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EDUCACIÓN RELIGIOSA CATÓLICA

LA INSPIRACIÓN MARISTA

LA  INSPIRACIÓN MARISTA

 Nuestro Proyecto educativo armoniza fe, cultura y vida, inspirados en el Padre Colin (fundador de la Sociedad de María - Padres Maristas). Nuestra Institución al ser de inspiración marista propone desarrollar equilibradamente a los educandos en su dimensión comunitaria y social, formando valores humanos, cristianos y maristas. Como colegio católico nos sentimos enraizados profundamente en la realidad social y eclesial que vivimos, colaborando en el crecimiento armónico de cada uno de nuestros alumnos para formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos. Es indispensable que cada miembro de la comunidad educativa conozca el ideario y que a partir de él procure su caminar junto con los demás miembros en la dirección de los ideales educativos señalados.

María, es la inspiradora de la vida de nuestra institución, Nacida en el seno de la Sociedad de María (Padres Maristas), de ella hemos heredado nuestro carisma.

 EL CARISMA:

 Carisma, según san Pablo, es la gracia extraordinaria que concede el Espíritu Santo.

El carisma Marista es la gracia extraordinaria que para nosotros, instaura un modo propio de seguir a Cristo, con una espiritualidad y un espíritu, el espíritu de María, para ejercer nuestra misión en la Iglesia y en la Sociedad.

El carisma Marista encierra la razón de ser nuestra institución, esto es, de su por qué y para qué.

El carisma posee los factores de nuestra identidad institucional.

EL MONOGRAMA DE MARÍA:

 SÍMBOLO DE LA TITULARIDAD DE MARÍA

 "A.M.D.G et D.G.H"

El Monograma de María es un poderoso símbolo del espíritu y el propósito de los miembros de nuestra Comunidad Marista y Chanelista, heredado de la Sociedad de María (Padres Maristas).

Alude a la persona. y el nombre de María que tiene una significativa referencia a la Madre de Dios: La referencia marista principal es el Monograma de María que ocupa un lugar preeminente en el escudo.

La expresión, Sub Nomine Mariae, se traduce “Bajo el nombre de María”, y significa que el Marista y nuestra institución se ponen bajo la protección y la guía de María, la Madre de Dios.

Las siglas "A.M.D.G et D.G.H" son una abreviatura de la frase latina "Ad Maiorem Dei Gloriam et Dei Genetricis Honorem, que se traduce A mayor gloria de Dios y honor de la Madre de Dios."

 En la franja superior de color celeste hay una estrella en el horizonte con seis puntas que sugiere un título mariano utilizado en las letanías: "Estrella del Mar", que junto con la rama de laurel simboliza la Victoria de la Virgen sobre el mal.

 En este emblema marista tienen un gran juego simbólico, junto con el monograma de María, el color celeste es el color de la Virgen; la M y la A son el monograma propio del nombre de María, la coronación con las doce estrellas aluden al texto del Apocalipsis 12,01: "Un gran portento apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".  Esta es una visión apocalíptica vinculada a los tiempos finales, en un contexto marista que trae a la mente del Venerable Padre Colín las frecuentes referencias a la revelación de la Virgen: "La Santísima Virgen ha dicho: ’Yo he sido el apoyo de la Iglesia naciente y lo seré al final de los tiempos. Mi seno será abierto a todos los que entraban allí”.1

 

El lirio, evoca la Anunciación de Nazaret y la concepción de Jesús, que junto con el lirio hacen referencia a los versos del Cantar de los Cantares "Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles " (Cant. 2, 1).

A los Maristas, se nos invita a:

+ trabajar “ a la manera de María”,

+ acoger todo sin pretender comprenderlo todo,

+acoger todo, excepto lo que impide crecer,

+ guardar los interrogantes para hacer de ellos asideros de esperanza y no simplemente problemas,

+ no retener del pasado más que lo que ha dado fruto,

+  aceptar lo que hay, no querer para el futuro más que lo que Dios desea para cada       uno,

+  estar presentes, pero no omnipresentes,

+ mantener con los alumnos la paciencia  y la espera del agricultor.

+  aceptar que “todo se haga” según la voluntad de Dios.

 

 LA INSIGNIA CHANELISTA 

 La Historia del Colegio Parroquial Mixto “San Pedro Chanel” comienza el 19 julio de 1957, cuando establecida la Sociedad de María (Padres Maristas) en la provincia de Sullana, el Padre Marista, Bonifacio Gallego Pérez, s,m., con su sencillez característica, pero con un fuerte anhelo de impulsar en el mundo la manera de como entendía el Padre Colin (fundador de la Sociedad de María) la Iglesia, en la que la presencia y la acción de María son decisivas, teniendo una “visión mariana de la Iglesia”;(idea recogida en las Constituciones Maristas (nº 92) en un párrafo del Capítulo General de 1985 dice: “Los maristas están llamados, por encima de todo, a hacer suya una visión mariana de la Iglesia.”)2.

En la insignia de nuestra institución están reflejados el amor a la patria y el trabajo que realizamos en la Iglesia y en el mundo bajo el nombre de María.

En el centro sobre la bandera está el escudo marista, símbolo de la titularidad de María como Reyna de nuestra casa de estudios y de la manera de como el marista y chanelista debe actuar como ella.

En el fondo de la insignia esta la bandera del Perú con sus colores rojo y blanco; el roja porque simboliza la sangre generosa de nuestros héroes y mártires; mientras que el blanco de su franja central representa la pureza de sentimientos, la libertad, la justicia social y la paz.

Nuestros alumnos en las actividades cívico-patrióticas rinden homenaje a nuestros símbolos patrios y en el cambio de mando cambio de mando realizan el juramento de conservarlos con honor.

PEDRO CHANEL, TESTIGO DE DIOS

 

San Pedro Chanel

 

PEDRO CHANEL, TESTIGO DE DIOS

Algunos apuntes para conocer al protomártir de Oceanía

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 Pedro Chanel nació el 12 de Julio de 1803 en Montrevel, una aldea desconocida del departamento de Ain, al norte de la ciudad de Lyon (Francia).  Es el segundo hermano de una familia de cuatro hijos.  Los padres son campesinos que se ganan la vida cultivando los campos y cuidando unos pocos animales domésticos.  Pedro, desde bien pequeño aprende a salir al campo con las ovejas.

 

2.    De detrás de las ovejas le saca la penetrante mirada del P. Trompier, cura de Cras, que ve en él un posible candidato al sacerdocio.  Y así fue.  Antes de incorporarse al Seminario Mayor de Bourg hace sus primeros estudios con el cura de su pueblo.

       Estamos en una época, en la que muy pocos chicos se podían permitir el lujo de asistir regularmente a una escuela

 

3.    Pedro Chanel tuvo también  sus momentos bajos:

       Un día se Encuentra agobiado por los estudios y por los problemas de la edad... Tan mal lo estaba pasando que decide abandonar los libros.  “Ya está.- Se dice- Seré campesino o pastor como lo han sido mis abuelos y lo son mis padres... Yo no valgo para estudiar... Así que será mejor que no pierda el tiempo...”

       Recoge todas sus cosas; hace con ellas un hatillo, se lo echa al hombro y se dirige calle abajo a la casa de sus padres.

       Pero, he aquí,  que cerca de la Iglesia se encuentra con una mujer que le conocía muy bien.

 

  • ¿ Dónde vas Pedro, a estas horas ? Parece que estás muy triste.
  • ¿ Qué te pasa ?  Pedro, aunque quiso, no pudo ocultar la verdad de lo que sentía.
  • Lo dejo todo.  No sirvo para estudiar.  No quiero continuar.
    • La señora se le acercó y con mucha confianza la preguntó :
    • Pero, hombre...¿ Te lo has pensado bien? ¿ Se los has dicho al Sr. Cura ? ¿  Lo has consultado con la Virgen María?
    • Pedro se quedó cortado.  No se esperaba aquello.  Agachó la cabeza y entró en la Iglesia; se arrodilló a los pies de la Virgen y permaneció un buen rato con la cabeza entre las manos. La señora estaba aguardando en la plaza.
    • ¿ Qué te ha dicho la Virgen  María ? Pedro respondió con un hilillo de voz:
    • Me quedo.

4.    Pedro fue sacerdote.  Después de unos años  en el seminario Mayor de Bourg cantaba Misa a los 24 años.

       Pocos días más tarde tomaba el camino de Amberieu, su nueva Parroquia, donde tenía el cargo de coadjutor.

5.    Pedro es un cura sencillo y piadoso, que entusiasma a la gente: a los mayores, a los jóvenes y a los niños.  La comunidad parroquial vive con alegría y paz las fiestas del calendario cristiano y celebra con regocijo los pequeños acontecimientos de la vida campesina.  Pedro tiene el arte de despertar el gusto y el entusiasmo de la buena gente por las cosas de Dios.  Además es servicial; por eso es querido y apreciado por todos.

6.    Pero él no ha nacido para ser cura de su pueblo.  Su ilusión es ser misionero.  Sueña con las misiones.  Por entonces conoce a los MARISTAS.  Le gusta el proyecto: Construir una iglesia con rostro mariano; ser presencia de María en la Iglesia y en la sociedad, ser los brazos, los pies y el corazón con los que María continúe aliviando el dolor de los hombres.  A Pedro le gusta la idea y se une a ellos  Como grupo,  Los Maristas se ofrecen al Papa para ir donde más falta haga anunciar el Evangelio. Oceanía era ese lugar.

7.    Está contento con el grupo marista.  Pasa unos años como educador y superior en el Colegio de Belley.  Pedro destaca por su cercanía y bondad.  Los alumnos, enseguida le ponen un apodo: “ El buen pastor”.

8.    Llegan noticias de Oceanía.  Las traen los navegantes y aventureros:

       Islas pequeñas.   Millones de islas perdidas en el azul del Pacífico.  Sus habitantes viven en estado muy primitivo...algunos incluso son caníbales.  No conocen  a Dios... El grito de las misiones resuena con fuerza en el pecho de Pedro Chanel.  Hacen falta misioneros. ¿ Quién quiere ir a Oceanía ?

       Pedro responde: “ Aquí estoy Mándame a mí .”

9.    Pedro forma parte de la primera expedición marista que se dirige a Oceanía... La Víspera de la Navidad de 1836 suben a bordo del “Delphine”.  Desde el puerto de L’Havre inician una larga y penosa travesía.

       Es la respuesta a la llamada de las Misiones.  Cuando el ideal tira fuerte, todo lo demás apenas se nota.

10.  A las pocas horas de embarcar   el navío se ve envuelto en una gran borrasca.  Después de varios días a punto de naufragar, la nave maltrecha se ve libre de la tormenta y puede arribar a las Canarias.  Tras varias semanas de descanso forzoso, mientras se reparan averías, los misioneros se hacen de nuevo a la mar.  Pero ahora es la enfermedad la que va a azotar a los esforzados viajeros.  En Santa Cruz de Tenerife había epidemia de peste y varios tripulantes se han contagiado: fiebres, cansancio, dolores y al fin... la muerte.

11.  Pero estos contratiempos  - la tempestad y la peste tienen la virtud de cambiar la disposición y la actitud de la tripulación del “Delphine”.  Los marineros recibieron muy mal a bordo a los misioneros: bromas, chistes, desprecios, insultos,... Las desgracias les han hecho ver que son personas; y personas serviciales y dispuestas a ayudar.  Nace en ellos un acercamiento personal y caen también los prejuicios tendida de Dios que les invitaba a la reconciliación.  Y así lo hicieron.

       Uno de los siete misioneros, el P. Bret perecía víctima  de la peste, y después de un funeral en el puente de la nave, su cadáver, envuelto en una lona, sería entregado a las aguas del océano.  Un amigo menos, dos brazos menos para la tarea misionera.

12.  Después de once meses de navegación azarosa, al fin una mañana de noviembre de 1836 avistan las costas de Futuna:  Es un islote insignificante a miles de kilómetros de la isla más cercana, perdido en la inmensidad del Pacífico.  Pocos habitantes.  Todavía hoy, sólo dos veces al año sus costas son tocadas por un barco de pasajeros.  Así sepultado en vida , lejos de Francia y de toda civilización europea, queda allí el P. Chanel, en compañía del Hno. Nizier, su fiel acompañante.

13.  Un largo año para aprender la lengua de los nativos.  Un año de inactividad cultivando unas pocas plantas en el huerto cercano a la choza.

       Pedro Chanel el  “hombre de buen corazón” - apodado así por los nativos recorre la isla en todas las direcciones, desgranando avemarías por todos los caminos y senderos de Futuna.  Los nativos le recordarán muchos años después de su martirio como aquel hombre bueno que se paseaba por toda la isla con el rosario entre los dedos, la sonrisa permanente en los labios y con un gran deseo de ayudar a todo el mundo.

14.  Primero como amigo e invitado de honor se hospedaba en la tienda del Rey; después construyó su propia choza.  Cuida de los enfermos, reparte su bondad... Desearía hacer tantas cosas, hablar tanto... pero no puede hacer nada.  Sólo rezar, pero reza y mucho.  El prepara el terreno y siembra con su ejemplo.  Ya llegarán otros a recoger la cosecha.

       Los pocos que él bautiza son niños o adultos al borde de la muerte total nada.

15.  Poco a poco, Pedro Chanel observa cómo la gente se le va poniendo en contra, y le miran con que al principio le acogió con amistad y afecto, está ahora decepcionado y le trata con indiferencia y hostilidad; los nativos pueden robar en el huerto y en la casa del misionero, sin que nadie les reprenda.  Entre la gente corre un rumor:  los dioses de la isla no están contentos con la presencia del misionero en Futuna.  Hay temblores de tierra, las cosechas son menos generosas; en la guerra frente a la tribu enemiga, han caído los guerreros más fuertes.... El aire de la isla parece apestado por la presencia del misionero.

16.  “Morirá el blanco” Es la consigna  que se repiten en voz baja los hombres de Futuna.  El blanco tiene que morir porque nos está robando la religión de los padres y la fe de los mayores... nuestros dioses están enfadados y no nos son propicios....

       Sí , “morirá el blanco”.  La conjura está en marcha. Musu-Musu enardece a los menos entusiastas, y llega a convencer al Rey Niuliki.  El día ya está fijado : Será el 28 de Abril.  Lo único que falta es cumplir el plan.  Allá va.

17.  Amanece el 28 de Abril de 1841.  Es por la mañana. Musu-Musu con un grupo de guerreros se acerca a la choza del misionero.   Musu-Musu se adelanta y llama al Padre.

       Me he hecho daño en el pie cogiendo cocos.  Vengo a que me lo cures...

       Mientras el P. Chanel busca el botiquín, los acompañantes de Musu- Musu se adentran en la choza y la saquean.  Vuelve el misionero con la pomada y al ver el desorden de la casa pregunta a Musu-Musu.

       ¿ A qué habéis venido ?

       El guerrero viéndose descubierto grita a los hombres:
_ ¿A que esperáis para matarle?

       Uno de los guerreros empuña un rompecabezas y lo descarga sobre el padre Chanel que desvía el golpe con el brazo.  Cae al suelo con el brazo roto.  Otros guerreros descargan su rompecabezas en la cabeza del padre,  que caído contra la pared de la choza, sangra de la sien... El P. Chanel sin poderse incorporar musita en voz baja: “La muerte es un bien para mí”, “La muerte es un bien para mí”...Los indígenas están - Dejad de robar y rematadle de una vez.

18.  Pero nadie le hace caso.  Entonces Musu- Musu empuña una azuela y la descarga con todas sus fuerzas contra la cabeza del misionero que se desploma y muere en aquel mismo instante.  La herramienta ha penetrado en el cráneo.

            Los guerreros asustados, abandonan lo que han cogido por la casa y huyen despavoridos.

 19.  El misionero blanco ha muerto.  Su obra ha terminado.  La isla retornará a su ritmo de antes...Los dioses volverán ha estar contentos, los indígenas recobrarán la paz perdida... Aquí no habrá pasado nada.

       Pero no falla la lógica.   Al cabo de tres años la isla en masa se ha convertido al cristianismo bautizándose voluntariamente.  El mismo Musu-Musu, habla con veneración y respeto del misionero blanco, del “hombre de buen corazón”.  El lo mató, pero desde el cielo le ha perdonado, y le ha conseguido su conversión.

       ¿ No recordáis la frase que dijo Tertuliano, hace ya muchos años: “La sangre de los mártires es semilla de cristianos”.

 

VALORES DE LA VIDA DE SAN PEDRO CHANEL

PEDRO CHANEL MUERE: LA MUERTE ES UN BIEN PARA MÍ

El 28 de abril de 1841, Musumusu llega a la cabaña de Pedro Chanel y pide ayuda médica. Una vez dentro, sus compañeros saquean la casa y él hiere mortalmente a Pedro Chanel. Sus últimas palabras fueron: “La muerte es un bien para mí”

Pedro Chanel muere asesinado. Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. “(Juan 12,24).

Señor, concédenos seguirte en tu pasión para que nuestras vidas den fruto. Da a los jóvenes el deseo de seguirte en la Sociedad de María.

EL VALOR DE LA SEPARACIÓN

El Rey de Futuna presenta sus últimos respetos al cuerpo de San Pedro Chanel. Sus restos fueron transportados en 1842 a Nueva Zelanda y luego a Sainte Foy. En 1977, regresaron a Futuna, al santuario de Poi.

Durante su vida, San Pedro Chanel experimentó muchas despedidas y separaciones. Primero dejó su pueblo natal, Cuet, después su diócesis de Belley, y luego Francia para ir cada vez más lejos. Señor, danos el coraje de empezar de nuevo en estos tiempos en que la Iglesia y la Sociedad de María están pasando por cambios muy profundos.

Por intercesión de San Pedro Chanel, te pedimos que hagas crecer en nosotros la fe.

EL VALOR DEL INTERCAMBIO

En Futuna, Pedro Chanel no estaba solo. Compartió su vida con el hermano MarieNizier Delorme e intercambió con él sobre los progresos y dificultades de la misión. Cuando tuvo la oportunidad, fue a Wallis a reunirse con sus compañeros. Jesús pasa tiempo hablando con sus discípulos. Les ayuda a entender sus palabras y los acontecimientos pasados. Camino a Emaús relee la Escritura con los discípulos: “Y comenzando por Moisés y todos los Profetas, les interpretó en toda la Escritura lo que estaba escrito sobre él. “(Lucas 24:27). Señor, ayúdanos a entender mejor tu palabra, a compartirla con nuestros hermanos y hermanas.

EL VALOR DE LA OBLACIÓN

Toda la vida de Pedro Chanel es un don. Su deseo de ser misionero ya desde temprana edad, su elección de la vida marista, su partida para la misión de Futuna, hasta su brutal muerte a manos de Musumusu, toda su vida es un don.

Jesús dijo: “No hay mayor amor que el de dar la vida por aquellos que uno ama”.

“Señor, despierta en nosotros el don que hemos hecho de nuestras vidas. La vida religiosa marista es una vida entregada. Que los jóvenes descubran la alegría de tal camino. Pedro Chanel nos abre el camino.

EL VALOR DEL CELO

Pedro Chanel se comprometió con toda su generosidad en su vida de sacerdote, de profesor en el Colegio de Belley y como misionero en Futuna. Siguió adelante a pesar de que las circunstancias no eran nada favorables. Jesús dijo: “Dad y se os dará: una medida completa, apretada, bien llena, rebosante, os verterán en vuestro regazo; porque la medida que uséis para con los demás, la usarán también con vosotros. “(Lucas 6:38).

Señor, danos esta misma generosidad en nuestra misión, en nuestra vida comunitaria o familiar.

EL VALOR DE LA TRABAJO

Pedro Chanel trabajó toda su vida. En Futuna, aprendió laboriosamente el idioma local para poder comunicarse con sus nuevos amigos. El trabajo diario y regular era parte de su vida. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” Concédenos, Señor, realizar nuestro trabajo con paz y a conciencia. Líbranos de toda esclavitud y permite que nuestro trabajo sea para tu servicio.

DESCANSO Y JUEGO

Pedro Chanel, educador en Belley, conocía el valor del juego y del descanso. En el colegio, los recreos eran largos y animados. Durante el viaje de 11 meses que lo llevaría del Havre hasta Futuna, el juego y el descanso formaban parte de la vida cotidiana, aunque no conozcamos los detalles. Jesús dijo: “Venid a un lugar desierto y descansad un poco. “(Marcos 6:31). Concédenos, Señor, el don de saber descansar. Despierta en nosotros un espíritu de infancia y un gusto por el esparcimiento.

EL VALOR DE LA ORACIÓN

El hermano Marista Maria Nizier Delorme nos cuenta como, la víspera de su instalación en Futuna, habían vuelto tarde, después de medianoche, en su barco. Pedro Chanel empezó inmediatamente a rezar el breviario. Su obispo, Mons. Pompallier, le aconsejó encarecidamente que descansara. Pablo escribió a los Tesalonicenses: “Oren  sin descanso, den  gracias en toda circunstancia: esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús. “(1Tes 5:17-18).

Señor, concédenos ser fieles a nuestra oración diaria. Enséñanos la gratitud.

EL VALOR DE LA PIEDAD

Pedro Chanel no tenía miedo de los largos días monótonos. En el barco, en Futuna... ¡Perseveró contra viento y marea! Jesús dijo: “Con tu perseverancia conservarás tu vida” (Lucas 21:19). Concédenos, Señor, como San Pedro Chanel, no desanimarnos en la adversidad. Danos la fuerza de tu Espíritu para vivir nuestro compromiso de seguirte cada día.

TOMADO DE: http://www.maristeurope.eu/ 

 

PROPUESTAS DE TRABAJOS PARA LOS ALUMNOS

1.       DIBUJO LIBRE: Algunos momentos en la vida de san Pedro Chanel.

2.       VIÑETAS: La vida de san Pedro Chanel. ( Pueden servir los números de este guión, para hacer un dibujo por cada número.)

3.       MURALESLas misiones de hoy.  Los misioneros de hoy.

Con información, donde hoy hay persecución: Sudán, Ruanda, Burundi, Países islámicos (Argelia),

Las Misiones en el Perú: reportaje de los departamentos amazónicos............

4.    REDACCIONES:

  • Vida del P. Chanel.
  • Algún momento en la vida del P. Chanel:

1-    “¿ Lo has consultado con la Virgen María?”

2-    “Un viaje largo y lleno de peligros”

3-    “Morirá el blanco”

4-.   Me he hecho daño en el pié... vengo a que me cures”

 

  • Ser misionero hoy.

a)    Misioneros, maristas, al estilo de Pedro Chanel.

b)   Ser misionero laico.

c)    El Voluntariado: servicios sociales a la comunidad.

 

MENSAJE DEL PADRE FUNDADOR A LOS PRIMEROS MISIONEROS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo ya la poderosa intercesión de nuestra tierna Madres, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes y en los hermanos, que después de haberles trazado la ruta de Oceanía les llaman a compartir  las tareas y los méritos del apostolado.

Sí, con la ayuda de la gracia y de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, con la paz que siempre es el premio de quien se entrega totalmente al servicio de los demás, con la poderosa protección de María, de la que siempre estamos seguros, pueden ser dichosos en todas partes y sentirse protegidos de todos los peligros, recibir el ciento por uno prometido a los que lo dejan todo: Padres, amigos y hasta la Patria por amor al Señor;  y en medio de las preocupaciones, de los peligros y de las luchas que, por amor a Jesucristo, les esperan, encontrarán siempre la alegría de la que hable san Pablo: “Desbordo de gozo en mis tribulaciones.”

 

Dios no me permite, amados hermanos, compartir los trabajos, penas y méritos de ustedes: como tampoco acompañarles en esa tarea tan noble que nunca me ha parecido tan envidiable, como desde que ha sido ennoblecida con la sangre de dos hermanos nuestros y con los sufrimientos prolongados y heroicos de los que les han precedido, yo no merezco la gracia de este apostolado,  ni tampoco la del martirio. Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, os lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les recuerde algunos consejos que en el momento de la partida ofrecí a los queridos hermanos que allí van a encontrar.  Esos consejos les afecto y de la solicitud, que les profeso.. 

1º.       No confíen nunca en sí mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María.  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, nada ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no se sentirá apocado ni temerario.  Repetirá constantemente: “Sé de quien me he fiado” “ todo lo puedo en aquel que me da su fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la fe y de la confianza que pongan en Dios.

2º.       No debiliten la referencia al Salvador del mundo.  En su Nombre marchan: “ Yo les envío”. Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles.   Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento:  Cristo les acompañará en sus trabajos y viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed.  El también sentirá hambre o sed; A El será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.  Véanle, por tanto, en todas partes, se lo suplico, para su consuelo y dicha; véanle constantemente unido a ustedes, asociado tanto a sus trabajos y sufrimientos como a sus consuelos y alegrías; atribúyanle el mérito de todos sus actos, olvidándose de sí mismos, y teniéndose por instrumentos indignos.  En el recuerdo constante del Divino Salvador, hallarán la fuerza, la paz, la luz y cuantas gracias necesiten en cada momento.

3º.       En las persecuciones, peligros privaciones, enfermedades, tentaciones... no se encierren en sí mismos, porque será entonces cuando la desolación, los pesares y la  tristeza  se apoderen de su corazón y experimentarán cómo se debilitan su valor y su virtud. 

4º.       No se aíslen; pongan sus ojos en Jesús, en María, en el cielo y en los sufrimientos del Salvador del mundo.  Les recomiendo  con insistencia esta norma.  No tardarán mucho en darse cuenta de su importancia.

