, el papa Francisco menciona la "tremenda responsabilidad" del ser humano respecto a la creación, el lazo íntimo que existe entre todas las criaturas, y el hecho de que "el ambiente es un bien colectivo, patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos".

En la Biblia, "el Dios que libera y salva es el mismo que ha creado el universo", y "en él se conjugan amor y poder".

Se hace necesario estar en armonía con todos los seres de la tierra, así como prestar atención al futuro que se nos avecina, teniendo en cuenta también a la naturaleza.

El relato de la creación es central para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y las demás criaturas, y sobre cómo el pecado rompe el equilibrio de toda la creación en su conjunto.

"Estas narraciones sugieren que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra".

CAPÍTULO 3: «LA RAÍZ HUMANA DE LA CRISIS ECOLÓGICA»

"Laudato Si'" habla sobre la crisis ecológica y la globalización.

En este tercer capítulo, "Laudato Si'" habla sobre la tecología y el poder, así como de la globalización del paradigma tecnológico. Por otra parte, menciona la crisis ecológica planetaria y sus consecuencias.

Este capítulo de "Laudato Si'" presenta un análisis de la situación actual "para comprender no sólo los síntomas sino también las causas más profundas", en un diálogo con la filosofía y las ciencias humanas.

Un primer fundamento del capítulo son las reflexiones sobre la tecnología: se le reconoce su contribución al mejoramiento de las condiciones de vida, aunque también "dan a quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo, un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero".

En la raíz de todo ello puede diagnosticarse en la época moderna un exceso de antropocentrismo: el ser humano ya no reconoce su posición justa respecto al mundo, y asume una postura centrada exclusivamente en sí mismo y su poder.

Es la lógica que conduce a la explotación infantil, el abandono de los ancianos, a reducir a otros a la esclavitud, a sobrevalorar las capacidades del mercado para autorregularse, a practicar la trata de seres humanos, el comercio de pieles de animales en vías de extinción, y de "diamantes ensangrentados". Es la misma lógica de muchas mafias, de los traficantes de órganos, del narcotráfico y del descarte de los niños que no se adaptan a los proyectos de los padres.

A esta luz, la encíclica afronta dos problemas cruciales para el mundo de hoy.  "En cualquier planteamiento sobre una ecología integral, que no excluya al ser humano, es indispensable incorporar el valor del trabajo", pues "dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad."

La segunda se refiere a los límites del progreso científico, con clara referencia a los OGM, que son "una cuestión ambiental de carácter complejo". Si bien "en algunas regiones su utilización ha provocado un crecimiento económico que ayudó a resolver problemas, hay dificultades importantes que no deben ser relativizadas, por ejemplo "una concentración de tierras productivas en manos de pocos".

De ello deriva una lógica "usar y tirar" que justifica todo tipo de descarte, sea éste humano o ambiental, que trata al otro y a la naturaleza como un simple objeto y conduce a una infinidad de formas de dominio.

El papa Francisco piensa en particular en los pequeños productores y en los trabajadores del campo, en la biodiversidad, en la red de ecosistemas. Es por ello necesaria "una discusión científica y social que sea responsable y amplia, capaz de considerar toda la información disponible y de llamar a las cosas por su nombre", a partir de "líneas de investigación libre e interdisciplinaria".

CAPÍTULO 4: «UNA ECOLOGÍA INTEGRAL»

"Laudato Si'" habla sobre la ecología humana

En este capítulo, el Papa habla sobre la ecología humana, ambiental económica social y cultural, es decir, integral. Por otra parte, también sobre la vida cotidiana y el principio del bien común como lo contrario a la individualidad social que impera. 

El núcleo de la propuesta de la encíclica es una ecología integral como nuevo paradigma de justicia, una ecología que "incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea". De hecho no podemos "entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida". Esto vale para todo lo que vivimos en distintos campos: en la economía y en la política, en las distintas culturas, en especial las más amenazadas, e incluso en todo momento de nuestra vida cotidiana.

La perspectiva integral incorpora también una ecología de las instituciones. "Si todo está relacionado, también la salud de las instituciones de una sociedad tiene consecuencias en el ambiente y en la calidad de vida humana: "Cualquier menoscabo de la solidaridad y del civismo produce daños ambientales".

Con muchos ejemplos concretos el papa Francisco ilustra su pensamiento: que hay un vínculo entre los asuntos ambientales y cuestiones sociales humanas, y que ese vínculo no puede romperse. Así pues, el análisis de los problemas ambientales es inseparable del análisis de los contextos humanos, familiares, laborales, urbanos, y de la relación de cada persona consigo misma, porque "no hay dos crisis separadas, una ambiental y la otra social, sino una única y compleja crisis socioambiental".