5º.       Sean hombre de oración y de meditación.  Convertir un alma es más que resucitar un muerto y sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los días sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientados hacia ese fin; y cada semana, elijan un día y ofrezcan por esa intención y por ustedes mismos, todas las obras buenas que se haga en las diferentes ramas de la sociedad.  Esta práctica, atraerá sobre ustedes abundantes gracias.

6º.       Nada les diré sobre la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar, ustedes son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen pasar un solo día sin rezar el rosario o por lo menos algunos misterios.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como señal de su toma de posesión sobre la isla y de que se la habéis consagrado. Recuerden igualmente que san José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

7º.       Vaesoli!!. “¡ Desgraciado que se siente solo !”, ha dicho el E. Santo y no quiero ocultarles, queridos hijos, que es sobre todo en Oceanía, donde la soledad será más peligrosa.  Creo que faltaría a mi obligación y que omitiría algo de mi solicitud por cuanto se refiere a vuestra seguridad espiritual,  si no les recomendase con insistencia que eviten muy cuidadosamente el aislamiento.

8º.       Recuerden sólo circunstancias urgentes e inevitables pueden justificar el vivir solos o el salir  solos, sobre todo si están iniciándose en el apostolado.  Como norma general deben tener un cuidado casi escrupuloso de vivir con alguien, y de salir con él ya sea a dar un paseo, ya sea a visitar a un enfermo.  Con esta medida de prudencia su reputación quedará bien a salvo.

9º.       En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

10º.   Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de vuestros hermanos deben serles comunes.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer   la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

11º.   ¿ Qué decirles de la obediencia, de esa virtud, que como afirma la Regla, conduce directamente al cielo?  Si son obedientes, saldrán victoriosos.  El E. Santo nos lo asegura y no vacila en añadir que así es como se consigue la salvación eterna y cómo se defiende el alma de todos los peligros.  En todo, por consiguiente, sométanse a quien tiene que contar con ustedes en conformidad con la voluntad de Dios.  Vean en él a un representante nuestro.  Si alguna vez las necesidades de la misión, les impiden permanecer bajo su autoridad inmediata, acudan a los compañeros que colaboran con ustedes y no hagan nada sin ponerse perfectamente de acuerdo, pidiéndose permiso mútuamente para no perder el mérito de la obediencia.  A fin de estar cada día más identificados con el respeto y la obediencia que deben principalmente los Vicarios Apostólicos, les recuerdo las palabras de nuestra Regla: “ Den el debido honor y obediencia a los Obispos... no ejerzan ningún ministerio sin el consentimiento y aprobación del Ordinario del lugar.  Pídanle consejo en los varios ministerios que se relacionan con el bien de la diócesis, y para mayor armonía, téngalo informado en lo posible.  Finalmente, condúzcanse por todas partes con tal prudencia y respeto que los Obispos amen nuestra sociedad, la favorezcan, protejan y la consideren como suya” (Consta. 13 ).

12º.   Por encima de todo, amadísimos en  el Señor, jamás busquen sus propios intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganaran infaliblemente la corona del apostolado.  Mostrad también el mayor respeto hacia los demás religiosos y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como propio el bien que hacen ellos, mostrándoles deferencia en todas partes, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

13º.   Aprovechen cualquier ocasión favorable, para enviar noticias que puedan interesar a los amigos de la Propagación de la Fe.  Ese es el deseo de la Oficina Central de Lyon.  No todas las cartas pueden tener cabida en los Anales, porque sólo se publican seis veces al año y tienen forzosamente que hacer una selección; pero todas las noticias tienen su importancia y son leídas con interés en las casas maristas.  Hacemos copias de ellas porque nos las piden de todas partes. Pueden ser muy provechosas.  Las cartas que tengan esas informaciones de interés deben dirigirse directamente al Superior General de la Sociedad de María, omitiendo direcciones particulares.  Además, nada les impide enviar otras cartas a los hermanos o a los amigos.  Cada uno de ustedes tiene perfecto derecho a escribirme confidencialmente.

Finalmente confiemos en la oración; por desgracia nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y sus méritos nos pertenecen.  Ofrezcamos a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón inmaculado de la Madre.   El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en nuestras manos el poder de su cruz...Ofrezcamos al eterno Padre los méritos infinitos de su divino Hijo; y al Salvador de los hombres los méritos de su Madre.  Tenemos la seguridad de ser escuchados cuando vamos a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empece, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor... “ Repasen a menudo estos consejos” que cada uno se procure una copia.

Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.

Juan Claudio Colín

 

 

EL P. FUNDADOR HABLA DE LAS MISIONES DE OCEANÍA EN ....

 

1.-

Las 3 Coronas del  P. Chanel 

HF.  56,5 

2.-

Las Misiones de Oceanía, aureola de la S.M 

HF.  75,2 

3.-

Preparados para sufrir 

HF.110,5 

4.-

El deseo de ser misionero 

HF.117,8 

5.-

Las misiones y las virtudes sólidas 

HF. 66,1 y 2 

6.-

La Actitud del Misionero 

.HF.44,8 y 9 

7.-

La oración por las misiones 

HF.115,3 y 4 

8.-

El recuerdo de los misioneros 

HF.  39,22 

9.-

Miembros de una misma familia 

HF.160,4 

 

Siglas.-            HF. = “Habla un Fundador” México, 1981

 

El P. LEÓN LEJEUNE, S.M.

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Apóstol de los leprosos en Makogay ( Islas Fiji. Oceanía)

Con motivo de la beatificación del P. Damián ( celebración aplazada a causa de la hospitalización del Papa Juan Pablo II, el pasado 15 de mayo), el Obispo de Namur, ha propuesto tres nombres de la diócesis para una futura beatificación.  Así es como ha saltado a los m.c.s. el nombre del P. León LEJEUNE, S.M., víctima de la misma enfermedad que el P. Damián; nacido en Neufchateau y fallecido en la leprosería de MAKOGAY, en Oeanía.

 

León LEJEUNE, nació en Petitvoir, el 12 de enero de 1876.

Era el mayor de una familia de ocho hijos.  Como muchos pobres de las Ardenas de aquel tiempo, su padre Juan José trabajaba en las canteras de Warmifontaine, y su madre, María Elvira Burnay cultivaba el huerto familiar.  Hasta la edad de 12 años, León cuidó las vacas de la familia.  Parece ser que su vocación al sacerdocio  se despertó en el momento de la Comunión Solemne.  En 1890, comenzó sus estudios  de Humanidades en la Escuela Apostólica que los Padres Maristas tenían en Differt (Messancy).

La Sociedad de María había recibido del Papa la misión de evangelizar los pueblos de Oceanía Occidental y León orientará sus pasos por esa senda cuando salga de Differt en 1895.  Realiza sus estudios de Filosofía y Teología fundamentan el Paington (Inglaterra); a continuación en 1897 hace el Noviciado en Sainte Foy-Les-Lyon (Francia) y el Escolasticado en Montvel (var).  En 1898 emite sus primeros votos y el 8 de julio de 1901 es ordenado sacerdote por Mons. Lamaze, Obispo de Oceanía Central.

O C E A N I A

Acompañando a este obispo, él y otros seis jóvenes misioneros se embarcan con dirección a Oceanía, en los tiempos en que ir a Oceanía era una gran aventura.  León es destinado a las Islas Fiji, que en aquel momento eran colonia británica.  El Archipiélago de las Fiji, situado en la ruta de Sydney a San Francisco, está formado por unas 250 islas, de las cuales sólo 30 están habitadas.  Se trata de uno de los más bellos jardines de coral que uno puede encontrar en la inmensidad del Océano.  Su población de unos 200.000 habitantes está formada por una pequeña colonia de emigrantes hindúes y por nativos de raza melano-polinesia, que tenían la fama de ser los caníbales más feroces de Oceanía.  Desde el punto de vista religioso en Fiji había protestantes-metodistas, musulmanes ( de origen hindú) y paganos; los católicos eran poco numerosos.  Entre 1901 y 1935 el P. Lejeune trabaja en diferentes misiones.  En 1901 le encontramos en Naiserelagi; en 1903 en Kadavu; en 1909 en Faguta ( Rotuma); después hace el Segundo Noviciado en Sydney.  En 1914 está en Suva, en 1915 en Tunuloa; en 1920 en Naiserelagi y finalmente en 1922 en Cawaci.

Por todos los sitios por donde pasa, predica, construye iglesias y escuelas (una Escuela Agrícola y una Escuela Normal en Cawaci)  Promueve la Acción Católica; aprende rápidamente las lenguas locales, e incluso llega a traducir la Historia de la Iglesia a la lengua de Rotuma.  Todos los meses publica en la revista “Talanoca” una colaboración  sobre la intención del Apostolado de la Oración, ya que él era el Director oficial para el vicariato.  Era también el corresponsal de la Agencia Fides, y regularmente cada mes enviaba su comunicación.

Sus actividades no son exclusivamente religiosas.  Sabe que los hombres no viven sólo de buenas palabras.  Sus raíces campesinas de las Ardenas, le proporcionan un excelente sentido práctico:  dirige plantaciones de cocoteros, cultiva manioca, construye caminos, levanta establos para la cría del ganado, compra caballos y toros....enseña a los indígenas a cultivar los campos.

En 1925 regresa a Bélgica para disfrutar unas vacaciones de 6 meses; será la única vez que visite la tierra que le vio nacer.  Viaja por Bélgica y por el Extranjero.  Es recibido en audiencia privada por el Papa Pío XI, por los Reyes Alberto e Isabel de Bélgica y por el Cardenal Mercier.  Lamentando la falta de un lugar de culto en su aldea natal, hace los planes y reúne el dinero para levantar una capilla en Petitvoir, que él dedica a Santa Teresa de Lisieux, patrona de las misiones.


UN LUGAR DIFÍCIL : MAKOGAY

En 1935 asiste al Capítulo Provincial de los Padres Maristas en Sydney y aprovecha la ocasión para visitar la consulta de varios médicos.  Desde hace tiempo sufre de migrañas y várices; también se hace ver de un oculista y de un dentista..  En el brazo izquierdo aparecen  unas manchas sospechosas que poco después se le extienden por todo el cuerpo.  Se hace examinar por un especialista.  Le recomiendan que acuda a la consulta en Fiji,  cuando regrese.  El 25 de setiembre se presenta en el Hospital.  El doctor acaba de confirmar a Mons. Nicolás sus temores:  los análisis de sangre no dejan lugar a dudas:  El Padre tiene la lepra.  Con mucho valor el paciente acepta el diagnóstico, y el 29 de setiembre, fiesta de San Miguel, el “ Vola Siga” le conduce a Makogay.  Las autoridades de entonces habían dispuesto el confinamiento de todos los leprosos de la región en esta isla.

La vida era dura en Makogay.  Los leprosos eran una población de 600 a 700 muertos en vida, cuidados con abnegación por un médico, un capellán y un puñado de religiosas.  Las religiosas que conocían el temple de este apóstol infatigable, le preparan una habitación en una casita con su solana y su jardín de rosales, dominando desde la colina la vida del poblado.  Hasta el día de su muerte vivirá allí; aceptando su suerte como un verdadero hijo de la Virgen María, enseguida emprende un intenso apostolado.  En una de sus primeras instrucciones les dice a los leprosos, que deben estar agradecidos de que Dios les haya dado con esta enfermedad un medio para su santificación.  La primera preocupación del Padre es devolver su dignidad a estos marginados.  Abundan las conversiones de protestantes, mahometanos y paganos.  Aprende la lengua Kiribati para facilitar la comunicación con los Kiribatis.

 

¿ Y por qué  no el recurso a la música?  El tenía dotes de músico.  Crea una coral y enseña a cantar a sus nuevos feligreses, no sólo por fines apostólicos, sino también  como medio de hacer salir  a los leprosos de su aislamiento físico y moral; pone en marcha una liturgia colectiva con procesiones como las del Corpus y la de Ramos; establece diversas asociaciones, todas ellas muy fervorosas, como la Tercera Orden de María y la Cruzada Eucarística, para jóvenes y niños ; compone en el idioma de Fiji 400 meditaciones que completan el Catecismo traducido anteriormente. ( Trad. francesa en De. vitte de Lyon ).

Antes de su llegada se enterraba a los muertos de cualquier manera en medio de la maleza.  El P. Lejeune rotura una campo y prepara un cementerio. Confesiones, predicaciones, visitas diarias a los enfermos en el Hospital; construcción de escuelas y de una nueva iglesia.  El P. Lejeune despliega un apostolado sin  descanso y la gente le muestra su cariño.  Los dos primeros años bautiza unos 60 adultos y en 1946 la cifra se eleva a 242.

Termina su peregrinación terrena. mejor dicho su Via-Crucis, su subida al Calvario, el 18 de mayo de 1951 a las 11.15 h. consumido por 50 años de trabajo y agotado por la enfermedad.  Dos semanas antes había dicho que aceptaba y ofrecía sus sufrimientos y su muerte por el bien de las Misiones de Fiji.  Unas horas antes de la muerte renovó su ofrenda.  Sus restos mortales fueron llevados por los jóvenes de la Cruzada Eucarística que él había designado y enterrado en el lugar que él mismo había elegido: su cuerpo reposa en medio del cementerio, rodeado por las tumbas de más de 300 leprosos con los que él anteriormente había compartido su vida.  Después de su entierro se conocieron dos noticias:  el fallecimiento de su hermano Arturo, y la concesión de la  “Orden de Leopoldo “‘, diez días antes de su muerte.

 

Durante medio siglo el P. León vivió en un apartado rincón del mundo, pero siempre estuvo en comunicación con sus paisanos:  Mantenía correspondencia regular con su familia; nunca se olvidó de Petitvoir, su patria chica; estaba al día de la política belga y de las cuestiones regionales, a través del periódico  “L’avenir de Luxembourg”, que él recibía regularmente.

Con ocasión de su muerte un periódico de Fiji, rindiendo homenaje a sus 50 años de apostolado, decía refiriéndose a su paso por Makogay: “Para todos los leprosos y en especial para los enfermos terminales y para los que estaban a las puertas de la muerte. el P. Lejeune fue, en el sentido propio de la palabra: “un padre.”

(tomado de Oceanía, Boletín de la Provincia marista de Oceanía 09.10.94, pp. 12 ss)

 

28 de abril : Fiesta.- San Pedro Chanel, sacerdote marista, Protomártir de Oceanía.-

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Antífona de entrada.- ( Is. 66,19)

“Enviaré sobrevivientes a costas lejanas, que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria y anunciarán mi gloria a las naciones”.

ORACIÓN

Oh Dios, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio, para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe; haz que en esta alegría pascual participemos del misterio de Cristo muerto y resucitado y lleguemos a ser testigos de una vida nueva.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

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Oración en las Misas Votivas.-

Señor, Dios nuestro, que coronaste a San Pedro Chanel con la palma del martirio para iluminar a los pueblos de Oceanía con la luz de la fe, haz que como él te reconozcamos como parte de nuestra heredad y te recibamos como premio.

Por Nuestro Señor Jesucristo...

Oración del Ofertorio.-

Señor y Dios nuestro, Padre de misericordia, que eliges lo débil del mundo para confundir a lo fuerte, acepta estas ofrendas, y que, nosotros, a ejemplo de San Pedro Chanel, demos prueba de una constancia invencible en las adversidades.

Por Cristo nuestro Señor.

Prefacio.-

 

En verdad es justo y necesario.

es nuestro deber y salvación,

alabarte y darte gracias, Padre Santo,

siempre y en todo lugar.

 

Porque en tu providencia

elegiste a San Pedro Chanel,

hijo de la naciente Sociedad de María

como ministro y testigo del Evangelio

Y lo enviaste a pueblos

que habitaban islas lejanas,

para que con su sangre

diera testimonio de Cristo,

al que pacientemente anunciaba

con la palabra y con el ejemplo,

en medio de grandes tribulaciones.

 

Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos por siempre.

Santo...

 

Antífona de Comunión.- (cf. Lc.17,10 Fil 4,13)

 

“Soy un pobre siervo; pero todo lo puedo gracias a Cristo que me fortalece”.

o

“Ahora me alegro de sufrir por vosotros: así voy completando en mi carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia”

Oración Final.-

 

Señor, fortalece a los que has alimentado con este sacramento salvador, para que, siguiendo con paso diligente las huellas de San Pedro Chanel, anunciemos a los hombres el Evangelio de la paz y de la verdad.

Por Cristo nuestro Señor.

Chanel...........................

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PRIMERA LECTURA.-( Hech. 13,44-49)

“Cuando los paganos oyeron esto se alegraron mucho y ponderaban las palabras del Señor”

Lectura de los Hechos de los Apóstoles :

El sábado siguiente casi toda la ciudad acudió a oír la Palabra de Dios.  Al ver el gentío, a los judíos les dio mucha envidia y respondían con insultos a las Palabras de Pablo.

Entonces Pablo y Bernabé dijeron sin contemplaciones.:

  • Teníamos que anunciarles primero a ustedes la Palabra de Dios; pero como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, sepan que nos dedicamos a los gentiles.  Así nos lo mandado el Señor: “Yo te haré luz de los gentiles, para que seas la salvación hasta el extremo de la tierra”.
  • Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron mucho y alababan la Palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna, creyeron.

La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL.- (Salmo 96,1.6.8.-12)

R/ El Señor reina, la tierra goza

 

El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Los cielos pregonan su justicia,

todos los pueblos contemplan su gloria.

 

Lo oye Sión y se alegra,

se regocijan las ciudades de Judá

por tus sentencias, Señor.

 

Porque tú eres, Señor,

altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre todos los dioses.

 

El Señor ama al que aborrece el mal,

protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados.

 

Amanece la luz para el justo

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegráos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre.

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(Donde es solemnidad.)

 

SEGUNDA LECTURA.- (Fil. 3,8-14)

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses.

Hermanos:

Todo lo estimo pérdida, comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.  Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía- la de la Ley - sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

Para conocerlo a él, y la fuerza de su Resurrección y la comunión con sus padecimientos,. muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.  No es que ya haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo.  Y aunque poseo el premio, porque Cristo Jesús me lo ha entregado, hermanos, yo a mi mismo me considero como si aún no hubiera conseguido el premio.

Sólo busco una cosa: Olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

 

Palabra de Dios.-

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¡ ALELUYA ! ( Mt. 5,10 )

“Dichosos los que sufren persecución por la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos”

 

EVANGELIO.- (Jn. 15,12-21)

“Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan.-

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

Este es mi mandamiento: Que se amen unos a otros como yo os he amado.

Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

Ustedes son mis amigos, si hacen lo que Yo les mando.

Ya no les llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Señor- a ustedes les llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre se lo he dado a conocer.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien les ha elegido; y les he destinado para que vayan y den fruto, y su fruto dure. 

De modo que lo que pidan al Padre en mi nombre, se lo dé.

Esto les mando: que se amen unos a otros.

Si el mundo les odia, sepan que me ha odiado a mí, antes que a ustedes.

Si fueran del mundo, el mundo les amaría como cosa suya, pero como no son del mundo, sino que yo les he escogido sacándoles del mundo, por eso el mundo les odia.

Recuerden lo que les dije: no es el siervo más que su amo.  Si a mí me han perseguido, también a ustedes les perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la suya.

Y todo esto lo harán con ustedes, a causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.

Palabra del Señor.

---------------------------------------------------------------------------------------- OTROS EVANGELIOS ( a elegir )

Lc. 6,27-28

“Al que te hiera en una mejilla preséntale también la otra”.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

_A los que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que les odian, bendigan a los que les maldicen, oren por los que les injurian.

Al que te peque en una mejilla preséntale la otras.

 
Palabra del Señor.-

Jn. 12,24-26

Lectura del Santo Evangelio según San Juan

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere, da mucho fruto.  El que se ama a si mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.  El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirve, el Padre lo premiará.

Palabra del Señor

 

EUCARISTÍA DE SAN PEDRO CHANEL.-

 Monición Ambiental:

Hoy 28 de abril, celebra la Iglesia la fiesta de San Pedro Chanel, misionero marista y primer mártir de Oceanía.

Nuestro Colegio, que lleva el nombre de San Pedro Chanel, se viste de fiesta y se llena de alegría.  Nosotros, nos hemos reunido como creyentes, en este día para celebrar la Eucaristía. Con este gesto:

  • Deseamos celebrar nuestra fe;
  • Queremos alabar y bendecir a Dios, al recordar el aniversario del martirio de Pedro Chanel:
  • Y finalmente le pedimos a San Pedro Chanel que nos ayude a seguir  sus huellas a parecernos a él.

En este ambiente de alegría que hoy nos reúne a este grupo de personas: alumnos, profesores y padres de familia, celebremos con entusiasmo la fiesta de San Pedro Chanel.

LAS LECTURAS:

La Primera lectura ( Fil 3,8-14) está tomada de la carta de san Pablo a los cristianos de Filipos.  En ella se nos hace ver una cosa.  En la vida hay cosas importantes, y otras que lo son menos, y a cada cosa hay que saber darle su justo valor.

Pedro Chanel hizo su elección.  Comparadas con Cristo todas las cosas son basuras.

Escuchad con atención.

 

El Evangelio (Jn 15, 12-21) que vamos a escuchar hoy está tomado de San Juan.  En él se nos presenta a Jesús despidiéndose de los apóstoles antes de morir.

Jesús les dice una cosa:  que cuando se ama a una persona se es capaz de dar la vida por ella.  Eso es lo que hizo Pedro Chanel:

Entrego su vida por las gentes de Oceanía.

 

PROCESIÓN DE LAS OFRENDAS.-

1.- ALUMNOS DE SEXTO LLEVAN MATERIAL ESCOLAR  (LIBROS, CUADERNOS ....)

Señor, nosotros somos alumnos del Sexto Grado, representamos a todos los alumnos del Colegio.

Tú sabes que el trabajo escolar muchas veces nos resulta pesado y rutinario y poco atractivo...sin embargo es nuestro deber y tenemos que cumplir.

Ayúdanos por medio de San Pedro Chanel, que siendo estudiante también conoció el desánimo y las ganas de abandonar, a cumplir con nuestros deberes de estudiantes y a crecer como personas y como cristianos.

Nosotros queremos trabajar por un mundo donde haya paz, alegría y amistad.  Ayúdanos, Señor.

2   PADRES DE FAMILIA, RAMILLETE DE FLORES.-

Señor te ofrecemos este ramillete de flores, que representan a nuestros hijos.  Los niños, nuestros hijos, son lo más querido y lo más valioso que tenemos.  Tú nos los has dado.  Por ellos trabajamos muchas horas cada día, por ellos sufrimos y nos alegramos.  De ellos recibimos muchas alegrías y también bastantes preocupaciones.

Hoy te pedimos por el colegio, por su educación.  Defiéndelos de todos los peligros que los acechan.  Ayúdalos a crecer alegres y generosos.  Que ya desde ahora, a ejemplo de Pedro Chanel, sepan que vale la pena vivir para servir y ayudar a los demás.

3.  JÓVENES.- BASTÓN. RELOJ DE ARENA.-

Te ofrecemos este bastón y este reloj de arena, quieren simbolizar la tarea misionera.  Pedro Chanel fue misionero, entregó su sangre y su vida por las gentes de Oceanía.

El reloj simboliza el tiempo que dedicamos a los demás.  El bastón es la entrega y la preocupación por hacer felices a los demás. 

De esta casa han salido algunos jóvenes misioneros para América y para Oceanía.  Queremos que el nombre de Chanel anime a toda la comunidad escolar a ser dignos de San Pedro Chanel. 

Ayúdanos, Señor a nosotros y a todos los jóvenes de Sullana, a los alumnos de este Centro y a todos los demás chicos y chicas de nuestro pueblo a poner nuestra vida al servicio de los demás a ayudar al que lo necesite, generosamente y sin medida. 

4.  ADULTOS Y NIÑOS: TROZOS DE CUERDA.-

Una red está hecha de muchos trozos de cuerda.  Pedro Chanel fue misionero, llevó la palabra del Evangelio de Jesús a Oceanía. 

Tú nos dices que hoy se necesitan obreros que trabajen por extender el Reino de Dios:

  • Se necesitan sacerdote, religiosos, misioneros y misioneras;
  • pero también se necesitan catequistas, maestros y educadores, padres de familia, jóvenes, niños y niñas... comprometidos con  Jesucristo. que quieran extender el Reino de Dios, allí donde estén.  Hay mucho trabajo que hacer para que esta tierra que tanto sufre y pena se parezca a la tierra que Dios quiere.
  • Aquí estamos nosotros.  Ponemos a tu disposición nuestras manos y nuestros esfuerzos.

 

Ayúdanos a trabajar unidos para que por todo el mundo se extienda tu reino de paz, de justicia, de libertad y de amor.

5.  PAN Y VINO, UN NIÑO Y UNA NIÑA.-

Finalmente te ofrecemos el pan y el vino.  Son el resumen de nuestra vida: De nuestros trabajos e ilusiones, de nuestras penas y alegría.

Acéptanos Señor, tal como somos, con nuestras cualidades y defectos, con nuestros deseos de ser buenos y también con nuestra inconsciencia.

DESPEDIDA.-

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Pedro Chanel, como buen marista fue un hombre enamorado de la Virgen María.  Cuentan sus biógrafos que cuando era un joven estudiante en el seminario, se hizo una herida en la mano con una cuchilla.  Tenía sangre en la palma de la mano.  Cogió una pluma y escribió sobre un papel esta frase: “Amar a María y hacerla amar”.

Acabamos nuestra celebración con un canto a María.  María está hoy presente en nuestros corazones.  Con todo cariño a María y también a Pedro Chanel, culminemos nuestra celebración con un canto en honor de la Madre de Dios.

PLEGARIA DE LOS FIELES.-

1.  Por la Santa Iglesia de Dios extendida por todo el mundo: para que sea fiel al mandato de Jesús de anunciar el mensaje de la Buena Noticia por todo el mundo.

ROGUEMOS AL SEÑOR.

2.    Por todas las personas que en la Iglesia desempeñan alguna responsabilidad: para que todos se vean animados del espíritu misionero: Que Cristo sea conocido y amado por todos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

3.  Por todos, los que a ejemplo de Pedro Chanel, dejan casa y familia para ponerse al servicio de Dios y de su Iglesia.

ROGUEMOS AL SEÑOR

4. Para que el Señor quiera suscitar en nuestro Colegio abundantes vocaciones misioneras, que como Pedro Chanel anuncien a Jesús en pueblos que no le conocen.

ROGUEMOS AL SEÑOR

5.  Por la Iglesia de Oceanía: por sus comunidades cristianas, por todos los que intentan ser fieles al Evangelio.

ROGUEMOS AL SEÑOR

6.  Por toda la Familia Marista, que hoy celebra a su santo:

para que sean fieles a la vocación recibida y a ejemplo de Pedro Chanel sepan gastar su vida en favor de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR

7.  Por todos nosotros, por nuestra comunidad, por nuestras familias: para que el ejemplo de Pedro Chanel, encienda en nosotros el deseo de ser fieles a la voz de Dios y de gastar nuestra vida al servicio de los hermanos.

ROGUEMOS AL SEÑOR


SAN PEDRO CHANEL, PRIMER MÁRTIR

DE OCEANÍA.

Materiales para la celebración del novenario de la fiesta.

 

ÍNDICE DE MATERIAS.

1.  Novena de San Pedro Chanel .-

Reflexiones reunidas por el P. LiamForde ( marista irlandés) traducidas y adaptadas por el P. Valentín L. Aparicio.

2.  Un relato, sobre San Pedro Chanel con ideas para diferentes trabajos con escolares y grupos juveniles.-

“Pedro Chanel, testigo de Jesús en Oceanía” (Valentín L. Aparicio).

3.  Testimonios sobre San Pedro Chanel”.-

-Un compañero de estudios,

-Uno de sus profesores,

-Un colono inglés (Twinyng),  que le conoció en Futuna.

-Carta del P. Chanel a su familia hablando del P. Claude Bret.

4.  Mensaje del P. Fundador a los primeros misioneros.

-Referencias a lugares de “Habla de un Fundador” en los que el P. Juan Claudio Colín habla de las Misiones de Oceanía.

5.  Misa de San Pedro Chanel.-

-Oraciones y lecturas propuestas por el Misal Romano.

-Esquema de una celebración habida en el Colegio “San Pedro Chanel” (Malgrat de mar. Barcelona).  Puede dar ideas para animar una Eucaristía de muchachos.

6.  El P. Leon Lejeune, apóstol de los leprosos.-

(Del Boletín de la Provincia marista de Australia)

 

REFLEXIONES PARA LA NOVENA DE SAN PEDRO CHANEL PROTOMARTIR Y PATRONO DE OCEANÍA

Reunidas por el P. Liam Forde, S.M. ( Provincia de Irlanda)

P. Valentín L. Aparicio, S.M.

“Si,... el nombre de Pedro Chanel se inscribe en la historia de una generación y ahí estará grabado para los siglos venideros, no es por presentar un título tal como escritor, artista, inventor, genio militar... !No!.  Presenta un motivo más relevante para saltar a la fama.  Nos referimos a la santidad heroica” . (Card/ Pttavoamo: Sermón de; 16.06.1954)

“Ahora vengo a reunir a todos los pueblos de todos los idiomas.  Y cuando habrán venido, serán testigos de mi gloria.  Yo haré un prodigio en medio de ellos y, luego, mandaré los sobrevivientes hacia todas las naciones y las islas más lejanas que no saben de mi fama ni han visto mi gloria” (Is. 66,18 ss)

 

LA EXPANSIÓN MISIONERA DEL SIGLO XIX: UN DESAFÌO PARA NOSOTROS, HOY

La escasez de misioneros ofrecía un cuadro desgarrador a comienzos del siglo XIX.  Comunidades enteras de cristianos, sin el apoyo de un sacerdote, contemplaban como muy cercana su desaparición, Japón, Corea, Oceanía y África Central se encontraban en esta situación.  Se contaba que una delegación de coreanos católicos llegó a Roma para pedir al Papa Pío VIII que les enviase siquiera un sacerdote.  El Santo Padre no estaba en condiciones de poder prometer nada...

Gradualmente, todo el panorama comenzó a cambiar.  A pesar del lastre de los siglos, la Iglesia católica es portadora de una vitalidad interior que no puede ser adecuadamente explicada, acudiendo sólo a las leyes de la sicología o de la sociología humanas:  Superando situaciones caóticas ha renacido y se ha superado una y otra vez.  No debemos perder de  vista las palabras del Fundador: “Animo.  Sabe que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo...” “Esta es la victoria, que vence al mundo: vuestra fe”.  En un siglo de fuerte ateísmo la Iglesia comenzó a mostrar una extraordinaria vitalidad y la voluntad de “ renovar todas las cosas en Cristo”.  Hijos e hijas de Europa se enfrentaron al martirio en China, Oceanía y África.  La era de los escépticos y de los agnósticos burlones fue también la de los grandes aventureros de la expansión del Evangelio.  En este milagro moral,  Francia abrió caminos, mientras que el resto de la familia católica de Europa se aprestó a proporcionar vocaciones sacerdotales y religiosas.

!Permítasenos, una vez más, volver a Francia! ¿ Cómo fue posible que todo esto sucediese en el intervalo de unas pocas décadas?

La era de la razón , del agnosticismo, y de la abundancia produjo al fin sólo desasosiego, inseguridad y desencanto.  Las grandes promesas fueron sólo un espejismo para muchos pensadores.

Se sucedieron sangrientas revoluciones destructoras de toda una civilización.  La ambición del Imperio se había desmedrado y millones de personas reaccionaban retornando a las verdades eternas, salvaguardadas por la que San Agustín mucho tiempo antes había descrito como “Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica”.

Una vez más el papel del Maestro de las naciones, divinamente inspirado, fue de nuevo comprendido.  Nada puede resistir el impulso de la gracia  de Dios.  El mensaje de Paray-le-Monial había llegado a París, con el establecimiento de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento en la Basílica de la Ciudadela, cerca del Santuario, en el que los primeros Jesuitas hicieron su profesión, impulsando la misión hacia todo el mundo.  De esta forma la Historia volvía a repetirse.

Mientras, aparecen en escena Pedro DILLON,  marino de origen irlandés.  Durante casi 20 años había mandado barcos franceses que unían el Lejano Oriente y las Islas del Pacífico Sur.  Como hombre Chanel en bronce preside hoy el patio de dicho Colegio.  La mano izquierda de Pedro Chanel descansa sobre el hombre de un muchacho, mientras que la derecha muestra la palma del martirio.  Sobre la entrada principal, en una hornacina, se puede contemplar una hermosa estatua de la Virgen María, primera y perpetua superiora de los maristas.  El lema del P. Chanel era, claro está, “Amar a María” y hacerla amar y a través de ella llevar las almas a Jesús”.

Poco después de su Profesión religiosa, el 24 de setiembre de 1836, fue elegido para formar parte del primer equipo destinado a las Misiones de Oceanía.  Los preparativos se hicieron con rapidez, y a finales de otoño le encontramos en el puerto de L’Havre, esperando la partida del barco. 

Durante la travesía, su compañero de camarote, Claudio Bret cayó enfermo de fiebre. El camarote apenas medía 7 x 4 pies de ancho.  Podemos comprender lo sofocante que debió resultar aquel ambiente tanto para el enfermo como para su enfermero, el P. Chanel que lo cuidaba noche y día.  Poco tiempo después escribiría : le proporcionamos todos los remedios que estaban a nuestro alcance, pero, por desgracia, sin resultado ... Rezaba continuamente, salvo en los momentos en que la fatiga o el sueño le vencían. No nos cabía en la cabeza la idea de que pudiera morirse... Así, su muerte, fue un golpe terrible para nosotros.  Todos estábamos con él, en aquel momento”.  Para el funeral se preparó un altar en la cubierta.  El Obispo Mons. Pompallier ofició la Misa;; y después, el primer marista que moría, fue sepultado en el mar.  Con fe y serenidad genuinas, el P. Chanel concluía así una carta dirigida a su propia madre:  “Alégrate si oyes decir que yo he muerto así, como él...

A pesar de las apariencias, Chanel  era físicamente fuerte y resistente.  Superó el rigor de la fiebre y sus secuelas posteriores.  Más adelante en Futuna, le encontramos compartiendo con los indígenas el pescado crudo, que sus compañeros de religión consideraban intragable.  Después de una larga y penosa escala en las Islas Canarias y otras más cortas en Valparaíso, Tahití y Tonga, llega a su campo de misión el 8 de noviembre de 1837.

Para hacernos una idea de la inmensidad del Pacífico pensemos que Futuna está a 2,000 de Tahití; a 300 al EN. de Fiji y a unas 100 de Uvea (Wallis), donde misionaba su vecino más próximo el P. Bataillon.  Inmediatamente con ayuda del Hno. Nizier, el Padre comenzó a aprender la lengua del país y a adaptarse a las costumbres de Polinesia.  Incluso llegó a escribir un libro sobre la Doctrina Cristiana en este Idioma.  Sin embargo,  a pesar de sus esfuerzos, apenas si bautizó a un puñado de niños, muchachos y adultos, en peligro de muerte.  Pero esto no significa que la mayoría de los futunianos no lo pareciesen.  De hecho era conocido como “ El hombre de gran corazón”.   El problema estaba en que el jefe supremo de la isla, el rey, y sus secuaces no veían con buenos ojos la popularidad del sacerdote.  Temerosos de que si de fe robusta, estaba entristecido por la casi total ausencia de misiones católicas en aquella vasta región.  Fue llamado a París para ser condecorado con la Legión de Honor, y aprovechó esta oportunidad para llamar la atención del Rector del Colegio Irlandés.  Fue presentado a Mons. de Solages, Prefecto Apostólico de las Islas Reunión, en el Océano Indico.  Ambos decidieron acudir al Cardenal de CROY, Arzobispo de Rouen y presidente del Consejo Nacional para la Propagación de la Fe.  Este buen cardenal se puso en contacto con la Santa Sede.  Como resultado de estas gestiones,  Oceanía Oriental les fue adjudicada a los Padres del Sagrado Corazón; y se le pedía a Mons. de Solage, que se hiciera cargo de la evangelización de Oceanía  Occidental en diciembre de 1829.  Hacia allá marchaba vía Madagascar, cuando le sobrevino la muerte en 1832.  Luego, su predecesor en las Islas Reunión, después de recibir el nombramiento, declinó la oferta a causa de la edad y de los achaques.  Poco tiempo después Mons.  de Pins, Administrador de Lyon, proponía a un sacerdote de aquella diócesis, celoso y capaz, Francisco Pompallier, como la persona apropiada para aquel puesto.  Roma expidió el nombramiento: Vicario Apostólico de Oceanía Occidental, es decir la región entera entre las Islas Cook y Nueva Zelanda.

Para esta misión necesitaba sacerdotes y el Arzobispo Le Pins le aconsejó que se los pidiese a los Maristas.  El P. Colin y su consejo aceptaron.  Como resultado, la S.M.  recibía su plena aprobación el 29 de abril de 1836, mediante el Breve  “Omnium Gentium”  (“La salvación de todas las naciones”), firmado por el Papa Gregorio XVI.  A los maristas se les confiaba la evangelización de Oceanía Occidental.  Señalemos que antes de ser Papa, Gregorio XVI. había desempeñado el cargo de Prefecto de “Propaganda Fide”.  Como Supremo Pontífice se destacó como el gran promotor de las misiones.

 

NOTA BIOGRÁFICA

Pedro Chanel, el futuro primer mártir y patrón de Oceanía, nació en Cuet (SE. de Francia) en el seno de una familia campesina, el 12 de Julio de 1803.  Sus pasos fueron providencialmente encaminados hacia el sacerdocio, merced al ejemplo de sus familiares más cercanos y al celo de su primer maestro, el P. Juan Trompier, párroco de Cras, pueblo en el que se había casado y vivía su hermano mayor.  El P. Trompier pudo citar al joven Chanel lo que dice el Salmo (31,8) “Te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir”.  Unos años después, Pedro decía “El P. Trompier es, después de Dios, la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Fue ordenado sacerdote para la diócesis de Belley el 15 de julio de 1827.  Trabajó duro tanto de Coadjutor, como de Párroco.  Su Obispo, Mons. Devie le permitió unirse a la recién nacida Sociedad de los Padres Maristas.  El Superior General, Padre Juan Claudio Colín le nombró, primero profesor y Director Espiritual y luego Superior del Colegio de Belley.  Una estatua de Pedro la nueva religión ganaba adeptos, ellos perderían el control sobre la gente, idearon un plan: hacer la vida imposible a los misioneros, sembrando de obstáculos la vida diaria.  Es decir, ponen en marcha un proceso de muerte lenta para asestar al final el golpe de gracia.  Primero les despojan de su intimidad;  Los nativos irrumpían en la choza a cualquier hora y por cualquier motivo.  Durante meses les fue imposible celebrar la Eucaristía.  En cuanto las cosechas apuntaban, el jardín era sistemáticamente saqueado.  Cada una de estas acciones estaba pensada para hacerles impopulares a los ojos de la gente del pueblo; pero no tuvieron demasiado éxito.  Es en estos momentos cuando el hijo del Rey se presentó con deseos de recibir en secreto instrucción en la fe.  Se necesitaba mucha prudencia, ya que este joven era considerado como el heredero.  En medio de la crisis, el P. Chanel meditaba las palabras proféticas del Fundador.

“Cuanto más tengamos que sufrir, tanto más mérito conseguiremos.  Las obras de los hombres no son como las de Dios.  Los trabajos apostólicos necesitan pasar por la cruz, para ser purificados y acrecentados.  Dios tiene su propio tiempo...Llénate pues de fe y de resignación; atrévete con valentía a ver y a juzgar las cosas con los ojos de Dios.  El tiene en cuenta todos tus momentos de angustia, todos tus sacrificios...Con abnegación, paciencia y buena voluntad, trabaja solamente por El y no para que los hombres te alaben... Cuando misionero ha sido purificado por el sufrimiento y la abnegación propia, se olvida de todo lo que ha quedado atrás y continúa empujando sobre lo que está por delante, buscando sólo el bien de las almas.  Piensa en el Salvador del mundo.  Como tú y ciertamente más que tú,  El soportó ultrajes, persecuciones y privaciones.  Fue condenado a muerte por los mismos hombres que venía a salvar.  Para participar en su triunfo, primero debemos compartir sus sufrimientos.  Al menos, a mí no me asustan las tormentas.  Son útiles y necesarias para realizar la obra de Dios, incluso a veces pueden hundir un barco mal construido, pero el barco que es sólido y bien hecho puede encaminarse a puerto....Que no os falte ánimo”.

No podemos imaginarnos lo alentadoras que debieron ser para Pedro Chanel estas palabras, cuando se encaraba a sus últimos días aquí en la tierra.  El Rey, pronto descubrió que Meitala, su hijo y heredero, recibía instrucción en la choza del Misionero.  Esto era ya el colmo.  Con muchas cautelas organizó un complot.

El 28 de abril de 1841 un puñado de asesinos irrumpió en la choza del misionero pidiendo una pomada y vendas.  Mientras el P. Chanel se disponía a buscarlas se abalanzaron sobre él golpeándole y hendiendo una azuela en su cráneo.  Antes de producirse el desenlace fatal se le oyó musitar entre dientes: “La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”. 

Mirado con criterios humanos, Pedro Chanel fue un fracasado; lo mismo que Nuestro Divino Salvador y tantos otros apóstoles y misioneros... Este fracaso no es otra cosa que un éxito retrasado.  El Obispo Pompallier dispuso que los restos del mártir fuesen trasladados a su Francia natal.  No mucho tiempo después, el Rey y algunos de sus secuaces morían de una enfermedad repugnante.

El P. Servant, amistosamente recibido por la gente de Futuna, vino a recoger la cosecha que tan penosa y esforzadamente había sembrado Pedro Chanel.

La gente de Futuna, lo mismo que sus vecinos de Wallis perseveran en la fe católica.  Unos años después del Vaticano II pidieron a las autoridades maristas el retorno a la isla de las sagradas reliquias de su apóstol y mártir.  El P. Joaquín Fernández, futuro General de la S.M., tuvo el privilegio de realizar este deseo de los Futunianos.  Fue una peregrinación cargada de nostalgia.  En el mismo lugar del martirio se levanta hoy una hermosa basílica como un firme centinela de la esperanza, en la inmensidad del Pacífico.  Las islas conforman una diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de diócesis con su propio obispo nativo y un grupito no pequeño de sacerdotes y religiosas, algunas de las cuales se han unido al Carmelo de Samoa.  Para Pedro Chanel son suficientes las palabras de otro gran misionero francés “Cruza el mundo, salva un alma y muere...” (Cardenal Lavigerie).

Beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889, Pedro Chanel fue canonizado por el Papa Pío XII, durante las celebraciones del Año Mariano de 1954: y en seguida fue proclamado Patrón de Oceanía.  Sus reliquias fueron colocadas en el Altar Mayor de la Basílica de San Pío X de Lourdes al lado de las de San Bernardo.  El florecimiento de las misiones de Oceanía se atribuye el ejemplo y a la intercesión de San Pedro Chanel.  Su inspiración se conserva viva para todos los sacerdotes y religiosos, donde quiera que ellos trabajen ya sea en su patria o en ultramar.  ¡Ojalá! se fijen en su fe viva, serenidad y ánimo infatigables!.  De esta forma quedará garantizado el éxito de su apostolado. “ ¡Qué hermosos son sobre los montes (cruces, sufrimientos, frustraciones...)  los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la buena nueva, que pregona la victoria, que dice a Sión: “Tu Dios es Rey!”  (Is. 52,7)

 

DÍA PRIMERO:

Pedro Chanel:  Estudios y carácter

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Cuando Pedro Chanel era niño, no abundaban las escuelas, y las pocas que había no estaban al alcance de los muchachos campesinos.  Pedro Chanel ayudaba a sus padres en los trabajos del campo.  Afortunadamente en aquellos tiempos la mayoría de la gente acudía a los actos organizados por la Parroquia.  Desde la Iglesia se impartía una buena formación religiosa a los niños y a los jóvenes.

 

Pedro Chanel visitaba todos los domingos el hogar de su hermana mayor que estaba casada y vivía en Cras.  Así fue como Pedro sin darse cuenta se vio atraído por la simpatía del P. Juan Trompier.  Este buen Padre, antes de recibir la ordenación sacerdotal había sido maestro.  Impresionado por las dotes del muchacho, le animó a pedir el consentimiento de los padres para acudir a la escuela parroquial de Cras.  Así lo hizo Pedro Chanel y a partir de aquel momento hizo grandes progresos.  No fue el único.  Por lo menos doce sacerdotes recibieron su primera formación de manos del P. Trompier.  Un testigo, que conocía bien el asunto acostumbraba a decir: “ Fue el P. Trompier quien puso en Pedro Chanel, lo que sería más tarde”.  El mismo, años más adelante confeso:  “El P. Trompier es después de Dios la persona a la que más debo la alegría de ser sacerdote”.

Pasó la etapa de la escuela parroquial.  Pedro fue al Seminario.  Allí se dedicó con ahínco a sus estudios.  No poseía una inteligencia brillante, pero gracias a su tesón pudo pasar con éxito todos los exámenes.  Como se daba cuenta de que para ser un buen sacerdote no era suficiente una sólida formación intelectual, cultivó con mucha fidelidad los ejercicios de piedad que marcaban el ritmo diario del seminario.  Esto no lo hacía por rutina sino por convicción.  Dice el Salmo: “Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”.

Pedro era un muchacho de reconocida sensibilidad y muy amable con todo el mundo; pero cuando lo requería el caso era un hombre firme y decidido.  En cierta ocasión uno de sus condíscipulos trató de involucrarle en la crítica de un sermón predicado por uno de los profesores del Seminario.  Su respuesta fue contundente: “Cuando vengo a la Iglesia, dejo la retórica a la puerta; porque el Señor dice: “El que a vosotros escucha a mí me escucha...”

En otras situaciones, Pedro Chanel sabía tener presencia de ánimo y aplomo como lo demuestra la siguiente anédocta:  En cierta ocasión viajaba en el mismo vehículo que los obreros de una fábrica.  El tema de conversación no era precisamente edificante.  Intuitivamente recordó aquellas palabras de Pablo “Que tales cosas ni siquiera se mencionen entre vosotros”.  Decididamente se volvió hacia sus compañeros de viaje y les dijo:  “Es una lástima que ustedes no hayan traído un poco de algodón de la fábrica ,todos los trabajadores entendieron perfectamente la indirecta y cambiaron de conversación.

Como todos los jóvenes, pasó por momentos de desaliento.  Tenía 15 años y  estudiaba en Cras.  El P. Trompier se había ausentado de la Casa Parroquial urgido por sus deberes pastorales.  Aquel día Pedro se sintió especialmente abrumado por el trabajo de la escuela y por un futuro no demasiado halagador... Sin pensárselo dos veces reunió todas sus cosas, hizo un paquete y se dispuso a abandonar....Cuando ya se alejaba de la aldea se encontró casualmente con una colaboradora del Padre que el convenció para que hiciese una visita al Santísimo  María.  Pedro obedeció y unos instantes más tarde recuperaba la calma y el ánimo.  En la Iglesia de Cras hoy encontramos una capilla dedicada a San Pedro Chanel y allí se puede venerar la estatua, ante la cual el Santo abrió su   corazón en aquellos momentos críticos.

Incluso  antes de partir para Oceanía, tal vez impresionado por las relexiones de un tío suyo, se mostraba indeciso acerca de su idoneidad para las Misiones.  El Superior del Convento de Belley le tranquilizó con estas palabras: “ ¡Anda  ya!.  ¿ Y en estos momentos vas a renunciar a la palma del apostolado y tal vez a la palma del martirio?.  Estoy seguro que no vas a rechazar la llamada  de Dios.  Así que, anímate; no lo dudes más.  Vete a Oceanía...Cuentas con nuestras oraciones, y en las tuyas, no te olvides de nosotros.

Unos días más tarde escribía a uno de sus amigos: “Se me hace larga la espera.  Incluso si yo tuviera un millar de vidas, no me pesaría entregarlas todas por la salvación de los habitantes de Oceanía.

Las palabras ardientes del Apóstol de los Gentiles mantenían alta su moral:  “En el cumplimiento del deber: no sean flojos.  En el Espíritu sean fervorosos, y sirvan al Señor.  Tengan esperanza y estén alegres.  En las pruebas sean pacientes.  Oren en todo tiempo (Rom.12.11 y 12) “Que nadie tenga que sufrir por asesino o ladrón, malhechor o delator.  En cambio, si alguien sufre por ser cristiano, no se avergüence, sino dé gracias a Dios por llevar el nombre de cristiano” (1 Pet. 4,15).

Con entusiasmo él leyó aquellas hermosas palabras del Sirácides (51,12-13) “Te daré gracias y te alabaré; y bendeciré el Nombre del Señor.  En mi juventud, antes de mis viajes, busqué sinceramente la sabiduría en la oración: en la entrada del santuario le pedí y hasta el fin de mis días la buscaré”.

 

DÍA 2º :  LOS PRIMEROS AÑOS DE PEDRO CHANEL COMO SACERDOTE

Antes de ingresar en la S.M. el P. Chanel fue, primero coadjutor de la Parroquia de Amberieu, durante un año y luego párroco de Crozet.  En aquellos tiempos, dada la escasez de sacerdotes, no era raro que un sacerdote recién ordenado fuese nombrado para puestos de responsabilidad.

Su programa pastoral nos recuerda mucho al de Juan María Vianney, el célebre cura de Ars:  Profunda devoción a Jesús sacramentado y a Nuestra Señora; cuidadosa preparación de los sermones, abundante instrucción religiosa a los niños y jóvenes; visita a todos los hogares de la parroquia y....tiempo para estar a solas con el Sagrario.  Unos años más tarde un sacerdote nativo de Crozet afirmaba que cuando un feligrés refiriéndose a un sacerdote quería expresar que era merecedor de todo su afecto y estima decía simplemente:  “Es otro Chanel”.

Durante el tiempo que estuvo en el colegio de Belley mucha gente acudía a él en busca de consejo y Dirección Espiritual.  Los sacerdotes amigos solicitaban unos días de retiro dirigidos por él.  Más de una vez tuvo que levantarse a media noche para atender casos de emergencia en el Hospital que estaba al otro lado de la calle.  Los sacerdotes de los alrededores le invitaban a celebrar la Misa o a predicar en la Fiesta Patronal.  Al menos una vez siendo joven sacerdote predicó en la Catedral los días señalados de la Semana Santa.  Años más tarde el Obispo Mons. Devie ponderaría su elocuencia persuasiva, combinada con la sencillez y la modestia.

Para Pedro Chanel “Hablar de Dios, y no mencionar su misericordia era algo inconcebible.  El predicador que así lo haga, es mejor que permanezca callado”.

El P. Martindale, en sus memorias dice que en sus viajes tenía la costumbre de relacionarse con la gente.  En el viaje que le llevó a Futuna su deseo de entrar en contacto con el personal del “Delfine” estaba difícil.  Tanto el Capitán como los marineros eran groseramente anticlericales.  Cuando llegaron a Santa Cruz de Tenerife, en las Canarias, el barco permaneció amarrado a puerto 50 días.  Tanto el Obispo Pompallier, como los misioneros tuvieron que dormir sobre el duro suelo de una casa alquilada a un trabajador.  Los misioneros declinaron la hospitalidad que gentilmente les ofreció el Obispo de la ciudad.  Los Maristas querían acostumbrarse a  las penalidades de la Misión.