Esta ecología ambiental "es inseparable de la noción del bien común", que debe comprenderse de manera concreta: en el contexto de hoy en el que "donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas descartables, privadas de derechos humanos básicos", esforzarse por el bien común significa hacer opciones solidarias sobre la base de una "opción preferencial por los más pobres". Este es el mejor modo de dejar un mundo sostenible a las próximas generaciones, no con las palabras, sino por medio de un compromiso de atención hacia los pobres de hoy como había subrayado Benedicto XVI: "además de la leal solidaridad intergeneracional, se ha de reiterar la urgente necesidad moral de una renovada solidaridad intrageneracional".

La ecología integral implica también la vida cotidiana, a la cual la encíclica dedica una especial atención, en particular en el ambiente urbano.

El ser humano tiene una enorme capacidad de adaptación y "es admirable la creatividad y la generosidad de personas y grupos que son capaces de revertir los límites del ambiente, aprendiendo a orientar su vida en medio del desorden y la precariedad".

CAPÍTULO 5: «ALGUNAS LÍNEAS ORIENTATIVAS Y DE ACCIÓN»

"Laudato Si'" habla sobre la política internacional

Este  capítulo habla sobre el ambiente de la política internacional, así como de la necesidad de diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales, con el objetivo de favorecer debates honestos. La política y la economía deben dialogar para alcanzar acuerdos. 

Este capítulo de "Laudato Si'" afronta la pregunta sobre qué podemos y debemos hacer. Los análisis no bastan: se requieren propuestas "de diálogo y de acción que involucren a cada uno de nosotros y a la política internacional" y "que nos ayuden a salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo".

Para el papa Francisco es imprescindible que la construcción de caminos concretos no se afronte de manera ideológica, superficial :"Hay discusiones sobre cuestiones relacionadas con el ambiente, donde es difícil alcanzar consensos. La Iglesia no pretende definir las cuestiones científicas ni sustituir a la política, pero invito a un debate honesto y transparente, para que las necesidades particulares o las ideologías no afecten al bien común".

Sobre esta base el papa Francisco no teme formular un juicio severo sobre las dinámicas internacionales recientes.

Y se pregunta "¿por qué se quiere mantener hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo? "necesitamos un acuerdo sobre los regímenes de gobernanza global para toda la gama de los llamados "bienes comunes globales", dado que 'la protección ambiental no puede asegurarse sólo sobre la base del cálculo financiero de costos y beneficios.

Aun en este capítulo, el papa Francisco insiste sobre el desarrollo de procesos decisionales honestos y transparentes, para poder "discernir" las políticas e iniciativas empresariales que conducen a un "auténtico desarrollo integral".

Las Cumbres mundiales sobre el ambiente de los últimos años no respondieron a las expectativas porque, por falta de decisión política, no alcanzaron acuerdos ambientales globales realmente significativos y eficaces.

En particular, el estudio del impacto ambiental de un nuevo proyecto "requiere procesos políticos transparentes y sujetos al diálogo, mientras la corrupción que esconde el verdadero impacto ambiental de un proyecto a cambio de favores suele llevar a acuerdos espurios que evitan informar y debatir ampliamente".

 CAPÍTULO 6 - «EDUCACIÓN Y ESPIRITUALIDAD ECOLÓGICA»

 "Laudato Si'" apuesta por la educación en ecología

 El capítulo sexto apuesta por otro estilo de vida, especialmente enfocado a la educación en ecología, la alianza entre humanidad y medioambiente. Reflexionar sobre ecología es un primer paso, así como la modificación de hábitos en la vida cotidiana.

El capítulo final va al núcleo de la conversión ecológica a la que nos invita la encíclica. La raíz de la crisis cultural es profunda y no es fácil rediseñar hábitos y comportamientos. La educación y la formación siguen siendo desafíos básicos: "todo cambio requiere motivación y un camino educativo".

 

El punto de partida es "apostar por otro estilo de vida", que abra la posibilidad de "ejercer una sana presión sobre quienes detentan el poder político, económico y social". Es lo que sucede cuando las opciones de los consumidores logran "modificar el comportamiento de las empresas, forzándolas a considerar el impacto ambiental y los modelos de producción".

No se puede subestimar la importancia de cursos de educación ambiental capaces de cambiar los gestos y hábitos cotidianos, desde la reducción en el consumo de agua a la separación de residuos o el "apagar las luces innecesarias". "Una ecología integral también está hecha de simples gestos cotidianos donde rompemos la lógica de la violencia, del aprovechamiento, del egoísmo."

 Deben involucrarse los ambientes educativos, el primero "la escuela, la familia, los medios de comunicación".

 "La sobriedad, que se vive con libertad y conciencia, es liberadora", así como "la felicidad requiere saber limitar algunas necesidades que nos atontan, quedando así disponibles para las múltiples posibilidades que ofrece la vida."

 

POR UNA IGLESIA SINODAL: FASE CONTINETAL

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