Para poner las cosas peor, se desató una terrible fiebre que hizo estragos en la isla.  El Benjamín de la expedición, el P. Claudio Bret  fue agarrado por la fiebre.  Al fin, el capitán permitió a los misioneros regresar a sus camarotes de 7 x 4 pies.  La paciencia y la bondad de los misioneros hizo mella en una parte de la tripulación.  Todos los marineros asistieron al funeral del P. Bret en algún lugar del Atlántico al norte de las Malvinas.  Al llegar a Valparaíso aquellos rudos hombres ya habían sido ganados.  Muchos de ellos SE confesaron y recibieron la comunión.  Este fue el primer trabajo misionero de Pedro Chanel y de sus compañeros.

Poco después subían a bordo del vapor “Europa”.  La tripulación era americana, de religión protestante; hostiles, al principio, pero muy pronto la simpatía del obispo y de los misioneros les hizo cambiar de actitud.  Luego Chanel organizó su propio retiro anual.  En Tonga, se les unió un jóven llamado Tomás Boag, probablemente escocés, que tomó la decisión de vivir en Futuna.  El P. Chanel halló en él un valioso colaborador.  Con él continúo el aprendizaje de la lengua inglesa que había comenzado en L’Havre y Valparaíso. Poco a poco el joven Tomás fue convirtiéndose en un amigo fiel y servicial.   Fue bautizado bajo condición la víspera de todos los Santos de 1840; y al día siguiente, en presencia de un gran número de Futunianos asistió  a la Misa Solemne y recibió su Primera Comunión.  Esto fue una acontecimiento significativo para el P. Chalen que invitó a los nativos a seguir el ejemplo.

Las otras 45 personas que figuran en el Libro de Bautismos, cuyos nombres él escribió lleno de gozo eran niños o adultos en peligro de muerte.

 

DÍA 3º   SAN PEDRO CHANEL Y LOS JÓVENES

Juan Claudio Colín, el Fundador de la Congregación de los Padres Maristas, en una de sus Cartas Circulares dirigidas a los educadores les ponía en guardia frente a la tentación de buscar una cierta popularidad entre los alumnos.  Pensad más bien, les dice, en aquellos valores que los jóvenes adultos de 25 o 26 años pueden estar necesitando.

Pedro Chanel fue un hombre sereno y tenía un perfecto dominio de sí mismo.  Se vivían tiempos difíciles en Francia.  El espíritu de la revolución lo había invadido todo: ciudades y campos.  Recordemos que el P. Colín todavía relativamente joven, tuvo sus dificultades el primer año como Superior del Colegio de Belley.  Acertó a descubrir pronto a los alborotadores y los expulsó enérgicamente.  Pero el cardo de Superior nunca fue un puesto cómodo ni para él, ni para su sucesor el P. Chanel. Todos los Colegios de Secundaria tenían similares problemas.

Chanel puso empeño en la formación de pequeñas Asociaciones ( una especie de Acción Católica, dentro de la escuela). Varios muchachos le eligieron como su Director Espiritual y como Confesor.  Uno de sus dirigidos escribía más tarde:  “Era como si atrapase tu corazón entre los pliegues de su caridad transparente para luego impulsarte hacia el cielo... Consiguió que la virtud fuese valorada por sí misma de tal modo que algunos deseaban cultivar la misma virtud...”  En cierta ocasión dirigió a los estudiantes la siguiente alocución : “Muchachos pongan de su parte todo lo que les sea posible para que este Colegio sea el segundo hogar de ustedes.  Deseo que aquí se sientan queridos y felices.  Espero que sus almas se desarrollen bajo la gracia de Dios, y que su carácter se fortalezca... Esto no significa que nunca tengan que hacerse violencia a ustedes mismos, que no tengan que sufrir.  Las sendas del aprendizaje y de la virtud nunca están exentas de espinas.  Sería pedir lo imposible, porque la escuela ha sido definida como un entrenamiento para la vida.  Acostúmbrense por ustedes mismos y por adelantado, a sufrir y a soportar”.

No pocos ex-alumnos le escribieron a la lejana Futuna.  A uno que le pedía consejo le llegó esta respuesta:  “Me alegra ver que estás interesado por tu salvación.  Mantén el ánimo firme y sigue por las sendas de Dios hasta el final. Sólo si perseveramos podremos lograr la salvación.  Aquí tienes unas pocas reglas que yo espero te sean útiles:  Por la mañana, al despertarse dedica unos minutos a la oración y a la meditación; pensando así en tu corazón estás recordando cuáles son tus deberes y te estás preparando para cumplirlos.  Ve a confesarte por lo menos una vez al mes; nunca te acuestes con un pecado mortal sobre tu conciencia.  A la edad de ustedes, el alma es a menudo débil, pero con principios claros, arraigados en el carácter, el arrepentimiento viene enseguida... Manténte en guardia contra los libros peligrosos y las malas compañías.  No estés demasiado ocioso.  El trabajo nos fortifica contra los ataques del diablo, que así siempre te encontrará ocupado.  Joven y fortachón, como eres, debes acostumbrarte al pensamiento de la muerte.  Es la manera de evitar el pecado y de practicar la virtud.  ¡ El recuerdo de la muerte  sólo atemoriza al culpable  !. sobre todo, mi querido hijo, ten un amor filial a la Virgen María.  Nunca está demás repetir que un devoto de  María nunca perecerá.

Con esta convicción, Chanel, Maestro y guía del jóven, leyó estas ardientes palabras de San Juan : (1 Jn. 2,14-17)  “Jóvenes les he escrito porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes que ya han vencido al Malo.  No amen al  mundo, ni lo que hay en él.  Pasa el mundo y toca  su codicia, más el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.

Esta carta de Futuna  nos hace recordar otras dos citas que él a menudo meditaba:  “En todos tus trabajos recuerda tu destino y no peques”.  Todas las noches antes de retirarse lee el aviso de san Pedro: “Sean sobrios, estén despiertos, porque su enemigo el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar. Resístanle en la fe” (1 Pe. 5,8-9).

A menudo recomendaba a sus alumnos que al acostarse no olvidasen las tres Avemarías y la invocación al Ángel de la Guarda.

 

DÍA 4º  MENSAJE DEL P. COLÍN A LOS PRIMEROS MISIONEROS Y A TODOS AQUELLOS QUE DESEAN SEGUIR SUS HUELLAS

Que la gracia y la paz de Nuestro Señor Jesucristo y la poderosa intercesión de nuestra tierna Madre, estén siempre con ustedes y les acompañen por doquier...

Estos son los sentimientos de mi corazón hacia cada uno de ustedes y los renuevo con frecuencia y con agrado ante el Altar, pensando en ustedes...Dios no me permite, amados hermanos, compartir sus trabajos, penas y méritos; ni tampoco puedo acompañarles en esa tarea tan noble... Ya que no puedo compartir esa dicha de ustedes que, se lo confieso, a menudo suscita en mi cierta envidia secreta, permítanme al menos que de nuevo les dé algunos consejos... Esos consejos les podrán ser de gran utilidad, y si no, por lo menos, una prueba de mi afecto y de mi solicitud.

No confíen nunca  en ustedes mismos, ni siquiera en los momentos de éxito.  Confíen tan sólo en Jesús y en la Virgen María  Cuanta mayor sea la desconfianza en sus propias fuerzas y la fe en Dios, tanto más atraerán sobre ustedes las luces y las bendiciones del cielo.  Al hombre de fe, que confía en Dios, anda ni nadie lo hará vacilar.  Cuando se vea rodeado de los mayores peligros no será ni apocado ni temerario.  Repetirá constantemente:  “Se de quien me he fiado”, “ todo lo puedo en aquel que me da fuerza”.  Recuerden que el éxito de su misión depende únicamente de la  fe y de la confianza que pongan en Dios.

No apaguen la referencia al Salvador del mundo. En su Nombre marchan “Yo les envío”.  Siempre estará con ustedes, como con los Apóstoles. Si, mis queridos hermanos, “empápense” bien de este pensamiento: Cristo estará con ustedes en los trabajos y en los viajes, lo mismo por mar que por tierra, en la tempestad y en la calma, en la enfermedad como en la salud.  Si tienen hambre o sed, El también tendrá hambre o sed; A EL será a quien reciban o rechacen en la persona de ustedes; al que persigan, si les persiguen.

Sean hombres de oración...Convertir un alma es más que resucitar un muerto y eso sólo se alcanza con la oración.  Rueguen, pues, constantemente por la conversión de los infieles.  Que todos los día sus oraciones, sacrificios y todos sus actos, estén orientandos hacia ese fin.

Nada les diré de la confianza que deben tener en María, ni del celo con el que deben contribuir a hacerla conocer y venerar.  Son sus hijos.  Jamás deben olvidarlo.  Bajo su bandera emprenden el viaje.  Véanla siempre al frente y en medio de  ustedes.  Por muy ocupados que estén no dejen  pasar un solo día sin rezar, por lo menos, algunos misterios del rosario.  Sin perder tiempo pónganse bajo su manto y conságrenle la isla en la que desembarquen, y colocando en un lugar visible alguna medalla o estampa de la Reina del Cielo, como signo de su toma de posesión sobre la isla y de que se la han consagrado.

Recuerden igualmente que San José es el segundo patrono de la Sociedad y que cuantos acuden a él, muy pronto experimentan los efectos de su poderosa intercesión.

En todos los lugares y circunstancias en las que se encuentren sean sencillos, humildes, y pobres; no obstante, sean limpios en el vestir y en el porte exterior.  Nada más conforme con el espíritu de la Sociedad que la sencillez exenta de toda pretensión en el porte y en los ademanes.

Manténganse unidos y no discutan nunca entre ustedes, pues son miembros del mismo cuerpo, cuya cabeza es Jesucristo.  Las penas y tribulaciones, lo mismo que las alegrías de sus hermanos deben hacerlas propias.  Esa unión perfecta será la mejor señal de que realmente son humildes, apóstoles de Dios que es Amor y verdaderos hijos de María.  No olviden que es muy meritorio anteponer la opinión de los demás a la propia, con tal de que la gloria de Dios quede a salvo.

Por encima de todo, amadísimos en el Señor, jamás busquen sus intereses, sino únicamente los de Cristo, obrando siempre con recta intención.  Este es un punto capital, que a menudo debe ser objeto de sus meditaciones.  Así y solamente así, ganarán infaliblemente la corona del apostolado.  Muestren también el mayor respeto hacia los demás religiosos  y hacia los sacerdotes diocesanos, considerando como suyo el bien que hacen ellos, siendo deferentes con ellos, ayudándoles siempre que lo necesiten, tratándoles con honradez, sencillez y humildad.

Finalmente confíen en la oración: por desgracia, nuestras plegarias no son muy dignas de llegar hasta el Trono de la Gracia; pero María es nuestra Madre.  Sus virtudes y méritos  nos pertenecen.  Ofrezcan a Jesucristo el inmenso tesoro oculto en el Corazón Inmaculado de la Madre.  El que les ha escogido y el que les prepara para la lucha, es el mismo Jesucristo.  El es quien pone en sus manos el poder de su cruz... Ofrezcan al eterno Padre los méritos de su Madre.  Tengan la seguridad de ser escuchados cuando vayan a Jesús por María y al Padre por Jesús.

Termino por donde empecé, deseándoles la paz, el amor de Jesús y de María.  Sean valientes, nunca dejen entrar en su alma sentimientos de temor ni de melancolía:  “Alégrense siempre en el Señor ... “  Les abrazo con todo cariño y prometo ayudarles con las oraciones de toda la comunidad.......

El P. Chanel leía a menudo estos consejos de P. Fundador.  Los tomó como regla de vida y mostraba su agradecimiento por recibir “tan sabios consejos.  Que los corazones de ustedes sean tan ardientes como el clima en el que viven”.

El mismo se atrevió a dar sabios consejos a algunos superiores:  A uno de ellos les escribió “Si tomas decisiones, sin pasarlas por el tamiz de la oración, molestarás siempre; caerás en muchas contradicciones y trabajarás en vano... Sólo en la oración encontrarás ánimo, paciencia, amabilidad y firmeza suficientes... En el clima de la oración aprenderás a gobernar con dulzura.  En el silencio de la oración Dios cambiará tus actitudes y en su lugar El pondrá las suyas.

 

5º DÍA:  “ Cuando un amigo se va... algo se muere en el alma”

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Una vez concluidas las tareas del Colegio y preparados todos los asuntos para el traspaso de poderes a su sucesor, llegó el momento de las despedidas.

Pedro Chanel insistió en visitar los Seminarios que él había conocido y amado:  Amberieu. Brou, Cras, Crozet, Montrevel y ...La Potiére, Parroquia que le vio nacer y en la que vivía su madre, viuda desde hacía poco tiempo.  Hizo también una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Fourviére, íntimamente asociado a la promesa de los primeros maristas.  Después visitó en Belley a Mons. Devie.

Este obispo era el primero que gobernaba la Diócesis, después de la restauración de la misma.  Era un pastor celoso y clarividente.  El mismo había nombrado a Juan María Vianney para que revitalizase la fe en Ars; tenía en mucha estima a Colín y a Chanel.  Este fue el mensaje con el que despidió al joven misionero.

“Así pues, nos dejas.  Al fin, ves cumplidas tus aspiraciones de tantos años.  ¿Necesito decirte que tu partida es la primera contrariedad que tu me causas?  No obstante, yo me alegro por tí.  Estoy seguro que estás cumpliendo con la voluntad de Dios.  El es el que te está llamando ahora.  Más de una vez te he contrariado al oponerme a tus deseos de partir para las Misiones.  (Antes de ser nombrado párroco de Crozet,  Pedro Chanel había hecho gestiones para alistarse en una Misión necesitada en América del Norte (Dubuque); al fallarle esto intentó unirse al P. Bonnard para irse a las Indias Orientales.)  Yo soy el culpable de haber retrasado tu labor misionera, sólo porque quería estar seguro de que se trataba de una llamada extraordinaria de Dios.  Es hermoso saber que te has preparado con el ejercicio del sagrado ministerio, aquí en tu diócesis de origen.  La Providencia se ha encargado de irte preparando:  te ha dado una Congregación religiosa.  La tarea que vas a empezar es ciertamente muy hermosa, pero también muy difícil.  Prepárate para hacer frente a numerosas privaciones y a muchos sufrimientos.  Pero ten ánimo.  La Virgen María te ama con un amor muy especial.  Ella te sostendrá en todos tus trabajos por Jesús.  Así superarás cualquier dificultad.  Adiós, Arrodíllate para recibir mi bendición.  La bendición de quien no te volverá a ver más, aquí en la tierra.”

Se dice que el Sr. Obispo vertió lágrimas cuando Chanel cruzaba el umbral de la puerta.

Comprendemos perfectamente que la despedida más dolorosa fue la de su madre, que había enviudado hacía muy poco.  La última noche que pasó en casa, Pedro Chanel  y su madre compartieron muchas cosas en la intimidad.  Pedro le mostraba todas sus ilusiones y le pedía que le recordase todos los días en sus oraciones.

A la mañana siguiente, ella se levantó muy temprano y cuando fue al cuarto de su hijo, descubrió que ya se había ido.  Poco tiempo después, Pedro Chanel exponía sus razones a un amigo:  “ Deseaba ahorrarle el último sufrimiento.  ¿ Le has entregado el mensaje de despedida explicándole por qué actúe así ?.  Sabe muy bien que si para ella era doloroso verme partir, igualmente para mí era insoportable separarme de ella.  Dios todopoderoso la premiará.  Dile que mi amor por ella se ha incrementado.  Nunca la olvidaré en mis Misas, ni en mis oraciones”.

Periódicamente escribía a su madre, tanto durante su viaje, como desde Futuna.  Un poeta contemporáneo canta:

Una madre es siempre una madre;

la cosa más santa de la tierra”

 

Nota

Pedro Chanel y sus compañeros llegaron al puerto del ‘Havre el 27 de octubre, pero el barco que había de llevarles a Valparaíso no zarpó hasta la víspera de Navidad.  durante estos casi dos meses, los misioneros fueron huéspedes de la Sra. Dodard.  Esta señora tenía una casa grande y en ella alojaba gratuitamente a todos los misioneros que se encontraban de paso en la ciudad, esperando la partida de un barco para irse a las Misiones.  Se trata de una gran benefactora de las Misiones, lo mismo que Paulina Jaricot, Fundadora de la Obra de la Propagación de la fe.  Sin duda alguna su recompensa será muy grande en el Reino de los cielos.

Debieron ser muy pesados estos días  de espera en el puerto ya que se encaraban a una misión totalmente desconocida.  Nos vienen a la mente los versos de santa Teresa de Jesús, la gran Doctora y poetisa Mística.

Nada te turbe,

nada te espante,

todo se pasa,

Dios no se muda;

la paciencia

todo lo alcanza;

quien a Dios tiene

nada le falta:

Sólo Dios basta

 

6º DÍA: UN HOMBRE DE ORACIÓN

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Leyendo el diario que Pedro Chanel escribió en la Misión de Futuna constatamos que comienza siempre haciendo un repaso de la jornada con palabras parecidas a éstas: Levantarse a las 5.30; oración y meditación.  (En Francia se hubiera levantado a las 4.30; pero en Futuna, debido a la falta de lámparas, era necesario aguardar a la luz del día).  Un detalle es seguro: la dedicación de un tiempo conveniente a la oración, tal como el P. Colín había inculcado en todos los maristas.

Deseo decirles algo que me es muy querido: Sean hombres de oración.  Recen constantemente.  Recen mucho los unos por los otros.  Para conseguir algo que merezca la pena, tienen que rezar.  El sacerdote auténtico, que ama a Dios mete el mundo entero en su oración.  El que sólo reza por sí, tiene un corazón escogido y mezquino.  Las gracias que reciba estarán en relación con la estrechez de su corazón... La oración consigue conversiones...

Las almas convertidas en Oceanía serán el fruto de nuestras oraciones.  Orar es una manera de hacer el bien, permaneciendo “Ocultos y desconocidos”.  La Virgen María no hacía mucho ruido, pero rezaba mucho.  La oración es la savia que recorre el árbol y le proporciona los frutos a su tiempo; es el aceite que mantiene la llama encendida en la lámpara.  El que vive en la presencia de Dios, reza continuamente.  Hagan bien lo que tienen que hacer y cumplan la voluntad de Dios.  Resumiendo:  Sean fieles a sus oraciones ordinarias y todo les irá bien”.

Estos principios eran compartidos con Pedro Chanel desde sus tiempos de estudiante, como se desprende del testimonio de sus profesores y compañeros.  Presentamos un testimonio, como botón de muestra.  Los HH. Maristas tuvieron el privilegio de proporcionar a Pedro Chanel un fiel compañero, el Hermano Nizier, que seguramente hubiera sido martirizado con él de haberse encontrado  en su compañía el 28 de Abril.  Un día antes se había desplazado a Sigavé, al otro extremo de la isla, para visitar a los enfermos y bautizar a los moribundos.  La gente de Sigavé eran sus mejores amigos.

He aquí el dibujo rápido que el Hermano Nizier hace de nuestro héroe: “ Después de sus trabajos misionales, bajo un sol abrasador y pasando hambre, volvía a casa sudoroso y rendido de cansancio, pero con gran alegría y entereza de ánimo, como si viniera de un lugar de recreo, y esto no una vez, sino casi todos los días.

No solía negar nada a los indígenas, ni siquiera a los que le perseguían, excusándolos siempre y acogiéndolos, por rudos e incómodos que fueran. Era de una dulzura de trato sin par y con todos.  No es extraño que los indígenas le llamaran “el hombre de gran corazón”.  El decía muchas veces al hermano: “ En esta misión tan difícil es preciso que seamos santos”.

La víspera del martirio, antes de enviar al hermano a cumplir un deber misionero a Sigavé señalaba:  “No importa que yo muera; la religión de Cristo está ya tan arraigada en esta isla que no se extinguirá con mi muerte.

Podía haber añadido las observaciones de San Francisco Javier el gran patrón de los misioneros: “El peligro mayor de todos es que no confiemos lo bastante en Dios”.

Siempre se sintió animado por las palabras del primer Papa, aprendidas de memoria en el Seminario: “Por eso alégrense, aunque por un tiempo quizás les sea necesario sufrir varias pruebas.  Su fe saldrá de ahí probada, como el oro que pasa por el fuego.. Entonces será motivo de alabanza, de gloria y de honor para Dios”. (1 Pe, 1,6)

 

 

 

7º día.- PACIENCIA EN MEDIO DE LA EXTREMA POBREZA. 

EL DRAMA FINAL

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“Dios nos conforta en todas nuestras tribulaciones” (San Pablo).  Mons. Pompallier había prometido a Pedro chanel con demasiado optimismo regresas a Futuna con otro misionero, en el plazo de seis meses.  Le fue imposible cumplir tal promesa. Esto ciertamente fue un grave contratiempo; pues dejó comprometida la credibilidad  del P. Chanel y del Hermano Nizier a los ojos de los nativos de Futuna.  No obstante, el 8 de mayo de 1839,  el Padre Chanel y el Hno. Nizier tuvieron la alegría de dar la bienvenida a 5 misioneros que se encaminaban a otros destinos.  El P. Epalle (futuro Obispo) nos ha dejado las impresiones de lo que él vio:

“Vi de nuevo a aquel ángel de paz y de caridad... ¡ Cómo me impresionó su amistosa sencillez!.  A medida que nos íbamos acercando a la choza más humilde, lo vimos a él que venía a nuestro encuentro para darnos la bienvenida; y así penetramos en su hogar futuniano.  No era exactamente la casa de Nazaret, porque aunque pobre, aquella santa morada estaba modestamente amueblada y tenía algunos utensilios de cocina; la celda del Profeta Elías tenia una cama, una silla, una mesa y el lugar para poner una lámpara.  En la habitación del P. Chanel todo lo que nosotros pudimos ver fue un Altar de tosca madera, el tronco de un árbol por almohada, algunos trozos de tela metálica para defenderse de millones de mosquitos. El piso estaba empedrado de cantos rodados, cogidos a la orilla del mar.  Nos llamaron la atención la ropa harapienta, los ornamentos para celebrar la Misa, unas pocas herramientas para trabajar en el huerto y un hacha, que con el tiempo sería usada para consumar su martirio.  Tal era el contenido de esta choza.  El huerto tenía varios árboles frutales, pero todo el mundo sabe que los indígenas venían a robarle los frutos en cuanto maduraban.  No tenia cocina.  El acoso permanente al que estaba expuesto la hacía innecesaria.  El horario de las comidas dependía del humor del Jefe  (¡El Rey!).  Muchos días él y el hermano experimentaron la mordedura del hambre.  Compartían la convicción   de San Francisco Javier.  “Experimentar la soberana bondad de Dios, es nuestro único consuelo en este valle de lágrimas.  Si no fuera por la experiencia de Dios a través de la oración, la vida sería intolerable”, pero gracias a ella tranquila y en silencio he mantenido mi alma. ( Salmo 131,2 (130)”

El P. chanel continuó trabajando y luchando con más ahínco que nunca.  Meitala, hijo y heredero de Niuliki, se estaba acercando a la fe, como catecúmeno.  Pero como dice el salmo: “Los príncipes celebraban consejo contra el Señor y contra su elegido”.  El miedo y la superstición empujaron al Rey y a sus esbirros a buscar una ocasión para matar al sacerdote extranjero y así evitar que su religión acabase robándoles toda influencia sobre los naturales Futuna.

Es el 28 de abril de 1841, por la mañana.  Se le acerca Musu-Musu, el asesino y le pide una venda para curar una herida.  Cuando el P. Chalen entra a buscar la venda ve cómo dos indígenas le están robando.  Les llama la atención y ellos responden descargando sus rompecabezas sobre el hombro del Padre.  Después le golpean en la cabeza, que para los Polinesios es una afrenta muy grande.  Por fin, mientras el Padre musitaba: “Está bien; está bien.  La muerte es un bien para mí.  La muerte es un bien para mí”, el cabecilla del grupo agarra una azuela y la clava en el cráneo del sacerdote.  Así era cómo estaba destinado a entregar su alma a Dios.  Quizás tuvo un presentimiento de todo esto, lo mismo que Nuestro Señor en el Huerto Getsemaní, cuando un poco antes de abandonar la ciudad de Belley, tuvo unos momentos de  duda: “Padre, que pase a mí este cáliz ( de sufrimiento).... pero que no se haga mi voluntad, si no la tuya”.  Unos años antes, predicando en Amberieu, inesperadamente comenzó a rezar y dijo en voz alta: “Padre celestial, que se haga en mi vida lo que tú quieres: corta, trocea, quema,...  con tal de que yo pueda alcanzarte después”.   “Si morimos con El, viviremos con El.. si nos mantenemos fieles, reinaremos con El”.

Ninguna dificultad pudo desviar su firme decisión de ser un misionero de Jesús, el Buen pastor, bajo la bandera de María.

 

8º día : TESTIMONIO OBJETIVO

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Este es el resumen de las conclusiones a las que llegaron el grupo de Teólogos Romanos, designados para examinar cartas, diarios y otros escritos de Pedro Chanel:  Todo esto fue escrito no por vanagloria, si no más bien para obligarse a sí mismo, a buscar la perfección al hacer repaso de los acontecimientos de cada día.

Los manuscritos, después de un estudio grafológico, nos muestran con detalle, las pruebas y dificultades que se interponían entre él y la consecución de su único objetivo: la conversión de la gente de Futuna.  Sus palabras claramente  atestiguan, como en un espejo, la fe y la caridad, que llevaba encima, las dificultades que gozosamente soportaba. ( Se deben examinar detenidamente las cartas y diarios de Futuna, para darse cuenta de que su carrera misionera, día a día, le exigía un grado heroico de paciencia.

Todo lo que él escribe, no solamente está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia,  sino que manifiesta también su celo ardiente en la propagación de la fe.  Era una persona que trataba por todos los medios de conseguir su objetivo; un hombre verdaderamente apostólico, que se despidió de las alegrías y de los honores que el mundo pudiera ofrecerle.  No quiso que la ternura y el amor profundo que sentía hacia su madre la apartasen de su camino.  Decididamente dijo adiós a los amigos y a sus hijos espirituales y se esfumó en el anonimato por la causa del Evangelio.  Juntamente con su intensa devoción a la Madre de Dios, su lema fue:  “¡Que el Nombre de Jesús sea conocido y adorado en todos los países!”

En la Misión para la que él fue destinado trabajó infatigablemente, como un buen soldado de Cristo y no le faltó su premio.  Pedro Chanel mereció la recompensa más valiosa: sellar con su propia sangre la fe que infatigablemente había proclamado.  La conversión de toda la isla de Futuna y la notable expansión de la Fe Católica en Oceanía Central, oriental y sud-occidental sólo se pueden atribuir y no en pequeña medida a la intercesión y al ejemplo de Pedro Chanel.

 

Un Neozelandés, el P. Kevin Maher, compuso los siguientes versos dedicados a Pedro Chanel:

 

“Ni el corazón, ni el hogar pudieron detenerle,

una vez escuchada la voz;

en el nombre de María desafío los mares,

para llevar lejos tu Palabra salvadora.

 

Estéril era el suelo que él sembró,

pero muy grande su amor a Tí.

Todos los días repasaba las cuentas

que formaban el Rosario del mártir

 

No saboreó los premios del que cosecha,

 y aquel campo siempre árido,

merced a su sangre fue regado por la gracia,

y rindió una cosecha abundante y de calidad.

Pastorcillo de Francia, que murió

para salvar a las ovejas sin pastor

Condúcenos a los umbrales del cielo,

morada segura más allá de las sepulturas.

Con un lenguaje mucho más sobrio el primer Marista que fue nombrado obispo,  Pedro Bataillon, daba éste testimonio: “El P. Chanel fue nuestro superior durante el viaje y también fue nuestro modelo y ejemplo.  Siempre amable, siempre idéntico, afable y atento a todas nuestras necesidades; él nunca hubiera hecho mal a nadie.  Estaba pendiente de todos los que le habían sido confiados, siempre dispuesto a consolar y a dar ánimos.  Nunca le vimos enfadado.

Cierto después de muchos años de combate interior consiguió esta actitud de serenidad y de dominio de sí.  Había hecho suya aquella frase de san Agustín: “Esté seguro de que la Divina Misericordia, nunca le abandonará, si usted persevera en la oración”.

La Carta de Santiago dice:

“......estimen como la mayor felicidad el tener que soportar diversas pruebas.  Ya saben que al ser probada nuestra fe, aprendemos a ser constantes. Procuren pues que esa constancia perfecta se verifique con hechos, para que de ahí salgan perfectos e irreprochables, sin que les falte nada...” (Sant. 1,2-4)

 

9º DÍA : EL HOMENAJE DEL PAPA.-

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El P. Chanel fue beatificado por el Papa León XIII el 17 de noviembre de 1889 y canonizado en el Año Mariano de 1954.  En esta ocasión  el Papa Pío XII hizo la siguiente alocución que nos sirve como epílogo de la novena:

“A Pedro Chanel le cupo el honor de ser el primero en derramar su sangre por la fe cristiana en Oceanía.  Apenas había completado el sacrificio de su vida en la isla de Futuna, se recogió una tal cosecha de almas que nadie podía sospechar.  Pasó por la tierra con humildad, amabilidad, paciencia y caridad.  Su energía espiritual se alimentaba de un amor ferviente a Nuestra Señor.  “Amar a María y hacerla amar”, fue su deseo más ardoroso y el programa de su vida, incluso antes de llegar al sacerdocio.  De sacerdote se volcó en hacer volver a la práctica religiosa al pequeño rebaño a él confiado.  Pero su alma ansiaba otras tareas en el campo de las Misiones extranjeras.  Así, él decidió unirse reconocen a la Reina de los cielos como su madre y perpetua superiora y están decididos a conseguir la perfección apostólica y sacerdotal.  Durante cuatro años Pedro Chanel trabajó en la educación de los jóvenes.  Luego superando todos los afectos humanos, partió para Oceanía, donde el Evangelio todavía no había sido proclamado.  ¿ Quién puede describir todas las pruebas físicas y espirituales que le aguardaban allí?.  Los intentos de aprender la lengua y de adaptarse a las costumbres de la gente, la aparente falta de éxito, a pesar de todos sus esfuerzos,  los malentendidos, la hostilidad velada o abierta, que tuvo que encarar - ninguna de estas experiencias pudo doblegar su admirable confianza... A los nativos de Futuna les mostraba una caridad y simpatía sin límites.  Ciertamente el ejemplo de su vida auténtica y mortificada, su incesante oración, sus pláticas oportunas, iban preparando el camino a la Gracia Divina.  Porque después que el mártir entregó su alma a Dios, las fuerzas del enemigo que se le oponían, dejaron libre el camino.

Nuestra Santa Madre la Iglesia puede contar ahora con alegría almas numerosas y fervientes en aquellas lejanas islas Oceanía está allí para servir de ayuda a todos los misioneros, en cualquier campo que trabajen.  Que todos sean como él en estas virtudes que todos conocéis.  Porque el éxito final de vuestro trabajo está asegurado....”.

 

NOTAS 

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En el acto de consagración de la Basílica de San Pío X de Lourdes (25-05-58) el cardenal Angelo Roncalali, a petición del Papa reinante, Pío XII, depositó en altar Mayor, reliquias de San Pedro Chanel al lado de las de San Bernardo de Claraval.  Debemos recordar que Pío XII guardaba muy cerca de sí el relicario que le presentaron los maristas el Día de la Canonización (1954)  Más tarde en el otoño de 1958, Angelo Roncalli sucedió a Pío XII en el solio pontificio con el nombre de Juan XXIII.  El, a su vez, encomendó a los maristas mantener su carisma y les exhortó ardientemente a mantener vivo su legado.

El mensaje de Papa León XIII  a todos los maristas el 17 de noviembre de 1889, día de la Beatificación, es siempre actual:  “Sean otros Chanel, conságrense como él al servicio de Dios, de la Iglesia y de su Cabeza visible en la tierra”.

Merece la pena anotar que unos 47 años antes el P. Colín, Fundador de los Padres Maristas, había dado este lema a su familia espiritual: “Papa ante omnes; episcopi ante alios”.  Es decir obedezcan al Papa antes que a nadie; estén con sus obispos antes que con otros, tales como teólogos o los que se hacen llamar expertos.

Estas palabras son un eco de los consejos de San Ignacio de Antioquía e Ireneo de Lon en la época po-apostólica.  Tampoco le hubiera desagrado incluir el Axioma de San Patricio: “Ut Christiani, ita et Romani sitis” (Si son auténticos cristianos, serán leales a Roma).

El Hermano Nisier (Nicetus) Delorme, formado por el P. Champagnat trabajó en Oceanía muchos años.  Murió en Londres el 3 de Febrero de 1874 cuando regresaba a su misión después de unas vacaciones en familia, en su Francia natal.  Sus restos reposan en el cementerio de Harringay.

 

 

DIVERSAS ORACIONES FINALES DE LA NOVENA.-

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(Se puede variar según los días )

Eterno y poderoso Padre,

que adornaste a tu mártir San Pedro Chanel

con las virtudes heroicas de la fe, mansedumbre,

caridad e infatigable tesón en el anuncio del Evangelio.

Concédenos, te pedimos : seguir sus pasos,

y por su intercesión

mueve la mente y el corazón  de muchos jóvenes generosos

para que se entreguen al servicio de Jesús y de su iglesia

en la Sociedad de María.

Que se preparen y se formen de tal manera

que gasten su vida en la salvación de las almas.

Te lo pedimos en el Nombre de Jesús, Nuestro Señor. 

 

ORACIÓN A SAN PEDRO CHANEL

San Pedro Chanel, has dejado tu tierra

para anunciar a Jesús, el salvador del mundo

a los pueblos de Oceanía.

Llevado por el Espíritu de Dios,

que es fuerza de los mansos,

has sido testigo del amor,

hasta la entrega de tu vida.

Concédenos vivir, como tú, la vida diaria,

en la paz, la alegría y el amor fraterno.

Que tu ejemplo haga surgir en medio de nosotros,

muchos obreros del Evangelio, para que el Reino de Dios

se extienda hasta los confines del mundo

Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN DEL MISAL ROMANO. 28 DE abril

Señor, tu que has concedido

la palma del martirio a San Pedro Chanel,

cuando trabajaba por extender tu Iglesia.

en las islas lejanas de Oceanía,

concédenos a nosotros que,

en medio de las alegrías pascuales,

celebremos de tal modo el misterio de Cristo,

muerto y resucitado,

que seamos verdaderamente testigos de una vida nueva

Por Jesucristo, nuestro Señor

 

CONCLUSIÓN DE LA NOVENA

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 La primera generación de maristas que recibió la tradición viva de manos de los Fundadores tenía la firme convicción de que si Pedro Chanel no hubiera sido mártir, hubiese llegado a ser venerado como confesor de la fe.

Pensando en Chanel, Eymard, Champagnat, Collombe, Epalle y Marmoiton, teniéndolos delante, como en un espejo, el Fundador de los maristas escribió:

“Allí donde Cristo se hace presente, allí encontramos modestia.  Por tanto se esforzarán en controlar sus palabras, sentimientos y acciones, de tal forma que puedan dar un buen ejemplo a todo el mundo”.

“Acuérdense de los pastores que les enseñaron las Palabra de Dios, miren como terminaron su vida e imiten su fe...Cristo Jesús permanece él mismo hoy como ayer y por la eternidad” (Heb.13,7-9).

Anímense mútuamente cada día, mientras dura ese hoy” (Heb.3,13).

 

TESTIMONIOS SOBRE SAN PEDRO CHANEL

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1.- Un compañero de estudios.-

“ En sus relaciones con nosotros, cuando Chanel tenía 13 años, era un buen compañero: ni pendenciero, ni burlón.  Como tenía una educación más cuidada por estar de pensionista con el párroco, siempre se colocaba como moderador en nuestras rivalidades y batallas.  Participaba con entusiasmo en nuestros juegos; era alegre, aceptaba las bromas y sabía tomar el pelo, aunque no llegaba a herir a nadie.  Como yo era el más pequeño del grupo, todos me molestaban, pero Chanel salía siempre en mi defensa; era como mi protector.

2.- Uno de sus maestros.-

“Pedro nunca se despreocupó de cultivar su espíritu.  Sabía que, sobre todo en los tiempos que vivimos, la ciencia es tan necesaria al sacerdote como la virtud.  Aunque no era muy inteligente, tenía suficiente facilidad para llevar bien sus estudios.  A ellos se entregó con dedicación y constancia, sin desanimarse nunca ni por las dificultades ni por el aburrimiento de las materias.”

3.-John P. Twyning

John P. Twinyng, súbdito inglés, se encontraba en la isla de Futuna en 1841.  Años más tarde contaba sus aventuras en un libro publicado en Londres y titulado “Naufragio y aventuras de John P. Twinyng entre los isleños del Mar del Sur”.  Se hallaba en Futuna en el momento del martirio de San Pedro Chanel.  He aquí su texto:

“En mayo de 1841 pasamos por otro peligro, casi fatal para todos los blancos, y que fue la causa de que abandonáramos la Isla del Cuerno. (Futuna).  Comenzó por una pequeña riña entre Newleague (Niuliki) y su hijo Maitala, que trató de hacerse cristiano.  El tabú de la familia de Newleague consistía en que su hijo mayor no podría comer ñame antes de casarse y tener un hijo entonces sería liberado del tabú.  Se le impuso, pues, al joven, bajo pena de muerte, que sería aplicada por sus dioses ( y ellos creían firmemente que se la aplicarían de la manera más terrible), abstenerse de comer la raíz prohibida hasta que fuera liberado cuando tuviera un hijo varón.  Estos tabúes son muy frecuentes entre los habitantes de las Islas Fidji y las Amigas.  Dejando de lado a su padre, Maitala fue a ver al sacerdote católico, que desde hacía dos años residía en la isla, para preguntarle si al rompimiento de su tabú seguiría el castigo de la muerte.  El buen sacerdote le dijo que no, y trató de convencer al joven jefe de que esas supersticiones inútiles eran una tontería,  Convencido, Maitala y otros jóvenes que siempre lo acompañaban, como unos doce, preparó una gran hornada de ñame y comió hasta hartarse, apartándose de la antigua costumbre sagrada, o más bien, reduciendo a la nada la venganza y la autoridad de sus dioses. 

La noticia del hecho llegó pronto a los oídos del rey, quien enloquecido por la desobediencia de su hijo y por el insulto que, pensó habían recibido los dioses, decidió tomar a su cargo aplicarle el castigo que tal acto merecía.  Primero mandó algunos jefes a castigar a su hijo y a sus compañeros, ordenando fueran azotados.  Luego, pensando que el principal causante del quebrantamiento del tabú por parte de su hijo era el sacerdote católico, mandó matarlo y saquear su casa.  Ambas órdenes se llevaron a efecto:  el hijo fue azotado y el sacerdote soportó la muerte con la tranquilidad y resignación de un mártir.  Cuando los nativos llegaron a la casa del sacerdote, encontraron la puerta cerrada, y al llamar, él mismo les abrió, pues su ayudante y su intérprete estaban en mi casa, en el sur de la isla y de esta manera salvaron providencialmente sus vidas.  Los nativos le dijeron al sacerdote que uno de los jefes estaba herido en la cara y le pidieron abriera la puerta.  Al abrirla, se abalanzaron hacia el interior y uno de ellos le dio al sacerdote un violento golpe sobre la sien derecha.  El pobre hombre, sin decir ni una palabra de protesta, fue a sentarse en su silla, y, con la sangre corriéndole por la cara, sacó del bolsillo su libro de oraciones,  y comenzó a leer.  A poco de estar sentado, otro hombre le arrojó una bayoneta que le atravesó el hombro izquierdo.  entonces él levantó la vista del libro, miró serenamente a sus asesinos, con su mano derecha saco la bayoneta de la herida, y sin hablar, reanudó su oración.  Los nativos comenzaron  a saquear la casa; pero dos del grupo que eran amigos del sacerdote, aprovecharon la oportunidad para apremiarle a escapar.  Se acercaron a él y le levantaron para sacarlo.  Se dieron cuenta de que estaba muy debilitado por la pérdida de sangre para poder mantenerse en pié.  En ese momento llegó Musu-Musu, el jefe del grupo, y ordenó a los nativos matar al hombre blanco.  Pero como estaban muy ocupados en saquear la casa, no hicieron caso de las órdenes.  El mismo avanzó hacia su víctima y le dio un violento golpe con la azuela en la cabeza y lo mató al instante.

El autor sigue describiendo como los cuatro o cinco blancos de la isla, viéndose amenazados, tomaron armas y se introdujeron en la maleza, dispuestos a repeler cualquier ataque.  Sin embargo, el rey se mostró arrepentido y el grupo logró salir hacia Wallis.

El relato continúa:

“Al desembarcar encontramos a Samuel Nelson, jefe militar de la parte sur de la Isla del Cuerno.  Venía a pedirme información sobre la situación de los asuntos por allí.  Le conté lo del asesinato del sacerdote católico, nuestras dificultades a partir de entonces, nuestra salida de la isla, y otras muchas cosas que supuse le podría interesar conocer.  Se alegró de verme, aunque le dio pena mi debilidad ( el autor había quedado paralítico de las piernas).  En seguida subió a bordo de una fragata francesa y comunicó a las autoridades lo que yo le había informado sobre el sacerdote, y de inmediato tomaron medidas para castigar a los autores de su muerte.  Unos meses más tarde, Samuel Nelson se hizo a la mar en la fragata francesa, cuyo capitán tenía autoridad y amplios poderes para vengarse de los isleños.  El Obispo de Pomperare acompañaba la expedición, y gracias a su influencia los nativos tenían libertad de evitar la venganza aceptando la fe católica.  De este modo orientó la espada al servicio de la iglesia, para atraer a los paganos.  A su llegada a la isla del Cuerno, habían ocurrido varios acontecimientos que, en parte, habían preparado la mentalidad de la gente a aceptar la religión católica.  Newleague había muerto; su muerte había sido repentina y acompañada de una enfermedad que hizo pensar a la gente había sido un castigo de Dios por haber mandado matar al sacerdote.  El modo como este mártir había pasado los últimos momentos de su vida, contribuyó en gran manera a que los nativos concibieran una gran veneración por su recuerdo, lo cual atrajo más gente a recibir su fe, de lo que había logrado en dos años de residencia y de trabajo.  Musu Musu, el autor del asesinato, estaba vivo y era rey en un lugar de Newleague; pero cuando se presentó la fragata ante la isla, este jefe se dio cuenta de que no podía ofrecer resistencia ante tan formidable fuerza y que no tenía otra alternativa que, o entregarse a la venganza de los franceses, o hacerse cristiano.  Escogió esto último; pero recibió el rito del bautismo poco antes de que fuera  atacado por una violenta diarrea, que puso fin a sus días, tras un cortísimo reinado.  Le sucedió Maitala, el joven jefe que había roto su tabú por insinuación del desgraciado sacerdote.

El cristianismo está ahora establecido en la Isla del Cuerno...”

(El texto de este testimonio cfr. Intercom-SM. 1981, #2, p.ll)

 

4.- Lo que Chanel escribe a su familia sobre la muerte de

Claudio Bret.-

 

“El P. Bret, a quien ustedes llegaron a conocer en casa, cuando estábamos en las Islas Canarias, dedicaba mucho tiempo a los enfermos.  Subió a bordo con mucho dolor de cabeza, y en vez de mejorar, empeoró en alta mar.  Le agarró una fiebre muy alta y no sirvió para nada el tratamiento.  El Señor sabe lo que hace; a pesar de nuestros deseos y lágrima, prefirió llamar a Claudio a su lado, satisfecho con su entrega generosa.  Se complació en llamarle antes de llegar al campo de batalla ( Oceanía).  Yo fui su compañero de viaje y me separaba de él lo menos posible.  Así, su muerte me debe mover más a la envidia que a las lágrimas.  La noche anterior, Claudio recibió la comunión de manos del Sr. Obispo, más para satisfacer su devoción que por prepararse a  bien morir.  Nos impresionó su paciencia y su resignación.  A menudo nos pedía que rezáramos a su lado, y que no nos preocupáramos de causarle fatiga.  El mismo sólo dejaba de rezar cuando caía dormido.

 

El lunes por la mañana nos dejó bastante preocupados cuando nos dijo que se estaba muriendo.  No nos podíamos creer sus palabras, aunque las dijo varias veces.  También repitió que no le importaba que su cuerpo fuese comido por los peces o por los gusanos con tal de que su alma estuviese con Dios.

Cuando sobrevino el momento de su muerte, no se dio cuenta.  Murió después de un sueño profundo y de una breve agonía.  Todos estábamos presentes cuando dio su último suspiro.  Nuestras oraciones se entremezclaron con nuestras lágrimas.  Luego, todos,  uno detrás de otro, nos acercamos a despedirnos de él.  Velamos su cuerpo en una pequeña capilla.  El calor exigía que lo enterrásemos sin dilaciones; cosa que hicimos al día siguiente después de una Misa de cuerpo presente, celebrada por el Sr. Obispo.

El no deja de ser nuestro amigo y hermano.  Sólo ha cambiado el título de misionero por el de Protector de nuestra Misión”.   

 

CHANEL, HOMBRE DE LA PERIFERIA

Con su humilde afabilidad, El Padre Chanel se invirtió plenamente en "hacerse todo a todos" (1 Cor 9,22). Intentó vivir faka futuna, al estilo futuniano, hasta el punto de comer pescado vivo. Nuestro Papa nos anima a ir a las periferias. Al decir esto, no sólo piensa en las islas perdidas o en los territorios aislados, sino también en las periferias sociales y en lo que él llama "periferias existenciales", como el mundo de los enfermos. Cada subcultura religiosa, social o profesional tiene su propio lenguaje. A veces nos sorprendemos a nosotros mismos alejándonos de ciertos círculos porque no estamos familiarizados con el lenguaje que hablan, ya sean estudiantes de secundaria, presos, personas sin hogar o grupos que vienen a practicar Tai Chi. Las periferias están en todas partes. Para seguir a Pedro Chanel, ya no es necesario hacer largos viajes. Basta con seguir su humilde apertura a lo desconocido. Este es el principio de toda evangelización. Jan Hulshof Pedro  Chanel Si hay alguien que ha aceptado salir de su zona de confort para incorporarse a las periferias de su tiempo, ese es Pedro Chanel. Tuvo la valentía de dejar su país, sus amigos y su familia, y partir hacia un destino prácticamente desconocido. Además del reto del viaje en sí, tuvo que abrirse a otras costumbres distintas a las suyas, aprender otro idioma... En definitiva, tuvo que aceptar ser radicalmente desarraigado. Me parece que experimentó un verdadero desenraizamiento que, a decir verdad, me cuesta imaginar. La imagen que me viene a la mente es la de un paracaidista que se deja caer en un terreno totalmente desconocido... No sé si, en aquella época, se hablaba de "choque cultural". Sea como fuere, me cuesta imaginar que haya podido escapar a esta dura realidad: desorientación, cansancio, incluso enfermedad, desánimo, decepción por la situación que descubrí, cuestionamiento de las propias razones que lo llevaron a venir, no encontrar a nadie con quien hablar... Por no hablar de posibles episodios de sequedad espiritual, de acedia, quizá de una noche de la fe. Tantos elementos a los que sin duda hay que añadir los componentes propios de la geografía del Pacífico: el aislamiento, y una gran soledad. Con todo, aunque no me hayan enviado al otro lado del mundo, siento que me enfrento a retos similares: trabajar para absorber, o al menos amortiguar, el choque cultural de ser un inmigrante francés en Londres, luego abrir los ojos y escuchar, sobre todo a los pobres de mi puerta, familiarizarme con nuevas formas de comunicación, no permanecer en un estado de egoísmo, saber relacionarme con los demás de forma gratuita y desinteresada. Y permanecer, como Chanel, profundamente arraigado en la oración. Hubert Bonnet-Eymard Las periferias están en las preguntas. Después de su ordenación, siendo todavía sacerdote diocesano, Pedro Chanel fue destinado a una parroquia en la que, un tiempo antes, estuvo el filósofo Voltaire quien probablemente interpeló a los feligreses sobre su fe. Chanel deseaba ir a las misiones desde su juventud, pero este deseo tardó años en cumplirse. Se unió a los aspirantes maristas, pero experimentó la incertidumbre sobre la aprobación o no de su proyecto. Su mejor amigo, Claude Bret, murió de camino a Oceanía y le dejó solo. En Futuna, la población local cuestionó el mensaje cristiano que intentaba proclamar. A pesar de su gran compromiso y sus muchos esfuerzos, vio muy pocos resultados. El hermano Nizier mencionó los rumores sobre el asesinato del misionero. Chanel respondió: Pueden matar al misionero, pero no pueden matar la misión. Eso me impresiona. Chanel tuvo que enfrentarse a muchas preguntas que hoy me incomodan: ¿Continuará la Sociedad de María? ¿Es la vida religiosa una forma de vida para los jóvenes de hoy? ¿Dónde está Dios en una época secular? ¿Qué valor tiene nuestra religión en comparación con otras religiones, o con ninguna? ¿Cómo convivir con personas de diferentes culturas: diferentes países de origen, pero también cultura juvenil, estilos de vida no practicantes o no creyentes? Aquí veo muchas periferias modernas, o lugares a los que el Papa Francisco quiere que vayamos. Chanel sí fue. Los primeros maristas sí fueron al Bugey. Está en nuestros genes ir y vivir y dar testimonio como maristas donde otros no quisieron ir. Estas preguntas son incómodas, pero es necesario plantearlas y, por lo tanto, me llevan a dar mi respuesta para mí y para los demás. Al menos, para compartir que siento por las personas que se plantean estas preguntas y al mismo tiempo trabajar desde mi fe como lo hizo Chanel. Alois Greiler Cuando Pedro Chanel dejó su ciudad natal de Bresse para ir hasta Futuna a predicar el Evangelio, todavía no se conocían los abusos a menores en la Iglesia, al menos no en general. Hoy todos sabemos que algunos sacerdotes - incluso maristas- hicieron un daño imperdonable a los menores. No llevaban el Evangelio, sino el puro horror. La forma en que la Iglesia está tratando esta crisis da lugar a preguntas: ¿Es más importante la reputación de la Iglesia que escuchar a las víctimas? ¿Somos capaces, como Iglesia, de renovar y desarrollar nuestra enseñanza eclesiástica de manera que volvamos a ser capaces de "llegar a todas las "periferias" que necesitan la luz del Evangelio?" (EG 20) Me atrevo a pensar que el escándalo de los abusos en el seno de la Iglesia hace necesario una especie de giro copernicano en la Iglesia. Cuando el Papa Francisco dice que todos estamos llamados a "salir de nuestra propia zona de confort" (EG 20), me pregunto: ¿qué quiere decir el Papa Francisco con "zona de confort"? - Reflexiono: ¿se refiere sólo a nuestra ciudad natal, sólo a nuestra familia y amigos? - ¿O esta zona de confort de la que el Papa nos pide que salgamos incluye también las estructuras y los modos de pensar dentro de la Iglesia? Y con respecto al enfoque histórico-crítico en la exégesis, me atrevo a preguntar: ¿no necesitamos también un enfoque histórico-crítico en la teología dogmática? San Pedro Chanel estuvo abierto a dejar su tierra natal. Creía firmemente que el Señor le guiaría a través de todos los peligros y desafíos de su viaje como misionero. Los maristas de hoy estamos llamados a estar abiertos a nuevos enfoques teológicos. Podemos confiar, como San Pedro Chanel, en que el Señor nos guiará a través de todos los peligros y desafíos de nuestro tiempo. Thilo Saft Podríamos decir que San Pedro Chanel llevó a su vida el mandato urgente que nos dejó el Señor: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la Creación” (Mc 16,15). No dudó a la hora de dejar la comodidad de Francia para dedicarse a un ministerio poco agradecido y con pocos resultados, al menos durante su vida en Futuna. Sin embargo, creo que San Pedro Chanel sabía que aquel era el lugar donde tenía que estar; allí descubrió una periferia que necesitaba la luz del Evangelio (EG 20). Hoy en día, creo que una de las periferias existenciales más extendidas en Europa y en es la producida por haber sacado de la vida diaria la dimensión espiritual. Esta sociedad ruidosa, individualista y centrada en lo material termina haciéndonos impermeables a lo espiritual, secándonos el alma poco a poco. A mucha gente le gustaría recuperar la vida espiritual, algo que les permita encontrar algo de paz, pero no saben muy bien cómo. Creo que la misión marista hoy, no puede abandonar esa periferia donde la gente se ve privada de una vida espiritual plena simplemente porque no está de moda. Deberíamos buscar aquellas grietas en las que cualquier persona se abre a algo más, a la trascendencia, e iluminarles con la luz del Evangelio. Todavía hay lugares privilegiados para ello y la pandemia podría ser el kairós que estábamos esperando. Daniel Fernández Llamado a la misión, cerca o lejos Mary’s College, Dundalk, en 1954 (año de su canonización), aprendí algo de la historia de Pedro Chanel, y me di cuenta más tarde de cómo su decisión de no perder la esperanza, incluso cuando todos sus esfuerzos misioneros parecían infructuosos, me ayudó en los años siguientes a crecer espiritualmente. El ministerio en Europa (Toulon) cuando llegué aquí en 2013 parecía un contraste tan grande con lo que había estado acostumbrado en Japón desde 1969. ¡Cómo comunicarme con la gente en una Europa que apenas reconocía, una nueva cultura con la que ya no estaba familiarizado, debido a tantos cambios que habían tenido lugar! Esta vez, había salido de mi "zona de confort" y de mi "hogar de adopción" en el Extremo Oriente, pero pronto descubrí que también este otro lado del mundo es un territorio de misión, en el que tantas personas, jóvenes o mayores, conscientes o no de ello, están sedientas de algún tipo de sentido espiritual y de sanación en sus vidas. Uno de los retos misioneros urgentes para mí ahora es encontrar el vocabulario adecuado para llegar a personas de otra mentalidad y cultura, especialmente a los jóvenes del siglo XXI. Intentar comprender sus preguntas y comunicarme con ellos es una tarea mucho más difícil a los 81 años que aprender la cultura y la lengua japonesas a los 29. La paciencia de San Pedro Chanel al esforzarse por aprender el idioma local en Futuna, así como todo su estilo de vida, todavía me inspiran: su profundo respeto por cada persona, su acogida llena de amor a los pobres, su inquebrantable ardor por compartir la alegría de conocer el amor de Cristo y permitir a la gente evitar las dificultades de la desesperación y el desánimo. A esto hay que añadir su constante vida de oración, que a menudo habría sido, imagino, una oración de intercesión por la gente a la que amaba y servía. La llamada a la misión, cerca o lejos, es igual de pertinente hoy o mañana, dondequiera que uno viva. Paddy O’Hare La periferia se está llenando de gente. ¿Dónde están los márgenes o las periferias hoy en día? - En las zonas de misión lejanas: salir con valentía, dejar todo atrás y viajar. - Tan cerca como dar un paso para cruzar al otro lado de la calle, como el Buen Samaritano, como nos recuerda el Capítulo de 2017. Salir con valentía, dar ese paso, tal vez el que no quiero dar y luego vivir con las consecuencias. - Más cerca aún: en nuestro propio corazón. ¿Cuál es el paso que no queremos dar, la pregunta que no queremos hacernos a nosotros mismos, la conversación que podría darnos cuenta de verdades incómodas sobre nosotros mismos y nuestras creencias? Los que están en la periferia incluyen a los exiliados, a los desterrados, a los que no se sienten bienvenidos, ni invitados, sino excluidos. El ministerio en las periferias de la sociedad y de la Iglesia. Algunas periferias están pobladas por víctimas de la pobreza, la drogadicción, los abusos, los sin techo, la explotación y el tráfico de personas. Otra periferia es la poblada por los católicos comprometidos divorciados, los que están en segunda unión, los que viven juntos, los que tienen relaciones del mismo sexo y la bendición de todas esas uniones. La periferia es también la patria del ministerio de liderazgo de las mujeres en la iglesia, la ordenación de mujeres y el clero casado. Las periferias están ocupadas por el otro, el diferente, el forastero, el exiliado, el desterrado, el asediado. Las periferias se llenan de gente. Pronto la Iglesia católica será como una secta, al haber desterrado a tantos a la periferia, directa o indirectamente, por designio o error, por palabra, acción o inacción. La respuesta acogedora, hospitalaria y pastoral de la iglesia local sólo llega hasta cierto punto. La acogida personal es una cosa. Muchas personas cuyas vidas no están en consonancia con la enseñanza de la iglesia continúan en la iglesia a pesar de los líderes de la iglesia, no gracias a ellos. Siguen en la iglesia por su fe en Dios. Sin embargo, a algunos les parece un obstáculo demasiado grande para saltar y se alejan. Muchos han rechazado a la iglesia que ven que los rechaza. Muchos esperan encontrar un lugar en una comunidad eclesiástica acogedora, a pesar de los que creen que no la merecen. Dios acepta a todos los que están en la periferia y en los márgenes de la forma en que los ha creado. También nos acepta a ti y a mí tal y como nos ha creado.

DAVID CORRIGAN


LA VIDA DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

LA VIDA DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

Al principio, las primeras comunidades, no lograron alcanzar plenamente una vida ideal. Su vida debía seguir siempre el ideal de la Iglesia. En los Hechos de los Apóstoles, la vida de la primera comunidad se agrupa en tres apartados:

  • En el interior de la comunidad: la comunidad.
  • En su relación con Dios: la oración, los ritos y las celebraciones.
  • En su actividad hacia fuera: la misión.

 

a) En el interior de una comunidad: la comunión.

«Comunión» significa «común-unión», unión de todos. Esta comunión se consigue con la fe en Jesús, cuando todos se sienten hermanos. Vivían unidos como auténticos hermanos, compartiendo sus bienes con los que lo necesitaban, reunidos en torno a los apóstoles que eran el motor de la comunidad. De los apóstoles recibían las enseñanzas y las noticias sobre la vida de Jesús. Se alimentaban con su predicación y así iban creciendo en la fe y en la unión. La gente al verlos decía: «Mirad como se aman».

b) En su relación con Dios: la oración, los ritos y las celebraciones.

La oración era una actividad cotidiana y frecuente entre los primeros cristianos.

Las realizaban en el templo, en Jerusalén o en sus casas (las Iglesias todavía no existían). También oraban en ocasiones especiales, cuando tenían que tomar una decisión importante o algún hermano estaba en peligro, pero estas oraciones frecuentemente iban acompañadas con algún rito.

Entre los ritos y celebraciones, los primeros cristianos practicaron sobre todo la «fracción del pan», que es el nombre que se le da a la eucaristía y que se celebraba en las casa siguiendo el mandato de Jesús. También aparece el bautismo como rito de entrada en la comunidad y la imposición de las manos para la transmisión del Espíritu Santo o para algún encargo especial de la comunidad.

c) En su actividad hacia fuera: la misión.

Los cristianos de las primeras comunidades eran conscientes de que el evangelio era una buena noticia y había que predicarla. Y por eso no solo los apóstoles, (aunque especialmente ellos) se dedicaban a predicar y anunciar el evangelio, se dedicaban todos los que creían en Jesús. Al principio se dirigían a los judíos, pero después, iniciaron una misión hacia los demás pueblos cercanos.

Para poder apreciar mejor la situación de estas primeras comunidades podemos ver el siguiente esquema sobre el tema…Esquema primeras comunidades cristianas

 

 

Fuente: https://fashionandgreen16.wordpress.com/2016/02/

LA CUARESMA: UNA GUÍA PERSONAL PARA JÓVENES EN CUARESMA

 

 

UNA GUÍA PERSONAL PARA JÓVENES EN CUARESMA

Si creciste siendo católico, probablemente estás familiarizado con muchas de las prácticas religiosas de la Cuaresma. Recibir las cenizas en la frente el Miércoles de Ceniza, no comer carne los viernes, escoger algo de lo que te vas a “privar durante Cuaresma”: estas son cosas que has conocido desde que eras pequeño. Es fácil seguir a los demás cuando la familia y los amigos están haciendo estas cosas, sin pensar mucho acerca de ellas. Pero a medida que pasa el tiempo, nos hacemos nuevas preguntas acerca de las cosas familiares. Tenemos que saber por qué las cosas son como son. Esta guía analiza el Tiempo de Cuaresma, con especial atención a ¿por qué las cosas que asociamos con la Cuaresma son parte de la experiencia de la Iglesia –tu experiencia– durante este tiempo?

LA CUARESMA ES UN TIEMPO ESPECIAL

Es importante entender que la Cuaresma es como una “estación”. Esto puede parecer obvio, pero en realidad es fácil no verlo. La Cuaresma es un “Tiempo” del año litúrgico, de la misma manera que el verano, el invierno, la primavera o el otoño son estaciones del año natural.

¿POR QUÉ UN TIEMPO ESPECIAL?

Históricamente, la Cuaresma se inició en la primera Iglesia para las personas que se preparaban para ser bautizadas en la Pascua. Necesitaban un tiempo o período especial destinado a la preparación espiritual. Todo el mundo comprendía que el Bautismo era de suma importancia, una ocasión que se daba una vez en la vida. Quienes se preparaban para hacerlo sabían que debían centrar su atención. Tenían que rezar. Tenían que ayunar. Tenían que practicar la caridad. Tenían que estar seguros de que estaban dispuestos a renunciar a su antigua forma de vida. Aquellos que ya estaban bautizados les ayudaban. Ellos compartían algunas de sus preparaciones con ellos, especialmente la oración, el ayuno y las limosnas a los necesitados. Poco a poco, otra capa de significado se añadió a la Cuaresma. Los cristianos que habían cometido un pecado grave se arrepentían. Querían ser admitidos de nuevo a la comunidad de fe y perdonados. Necesitaban un período de tiempo para prepararse para la reconciliación: arrepentirse de sus pecados, mostrar que sentían remordimiento y cambiar sus vidas. Durante los primeros siglos de la Iglesia, la reconciliación se recibía solo una vez en la vida. Era la una y única “segunda oportunidad” después de que una persona había cometido un pecado grave. Las personas que hacían algo terrible, como asesinar o renunciar públicamente a su fe en Jesús, eran conocidos por la comunidad. Podían ser perdonados, pero era algo muy serio.

SACO Y CENIZA

 Los penitentes, al ser llamados los pecadores arrepentidos, llevaban un cilicio o túnica de saco y ceniza como signo de su arrepentimiento por el pecado. Querían ser fieles cristianos una vez más. Rezaban y ayunaban y trataban de compensar el mal que habían hecho. La comunidad cristiana, por su parte, no se quedaba de brazos cruzados. Se inspiraban con la sinceridad de esas personas que mostraban tantas ganas de volver a la familia de Dios y reparar el daño causado por su pecado. Ayudaban a los penitentes, y también trataban de arrepentirse de sus pecados menores, con el fin de mostrar su solidaridad. Con el tiempo, todo el mundo comenzó a recibir un poco de ceniza para demostrar que ellos también se arrepentían de sus pecados. Hoy día entendemos que la reconciliación puede suceder más de una vez. El sacramento de la Penitencia se puede celebrar cuantas veces sea necesario. Sin embargo, es inspirador recordar el camino de la reconciliación que tenía lugar durante la Cuaresma, en los primeros siglos de la Iglesia. Las raíces históricas de la Cuaresma explican su carácter. Comenzó como un tiempo para estar listo de manera auténtica y espiritual para la iniciación (Bautismo), por un lado, y para la Reconciliación por el otro. En ambos casos, era un proyecto de toda la comunidad, y en el que todos compartían ciertas prácticas como la oración, el ayuno y las limosnas a los necesitados.

CONVERSIÓN

 Hoy día, la Cuaresma se mantiene fiel a esas dobles raíces. Las formas exteriores han evolucionado en el trascurso de la historia, pero la dinámica interna de la Cuaresma, su espíritu, sigue siendo el mismo. Tanto para la iniciación y la Reconciliación, la dinámica básica o el espíritu se puede resumir en una palabra: conversión. Esta es la razón por la que tantas prácticas cuaresmales nos llaman a tomar decisiones. El cambio ocurre gradualmente, por la gracia de Dios, pero tenemos que cooperar con esa gracia. Esto requiere una decisión. Cuando la palabra conversión se utiliza en el mundo secular, podría significar un cambio. Pero cuando esta palabra se usa para hablar de la conversión cristiana, significa cada vez más estar anclado en nuestra relación total con Dios –corazón, mente y acción. Conversión no es solo “alejarse de” algo. Siempre es “volverse hacia” algo o, mejor aún, Alguien. La Cuaresma nos llama a volvernos hacia Dios, para recibir su gracia, y para responder con nuestra forma de vida. La vida cristiana es siempre nueva a medida que seguimos para cambiar y crecer según avanzamos por la vida. Es por eso que necesitamos el Tiempo de Cuaresma cada año. La Cuaresma es un tiempo destinado a renovar nuestra conversión, a volvernos hacia Dios de nuevo: hoy. Esto puede lucir diferente a cuando éramos más jóvenes, o incluso hace un año.

CENIZA

Cuando la ceniza se traza en la frente el Miércoles de Ceniza, el ministro dice algunas palabras. Al reflexionar sobre estas palabras, podemos comprender mejor lo que significa la ceniza. Esta es la primera de las dos opciones que el sacerdote o ministro pueden utilizar: Arrepiéntete y cree en el Evangelio. Estas palabras captan claramente el espíritu de conversión. Arrepentirse o abandonar el pecado es comprometerse conscientemente a avanzar hacia la luz de la bondad de Dios y la verdad. Nuestras prioridades incorrectas, nuestros malos hábitos, nuestra incapacidad de amar a Dios y al prójimo como es debido: estas cosas deben ser identificadas y vencidas. Sin embargo, eso es solo parte de la historia. La segunda parte de esta frase plantea la parte positiva de lo que tenemos que hacer: creer en el Evangelio. El Evangelio de Jesucristo es la Buena Noticia del amor de Dios para el mundo y para cada persona. Creer en el Evangelio significa dejar que las buenas noticias maticen todos los aspectos de tu vida. Esto significa unirse a Dios en amar a nuestro prójimo y ser generosos. Con la ceniza se traza la Señal de la Cruz en la frente. Este signo nos recuerda que el camino del discípulo incluye siempre la cruz. Compartimos la Muerte y Resurrección de Cristo al morir a nosotros mismos y vivir para Dios. Esto puede parecer sombrío, pero en realidad es una buena noticia. Si vivimos para nosotros mismos, tenemos que admitirlo, vamos a tener una vida bastante estrecha. Pero si vivimos para Dios, participamos en el gran drama de la salvación que llega hasta los confines de la Tierra. Cuando pertenecemos a Cristo, el universo entero es nuestro. Las otras palabras que pueden acompañar la imposición de la ceniza son: Acuérdate que eres polvo, y al polvo has de volver. En el Libro del Génesis, Dios creó del barro al primer ser humano. Dios tomó el “polvo” en sus manos y formó un ser humano. La vida de la humanidad es el “aliento” de Dios. La sabiduría empieza por saber quiénes somos. Somos criaturas, no el Creador. Esta afirmación también nos hace reflexionar sobre nuestra mortalidad, por cierto, no un pensamiento muy reconfortante. Sin embargo, si lo escuchamos con la disposición correcta, nos puede ayudar a centrarnos en lo que es realmente importante en la vida. ¿Pasamos la vida empeñados en la búsqueda de las cosas que pasarán, preocupándonos por nuestro aspecto, logros o posesiones? Es natural querer lucir bien, tener éxito y poseer cosas bonitas. Pero cuando muramos, nada de eso importa. Lo qué importará es el tiempo, el amor y la energía que hemos invertido en nuestra relación con Dios, y cómo hemos amado a nuestro prójimo. Estas palabras: “Acuérdate que eres polvo... “deberían generar una reacción en nosotros: dar más tiempo y atención a lo que es realmente importante.

La ceniza se hizo de quemar las hojas de palma del Domingo de Ramos del año anterior. ¡Qué signo tan elocuente de que la gloria y el honor en este mundo al final se reducen a nada! Mas, Dios es eterno.

ORACIÓN

La búsqueda de más tiempo para la oración es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu vida espiritual en Cuaresma. La oración es para todos los tiempos; sin embargo, la Cuaresma es un tiempo especial para dar más atención y tiempo a la oración. Hay muchas maneras de rezar, por supuesto, pero la clave de todas es el paso que das, simplemente, al decidir: “Sí, voy a rezar más en esta Cuaresma”. Las prácticas tradicionales de Cuaresma que pueden animar más la oración son: asistir a misa con frecuencia, rezar la Liturgia de las Horas, recibir el sacramento de la Penitencia y participar en las devociones.

MISA DOMINICAL

La misa dominical es esencial porque la Eucaristía es el sacramento central de nuestra fe católica. Al iniciarse la Cuaresma, haz un autoexamen. ¿Voy a misa todos los domingos? ¿Cuál es mi actitud hacia esta práctica? ¿Rezo la misa, o están mis pensamientos “en otra parte” incluso cuando físicamente estoy presente en la iglesia? Si tu autoexamen muestra que hay espacio para mejorar, ¡no te desanimes! Hay muchas maneras de mejorar tu oración en la misa. La Cuaresma es un buen momento para probar una o varias de ellas. Estas son algunas: n Revisa las lecturas bíblicas y oraciones para el domingo siguiente y pregúntate: “¿Cuál es el mensaje para mí hoy?”. Piensa en un mensaje que escuchas, entre muchos otros. Deja que resuenen en tu espíritu. Puedes encontrar las lecturas bíblicas aquí: www.aciprensa.com/calendario/  n Llega a la iglesia un poco antes de lo habitual y abre tu corazón a Dios, dándole gracias por las cosas buenas de la semana anterior. Pon tus necesidades personales ante Dios en oración silenciosa antes del comienzo de la misa. n Participa en un grupo de Vive la Eucaristía para jóvenes. Compartir la fe con otros jóvenes puede ser esclarecedor y ayudarte a mejorar tu participación en la misa dominical Lo que sea que te ayude a participar de manera más fructífera en la liturgia del domingo, haz un esfuerzo para hacerlo durante Cuaresma. Las lecturas, los ritos, y los temas de la liturgia son muy enriquecedores durante este tiempo.

¿QUÉ FALTA DURANTE LA CUARESMA?

 Algunos de los elementos que están en la liturgia el resto del año no se ven o escuchan durante la Cuaresma. No se canta el aleluya. El Gloria a Dios desaparece. Las decoraciones se mantienen al mínimo. La música de Cuaresma es menos festiva que en otras épocas del año. Muchas parroquias reducen el uso de instrumentos musicales. De hecho, la atmósfera de la liturgia cambia, se vuelve más tranquila, reflexiva y sobria. Predomina el color penitencial, que es el morado o púrpura. El Cuarto Domingo de Cuaresma es un poco más alegre (se permiten los ornamentos rosados, flores y un poco de música festiva), pero la Cuaresma es mayormente un tiempo dominado por lo esencial y lo serio. La ausencia del Aleluya y la presencia del color morado no son solo una fachada. Realmente importan. ¿Por qué? Porque la liturgia establece el tono para nuestra experiencia de cada tiempo litúrgico. Cuando la liturgia se siente y luce diferente por medio de estos signos externos, sabemos que algo importante debe suceder también dentro de nosotros. Los cambios, habrás notado, tienen una cierta seriedad o peso. Al hacer espacio para más silencio y reflexión.

EL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA

Mientras se desarrolla la Cuaresma, y nos centramos en nuestro deseo de un nuevo encuentro con el Dios vivo, empezamos a examinar nuestra conciencia y preguntarnos: “¿qué obstáculos pongo?”. El sacramento de la Penitencia es una oportunidad maravillosa de superar esos obstáculos y tener la experiencia de la alegría y la paz. Muchas parroquias ofrecen en algún momento durante la Cuaresma una celebración comunitaria de la Reconciliación, con oportunidad para confesarse individualmente. Las confesiones individuales también se pueden realizar en el horario habitual de la parroquia, o haciendo una cita con un sacerdote. Cuando recibes la absolución después de haber confesado tus pecados, nota las profundas palabras que el sacerdote dice: Dios, Padre misericordioso, que reconcilió al mundo consigo por la Muerte y Resurrección de su Hijo y envió al Espíritu Santo para el perdón de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia el perdón y la paz,  Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

La Muerte y Resurrección de Jesucristo, el Misterio Pascual, es la base de la Reconciliación. No hay mejor momento para celebrar este sacramento que cuando nos estamos preparando para la Pascua.

DEVOCIONES DE CUARESMA

Las devociones nos ayudan a relacionarnos con los misterios de la salvación en el plano de los sentimientos. Una devoción muy popular entre los católicos durante la Cuaresma es el Vía Crucis. Es una manera de meditar sobre los episodios de la Pasión, y ver cómo el camino de nuestra propia vida nos pone en sintonía con el sufrimiento redentor de Jesús.

LA ORACIÓN EN SECRETO

La Cuaresma es más que sus celebraciones públicas. Debemos seguir el consejo de nuestro Señor en el Evangelio cuando dice: “Cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta... que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha” (Mateo 6,2-3). Su consejo acerca de la oración es similar: “Cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre que está allí en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará” (Mateo 6,6).

AYUNO Y ABSTINENCIA

En dos días del año, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, a todos los católicos que pueden ayunar se les pide que lo hagan. El ayuno significa comer una sola comida durante el día. Si es necesario, se pueden comer dos comidas más pequeñas, también, pero básicamente se trata de una comida, y sin comer nada entre comidas durante el día. Se puede hacer un ayuno voluntario también en otros días. Por ejemplo, estamos invitados a ayunar el Sábado Santo, aunque no es necesario.

LAS RAZONES PARA EL AYUNO ¿POR QUÉ AYUNAR?

El ayuno es una disciplina antigua practicada por los cristianos en el trascurso de los siglos. Es posible que veamos el ayuno como un tipo de dieta, pero no se trata de eso. Nuestro ayuno tiene un propósito espiritual. Al abstenerse de comer por cierto tiempo, los  cristianos afirman: “Uno no vive sólo de pan sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4,4). Ayunamos para despejar nuestra mente y volver nuestros pensamientos a Dios. Fue por eso que Jesús ayunó en el desierto, y por qué muchas personas hoy en día ayunan. Aunque el objetivo principal del ayuno es espiritual, también hay algo muy físico sobre un estómago vacío.

¿QUÉ HACEMOS CON ESTO?

Cuando ayunamos, vivimos el hambre. Estamos voluntariamente compartiendo la sensación que conocen millones de personas cuando carecen de alimentos debido a la pobreza, los desastres naturales o la guerra. Compasión por aquellos que carecen de las necesidades de la vida pueden surgir de la experiencia del ayuno.

ABSTINENCIA LOS VIERNES DE CUARESMA

La abstinencia significa no comer carne. La abstinencia de carne es obligatoria para todos los católicos el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y todos los viernes de Cuaresma. ¿Por qué no comer carne? Tradicionalmente, la carne ha sido considerada como un alimento de lujo, así que no comer carne se relaciona con “comida sencilla” y la solidaridad con los pobres. Para muchas personas hoy día dejar de comer carne no es un sacrificio enorme en sí mismo. El desafío es acordarnos de hacerlo. Por encima de todo, se requiere estar consciente de que los viernes son especiales, lo que nos lleva de nuevo a los fines espirituales de este ejercicio.

PRIVARSE DE ALGO DURANTE CUARESMA

La práctica de “privarse de algo durante Cuaresma” es en realidad una variación del tema del ayuno y la abstinencia. Es una decisión personal para practicar la auto-negación, de alguna manera que sea especial para ti. A lo que se renuncia no tiene que ser un alimento. Podría ser cualquier cosa no esencial que normalmente disfrutas. Debe ser algo que te gusta, sin embargo, no es algo que no quieres (o no quieres hacer), en primer lugar. ¿Por qué? Porque la práctica tiene el propósito de enseñarnos autodisciplina. Los seres humanos quieren cosas todo el tiempo. Si pudiéramos mirar dentro del corazón de cada persona, nos encontraríamos con una masa de deseos, algunos muy confusos, todos muy exigentes. El cristiano, con el fin de ser verdaderamente libre, tiene que aprender a ordenar los deseos y dominarlos, a fin de no ser dominado por ellos. ¿Alguna vez has visto a un niño de dos años de edad haciendo una rabieta porque quiere algo? Si no aprendemos a ser autodisciplinados, seguimos, interiormente, siendo de dos años de edad. Por otro lado, si practicamos la mansedumbre y el dominio de sí mismo, poco a poco vamos creciendo más verdaderamente libres y responsables. Aprender a renunciar a algo, libremente y de buena gana, es un paso necesario hacia la madurez. Pero es también algo más. La práctica cuaresmal de la auto-negación o “privarse de algo”, puede ser una ocasión para convertirse en un donante.

Privarse de algo durante la Cuaresma no tiene que ser una experiencia triste. Puede ser la puerta de entrada para convertirte en una persona más feliz y más generosa.

Autora:

 Rita Ferrone es escritora y conferencista sobre liturgia, catequesis y la renovación de la Iglesia Católica. Copyright © 2011 de Paulist Evangelization Ministries. Se concede permiso para reproducir este artículo con fines educativos relacionados con Vive la Eucaristía. Publicado por Paulist Evangelization Ministries, 3031 Fourth Street, NE, Washington, DC 20017, www.pemdc.org

 

 

Cisma de Occidente o el Gran Cisma de Occidente

Cisma de Occidente o el Gran Cisma de Occidente

El Cisma de Occidente, que comenzó en 1378, cuando los cardenales franceses, que afirman que la elección del Papa Urbano VI fue inválida, elegido Clemente VII como Papa dirigido a dos, y, finalmente, tres, líneas rivales de pretendientes al papado: la línea romana, la línea de Aviñón, y la línea de Pisan. La línea de Pisan fue nombrado después de la ciudad de PisaItalia, en donde el consejo había elegido a Alejandro V como un tercer reclamante.

El Papa Gregorio XII de la línea romana renunció en julio de 1415. En 1417, el Consejo también depuso formalmente Benedicto XIII de Aviñón, pero se negó a renunciar. Después, el Papa Martín V fue elegido y fue aceptado en todas partes excepto en el área pequeña y rápida disminución que se mantuvo fiel a Benedicto XIII. El escándalo del Cisma de Occidente creó un sentimiento anti-papal, y se introduce en la reforma protestante a finales del siglo XVI.

 


Cisma de Occidente.jpg

Suceso lamentable de la historia de la Iglesia Católica Apostólica Romana, es decir, divisiones y guerras entre los diferentes papas, trayendo una crisis religiosa que salpicó a todos los países católicos que tuvieron que posicionarse sobre el problema. Se produce cuando a la muerte en el año 1378 de Gregorio XI -que había trasladado a Roma la sede papal desde Aviñón-, los cardenales romanos eligieron como sucesor al italiano Urbano VI. Un colegio de cardenales disidentes se opusieron al candidato romano y proclamaron a Clemente VII (el cardenal Roberto de Ginebra) que instaló su sede de nuevo en Aviñón, lo que originó la división en el seno de la Iglesia. Los dos papas electos se excomulgaron el uno al otro y el Cisma quedó abierto.

El Papa Gregorio XI había dejado Aviñón para volver a Italia y había reestablecido la sede pontifical en la Ciudad Eterna, donde murió el 27 de marzo de 1378. De inmediato la atención fue dirigida a la elección de su sucesor. La cuestión era de lo mas serio. Cardenales, sacerdotes, nobles y romanos en general estaban interesados en ella, porque de la elección a ser hecha por el cónclave dependía la residencia del futuro Papa en Aviñón o en Roma. Desde el comienzo del siglo los pontífices habían fijado su residencia más allá de los Alpes; los habitantes de Roma cuyos intereses y reclamaciones habían sido largo tiempo ignorados, querían un Papa romano o al menos italiano. El nombre de Bartolomeo PignanoArzobispo de Bari, se mencionó desde el principio. Este prelado había sido Vice-Canciller de la Iglesia Romana y era considerado enemigo del vicio, la simonía y el boato.

Su moralidad era ejemplar y su integridad, rígida. Fue considerado por todos como elegible. Los dieciséis cardenales presentes en Roma se reunieron en cónclave el 7 de abril y al día siguiente escogieron a Prignano. Durante la elección, los disturbios reinaron en la ciudad. El pueblo de Roma y los alrededores, turbulento y fácilmente excitable, había, bajo el influjo de las circunstancias, declarado ruidosamente sus preferencias y antipatías y trató de influir en la decisión de los cardenales.

Parece cierto que los cardenales tomaron todos los medios posibles para obviar todas las dudas posibles. En la noche del mismo día de la elección, trece de ellos procedieron a una nueva elección, con la intención de seleccionar a un Papa legítimo, y de nuevo escogieron al Arzobispo de Bari. Durante los días siguientes todos los miembros del Sacro Colegio Cardenalicio ofrecieron su respetuoso homenaje al nuevo Papa, quién había tomado el nombre de Urbano VI y le solicitaron innumerables favores. Lo entronizaron, primero en el Palacio del Vaticano y más tarde en San Juan de Letrán; finalmente el 18 de abril lo coronaron solemnemente en San Pedro.

Al día siguiente el Sacro Colegio dio notificación oficial del ascenso de Urbano a los seis cardenales franceses en Aviñón; éstos lo reconocieron y se congratularon de la elección realizada por sus colegas. Los cardenales romanos entonces escribieron a la cabeza del Imperio y a los demás soberanos católicos. El Cardenal Robert de Geneva (Ginebra), el futuro Clemente VII de Aviñón, escribió en el mismo tenor a su pariente el Rey de Francia y al Conde de FlandesPedro de Luna de Aragón, el futuro Benedicto XIII de Aviñón, igualmente escribió a varios obispos de España.

Hasta aquí, por tanto, no había una sola objeción o insatisfacción con la elección de Bartolomeo Prignano, ninguna protesta, ningún titubeo y ningún temor respecto el futuro. Desafortunadamente el Papa Urbano no se dio cuenta de las esperanzas que su elección había hecho surgir. Se mostró caprichoso, altanero, desconfiado y a veces colérico en sus relaciones con los cardenales que lo habían elegido. Brusquedad demasiado obvia y reprobables extravagancias parecieron mostrar que su inesperada elección había alterado su carácter. Santa Catalina de Siena, con valor sobrenatural, no vaciló en hacerle varias observaciones bien fundamentadas a este respecto, ni dudó cuando tuvo que culpar a los cardenales en su revuelta contra el Papa que ellos mismos habían elegido.

Algunos historiadores declaran que Urbano abiertamente atacó las fallas, reales o supuestas, de los miembros del Sagrado Colegio y que enérgicamente se negó a restablecer la sede pontifical en Aviñón. Por consiguiente, agregan, la creciente oposición. Sin embargo, ninguna de esas desagradables disensiones que surgieron luego de la elección podrían lógicamente reducir la validez de la elección hecha en Abril 8. Los cardenales eligieron a Prignano, no porque fueron mal influidos por el miedo, aunque naturalmente estaban algo temerosos de las desgracias que pudieran surgir del retraso. Urbano fue Papa antes de sus errores; aún era Papa después de sus errores. Las pasiones de Enrique IV o los vicios de Luis XV no impidieron a estos monarcas ser y seguir siendo verdaderos descendientes de San Luis y legítimos reyes de Francia.

Desgraciadamente, éste no fue, en 1378, el razonamiento de los cardenales romanos. Su disgusto continuó incrementándose. Bajo el pretexto de escapar al insalubre calor de Roma, en mayo se retiraron a Anagni y en julio a Fondi, bajo la protección de la Reina Juana de Nápoles y doscientos lanceros gascones de Bernardon de la Salle. Entonces iniciaron una silenciosa campaña contra su elección de abril y prepararon las mentes de los hombres para una segunda elección. El 20 de septiembre, trece miembros del Sacro Colegio precipitaron las cosas al entrar a un cónclave en Fondi y escogiendo Papa a Robert de Geneva, quién tomó el nombre de Clemente VII. Unos meses después el nuevo pontífice forzado a salir del reino de Nápoles fijó su residencia en Aviñón; el cisma estaba completo.

Clemente VII estaba emparentado o aliado con las principales casas reales de Europa; era influyente, intelectual y hábil en política. La Cristiandad rápidamente se dividió en dos partidos casi iguales. Los santos mismos se vieron divididos: Santa Catalina de Siena, Santa Catalina de Suecia, el Beato Pedro de Aragón, la Beata Ursulina de ParmaFelipe de Alencon y Gerard de Groote estaban de lado de Urbano; San Vicente Ferrer, el Beato Pedro de Luxemburgo y Santa Colette pertenecieron al bando de Clemente. Los más famosos doctores de la ley fueron consultados y la mayoría se decidieron por Roma.

Los teólogos estuvieron divididos. Los alemanes como Enrique de Hesse o Langstein (Epistola concilii pacis) y Conrado de Glenhausen (Ep.brevis; Ep. Concordioe) se inclinaron hacia Urbano; Pierre d’Ailly, su amigo Felipe de Maizieres, sus alumnos Jean Gerson y Nicolás de Clemanges y con ellos toda la Escuela de París, defendieron los intereses de Clemente. El conflicto de pasiones rivales y la novedad de la situación hicieron difícil el entendimiento e imposible la unanimidad. Como regla general los eruditos adoptaron la opinión de su país. Las potencias también tomaron sus bandos. La mayoría de los estados italianos y alemanes, Inglaterra y Flandes apoyaron al Papa de Roma. Por otra parte FranciaEspañaEscocia y todas las naciones en la órbita francesa se pusieron del lado del Papa de Aviñón. Sin embargo, Carlos V había primero sugerido oficialmente a los cardenales en Anagni la convocatoria de un concilio general, pero no fue oído.

Desafortunadamente los Papas rivales lanzaron excomunicaciones recíprocas; crearon numerosos cardenales para compensar las defecciones y los enviaron por la Cristiandad a defender su causa, difundir su influencia y ganar adeptos. Mientras estas graves y ardientes discusiones se iban difundiendo al extranjero, Bonifacio IX había sucedido a Urbano VI en Roma y Benedicto XIII había sido electo Papa a la muerte de Clemente en Aviñón.

«Hay dos capitanes en el barco, quienes están combatiendo y contradiciéndose entre sí»

Varias asambleas eclesiásticas se reunieron en Francia y otros lugares sin un resultado definitivo. El mal continuó sin remedio ni tregua. El rey de Francia y sus tíos comenzaron a cansarse de apoyar un Papa como Benedicto, quien actuaba únicamente de acuerdo a su humor y que causaba el fracaso de todo plan de unión. Además, sus exacciones y la severidad fiscal de sus agentes agobiaron grandemente a obispos, abades y clero menor en Francia. Carlos VI liberó a su pueblo de la obediencia a Benedicto (1398) y prohibió a sus súbditos, bajo severos castigos, someterse a este Papa. Cada bula o carta del Papa era enviada al rey; no se tomarían en cuenta los privilegios otorgados por el Papa; en el futuro, toda dispensa debería ser solicitada de los ordinarios.

Esto por tanto era un cisma dentro de un cisma, una ley de separación. El Canciller de Francia, quién ya era virrey durante la enfermedad de Carlos VI, por tanto llegó a ser incluso vice-Papa. No sin complicidad del poder público, Geoffrey Boucicaut, hermano del ilustre mariscal, puso sitio a Aviñón y un bloqueo más o menos estricto privó al pontífice de toda comunicación con aquellos que le permanecían fieles. Cuando se reestableció la libertad en 1403 Benedicto no llegó a ser más conciliador, menos obstinado o terco. Otro sínodo privado, que fue convocado en París en 1406, se reunió sólo con éxito parcial. Inocencio VII ya había sucedido a Bonifacio en Roma y, después de un reinado de dos años, fue reemplazado por Gregorio XII.

Este último, aunque de carácter moderado, parece no haberse dado cuenta de las esperanzas que la Cristiandad, inmensamente preocupada de estas interminables divisiones, había colocado en él. El concilio que convocó en Pisa agregó un tercer reclamante al trono papal en lugar de dos (1409). Luego de muchas conferencias, proyectos, discusiones (a menudo violentas), intervenciones de los poderes civiles, catástrofes de todo tipo, el Concilio de Constanza (1414) depuso al sospechoso Juan XXIII, recibió la abdicación del tímido y cortés Gregorio XII y finalmente despidió a Benedicto XIII. El 11 de noviembre de 1417, la asamblea eligió a Odo Colonna, quién tomó el nombre de Martín V. Así terminó el Gran Cisma de Occidente.

La oscuridad del problema estaba en que la clave de la legitimidad de uno u otro papa dependía de algo tan difícil de comprobar como la validez de la elección de Urbano VI. Se trataba, en suma, de dilucidar si la presión popular había influido en el ánimo de los cardenales hasta el extremo de privarles de libertad y hacer inválida, en consecuencia, la primera elección. Y todo dependía de una circunstancia imposible de establecer con certeza, como era la influencia que había tenido el miedo en el voto del Sacro Colegio. La confusión creada por el Cisma hizo que la cristiandad se escindiera y los reinos se adhiriesen a una u otra “obediencia”. Sucedió así hasta con los propios santos, y mientras Santa Catalina de Siena se mantuvo al lado de Urbano VI, San Vicente Ferrer militó en la “obediencia” al papa Clemente.

El sucesor de Urbano VI, fue Bonifacio IX, quien ocupó el cargo entre los años 1389 y 1404, y el de éste, Gregorio XII (1406-1415). El de Clemente VII, fue Pedro de Luna, que tomó el nombre de Benedicto XIII. Un grupo de cardenales romanos y otros aviñoneses resolvieron entonces celebrar un concilio para poner fin al Cisma. El concilio, reunido en Pisa en 1409, declaró depuestos a los dos pontífices reinantes y eligió un nuevo papa, Alejandro V. Pero esta elección, lejos de poner remedio, no hizo más que aportar un nuevo elemento de confusión: los papas de Roma y Aviñón rehusaron abdicar, con lo que la cristiandad quedó dividida no ya en dos, sino en tres obediencias. Se había llegado a una situación límite, y ante ella tomó cuerpo la idea de que tan sólo un concilio universal sería capaz de resolver la crisis de la Iglesia.

Esta idea encontró un entusiasta valedor en el recién elegido emperador alemán Segismundo, que consiguió convocar el concilio ecuménico de Constanza. Segismundo y Juan XXIII (sucesor de Alejandro V) protagonizaron una contienda que terminó con la huida del papa, que una vez capturado terminó en prisión el 29 de mayo de 1415.

Gregorio XII renunció y se depuso a Benedicto XIII el 26 de julio de 1417 acusado de hereje, el último de los tres papas que continuaba en el mando.

El desenlace definitivo se produjo el 11 de noviembre de 1417, cuando fue elegido como único papa Odo Colonna, a partir de entonces Martín V, quien se mantuvo como jefe supremo de la Iglesia hasta 1431.

Antipapa. En el contexto de la Iglesia Católica, es aquel que ha reclamado el título de Papa en forma no canónica, generalmente en oposición a un papa específico o durante algún período en el cual la sede estaba vacante.

SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA DE AMÉRICA Y FILIPINAS

30 de agosto  

CELEBRAMOS A SANTA ROSA DE LIMA, PATRONA DE AMÉRICA Y FILIPINAS

 

Santa Rosa de lima

El Papa Inocencio IX dijo de esta santa un elogio admirable: "Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones".Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera mujer americana declarada santa por la Iglesia Católica.

Cambio de Nombre

En el bautizo le pusieron el nombre de Isabel, pero luego la mamá al ver que al paso de los años su rostro se volvía sonrosado y hermoso como una rosa, empezó a llamarla con el nombre de Rosa. Y, el Sr. Arzobispo al darle la confirmación le puso definitivamente ese nombre, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

Evitando Peligros

Desde pequeñita Rosa tuvo una gran inclinación a la oración y a la meditación. Un día rezando ante una imagen de la Virgen María le pareció que el niño Jesús le decía: "Rosa conságrame a mí todo tu amor". Y en adelante se propuso no vivir sino para amar a Jesucristo. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo.

Renunciando a un Amor

 Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera.

Vocación Detenida

Se propuso irse de monja agustina, pero el día en que fue a arrodillarse ante la imagen de la Virgen Santísima para pedirle que le iluminara si debía irse de monja o no, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano a que le ayudara a levantarse pero él tampoco fue capaz de moverla de allí. Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: "Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea". Tan pronto pronunció estas palabras quedó totalmente sin parálisis y se pudo levantar del suelo fácilmente.

Una Mariposa Señala el Color

Seguía pidiéndole a Dios que le indicara a que asociación religiosa debería ingresar. Y de pronto empezó a llegar junto a ella cada día una mariposa de blanco y negro. Y revoloteaba junto a sus ojos. Con esto le pareció entender que debería buscar una asociación que tuviera un hábito de blanco y negro. Y descubrió que eran las terciarias dominicas, unas mujeres que se vestían con túnica blanca y manto negro y llevaban vida como de religiosas, pero vivían en sus propias casas. Y pidió ser admitida y la aceptaron.

Su Patrona y su Modelo

Entonces vino a saber que la más famosa terciaria dominica es Santa Catalina de Siena (29 de abril) y se propuso estudiar su vida e imitarla en todo. Y lo logró de manera admirable. Se fabricó una túnica blanca y el manto negro y el velo también negro para la cabeza, y así empezó a asistir a las reuniones religiosas del templo.

Encierro Total

Pero sucedió que la gente admirada de su comportamiento empezó a señalarla y a llamarla "la santa". Entonces ella que sabía que nada es tan peligroso como la vanidad y el orgullo y el deseo de aparecer, se fabricó una pequeña habitación en el solar de la casa donde vivía y allí se dedicó a practicar por largas horas del día y de la noche sus meditaciones, sus penitencias y sus muchas oraciones. Allí pasará el resto de su vida y solamente saldrá para ir a misa ó a socorrer a algún enfermo.

Ganando el Pan con el Sudor

Su padre fracasó en el negocio de una mina y la familia quedó en gran pobreza. Entonces Rosa se dedicó durante varias horas de cada día a cultivar un huerto en el solar de la casa y durante varias horas de la noche a hacer costuras, para ayudar a los gastos del hogar.

Ataques Varios

El demonio la atacaba de muy diversas maneras. Y las tentaciones impuras la hacían sufrir enormemente. Además le llegaban épocas de terribles sequedades espirituales en las cuales todo lo que fuera oración, meditación ó penitencias le producía horror y asco. Y fuera de eso la gente se burlaba de su comportamiento y los mismos familiares la consideraban equivocada en su modo de vivir. Alguna vez le protestó amorosamente a Jesucristo por todo esto, diciéndole: "Señor, ¿y a dónde te vas cuando me dejas sola en estas terribles tempestades?". Y oyó que Jesús le decía: "Yo no me he ido lejos. Estaba en tu espíritu dirigiendo todo para que la barquilla de tu alma no sucumbiera en medio de la tempestad".

Sus Penitencias.

Es difícil encontrar en América otro caso de mujer que haya hecho mayores penitencias. No las vamos a describir todas aquí porque muchas de ellas no son para imitar. Pero sí tenemos que decir que lo primero que se propuso mortificar fue su orgullo, su amor propio, su deseo de aparecer y de ser admirada y conocida. Y en ella, como en todas las cenicientas del mundo se ha cumplido lo que dijo Jesús: "quien se humilla será enaltecido”. Una segunda penitencia de Rosa de lima fue la de los alimentos. Su ayuno era casi continuo. Y su abstinencia de carnes era perpetua. Comía lo mínimo necesario para no desfallecer de debilidad. Aún los días de mayores calores, no tomaba bebidas refrescantes de ninguna clase, y aunque a veces la sed la atormentaba, le bastaba mirar el crucifijo y recordar la sed de Jesús en la cruz, para tener valor y seguir aguantando su sed, por amor a Dios.

Dormía sobre duras tablas, con un palo por almohada. Alguna vez que le empezaron a llegar deseos de cambiar sus tablas por un colchón y una almohada, miró al crucifijo y le pareció que Jesús le decía: "Mi cruz, era mucho más cruel que todo esto". Y desde ese día nunca más volvió a pensar en buscar un lecho más cómodo.

Sus sufrimientos

Distintas enfermedades la atacaron por mucho tiempo. Cuando algunas personas la criticaban por sus demasiadas penitencias, les respondía: "Si ustedes supieran lo hermosa que es un alma sin pecado, estarían dispuestos a sufrir cualquier martirio con tal de mantener el alma en gracia de Dios". Y ella sí que los sufrió. En sus últimos meses exclamaba: "Nunca pensé que una persona tuviera que sufrir tanto, tanto como lo que yo estoy sufriendo. Pero Jesucristo me concede valor para soportarlo todo."Los últimos años vivía continuamente en un ambiente de oración mística, con la mente casi ya más en el cielo que en la tierra. Su oración y sus sacrificios y penitencias conseguían numerosas conversiones de pecadores, y aumento de fervor en muchos religiosos y sacerdotes. En la ciudad de Lima había ya una convicción general de que esta muchacha era una verdadera santa.

Profetiza la Fecha de su Muerte.

Desde 1614 ya cada año al llegar la fiesta de San Bartolomé, el 24 de agosto, demuestra su gran alegría. Y explica el porqué de este comportamiento: "Es que en una fiesta de San Bartolomé iré para siempre a estar cerca de mi redentor Jesucristo". Y así sucedió. El 24 de agosto del año 1617, después de terrible y dolorosa agonía, expiró con la alegría de irse a estar para siempre junto al amadísimo Salvador. Tenía 31 años.

Funeral de Primera.

Y a esta muchacha pobre y sin estudios le hicieron un funeral poco común en la ciudad de Lima. La primera cuadra llevaron su ataúd los monseñores de la catedral, como lo hacían cuando moría un arzobispo. La segunda cuadra lo llevaron los senadores (u oidores), como lo hacían cuando moría un virrey. Y la tercera cuadra lo llevaron los religiosos de las Comunidades, para demostrarle su gran veneración. El entierro hubo que dejarlo para más tarde porque inmensas multitudes querían visitar su cadáver, y filas interminables de fieles pasaban con devota veneración frente a él. Después la sepultaron en una de las paredes del templo.

Honores Finales.

Los milagros empezaron a sucederse en favor de los que invocaban la intercesión de Rosa, y el Sumo Pontífice la declaró santa y la proclamó Patrona de América Latina.

 

Tomado de http://blogcatolicovirgenmaria.blogspot.com/

LA INSPIRACIÓN MARISTA: SÍMBOLOS Y SIGNOS

LA  INSPIRACIÓN MARISTA

 Nuestro Proyecto educativo armoniza fe, cultura y vida, inspirados en el Padre Colin (fundador de la Sociedad de María - Padres Maristas). Nuestra Institución al ser de inspiración marista propone desarrollar equilibradamente a los educandos en su dimensión comunitaria y social, formando valores humanos, cristianos y maristas. Como colegio católico nos sentimos enraizados profundamente en la realidad social y eclesial que vivimos, colaborando en el crecimiento armónico de cada uno de nuestros alumnos para formar buenos cristianos y virtuosos ciudadanos. Es indispensable que cada miembro de la comunidad educativa conozca el ideario y que a partir de él procure su caminar junto con los demás miembros en la dirección de los ideales educativos señalados.

María, es la inspiradora de la vida de nuestra institución, Nacida en el seno de la Sociedad de María (Padres Maristas), de ella hemos heredado nuestro carisma.

EL CARISMA

Carisma, según san Pablo, es la gracia extraordinaria que concede el Espíritu Santo.

El carisma Marista es la gracia extraordinaria que para nosotros, instaura un modo propio de seguir a Cristo, con una espiritualidad y un espíritu, el espíritu de María, para ejercer nuestra misión en la Iglesia y en la Sociedad.

El carisma Marista encierra la razón de ser nuestra institución, esto es, de su por qué y para qué. María, la madre de Jesús, es la clave de este entendimiento. Juan Claudio Colin, dotado de una visión del Espíritu, abrió este tesoro para todos aquellos que deseen experimentarlo a través del estilo de vida marista. 

El carisma posee los factores de nuestra identidad institucional.

EL ESPÍRITU MARISTA

Compartir la fe de María de que a Dios le gustaría obrar maravillas a través de nosotros si solo recibiéramos humildemente el regalo de Dios.

Llevar a cabo el ministerio de evangelización como María de una manera "oculta y desconocida", con un corazón atento totalmente comprometido en la vida con los demás.

Ser "un instrumento de la Divina Misericordia" como María, dando la bienvenida a todas las personas.

Ser un discípulo a la manera de María, ayudando a construir y renovar la Iglesia.

Orando como lo hizo María: interceder por el amor de Dios por el mundo, especialmente por aquellos que están perdidos o parecen estar lejos de Dios.

Vivir de manera simple, desinteresada y compasiva como María y para enfrentarse a las fuerzas de la codicia, el orgullo y la violencia (Constituciones SM N° 228)

EL MONOGRAMA DE MARÍA

 SÍMBOLO DE LA TITULARIDAD DE MARÍA

 

 "A.M.D.G et D.G.H"

El Monograma de María es un poderoso símbolo del espíritu y el propósito de los miembros de nuestra Comunidad Marista y Chanelista, heredado de la Sociedad de María (Padres Maristas).

Alude a la persona. y el nombre de María que tiene una significativa referencia a la Madre de Dios: La referencia marista principal es el Monograma de María que ocupa un lugar preeminente en el escudo.

La expresión, Sub Nomine Mariae, se traduce “Bajo el nombre de María”, y significa que el Marista y nuestra institución se ponen bajo la protección y la guía de María, la Madre de Dios.

Las siglas "A.M.D.G et D.G.H" son una abreviatura de la frase latina "Ad Maiorem Dei Gloriam et Dei Genetricis Honorem, que se traduce A mayor gloria de Dios y honor de la Madre de Dios."

 En la franja superior de color celeste hay una estrella en el horizonte con seis puntas que sugiere un título mariano utilizado en las letanías: "Estrella del Mar", que junto con la rama de laurel simboliza la Victoria de la Virgen sobre el mal.

EMBLEMA MARISTA

En este emblema marista tienen un gran juego simbólico, junto con el monograma de María, el color celeste es el color de la Virgen; la M y la A son el monograma propio del nombre de María, la coronación con las doce estrellas aluden al texto del Apocalipsis 12,01: "Un gran portento apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas".  Esta es una visión apocalíptica vinculada a los tiempos finales, en un contexto marista que trae a la mente del Venerable Padre Colín las frecuentes referencias a la revelación de la Virgen: "La Santísima Virgen ha dicho: ’Yo he sido el apoyo de la Iglesia naciente y lo seré al final de los tiempos. Mi seno será abierto a todos los que entraban allí”.1

El lirio, evoca la Anunciación de Nazaret y la concepción de Jesús, que junto con el lirio hacen referencia a los versos del Cantar de los Cantares "Yo soy la rosa de Sarón y el lirio de los valles " (Cant. 2, 1).

A los Maristas, se nos invita a:

+ trabajar “ a la manera de María”,

+ acoger todo sin pretender comprenderlo todo,

+acoger todo, excepto lo que impide crecer,

+ guardar los interrogantes para hacer de ellos asideros de esperanza y no simplemente problemas,

+ no retener del pasado más que lo que ha dado fruto,

+  aceptar lo que hay, no querer para el futuro más que lo que Dios desea para cada       uno,

+  estar presentes, pero no omnipresentes,

+ mantener con los alumnos la paciencia  y la espera del agricultor.

+  aceptar que “todo se haga” según la voluntad de Dios.

LA INSIGNIA CHANELISTA 

 La Historia del Colegio Parroquial Mixto “San Pedro Chanel” comienza el 19 julio de 1957, cuando establecida la Sociedad de María (Padres Maristas) en la provincia de Sullana, el Padre Marista, Bonifacio Gallego Pérez, s,m., con su sencillez característica, pero con un fuerte anhelo de impulsar en el mundo la manera de como entendía el Padre Colin (fundador de la Sociedad de María) la Iglesia, en la que la presencia y la acción de María son decisivas, teniendo una “visión mariana de la Iglesia”;(idea recogida en las Constituciones Maristas (nº 92) en un párrafo del Capítulo General de 1985 dice: “Los maristas están llamados, por encima de todo, a hacer suya una visión mariana de la Iglesia.”)2.

En la insignia de nuestra institución están reflejados el amor a la patria y el trabajo que realizamos en la Iglesia y en el mundo bajo el nombre de María.

En el centro sobre la bandera está el escudo marista, símbolo de la titularidad de María como Reyna de nuestra casa de estudios y de la manera de como el marista y chanelista debe actuar como ella.

En el fondo de la insignia esta la bandera del Perú con sus colores rojo y blanco; el roja porque simboliza la sangre generosa de nuestros héroes y mártires; mientras que el blanco de su franja central representa la pureza de sentimientos, la libertad, la justicia social y la paz.

Nuestros alumnos en las actividades cívico-patrióticas rinden homenaje a nuestros símbolos patrios y en el cambio de mando cambio de mando realizan el juramento de conservarlos con honor.

 

 

PEDRO LUIS MARÌA CHANEL, PADRE MARISTA Y TESTIGO DE DIOS EN OCEANÍA

San Pedro Chanel

PEDRO LUIS MARÍA CHANEL, TESTIGO DEL CRISTO EN OCEANÍA

Algunos apuntes para conocer al protomártir de Oceanía

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 El 28 de abril celebramos el martirio de San Pedro Chanel, primer mártir Marista, perteneciente a la Sociedad de María, la cual también integraba el Padre Champagnat. En 1836 se unió a un grupo de misioneros Maristas y partió hacia la Polinesia. Junto al Hermano Marie-Nizier desembarcaron en la isla de Futuna el 12 de noviembre de 1837. En la isla no conocían el cristianismo y Pedro se las ingenió para predicar y empezó a convertir a los nativos.

Si al principio los misioneros fueron bien acogidos por el rey Niuliki, a medida que la predicación iba haciendo catecúmenos, las relaciones se fueron enfriando ya que veía su religión amenazada. Como soportaban todo con paciencia y continuaban con su apostolado y sus obras de misericordia, vinieron las amenazas. "Que se los mate, que desaparezca su religión" era el grito que empezaba a oírse por parte de los opositores. Los misioneros lo sabían y estaban dispuestos a sufrir el martirio si esa era la voluntad de Dios......

Infancia y estudios

Nació en La Potière, aldea del pueblo de Cuet en el departamento del Ain (Francia), el día 12 de julio de 1803. Era el 2º hijo de los 4 que tuvo la familia compuesta por los humildes agricultores Francisco Chanel y María Ana Sibellas. Bautizado 4 días después, en la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, con el nombre de Pedro, añadiría más tarde los de Luis María con ocasión de la confirmación, nombres que indican su devoción a san Luis Gonzaga y a la Santísima. Virgen.

Encargado a los 7 años de sacar a pastar y cuidar el modesto rebaño familiar, sus primeros ensayos de alfabetización los realizó en los inviernos de 1810 y 1811 en la escuela más cercana (6 km) de Saint-Didier d’Aussiat. Los resultados fueron escasos, ya que lo poco aprendido en el invierno se le olvidaba rápidamente durante el cuidado del rebaño el resto del año.

La solución le vino con el encuentro del abate Trompier, cura párroco del cercano pueblo (4 km) de Cras-sur-Reyssouze, donde los 2 inviernos siguientes Pedro fue a la escuela, bajo la tutela del sacerdote y el alojamiento en casa de una tía. Cuando su protector fue nombrado en 1815 párroco de Monsols (en las montañas del Beaujolais), le propuso llevarlo consigo y encargarse de su educación, cosa que sus padres aceptaron.

En Monsols no sólo hizo grandes progresos en las ciencias humanas, sino que, como monaguillo y acompañante del cura párroco en misas, visitas a los enfermos y entierros, Pedro se iba casi sin percatarse preparando para el sacerdocio. Vuelto el párroco a Cras al año siguiente, ya que el clima de la montaña le había afectado la salud, también volvió con él su joven protegido y, esta vez, ya no alojado con la tía sino con el párroco al igual que en Monsols.

Allí fue donde, a la edad de 13 años y medio, según la costumbre francesa de la época, hizo Pedro su primera comunión. Era el 23 de marzo de 1817. Tomó como resolución rezar a diario el rosario, clara manifestación de su devoción a María, que sellará más tarde con la que será siempre su divisa de apostolado: Amar a la Sma. Virgen y hacerla amar.

En julio de 1819, con 16 años de edad, el párroco de Cras envió a su protegido a continuar sus estudios al seminario menor de Meximieux, donde Pedro se destacó muy pronto como brillante alumno y como ferviente miembro de la Congregación de la Sma. Virgen, asociación en la que se agrupaban los mejores. Permaneció allí hasta 1823, año en que terminó de cursar la retórica; para completar sus estudios con la filosofía debería trasladarse al seminario menor de Belley, donde Monseñor Devie acababa de ser nombrado obispo de la nueva diócesis.

El sacerdocio y el apostolado

En octubre de 1824 Pedro Chanel inicia su teología en el seminario mayor de Belley que Monseñor Devie había instalado en el antiguo convento de los Agustinos reformados. Su ordenación sacerdotal tan ansiada llegaría el 15 de julio de 1827. Y enseguida fue nombrado vicario parroquial en Ambérieu-en-Bugey.

Uno de sus primeros actos como vicario parroquial fue la introducción del mes de María. Y muy pronto sus actividades pastorales le hicieron soñar con las misiones. Pero su obispo no le dio autorización sino que el 1º de septiembre de 1828 lo nombró cura párroco de Crozet, pequeña población de 800 almas en las montañas del Jura. Allí debería afirmar su débil salud a la vez que ejercitar su apostolado misionero en una población de mayoría calvinista.

El joven párroco pensó enseguida en los más pequeños. Confió la enseñanza de los niños a un joven instruido y de sólida piedad; y las niñas a una religiosa, Hermana de la Providencia de Portieux, ayudada por su propia hermana, Francisca María Chanel, que aspiraba a la vida religiosa.

Si duro era el apostolado en ambiente protestante, sus múltiples obras de misericordia le conquistaron todos los corazones. Pero la vocación misionera no se apartaba de su cabeza. Vocación que se afianzó al conocer al sacerdote Juan Claudio Colin que dirigía las misiones parroquiales de la diócesis de Belley con un grupito de compañeros que se llamaban ya Maristas. Después de varias entrevistas, de mucha reflexión y oración, y de pertinentes consultas, el cura párroco Pedro Chanel manifestó su deseo de ingresar en la Sociedad de María, entre cuyas misiones figuraba la evangelización de los infieles.

Aceptado muy gustoso por el Padre Colin, y obtenido su permiso del señor obispo Monseñor Devie, lo primero que hizo fue asegurar el porvenir de su hermana y colaboradora parroquial Francisca María. Deseosa de la vida religiosa, ingresó en el convento de Bon-Repos, entonces casa-madre de las Hermanas Maristas, donde profesó con el nombre de Hermana Santo Domingo.

Primeros ministerios como Marista

La Sociedad de María aún no estaba aprobada canónicamente, y sus dos ministerios hasta entonces eran las misiones parroquiales y el colegio de Belley, que Monseñor Devie había puesto bajo la dirección del Padre Colin.

A la espera, pues, del apostolado en las misiones entre infieles, la primera misión que se le encargó fue la de profesor en el colegio-seminario menor de Belley (1831). En el curso siguiente, octubre de 1832, se le confió la dirección espiritual del colegio, cargo donde mostró toda su capacidad. Una de sus principales funciones como director espiritual era la predicación en la capilla del colegio. Preparaba con minuciosidad todas las instrucciones, y para afianzar sus frutos estableció entre los alumnos, según el modelo de Meximieux, la Congregación de la Sma. Virgen y la de los Santos Ángeles. La confesión le ocupaba igualmente buena parte de su tiempo, pues numerosos alumnos lo preferían como confesor.

En el intervalo veraniego entre los dos cursos que pasó en Belley como director espiritual, el Padre Chanel hizo el viaje a Roma como acompañante y secretario del fundador Colin, en representación del grupo de Belley (el representante del grupo de Lyon fue el Padre Bourdin).

El objetivo era presentar ante el Papa Gregorio XVI el proyecto de la Sociedad de María. Tuvo, efectivamente, la dicha de un audiencia con el Papa, y la de una peregrinación a la santa casa de Loreto.
De regreso a Belley, hizo su segundo año de director espiritual hasta el verano de 1834, a la vez que oficiaba y predicaba en numerosos pueblos cercanos que lo invitaban para sus fiestas. Y como el Padre Colin deseaba ocuparse plenamente de los asuntos de la Sociedad de María, consiguió de Monseñor Devie que lo relevara del cargo de director del colegio-seminario menor. Para remplazarlo fue nombrado como director-superior el Padre Chanel, cargo que guardará hasta 1836.

El misionero Marista

Aprobada oficialmente la Sociedad de María por Su Santidad Gregorio XVI, con el breve Omnium gentium salus del 29 de abril de 1836, se le asignó como campo de evangelización misionera Oceanía occidental. Elegido el Padre Pompallier como Vicario Apostólico, con el título de obispo de Maronea, quedaba por encontrar el grupo de misioneros acompañantes. Habiéndose ofrecido varias veces para dicho apostolado, grande fue la dicha del Padre Chanel al ser aceptado para la primera partida.

Los dos grupos de sacerdotes Maristas, el de Belley y el de Lyon, se reunieron en Belley en el antiguo convento de los Capuchinos, bajo la presidencia de Monseñor Devie y de Monseñor Pompallier, para un retiro espiritual. Elegido el Padre Juan Claudio Colin como Superior General, los 20 sacerdotes emiten sus votos religiosos en la Sociedad de María. Era el 24 de septiembre de 1836, fiesta de Nuestra Señora de la Merced.

Nombrado el Padre Chanel como Superior del grupo de 4 Padres y de 3 Hermanos que partirían para las misiones, y por Monseñor Pompallier como su Provicario Apostólico, se dedicó febrilmente a los preparativos de la misión con numerosas visitas. Entre ellas, una visita al Hermitage, casa-madre de los Hermanos Maristas fundados por el Padre Champagnat, profeso como él del 24 de septiembre en la Sociedad, dos de cuyos miembros eran del número de pioneros para Oceanía. El santo fundador Marcelino Champagnat había solicitado ir él mismo a la misión.

El Superior de la Sociedad de María, Juan Claudio Colin le había respondido: Su misión está aquí en El Hermitage, al frente de su instituto de Hermanos Maristas y en la formación de buenos Hermanos para las misiones. Tuvo que contentarse, pues, con llevar sobre sus robustas espaldas los pesados bultos de los misioneros hasta los vehículos de transporte.

El grupo misionero estaba constituido por Monseñor Pompallier (Marista asociado, pues siendo ya obispo no podía profesar como religioso), los Padres Maristas Chanel, Bataillon, Servant y Bret, y los Hermanos Maristas Marie-Nizier, Miguel y José Javier (este último Hermano Marista Coadjutor).

La salida del puerto del Havre se efectuó el 24 de diciembre de 1836 en el buque llamado La Delphine.

 

En la isla de Futuna

El viaje fue largo y con numerosas peripecias. En Santa Cruz de Tenerife debieron permanecer 52 días para reparar la nave averiada. Cuando por fin pudieron de nuevo ponerse a la mar, el Padre Bret fue presa de fuertes dolores de cabeza y violenta fiebre. Administrado el Santo Viático y la Extremaunción por el P. Chanel el domingo de Ramos, el misionero falleció el día siguiente, 20 de marzo de 1837.

El 28 de junio anclaban en Valparaíso (Chile) donde acababa su viaje La Delphine. Después de mes y medio de gestiones, los misioneros consiguieron embarcarse el 10 de agosto rumbo a la Polinesia en un buque norteamericano, el Europa. En Tahití debieron de nuevo cambiar de embarcación: una mísera goleta que llevaba el nombre de Raiatea.

Llegados el 1º de noviembre de 1837 a la isla de Wallis (llamada entonces Uvea), dejaron allí 2 misioneros, el P. Bataillon y el Hno. José Javier Luzy: quedaba fundada la primera misión católica de Oceanía occidental. El sábado 11 de noviembre hacían escala en la isla de Futuna. Allí quedaron el Padre Chanel y el Hermano Marie-Nizier. Para el P. Chanel sería su definitivo campo de apostolado y de martirio. El Padre Servant y el Hermano Miguel irían a Nueva Zelanda.

Futuna y Alofi constituyen dos pequeñas islas: la primera de 40 km de perímetro, la segunda de 20; un total de 115 km cuadrados. Montañas volcánicas de hasta 750 m y profundos valles; acantilados abruptos y sólo algunos espacios llanos al borde del mar; temblores de tierra permanentes. Poca población: apenas 1.000 almas constituirían la grey a evangelizar, todas en la isla mayor. En ella hay dos facciones: los Vencedores y los Vencidos, en guerra permanente, ambos con su propio rey, el primero en Alo, el segundo en Sigave. Los misioneros son acogidos como huéspedes por el rey de los Vencedores, Niuliki, en Alo. Más tarde los instalarían, con casa propia, en Poi.

El día 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, el P. Pedro Chanel celebró su primera misa en la misión. El día de Navidad, misa solemne con asistencia curiosa de un pequeño público. Y enseguida, rosario en mano desgranando avemarías, a recorrer la isla, tanto en el campo de los Vencedores como en el de los Vencidos, conociendo a la gente, visitando enfermos y llevándoles medicamentos. Al mismo tiempo, con ardor increíble, se puso a estudiar la lengua nativa para poder catequizar lo más pronto posible. A los niños enfermos en peligro de muerte los bautizaba; a todos les ponía el nombre de María, seguido del nombre del santo del día.

Oposición y dificultades

Si al principio los misioneros fueron bien acogidos por el rey Niuliki, a medida que la predicación iba haciendo catecúmenos, las relaciones se fueron enfriando ya que veía su religión amenazada. Los familiares del rey y el consejo de ancianos empezaron a ponerles toda clase de dificultades, empezando por escasearles la comida e incitando a sus súbditos a robarles el producto de su trabajo en la huerta propia. El hambre los llevó a tener que comerse hasta el perro de casa. Pronto, no se contentaron con robarles los frutos, sino que iban llevándose ropa y otros objetos: apenas quedaron con la ropa puesta.

Como soportaban todo con paciencia y continuaban con su apostolado y sus obras de misericordia, vinieron las amenazas. "Que se los mate, que desaparezca su religión" era el grito que empezaba a oírse por parte de los opositores. Los misioneros lo sabían y estaban dispuestos a sufrir el martirio si esa era la voluntad de Dios. Por temor al rey, la gente bien dispuesta con los misioneros no osaba prestarles ayuda. Los catecúmenos tenían que reunirse en forma secreta.

Lo que llevó a la exasperación total del rey fue la conversión a la fe cristiana de su propio hijo mayor, Meitala, quien más tarde sería su sucesor. Dio entonces la orden de asesinar a los misioneros. Su yerno Musumusu asumió el encargo y fue preparando el plan reclutando para el golpe a un grupito de adeptos. Todo se hacía en secreto para no despertar las sospechas de los catecúmenos. Y para asegurarse el buen resultado, se buscó un día en que el Padre estuviera solo.

El martirio

Ese día no tardó en llegar. Impedido por la fiebre y una llaga en el pie, el Padre Chanel envió al Hermano Marie-Nizier al valle de los Vencidos, Sigave, distante 3 leguas y media, para visitar a un enfermo y bautizar a los niños en peligro de muerte. Era el 27 de abril de 1841. Musumusu y su banda aparecieron temprano en la mañana del 28 armados de lanzas y cachiporras con extremos metálicos.

Se dirigieron primero a la casa de los catecúmenos que estaban durmiendo, a los que golpearon y dispersaron. Al hijo del rey no lo encontraron en la casa ; lo buscaron y lo golpearon violentamente, al igual que a su hermana Flora : tenían carta blanca del rey. Luego se encaminaron a la casa de los misioneros en Poi.

Se adelanta uno de los asesinos y le pide un remedio al Padre. Mientras el misionero va a buscarlo, los demás invaden la casa y comienzan el pillaje. Enfurecido, Musumusu grita: ¿Qué esperan para matarlo? El que había pedido el remedio agarra entonces al sacerdote y lo empuja con violencia; otro del grupo lo golpea con su cachiporra quebrándole el brazo que ha levantado para parar el golpe. Un segundo golpe lo hiere en la sien izquierda y sangra abundantemente. Una lanza con punta de hierro lo hiere en el pecho. El misionero retrocede y cae. Pero todos están ávidos de llevarse algo y atienden más al pillaje que a obedecer al jefe de la banda. Furioso Musumusu, y no encontrando su cachiporra, salta por la ventana y entra en la habitación del Hermano Marie-Nizier. Allí topa con una azuela escondida debajo de la cama, la toma y se lanza contra el herido: con un golpe feroz le clava el hierro en el cráneo y el mártir cae exánime. Musumusu lo depoja de su sotana y otros se llevan sus otras vestimentas.

El compañero de apostolado, el Hermano Marie-Nizier se salvó milagrosamente. Regresando a Poi ese 28 de abril, se encuentra con uno de los asesinos que viene a contarle lo sucedido y prevenirle de huir. ¿Qué había pasado? Se había adueñado de un cerdo que criaban los misioneros, pero el rey Niuliki quiso destinarlo para el festín funeral. Irritado por el despojo de su parte de botín, quiso vengarse previniendo al Hermano. Él mismo lo acompañó al valle de los Vencidos, donde su rey le dio asilo. Durante 14 días permaneció allí, defendido por los Vencidos contra amenazas e intentos de ataque, hasta que apareció un buque norteamericano que lo llevó, junto con los demás blancos también amenazados, a Wallis.


Pero volvamos al mártir. Las mujeres indígenas se mostraron piadosas, entre ellas la esposa y dos hijas del rey asesino. Lavaron su cuerpo, lo ungieron con aceite de coco, lo envolvieron en esteras y lo enterraron en la fosa que los mismos Niuliki y Musumusu ayudaron a cavar a unos pasos de la casa misionera. Esta fue destruida como signo de su triunfo completo y para borrar todo rastro de cristianismo. "El sacerdote ha muerto -decían- y su religión con él. Ya no tenemos más que temer, nuestra isla vuelve a ser feliz".

Los frutos del martirio

Pero sus previsiones fallaron. En Futuna volvió a cumplirse el dicho "La sangre de los mártires es semilla de cristianos".

El 18 de enero de 1842 aparecía en la isla la goleta "Sancta Maria", embarcación de la misión, con el Padre Viard y el Hermano Marie-Nizier. Por precaución, la corveta francesa L’Allier los acompañaba para intervenir en caso de necesidad.

Lo primero fue rescatar el cuerpo del mártir. Transportado primero a la Bahía de las Islas, fue enviado a Sydney en 1850, y en 1851 transportado a Lyon. Descansa hoy en una magnífica urna en el Seminario de Misiones Marista en Sainte-Foy-les-Lyon. También fue rescatada su sotana sacerdotal.

Los jefes de la isla, animados por algunos regalos, se presentaron al Comandante de L’Allier y manifestaron su pesar por la muerte de quien, decían: "El Padre no hizo sino el bien en el país; siempre fue un hombre caritativo con todos". Y rogaron al Hermano Marie-Nizier se quedara con ellos y enviaran un nuevo Padre. Cuando el 29 de mayo de 1842 Monseñor Pompallier trajo en su embarcación "Sancta Maria" a 3 Padres, 2 Hermanos, el rey de Wallis ya cristiano, se encontraron con un cambio total en el ánimo de los jefes de Futuna. Todos acudieron a recibirlos, incluso Musumusu y los demás asesinos. Muchos isleños pedían el bautismo. Después de 10 días de preparación, Monseñor bautizó y confirmó a 114, primicias de la numerosa cosecha que se anunciaba.

Para llevarla a cabo quedaron con el Hermano Marie-Nizier los Padres Roulleaux y Servant. Empezando por el bautismo de los niños, le siguieron los del rey asesino Niuliki, Musumusu y sus cómplices, entre ellos el joven Musulamu quien, bautizado con el nombre de Soane Malia (Juan María), llegaría a ser rey de los Vencedores y el promotor de la construcción de la iglesia de Poi, dedicada hoy al P. Chanel, con el nombre de Nuestra Señora de los Mártires.

Ocho meses después de su llegada escribía el P. Roulleaux: "Ya tenemos 2 iglesias y 840 isleños bautizados. El fervor de los nuevos cristianos se acrecienta día a día: se sienten felices con la dicha de los hijos de Dios". Sólo quedaban entre 200 y 300 catecúmenos por instruir, y la preparación de todos los nuevos cristianos a la primera comunión.

El santo protomártir de Oceanía, Pedro Chanel, se había así vengado de sus asesinos: convirtiéndolos y haciendo cristiana toda la isla de Futuna.

El camino a los altares

El proceso De martirio, causa martyrii et signis tuvo lugar en la isla y acabado el 3 de agosto de 1845. Llevada a Roma la causa, fue firmada por el Papa Pío IX el 24 de septiembre de 1857, lo que le daba al mártir el título de Venerable. La beatificación tuvo lugar el 17 de noviembre de 1889 por el Papa León XIII. Y finalmente la canonización el 12 de junio de 1954 por el Papa Pío XII.

Una primera iglesia en el lugar del martirio, construida en bambú bajo la dirección del P. Roulleaux y el Hermano Marie-Nizier, tenía 25 m de largo por 10 m de ancho. Fue devorada por un incendio fortuito. Pero los ornamentos sagrados fueron salvados.

La magnífica iglesia Nuestra Señora de los Mártires, dedicada hoy a San Pedro Chanel, fue iniciada en 1885 según el plan de Monseñor Lamaze, y llevada a cabo por el Padre Quiblier y los isleños. Es de forma octogonal y de piedra tallada. Tiene 40 pies de diámetro y 60 de alto. Está rodeada por una veranda o galería que le sirve de contrafuerte y de abrigo para las multitudes que acuden y no caben en el interior. A la entrada de la iglesia está el lugar donde fuera enterrado el mártir: una estatua yacente lo representa. Enfrente, en su extremo, el lugar donde fuera asesinado, cubierto con una piedra que los habitantes de la isla veneran desgastándola con sus besos.

Una urna guarda la lanza y la cachiporra que hirieron al mártir, y otra conserva su sotana y un hueso del pie del santo. El cáliz, el misal, el alba y el mantel del altar que sirvieron para las misas de San Pedro Chanel sirven aún hoy para los mismos fines en las grandes ocasiones. Su presencia está viva, no sólo en esta minúscula isla perdida en el Pacífico, sino en toda Oceanía donde su primer mártir derramara la sangre para implantar en ella la fe de Cristo.

¡¡ Que el Señor conceda la Bienaventuranza a los que trabajaron por la PAZ y su sangre derramada con tanto amor sea semilla de nuevas y santas Vocaciones Maristas !!!....

Fuente : http://www.maristas.com.ar. Autor, Hermano José Diez Villacorta.